sábado, 15 de septiembre de 2018

Pequeñas Semillitas 3771

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 13 - Número 3771 ~ Sábado 15 de Setiembre de 2018
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
En la constitución apostólica Lumen Gentium, del Concilio Vaticano II, en el número 58, leemos:
“La Bienaventurada Virgen avanzó en la peregrinación de la fe y mantuvo fielmente la unión con su Hijo hasta la cruz. Allí, por voluntad de Dios, estuvo de pie, sufrió intensamente con su Hijo y se unió a su sacrificio con corazón de madre llena de amor (…). Finalmente, Jesucristo, agonizando en la cruz, la dio como madre al discípulo”.
Celebrando hoy a la Virgen María bajo la advocación de Nuestra Señora de los Dolores, es una ocasión propicia para meditar en torno a esos dolores que Ella como Madre tuvo que sufrir. Por eso le dedicamos el tema central de esta edición, y también por respeto no publicamos hoy la habitual sección de humor de los sábados.
No significa que sea un día de tristeza... pero es un día para meditar en torno a los dolores de María, incluyendo los que nosotros mismos le causamos.

¡Buenos días!

El sabio japonés
“Un hombre apegado posesivamente a situaciones, personas o cosas, vive entre delirios, minimiza o sobrevalora acontecimientos y cosas de acuerdo con sus deseos y temores. No ve las cosas como son, sino a la luz de sus ficciones. Este hombre es un enajenado de la realidad y, por eso, su vida es una existencia fragmentaria, ansiosa e infeliz”, (I. Larrañaga).

Un eminente sabio japonés recibió la visita de un profesor universitario turista que había ido a verlo para informarse sobre sus ideas. El sabio sirvió el té, llenó la taza de su huésped y después continuó echando, con expresión serena y sonriente. El profesor miró desbordarse el té, extrañado, no logrando explicarse una distracción tan contraria a la buena educación; pero, a un cierto punto exclamó: ”¡Está llena! ¡Ya no cabe más!” “Como esta taza”, dijo el sabio imperturbable, ”tú estás lleno de tu cultura, opiniones y conjeturas eruditas y complejas, ¿cómo puedo hablarte de mi doctrina, que sólo es comprensible a los ánimos sencillos y abiertos, si antes no vacías la taza?”

La clave está pues en vaciar tu taza. “Los desposeídos son sabios porque miran el mundo con ojos limpios. Los que actúan bajo los impulsos de apropiación y/o rechazo contemplan todo a través de sus deseos y temores. Hacen que las cosas sean como ellos desean”. Anímate a caminar paso a paso hacia tu libertad interior.
* Enviado por el P. Natalio

La Palabra de Dios
Lecturas de hoy 
Primera Lectura: Heb 5, 7-9

Salmo: Sal 30, 2-6. 15-16.20

SANTO EVANGELIO: Lc 2,33-35
En aquel tiempo, el padre de Jesús y su madre estaban admirados de lo que se decía de Él. Simeón les bendijo y dijo a María, su madre: «Éste está puesto para caída y elevación de muchos en Israel, y para ser señal de contradicción -¡y a ti misma una espada te atravesará el alma!- a fin de que queden al descubierto las intenciones de muchos corazones».

Comentario:
Hoy, en la fiesta de Nuestra Señora, la Virgen de los Dolores, escuchamos unas palabras punzantes en boca del anciano Simeón: «¡Y a ti misma una espada te atravesará el alma!» (Lc 2,35). Afirmación que, en su contexto, no apunta únicamente a la pasión de Jesucristo, sino a su ministerio, que provocará una división en el pueblo de Israel, y por lo tanto un dolor interno en María. A lo largo de la vida pública de Jesús, María experimentó el sufrimiento por el hecho de ver a Jesús rechazado por las autoridades del pueblo y amenazado de muerte.
María, como todo discípulo de Jesús, ha de aprender a situar las relaciones familiares en otro contexto. También Ella, por causa del Evangelio, tiene que dejar al Hijo (cf. Mt 19,29), y ha de aprender a no valorar a Cristo según la carne, aun cuando había nacido de Ella según la carne. También Ella ha de crucificar su carne (cf. Ga 5,24) para poder ir transformándose a imagen de Jesucristo. Pero el momento fuerte del sufrimiento de María, en el que Ella vive más intensamente la cruz es el momento de la crucifixión y la muerte de Jesús.
También en el dolor, María es el modelo de perseverancia en la doctrina evangélica al participar en los sufrimientos de Cristo con paciencia (cf. Regla de san Benito, Prólogo 50). Así ha sido durante toda su vida, y, sobre todo, en el momento del Calvario. De esta manera, María se convierte en figura y modelo para todo cristiano. Por haber estado estrechamente unida a la muerte de Cristo, también está unida a su resurrección (cf. Rm 6,5). La perseverancia de María en el dolor, realizando la voluntad del Padre, le proporciona una nueva irradiación en bien de la Iglesia y de la Humanidad. María nos precede en el camino de la fe y del seguimiento de Cristo. Y el Espíritu Santo nos conduce a nosotros a participar con Ella en esta gran aventura.
P. Abad Dom Josep Mª SOLER OSB Abad de Montserrat (Barcelona, España)

