domingo, 21 de septiembre de 2025

Pequeñas Semillitas 6107

PEQUEÑAS SEMILLITAS
 
Año 20 - Número 6107 ~ Domingo 21 de Setiembre de 2025
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
¡Alabado sea Jesucristo!
En el evangelio de este domingo, Jesús propone la parábola del administrador malo para ilustrar qué debemos hacer con el dinero. Es una parábola curiosa, porque parece que el amo alaba un mal acto, pero no es así. Lo que hace es reconocer la astucia del administrador, sin aprobar su deshonestidad. Es parecido a cuando decimos que hay que “darle al diablo lo que se merece”: no queremos presentarlo como modelo, sino simplemente reconocer su astucia. Así también el administrador es hábil en prepararse para el futuro, aunque lo haya hecho de manera injusta.
Jesús nos invita a sus discípulos a preparar nuestro futuro eterno usando bien el dinero. Cumplimos con este propósito cuando destinamos parte de nuestros recursos al servicio de los pobres.
San Vicente de Paúl, cuya fiesta celebramos el próximo sábado 27, enseñaba cómo la generosidad hacia los necesitados influye en nuestro destino eterno. En una conferencia a las Hijas de la Caridad les dijo: “Dios ama a los pobres y, por lo mismo, ama también a los que aman a los pobres; porque, cuando alguien tiene un afecto especial hacia una persona, extiende ese afecto a quienes muestran amistad o servicio hacia esa persona”.
 
La Palabra de Dios
Lecturas del día
- DOMINGO 25 DEL TIEMPO ORDINARIO -
Primera Lectura: Amós 8, 4-7
 
Salmo: Sal 112, 1-2. 4-6. 7-8
 
Segunda Lectura: 1 Timoteo 2, 1-8
 
Santo Evangelio: Lc 16,1-13
En aquel tiempo, Jesús decía también a sus discípulos: «Había un hombre rico que tenía un administrador a quien acusaron ante él de malbaratar su hacienda; le llamó y le dijo: ‘¿Qué oigo decir de ti? Dame cuenta de tu administración, porque ya no podrás seguir administrando’. Se dijo a sí mismo el administrador: ‘¿Qué haré, pues mi señor me quita la administración? Cavar, no puedo; mendigar, me da vergüenza. Ya sé lo que voy a hacer, para que cuando sea removido de la administración me reciban en sus casas’.
»Y convocando uno por uno a los deudores de su señor, dijo al primero: ‘¿Cuánto debes a mi señor?’. Respondió: ‘Cien medidas de aceite’. Él le dijo: ‘Toma tu recibo, siéntate en seguida y escribe cincuenta’. Después dijo a otro: ‘Tú, ¿cuánto debes?’. Contestó: ‘Cien cargas de trigo’. Dícele: ‘Toma tu recibo y escribe ochenta’.
»El señor alabó al administrador injusto porque había obrado astutamente, pues los hijos de este mundo son más astutos con los de su generación que los hijos de la luz. Yo os digo: Haceos amigos con el dinero injusto, para que, cuando llegue a faltar, os reciban en las eternas moradas. El que es fiel en lo mínimo, lo es también en lo mucho; y el que es injusto en lo mínimo, también lo es en lo mucho. Si, pues, no fuisteis fieles en el dinero injusto, ¿quién os confiará lo verdadero? Y si no fuisteis fieles con lo ajeno, ¿quién os dará lo vuestro? Ningún criado puede servir a dos señores, porque aborrecerá a uno y amará al otro; o bien se entregará a uno y despreciará al otro. No podéis servir a Dios y al dinero».
 
