martes, 27 de agosto de 2024

Pequeñas Semillitas 5737

PEQUEÑAS SEMILLITAS
 
Año 19 - Número 5737 ~ Martes 27 de Agosto de 2024
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
¡Alabado sea Jesucristo!
Una sonrisa cálida, honesta y afectuosa es una clara manifestación de salud interna, mental, emocional y espiritual.
Sonríe en los momentos felices… para acrecentar tu satisfacción. Pero también sonríe cuando las circunstancias son desfavorables, para que alivies la amargura de esas ocasiones. Una sonrisa significa mucho. Enriquece a quien la recibe; sin empobrecer a quien la ofrece. Dura un segundo pero su recuerdo, a veces, nunca se borra.
Dicen que la sonrisa es el idioma general de los hombres inteligentes. Entonces, demuestra que lo eres: cultiva tu sonrisa dando siempre lo mejor de ti y de tu vida. Dice un viejo proverbio que la sonrisa cuesta menos que la electricidad y da más luz.
Y recuerda que no hay ninguna cosa, por importante que sea, que no se pueda decir con una sonrisa.
 
La Palabra de Dios
Lecturas del día
Primera Lectura: 2 Tes 2, 1-3. 14-17
 
Salmo: Sal 95, 10. 11-12a. 12b-13
 
Santo Evangelio: Mt 23,23-26
En aquel tiempo, Jesús dijo: «¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que pagáis el diezmo de la menta, del aneto y del comino, y descuidáis lo más importante de la Ley: la justicia, la misericordia y la fe! Esto es lo que había que practicar, aunque sin descuidar aquello. ¡Guías ciegos, que coláis el mosquito y os tragáis el camello! ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que purificáis por fuera la copa y el plato, mientras por dentro están llenos de rapiña y codicia! ¡Fariseo ciego, purifica primero por dentro la copa, para que también por fuera quede pura!».
 
Comentario:
Hoy tenemos la impresión de “pillar” a Jesús en un arrebato de mal humor —realmente alguien le ha hecho sentir molesto—. Jesucristo se siente incómodo con la falsa religiosidad, las peticiones pomposas y la piedad egoísta. Él ha notado un vacío de amor, a saber, echa en falta «la justicia, la misericordia y la fe» (Mt 23,23) tras las acciones superficiales con las que tratan de cumplir la Ley. Jesús encarna esas cualidades en su persona y ministerio. Él era la justicia, la misericordia y la fe. Sus acciones, milagros, sanaciones y palabras rezumaban estos verdaderos fundamentos, que fluyen de su corazón amoroso. Para Jesucristo no se trataba de una cuestión de “Ley”, sino que era un asunto de corazón…
Incluso en las palabras de castigo vemos en Dios un toque de amor, importante para quienes quieran volver a lo básico: «Se te ha indicado, hombre, qué es lo bueno y qué exige de ti el Señor: nada más que practicar la justicia, amar la fidelidad y caminar humildemente con tu Dios» (Miq 6,8). El Papa Francisco dijo: «Un poco de misericordia hace al mundo menos frío y más justo. Necesitamos comprender bien esta misericordia de Dios, este Padre misericordioso que tiene tanta paciencia... Recordemos al profeta Isaías, cuando afirma que, aunque nuestros pecados fueran rojo escarlata, el Amor de Dios los volverá blancos como la nieve. Es hermoso, esto de la misericordia».
«¡Purifica primero por dentro la copa, para que también por fuera quede pura!» (Mt 23,26). ¡Cuán cierto es eso para cada uno de nosotros! Sabemos cómo la limpieza personal nos hace sentir frescos y vibrantes por dentro y por fuera. Más aun, en el ámbito espiritual y moral nuestro interior, nuestro espíritu, si está limpio y sano brillará en buenas obras y acciones que honren a Dios y le rindan un verdadero homenaje (cf. Jn 5,23). Fijémonos en el marco más grande del amor, de la justicia y de la fe y no nos perdamos en menudencias que consumen nuestro tiempo, nos empequeñecen y nos hacen quisquillosos. ¡Saltemos al vasto océano del Amor de Dios y no nos conformemos con riachuelos de mezquindad!
* Fr. Austin NORRIS (Mumbai, India) © Textos de Evangeli.net
 