Santoral Católico:
Nuestra Señora de los Dolores 
Después de la fiesta de la Exaltación de la Cruz, la Iglesia ha venido celebrando la participación de María en la pasión de su Hijo. En la actualidad, lo que celebramos es sobre todo el dolor de María en sentido global al compartir tan de cerca la suerte de Cristo. Tiempo hubo en que la mirada se centraba principalmente en la compasión de María al pie de la cruz, la Dolorosa, la Piedad. Esta visión se fue ampliando hasta abarcar los siete dolores de la Virgen o las siete espadas clavadas en su corazón: la espada de dolor anunciada por el anciano Simeón, la huida a Egipto, la pérdida y hallazgo del niño Jesús en el templo, el camino del calvario, la crucifixión, el descendimiento de la cruz y la sepultura de Cristo y soledad de su Madre. Refiriéndose a esta celebración, escribía Pablo VI que es «ocasión propicia para revivir un momento decisivo de la historia de la salvación y para venerar junto con el Hijo exaltado en la Cruz a la Madre que comparte su dolor».
Oración: Señor, tú has querido que la Madre compartiera los dolores de tu Hijo al pie de la cruz; haz que la Iglesia, asociándose con María a la pasión de Cristo, merezca participar de su resurrección. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Para más información hacer clic acá.
© Directorio Franciscano – Aciprensa – Catholic.net

Palabras del Santo Padre Pío
 
"El sufrimiento soportado cristianamente es la condición que Dios, autor de todas las gracias y de todos los dones que conducen a la salvación, ha establecido para concedernos la gloria. El sufrir es de todos. El saber sufrir es de pocos. María convierta en gozo todos los dolores de tu vida"

Tema del día:
Los siete dolores de María 
📍 Primer Dolor: La profecía de Simeón en la presentación del Niño Jesús
Virgen María: por el dolor que sentiste cuando Simeón te anunció que una espada de dolor atravesaría tu alma, por los sufrimientos de Jesús, y ya en cierto modo te manifestó que tu participación en nuestra redención sería a base de dolor; te acompañamos en este dolor... Y, por los méritos del mismo, haz que seamos dignos hijos tuyos y sepamos imitar tus virtudes.

Dios te salve María, llena eres de gracia, El Señor es contigo, bendita tu eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte, Amén.

📍 Segundo Dolor: La huida a Egipto con Jesús y José
Virgen María: por el dolor que sentiste cuando tuviste que huir precipitadamente tan lejos, pasando grandes penalidades, sobre todo al ser tu Hijo tan pequeño; al poco de nacer, ya era perseguido de muerte el que precisamente había venido a traernos vida eterna; te acompañamos en este dolor... Y, por los méritos del mismo, haz que sepamos huir siempre de las tentaciones del demonio.

Dios te salve María, llena eres de gracia, El Señor es contigo, bendita tu eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte, Amén.

📍 Tercer Dolor: La pérdida de Jesús en el templo
Virgen María: por las lágrimas que derramaste y el dolor que sentiste al perder a tu Hijo; tres días buscándolo angustiada; pensarías qué le habría podido ocurrir en una edad en que todavía dependía de tu cuidado y de San José; te acompañamos en este dolor... Y, por los méritos del mismo, haz que los jóvenes no se pierdan por malos caminos.

Dios te salve María, llena eres de gracia, El Señor es contigo, bendita tu eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte, Amén.

📍 Cuarto Dolor: El encuentro de Jesús con la cruz a cuestas camino del calvario
Virgen María: por las lágrimas que derramaste y el dolor que sentiste al ver a tu Hijo cargado con la cruz, como cargado con nuestras culpas, llevando el instrumento de su propio suplicio de muerte; Él, que era creador de la vida, aceptó por nosotros sufrir este desprecio tan grande de ser condenado a muerte y precisamente muerte de cruz, después de haber sido azotado como si fuera un malhechor y, siendo verdadero Rey de reyes, coronado de espinas; ni la mejor corona del mundo hubiera sido suficiente para honrarle y ceñírsela en su frente; en cambio, le dieron lo peor del mundo clavándole las espinas en la frente y, aunque le ocasionarían un gran dolor físico, aún mayor sería el dolor espiritual por ser una burla y una humillación tan grande; sufrió y se humilló hasta lo indecible, para levantarnos a nosotros del pecado; te acompañamos en este dolor... 
Y, por los méritos del mismo, haz que seamos dignos vasallos de tan gran Rey y sepamos ser humildes como Él lo fue.

