domingo, 8 de marzo de 2020

Pequeñas Semillitas 4268

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 15 - Número 4268 ~ Domingo 8 de Marzo de 2020
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Todos los años en el 2º domingo de Cuaresma la Iglesia nos propone a nuestra consideración el pasaje de la Transfiguración del Señor. Si hemos comenzado la Cuaresma, como debe ser, con verdadero sentido penitencial, quiere darnos la Iglesia una gran enseñanza: nuestro fin no son los sufrimientos, sino la gloria de la resurrección. Dios, que es esencialmente bueno, no desea para nosotros el dolor por el dolor, sino que quiere la felicidad. Igual que la muerte de Jesús, que era necesaria para expiar todos nuestros pecados, debía tener un final de gloria, que sería la Resurrección.
Dice san Pablo que Jesús “transformará nuestro humilde cuerpo en cuerpo de gloria” (Fil 3,21). Hoy se nos invita a la esperanza: Porque hemos sido pecadores tendremos que hacer penitencia; pero esperamos un día vivir gloriosos con Cristo resucitado.

¡Buenos días!
El monte Tabor
Hoy celebramos el misterio de la transfiguración de Jesús. El monte Tabor, donde Jesús se transfiguró y mostró a los tres apóstoles la gloria de su divinidad en su rostro y vestiduras resplandecientes, es un buen símbolo para avivar tu esperanza y recobrar las fuerzas, cuando la vida te golpee y te visiten las frustraciones.

Para la cruz y la crucifixión, para la agonía debajo de los olivos, nada mejor que el monte Tabor. Para los largos días de pena y dolor, cuando se arrastra la vida inútilmente, nada mejor que el monte Tabor. Para el fracaso, la soledad, la incomprensión, cuando es gris el horizonte y el camino, nada mejor que el monte Tabor. Para el triunfo gozoso de la resurrección, cuando todo resplandece de cantos, nada mejor que el monte Tabor.

Acabas de leer un buen poema para ambientar la meditación de Mateo 17, 1-9. En el Tabor Jesús pareció liberar y desatar al Dios que era y tenía contenido en su humanidad. Los apóstoles tuvieron la sensación viva de haber entrado en contacto con lo más profundo de la divinidad. Jesús se encaminaba hacia la muerte, pero con la seguridad de que el triunfo coronaría su vida. Este misterio de luz debe fortalecer tu fe y esperanza en la gloria que te aguarda también a ti.
* Enviado por el P. Natalio

La Palabra de Dios
Lecturas del día
Primera Lectura: Gn 12, 1-4a

Salmo: Sal 32, 4-5. 18-20. 22

Segunda Lectura: 2 Tim 1, 8b-10

Santo Evangelio: Mt 17,1-9
En aquel tiempo, Jesús toma consigo a Pedro, a Santiago y a su hermano Juan, y los lleva aparte, a un monte alto. Y se transfiguró delante de ellos: su rostro se puso brillante como el sol y sus vestidos se volvieron blancos como la luz. En esto, se les aparecieron Moisés y Elías que conversaban con Él. Tomando Pedro la palabra, dijo a Jesús: «Señor, bueno es estarnos aquí. Si quieres, haré aquí tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías».
Todavía estaba hablando, cuando una nube luminosa los cubrió con su sombra y de la nube salía una voz que decía: «Éste es mi Hijo amado, en quien me complazco; escuchadle». Al oír esto los discípulos cayeron rostro en tierra llenos de miedo. Mas Jesús, acercándose a ellos, los tocó y dijo: «Levantaos, no tengáis miedo». Ellos alzaron sus ojos y ya no vieron a nadie más que a Jesús solo. Y cuando bajaban del monte, Jesús les ordenó: «No contéis a nadie la visión hasta que el Hijo del hombre haya resucitado de entre los muertos».