Santoral Católico:
Santa Mónica
Nació en Tagaste, provincia romana al norte de África, el año 331, de familia cristiana. Educada con esmero, muy joven fue dada en matrimonio a un hombre llamado Patricio, pagano, que se convirtió y bautizó antes de morir; hombre bueno pero de carácter irascible, a quien supo amar, servir y soportar, y del que tuvo tres hijos, entre ellos san Agustín, por cuya conversión derramó muchas lágrimas y oró insistentemente a Dios. Fue un modelo de madre y de esposa; alimentó su fe con la oración y la enriqueció con sus virtudes. Educó a sus hijos en la fe, y según la costumbre de entonces los inscribió en el catecumenado pero no los bautizó. Agustín en su juventud se desvió religiosa y moralmente, lo que provocó las lágrimas y oración de la madre. Ésta lo siguió a Roma y después a Milán, donde Agustín se convirtió y recibió el bautismo de manos de san Ambrosio. Cuando volvían a África, Mónica murió en Ostia (Roma) el año 387, contenta y satisfecha de ver a su hijo convertido en siervo de Dios.
Oración: Oh Dios, consuelo de los que lloran, que acogiste piadosamente las lágrimas de santa Mónica impetrando la conversión de su hijo Agustín, concédenos, por intercesión de madre e hijo, la gracia de llorar nuestros pecados y alcanzar tu misericordia y tu perdón. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Para más información hacer clic acá.
(Directorio Franciscano – ACI Prensa – Catholic.net)
 
Oración a Santa Mónica por nuestros hijos
«A ti recurro por ayuda e instrucciones, Santa Mónica, maravilloso ejemplo de firme oración por los niños. En tus amorosos brazos yo deposito mi hijo/a (mencionar aquí los nombres), para que por medio de tu poderosa intercesión puedan alcanzar una genuina conversión a Cristo Nuestro Señor. A ti también apelo, madre de las madres, para que pidas a nuestro Señor me conceda el mismo espíritu de oración incesante que a ti te concedió. Todo esto te lo pido por medio del mismo Cristo Nuestro Señor. Amén»
 
Tema del día:
Siempre hay un mañana
El fracaso nos derrumba. Se nos oscurece la vida y se nos pierde el camino.
 
Cuando nos muerde el dolor olvidamos toda la dicha vivida y nos parece que ya nunca podremos sonreír
 
La traición de los que creíamos más fieles nos hace desilusionarnos de la amistad y caer en la duda. La calumnia nos hace sentirnos como niños indefensos que cierran los ojos ante la amenaza y se encogen hasta la estatura del polvo...
 
Es como en las noches de insomnio en que parece que nunca llegara la madrugada. Es así.
 
Lo sabemos por experiencia. Y es cuando necesitamos regar con nuestras lágrimas la esperanza que en nuestro jardín ha de ser siempre la última flor que se marchita. Porque no hay noche tan larga capaz de detener un día nuevo. Ni "hay mal que dure cien años".
 
Es bueno pensar cuando llueve que esa tristeza fecundará la tierra para la primavera.
 
Recordar que una salud radiante importa más que el tajo doloroso de un bisturí. Cuando alguien nos insulta cobardemente y nos apedrea el huerto frutal corremos el riesgo de olvidar que ese árbol volverá a florecer y a dar su fruto sin cansarse de dar...
 
A media noche la pena y la derrota. Cuando atardece la desilusión. Cuando se nos muere la risa como el sol. Cuando se nos apagan una llama que hemos cuidado tanto para alumbrarnos en la tiniebla inevitable, es consolador y entusiasma recordar que: SIEMPRE HAY UN MAÑANA. 
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(Texto anónimo de internet – Foto Civitatis Magazine)
 