Dios te salve María, llena eres de gracia, El Señor es contigo, bendita tu eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte, Amén.

📍 Quinto Dolor: La crucifixión y la agonía de Jesús
Virgen María: por las lágrimas que derramaste y el dolor que sentiste al ver la crueldad de clavar los clavos en las manos y pies de tu amadísimo Hijo, y luego al verle agonizando en la cruz; para darnos vida a nosotros, llevó su pasión hasta la muerte, y éste era el momento cumbre de su pasión; Tú misma también te sentirías morir de dolor en aquel momento; te acompañamos en este dolor. Y, por los méritos del mismo, no permitas que jamás muramos por el pecado y haz que podamos recibir los frutos de la redención.

Dios te salve María, llena eres de gracia, El Señor es contigo, bendita tu eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte, Amén.

📍 Sexto Dolor: La lanzada y el recibir en brazos a Jesús ya muerto
Virgen María: por las lágrimas que derramaste y el dolor que sentiste al ver la lanzada que dieron en el corazón de tu Hijo; sentirías como si la hubieran dado en tu propio corazón; el Corazón Divino, símbolo del gran amor que Jesús tuvo ya no solamente a Ti como Madre, sino también a nosotros por quienes dio la vida; y Tú, que habías tenido en tus brazos a tu Hijo sonriente y lleno de bondad, ahora te lo devolvían muerto, víctima de la maldad de algunos hombres y también víctima de nuestros pecados; te acompañamos en este dolor... Y, por los méritos del mismo, haz que sepamos amar a Jesús como Él nos amó.

Dios te salve María, llena eres de gracia, El Señor es contigo, bendita tu eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte, Amén.

📍 Séptimo Dolor: El entierro de Jesús y la soledad de María
Virgen María: por las lágrimas que derramaste y el dolor que sentiste al enterrar a tu Hijo; El, que era creador, dueño y señor de todo el universo, era enterrado en tierra; llevó su humillación hasta el último momento; y aunque Tú supieras que al tercer día resucitaría, el trance de la muerte era real; te quitaron a Jesús por la muerte más injusta que se haya podido dar en todo el mundo en todos los siglos; siendo la suprema inocencia y la bondad infinita, fue torturado y muerto con la muerte más ignominiosa; tan caro pagó nuestro rescate por nuestros pecados; y Tú, Madre nuestra adoptiva le acompañaste en todos sus sufrimientos: y ahora te quedaste sola, llena de aflicción; te acompañamos en este dolor... Y, por los méritos del mismo, concédenos a cada uno de nosotros la gracia particular que te pedimos…

Dios te salve María, llena eres de gracia, El Señor es contigo, bendita tu eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte, Amén.
© Aciprensa

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Meditaciones de “Pequeñas Semillitas”
 
En Alemania, a principios del Siglo XVIII, un hombre cometió un pecado grave. La vergüenza le impedía confesarse, pero era atormentado por los remordimientos y decidió suicidarse ahogándose. Pero cuando llegó al borde del agua, no saltó sino que lloró implorando a Dios que lo perdonara sin confesión.
Varias noches seguidas, sintió que le tocaban al hombro diciéndole: “Ve a confesarte”, pero no iba. Su vergüenza se lo impedía. Finalmente llegó hasta la iglesia, pero estando ahí no se atrevía a confesar su pecado y regresaba a su casa igual. Entonces, tuvo la inspiración de rezar a la Santísima Virgen María.
Acababa de ponerse de rodillas cuando comenzó a sentirse diferente. Regresó a la iglesia, pidió un sacerdote y confesó sus pecados con gran contrición. Después de la confesión reconoció que ni habiéndose ganado todo el oro del mundo, su alegría habría sido tan grande. 

Pedidos de oración 
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas, monjas, religiosas, novicias, catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María;  por la conversión de todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por los cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por los pacientes internados en la Casa de la Bondad en  Córdoba (Argentina); por los niños con cáncer y otras enfermedades graves; por el drama de los refugiados del Mediterráneo; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo; por las víctimas de catástrofes naturales; por la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio.

Cinco minutos del Espíritu Santo
 
Setiembre 15
"Ven Espíritu Santo, caricia liberadora, ven.
Ven a pasar por todo mi ser, ven.
Ven Espíritu Santo, ven a tocarlo todo con ese roce divino que cura.
Ven Espíritu, para que toda mi vida tome contacto con tu brillo, con tu cálido rocío, con tu aire fresco.
Ven Espíritu Santo, entra, penetra.
Te doy permiso para invadirlo todo, para escurrirte como agua feliz por todos los resquicios de mi interior.
Ven, para que este día, sea un pedazo de cielo en la aridez de mi desierto.
Ven, no me abandones, ven. Amén."
* Mons. Víctor Manuel Fernández
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)

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