Comentario:
Hoy, camino hacia la Semana Santa, la liturgia de la Palabra nos muestra la Transfiguración de Jesucristo. Aunque en nuestro calendario hay un día litúrgico festivo reservado para este acontecimiento (el 6 de agosto), ahora se nos invita a contemplar la misma escena en su íntima relación con los sucesos de la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor.
En efecto, se acercaba la Pasión para Jesús y seis días antes de subir al Tabor lo anunció con toda claridad: les había dicho que «Él debía ir a Jerusalén y sufrir mucho de parte de los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, y ser matado y resucitar al tercer día» (Mt 16,21).
Pero los discípulos no estaban preparados para ver sufrir a su Señor. Él, que siempre se había mostrado compasivo con los desvalidos, que había devuelto la blancura a la piel dañada por la lepra, que había iluminado los ojos de tantos ciegos, y que había hecho mover miembros lisiados, ahora no podía ser que su cuerpo se desfigurara a causa de los golpes y de las flagelaciones. Y, con todo, Él afirma sin rebajas: «Debía sufrir mucho». ¡Incomprensible! ¡Imposible!
A pesar de todas las incomprensiones, sin embargo, Jesús sabe para qué ha venido a este mundo. Sabe que ha de asumir toda la flaqueza y el dolor que abruma a la humanidad, para poderla divinizar y, así, rescatarla del círculo vicioso del pecado y de la muerte, de tal manera que ésta —la muerte— vencida, ya no tenga esclavizados a los hombres, creados a imagen y semejanza de Dios.
Por esto, la Transfiguración es un espléndido icono de nuestra redención, donde la carne del Señor es mostrada en el estallido de la resurrección. Así, si con el anuncio de la Pasión provocó angustia en los Apóstoles, con el fulgor de su divinidad los confirma en la esperanza y les anticipa el gozo pascual, aunque, ni Pedro, ni Santiago, ni Juan sepan exactamente qué significa esto de… resucitar de entre los muertos (cf. Mt 17,9)... ¡Ya lo sabrán!
Rev. D. Jaume GONZÁLEZ i Padrós (Barcelona, España)

Palabras de San Juan Pablo II
“La Cuaresma es el tiempo en que el Señor Jesucristo nos hace un especial llamado a la conversión. En actitud orante y comprometida hemos de escuchar atentamente aquellas palabras ‘Mira que estoy a la puerta y llamo’ (Ap 3, 20). Sí, es el mismo Señor quien llama dulcemente al corazón de cada uno, sin forzarnos, esperando pacientemente que le abramos la puerta para entrar y sentarse a la mesa con nosotros”

Predicación del Evangelio:
Un anticipo de la gloria
El tema central de la liturgia de hoy es la escena de la transfiguración del Señor. Y para poder comprender el significado de este relato es necesario conocer su ubicación dentro de la estructura de los evangelios sinópticos.

Esta escena es precedida por el primer anuncio que Jesús hace a sus discípulos sobre su pasión, muerte y resurrección. Ante semejante anuncio, los discípulos entran en una profunda depresión pues este desenlace no está dentro de sus expectativas sobre el Mesías.

La situación anímica que agobia a los discípulos nos permite interpretar la transfiguración como una palabra de aliento de manera que puedan afrontar con entereza la perspectiva de la pasión y muerte, habiendo experimentado un anticipo de la gloria de la resurrección.

Además de ser una voz de aliento para los atribulados discípulos, la transfiguración es una confirmación de la identidad y de la misión de Jesús.

Este relato está escrito dentro del estilo y del vocabulario propios del género literario de las teofanías, es decir, dentro del género literario que se usa en la Biblia para describir manifestaciones particularmente solemnes de Dios.

Es propio de este género literario asociar la manifestación de Dios a unos fenómenos extraordinarios como son las apariciones, las voces, las luces, las nubes, etc. Todos estos elementos escenográficos están al servicio de la transmisión de un contenido de fe.

Vale la pena destacar dos elementos  que revisten particular interés; se trata de la presencia de Moisés y de Elías, así como la voz que sale de la nube:

- Moisés representa la Ley y Elías simboliza a los profetas. Su presencia junto a Jesús muestra que él es la culminación de la historia del pueblo elegido; en él se realiza la promesa  anunciada por diversos mensajeros.