Comentario:
Hoy, el Evangelio nos presenta la figura del administrador infiel: un hombre que se aprovechaba del oficio para robar a su amo. Era un simple administrador, y actuaba como el amo. Conviene que tengamos presente:
1) Los bienes materiales son realidades buenas, porque han salido de las manos de Dios. Por tanto, los hemos de amar.
2) Pero no los podemos “adorar” como si fuesen Dios y el fin de nuestra existencia; hemos de estar desprendidos de ellos. Las riquezas son para servir a Dios y a nuestros hermanos los hombres; no han de servir para destronar a Dios de nuestro corazón y de nuestras obras: «No podéis servir a Dios y al dinero» (Lc 16,13).
3) No somos los amos de los bienes materiales, sino simples administradores; por tanto, no solamente los hemos de conservar, sino también hacerlos producir al máximo, dentro de nuestras posibilidades. La parábola de los talentos lo enseña claramente (cf. Mt 25,14-30).
4) No podemos caer en la avaricia; hemos de practicar la liberalidad, que es una virtud cristiana que hemos de vivir todos, los ricos y los pobres, cada uno según sus circunstancias. ¡Hemos de dar a los otros!
¿Y si ya tengo suficientes bienes para cubrir mis gastos? Sí; también te has de esforzar por multiplicarlos y poder dar más (parroquia, diócesis, Cáritas, apostolado). Recuerda las palabras de san Ambrosio: «No es una parte de tus bienes lo que tú das al pobre; lo que le das ya le pertenece. Porque lo que ha sido dado para el uso de todos, tú te lo apropias. La tierra ha sido dada para todo el mundo, y no solamente para los ricos».
¿Eres un egoísta que sólo piensa en acumular bienes materiales para ti, como el administrador del Evangelio, mintiendo, robando, practicando la cicatería y la dureza de corazón, que te impiden conmoverte ante las necesidades de los otros? ¿No piensas frecuentemente en las palabras de san Pablo: «Dios ama al que da con alegría» (2Cor 9,7)? ¡Sé generoso!
* Rev. D. Joan MARQUÉS i Suriñach (Vilamarí, Girona, España) © Textos de Evangeli.net 
 
Palabras del Papa León XIV
«Comprar, acumular, consumir, no es suficiente... Necesitamos alzar los ojos, mirar a lo alto, a las “cosas celestiales”, para darnos cuenta de que todo tiene sentido, entre las realidades del mundo, solo en la medida en que sirve para unirnos a Dios y a los hermanos en la caridad, haciendo crecer en nosotros sentimientos de profunda compasión, de benevolencia, de humildad, de dulzura, de paciencia, de perdón y de paz, como los de Cristo»
 
Predicación del Evangelio:
Los bienes materiales
La liturgia de hoy supone una profundización sobre el doble mandamiento del amor, ya que es sin duda la plenitud de la ley divina (oración colecta) y el salvoconducto para entrar en la “morada eterna”. Las lecturas dirigen nuestra atención hacia los bienes materiales y de cómo éstos suelen favorecer más al egoísmo personal que a una vida de generosa entrega por los demás.
 
El profeta Amós critica con vigor la actitud egoísta del que busca su propio beneficio, aún en perjuicio del otro, en lugar de buscar la justicia y la verdad. Dios no tolera en absoluto esto, guardándolo en su memoria: “No olvidaré jamás ninguna de sus acciones” (Am 8,7). 
 
En la parábola evangélica, Jesús alaba la sagacidad del administrador injusto; pide el Señor que los hijos de la Luz (sus discípulos), actúen con idéntica sagacidad, analizando profundamente, siendo previsores y comportándose consecuentemente. El discípulo ha de preocuparse por ser acogido en la morada eterna, por tanto su interés habrá de dirigirse no tanto al futuro inmediato, el terreno, sino el situado más allá de la muerte.
 
Este futuro se gana con la actuación en el presente; por ello, los discípulos han de usar los bienes terrenos de modo inteligente, procurándose con ellos los amigos oportunos que le abran las puertas del Reino. Quien reconoce a Dios como Señor, lo reconoce también como Señor de todos los bienes y comprende que él nunca podrá ser dueño absoluto, sino tan sólo administrador.
 