Meditaciones de “Pequeñas Semillitas”
Jesús Eucaristía es el Rey de reyes y Señor de los señores, el Rey del universo, el Señor de la historia, el amigo de los hombres, el hijo de María, el niño de Belén, el Salvador del mundo, que se ha quedado junto a nosotros para ser nuestro compañero de camino y para que podamos acudir a Él fácilmente, cuando tengamos necesidad. Y nos sigue esperando para sanarnos, bendecirnos, alegrarnos y darnos su amor y paz. Su consultorio es el sagrario. Él es el mejor médico, siquiatra y sicólogo del mundo. Atiende gratis las 24 horas de cada día y no necesitamos sacar cita para ser recibidos por Él. Además, Él lo sabe todo y sabe cuáles son nuestros males y necesidades antes de que se las digamos. Él nos espera. ¿Hasta cuándo? ¿Somos tan ricos que no necesitamos de su amor? Dice Jesús: Donde está vuestro tesoro, allí también estará vuestro corazón (Mt 6, 21). ¿Cuál es nuestro tesoro más importante? ¿Qué buscamos con más ansiedad y deseo en nuestra vida? ¿Es Jesús? Pues en la Eucaristía lo encontraremos. ¿Y qué tesoro podemos desear que sea mejor y más importante que el mismo Jesús? (P. Ángel Peña)
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En la alegría como en la tristeza, Santa Celia Martin (madre de Santa Teresa del Niño Jesús), -nacida en 1831, falleció en 1877, fue canonizada el 18 de octubre de 2015 por el Papa Francisco- se dirigió a María, la “Virgen de la Sonrisa”. Ella sabía que la Madre de Dios acompaña cada evento familiar, que ella sana, consuela y sostiene a los que la invocan cuando llegan pruebas graves como el cáncer.
Cuando Celia descubre su enfermedad, después del impacto de la noticia decide entrar progresivamente en el abandono. Esposa y madre, vive esta prueba como una ocasión extraordinaria de la renovación interior. Cada instante la acerca cada vez más a Jesús.
A lo largo de su enfermedad se confió a la intercesión de Nuestra Señora. Irá a Lourdes a confiarle su salud. De regreso comprendiendo que la fecundidad de su vida es entrar en la vía de una oblación aún más total al Padre, Celia experimenta una alegría auténtica, la verdadera felicidad. Sus días van a iluminar a aquellos que la rodean y la luz del Cielo tomará el lugar de la noche.
Santa Celia puede convertirse, para aquel que se ve afectado por la enfermedad, en una amiga y una ayuda preciosa para vivir el tiempo de la prueba con Jesús y María.
🌸
Recuerdo que un invierno mi padre necesitaba leña, así que buscó un árbol muerto y lo cortó. Pero luego, en la primavera, vio desolado que al tronco marchito de ese árbol le salieron brotes nuevos.
Mi padre dijo: "Estaba yo seguro de que ese árbol estaba muerto. Había perdido todas las hojas en el invierno. Hacía tanto frío, que las ramas se quebraban y caían como si no le quedara al viejo tronco ni una pizca de vida. Pero ahora advierto que aún alentaba la vida en aquel tronco".
Y volviéndose hacia mí, me aconsejó: "Nunca olvides esta importante lección. Jamás cortes un árbol en invierno."
Moraleja: “Jamás tomes una decisión negativa en tiempo adverso. Nunca tomes las más importantes decisiones cuando estés en tu peor estado de ánimo. Espera. Sé paciente. La tormenta pasará. Recuerda que la primavera volverá”.
Y recuerda siempre pedirle al Espíritu Santo que te ilumine no sólo a la hora de tomar decisiones, sino en todas las acciones que realices cada día.
 
Extractos de cartas del Padre Pío
(Recopilación: P. Gianluigi Pasquale en “365 días con el Padre Pío”)
27 de agosto
¡Oh!, hija amadísima de Jesús, si estuviera en nuestra mano, caeríamos siempre y nunca estaríamos de pie; por eso, humíllate ante el pensamiento dulcísimo de estar en los brazos divinos de Jesús, que es el mejor de los padres, como un niño pequeño en los brazos maternos, y descansa tranquila, convencida de que eres llevada por donde encontrarás el mejor provecho. ¡¿Qué temor puede haber cuando se tiene la certeza de estar en brazos tan suaves, y cuando todo nuestro ser está consagrado a Dios?!
(29 de marzo de 1914, a Raffaelina Cerase, Ep. II, 60)
 
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)
 
 
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