- La voz que sale de la nube es símbolo de la presencia divina. La voz del Padre confirma la identidad  y la misión de Jesús: “Este es mi Hijo, el amado, mi predilecto. Escúchenlo”.

Estas palabras de la transfiguración constituyen un enorme reto para nosotros, mujeres y hombres del siglo XXI. ¡Qué difícil es escuchar la voz de Dios en medio de los ruidos de nuestra sociedad de consumo! ¡Cuántos pseudo-profetas nos ilusionan con mil falsas ofertas de felicidad! ¡Qué confusión respecto a la ética y los valores pues se han borrado las líneas divisorias entre el bien y el mal, entre lo honesto y lo deshonesto!

Esta voz solemne que resuena en la cumbre del monte es un mensaje de fe: Jesús es el Hijo de Dios, el Mesías esperado; y también es un mensaje de esperanza y de optimismo, ya que la transfiguración es un anticipo de la gloria de Jesús y, por tanto, un anuncio de la realidad que nos espera.
* Padre Jorge Humberto Peláez SJ

Cuaresma:
40 días para acercarnos a Jesús
Día 12: Dinamismo
¡Campeón!
Hoy el sol sale para ti, todos los ojos te miran, quieren verte correr... jugar... lleno de vida.
¡Campeón!
Hoy el cielo es azul y tú, dibujarás sobre la pista, regates de alegría, con disparos de bondad.
¡Campeón!
Hoy las estrellas te aplauden, por tu juego limpio, por hacernos felices.
¡Campeón!
Que Dios te bendiga y te conceda la copa llena de amistad y de vida.
(Ángel Luis Martín)
(Alianza en Jesús por María)

Nuevo vídeo

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Ofrecimiento para sacerdotes y religiosas
  
Formulo el siguiente ofrecimiento únicamente para sacerdotes o religiosas que reciben diariamente "Pequeñas Semillitas" por e-mail: Si desean recibir los comentarios del Evangelio del domingo siguiente con dos o tres días de anticipación, para tener tiempo de preparar sus meditaciones, homilías o demás trabajos pastorales sobre la Palabra de Dios, pueden pedírmelo a feluzul@gmail.com  
Sólo deben indicar claramente su nombre, su correo electrónico, ciudad de residencia y a qué comunidad religiosa pertenecen.
  
Agradecimientos
Imaginemos que en el cielo hay dos oficinas diferentes para tratar lo relativo a las oraciones de las personas en la tierra:
Una es para receptar pedidos de diversas gracias, y allí los muchos ángeles que atienden trabajan intensamente y sin descanso por la cantidad de peticiones que llegan en todo momento.
La otra oficina es para recibir los agradecimientos por las gracias concedidas y en ella hay un par de ángeles aburridos porque prácticamente no les llega ningún mensaje de los hombres desde la tierra para dar gracias...
Desde esta sección de "Pequeñas Semillitas" pretendemos juntar una vez por semana (los domingos) todos los mensajes para la segunda oficina: agradecimientos por favores y gracias concedidas como respuesta a nuestros pedidos de oración.

 Desde Tres Arroyos, Buenos Aires, Argentina, nos llega un agradecimiento a Dios, la Santísima Virgen, a los santos intercesores y a todos los que rezaron por Martín, por quien pedimos oraciones hace unos días con motivo de un accidente grave que sufrió. Nos informan que ya le retiraron el respirador, salió de terapia intensiva y va mejorando paulatinamente.

Desde Bogotá, Colombia, llega un agradecimiento a Dios y a todos los que rezaron por la cirugía de Jefferson Samir G. G., que se realizó el martes pasado y cuyos resultados han sido muy buenos.

¡Hasta mañana! con Madre Teresa
Marzo 8
En nuestros días, en Occidente, la peor enfermedad no es la tuberculosis o la lepra, sino el sentirse indeseable, abandonado, privado de amor. Sabemos cuidar las enfermedades del cuerpo por medio de la medicina, pero el único remedio para la soledad, el desconcierto  y la desesperación es el amor.
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)

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