Como administradores debemos probar a través del uso de los bienes nuestra relación con Dios. Los bienes terrenos no están destinados a ser consumidos de modo egoísta, sino de acuerdo a la voluntad divina, esto es, empleándolos como expresión de amor concreto al prójimo.
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(P. Antonio José Guerra Martínez)
 
Agradecimientos
Imaginemos que en el cielo hay dos oficinas diferentes para tratar lo relativo a las oraciones de las personas en la tierra:
Una es para receptar pedidos de diversas gracias, y allí los muchos ángeles que atienden trabajan intensamente y sin descanso por la cantidad de peticiones que llegan en todo momento.
La otra oficina es para recibir los agradecimientos por las gracias concedidas y en ella hay un par de ángeles aburridos porque prácticamente no les llega ningún mensaje de los hombres desde la tierra para dar gracias...
Desde esta sección de "Pequeñas Semillitas" pretendemos juntar una vez por semana (los domingos) todos los mensajes para la segunda oficina: agradecimientos por favores y gracias concedidas como respuesta a nuestros pedidos de oración.
 
💕 Desde Costa Rica, América Central, nuestra lectora Sonia M. Q. eleva una oración de acción de gracias a Dios y a las personas que rezaron por el resultado de su biopsia de tiroides que ha sido negativo para cáncer. Nos sumamos al agradecimiento.
 
💕 Desde Roma, Italia, nuestra lectora Elizabeth B. agradece a Dios y a San Carlo Acutis, por la peregrinación soñada que está haciendo actualmente en diversos lugares católicos de Italia y que la llevará luego a Medjugorje.
 
Oremos: Bendito seas, Dios mío, porque a pesar de ser yo indigno de toda ayuda, tu generosidad e infinita bondad nunca dejan de otorgar el bien aún a los ingratos y a los que se han apartado de ti. Conviértenos a ti, para que seamos agradecidos, humildes y piadosos, pues Tú eres nuestra salud, nuestra fortaleza y nuestra salvación.
 
Meditación dominical del P. Santiago Martín
Hay una experiencia que suelen hacer los sacerdotes cuando confiesan y es la de escuchar a algunos penitentes decir que ellos no tienen pecados a pesar de que hace muchos años que no se confiesan. Se están refiriendo, por supuesto, a determinados pecados: no matar, no robar grandes cantidades, no engañar a la esposa o al marido. Pero hay infinidad de pecados veniales que muchos cometen sin darles importancia. Y, sobre todo, hay una gran cantidad de pecados de omisión que también tendríamos que tener en cuenta. El Señor no quiere que seamos amigos suyos a medias, sino del todo. Quiere que seamos fieles en las cosas grandes, por supuesto, pero también en las pequeñas, en las de cada día, en aquellas en las que con más facilidad podemos demostrarle nuestro amor.
Más aún, y siguiendo el hilo de enseñanza de este relato evangélico: si no somos capaces de ser fieles en lo poco, ¿cómo lo seremos en lo mucho? Teóricamente deberíamos estar dispuestos a ser fieles a Cristo hasta el martirio, con tortura incluida; sin embargo, esa difícil meta puede ser imposible cuando no estamos entrenados a hacer lo que Dios nos pide en condiciones infinitamente menos duras. ¡Cuántas excusas para no hacer la voluntad de Dios e incluso para no cumplir nuestras obligaciones! Que si hace calor, que si llueve, que si estamos cansados, que si ya hemos ayudado en otra ocasión... Y así se nos pasa la vida, con grandes propósitos que tranquilizan nuestra conciencia, pero con realizaciones demasiado pobres en nuestras manos.
(P. Santiago Martín fm)
 
Un año con María
Setiembre 21: La salud del alma
Hoy hay una obsesión por cuidarse físicamente, pero por dentro hay una ausencia total, tanto de la identidad como de lo espiritual Es por ello que la vida espiritual fortalece y es parte esencial de la humanidad, de toda persona.
Anímate a trabajar tu espiritualidad, contempla en todo tu accionar la presencia de Dios. En esto puede ayudarte mucho el Rosario, la devoción a María, y el poder usar la imaginación para contemplar. Nunca es tarde para comenzar.
(PADRE LUIS ZAZANO)
 
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)
 
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