lunes, 29 de enero de 2024

Pequeñas Semillitas 5535

PEQUEÑAS SEMILLITAS
 
Año 19 - Número 5535 ~ Lunes 29 de Enero de 2024
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
¡Alabado sea Jesucristo!
El alma, como los animales y las plantas, necesita aire. ¿Cuentan nuestras vidas con el suficiente espacio vacío como para alimentar nuestro espíritu? Al vivir en ciudades y estar inmersos en redes de trabajo, amistades y proyectos, en ocasiones descuidamos nuestra necesidad de detenernos y mirar.
Tal necesidad es bastante específica: estar en la naturaleza, con un clima agradable y sin demasiadas cosas que hacer. Que el mundo siga su marcha sin nosotros durante un tiempo. Que las cosas pasen frente a nuestros ojos: las nubes, los botes o la ondulante hierba.
¡Bendita inactividad! ¡Bendita falta de atención! Cuando retomamos nuestro rumbo nos sentimos más frescos gracias a ese interludio de pasividad. Recordemos la receta y démonos un tiempo para detenernos y mirar.
Si no me tomo el tiempo, éste me tomará a mí. Mejor que la decisión sea mía.
 
La Palabra de Dios
Lecturas del día
Primera Lectura: 2 Sm 15, 13-14. 30; 16, 5-13
 
Salmo: Sal 3, 2-3. 4-5. 6-7
 
Santo Evangelio: Mc 5,1-20
En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos llegaron al otro lado del mar, a la región de los gerasenos. Apenas saltó de la barca, vino a su encuentro, de entre los sepulcros, un hombre con espíritu inmundo que moraba en los sepulcros y a quien nadie podía ya tenerle atado ni siquiera con cadenas, pues muchas veces le habían atado con grillos y cadenas, pero él había roto las cadenas y destrozado los grillos, y nadie podía dominarle. Y siempre, noche y día, andaba entre los sepulcros y por los montes, dando gritos e hiriéndose con piedras. Al ver de lejos a Jesús, corrió y se postró ante Él y gritó con gran voz: «¿Qué tengo yo contigo, Jesús, Hijo de Dios Altísimo? Te conjuro por Dios que no me atormentes». Es que Él le había dicho: «Espíritu inmundo, sal de este hombre». Y le preguntó: «¿Cuál es tu nombre?». Le contesta: «Mi nombre es Legión, porque somos muchos». Y le suplicaba con insistencia que no los echara fuera de la región.
Había allí una gran piara de puercos que pacían al pie del monte; y le suplicaron: «Envíanos a los puercos para que entremos en ellos». Y se lo permitió. Entonces los espíritus inmundos salieron y entraron en los puercos, y la piara -unos dos mil- se arrojó al mar de lo alto del precipicio y se fueron ahogando en el mar. Los porqueros huyeron y lo contaron por la ciudad y por las aldeas; y salió la gente a ver qué era lo que había ocurrido. Llegan donde Jesús y ven al endemoniado, al que había tenido la Legión, sentado, vestido y en su sano juicio, y se llenaron de temor. Los que lo habían visto les contaron lo ocurrido al endemoniado y lo de los puercos. Entonces comenzaron a rogarle que se alejara de su término.
Y al subir a la barca, el que había estado endemoniado le pedía estar con Él. Pero no se lo concedió, sino que le dijo: «Vete a tu casa, donde los tuyos, y cuéntales lo que el Señor ha hecho contigo y que ha tenido compasión de ti». Él se fue y empezó a proclamar por la Decápolis todo lo que Jesús había hecho con él, y todos quedaban maravillados.
 
Comentario:
Hoy encontramos un fragmento del Evangelio que puede provocar la sonrisa a más de uno. Imaginarse unos dos mil puercos precipitándose monte abajo, no deja de ser una imagen un poco cómica. Pero la verdad es que a aquellos porqueros no les hizo ninguna gracia, se enfadaron mucho y le pidieron a Jesús que se marchara de su territorio.
La actitud de los porqueros, aunque humanamente podría parecer lógica, no deja de ser francamente recriminable: preferirían haber salvado sus cerdos antes que la curación del endemoniado. Es decir, antes los bienes materiales, que nos proporcionan dinero y bienestar, que la vida en dignidad de un hombre que no es de los “nuestros”. Porque el que estaba poseído por un espíritu maligno sólo era una persona que «siempre, noche y día, andaba entre los sepulcros y por los montes, dando gritos e hiriéndose con piedras» (Mc 5,5).
Nosotros tenemos muchas veces este peligro de aferrarnos a aquello que es nuestro, y desesperarnos cuando perdemos aquello que sólo es material. Así, por ejemplo, el campesino se desespera cuando pierde una cosecha incluso cuando la tiene asegurada, o el jugador de bolsa hace lo mismo cuando sus acciones pierden parte de su valor. En cambio, muy pocos se desesperan viendo el hambre o la precariedad de tantos seres humanos, algunos de los cuales viven a nuestro lado.
Jesús siempre puso por delante a las personas, incluso antes que las leyes y los poderosos de su tiempo. Pero nosotros, demasiadas veces, pensamos sólo en nosotros mismos y en aquello que creemos que nos procura felicidad, aunque el egoísmo nunca trae felicidad. Como diría el obispo brasileño Helder Cámara: «El egoísmo es la fuente más infalible de infelicidad para uno mismo y para los que le rodean».
* Rev. D. Ramon Octavi SÁNCHEZ i Valero (Viladecans, Barcelona, España) © Textos de Evangeli net 
 
Santoral Católico:
San Sulpicio Severo
Fue obispo de Bourges, en Aquitania (hoy Francia), y senador de las Galias. San Gregorio de Tours lo alabó por su sabiduría, su celo pastoral y su diligencia en restaurar la disciplina. Murió en su sede episcopal el año 591.
Para más información hacer clic acá.
(Directorio Franciscano – Catholic.net)
 
Pensamiento del día
«La vida es hermosa, desde luego, pero no porque sea fácil. Y todo nuestro esfuerzo debería estar en descubrir que no deja de ser hermosa porque sea difícil.»
(JOSÉ LUIS MARTÍN DESCALZO)
 
Tema del día:
Cansado de los demás
Señor, cómo me cansan todos. Cómo me cansan éstos que Tú me has dado como hermanos.
 
Mis hermanos… No son siempre simpáticos. Y sobre todo, son distintos. Y esto es, con mucho, lo más duro.
 
Distintos, todo distintos, imponiéndome cada uno algo particular, algo singular, que me molesta, me desorienta o me hiere.
 
Cada uno me impone algo que he de admitir. Y no es tan fácil admitir que los otros… sean de otra manera.
 
Cada uno me impone algo que he de comprender. Y no siempre me apetece, Señor, es pesado.
 
Cada uno me impone algo que he de amar. Que tengo que meter en mí tal como está. Aun cuando me sea costoso, irritante, absurdo. Es pesado, Señor, amar a mis hermanos.
 
Yo tengo deseos, a veces, de reducir más el círculo íntimo de un pequeño grupo de amigos a quienes comprendo sin dificultad, que conozco muy bien, cuya presencia mantiene siempre el mismo calor de simpatía, la misma paz confiada –iba a decir– confortable.
 
Pero a todos los demás, ¡oh Señor!  cuánto me cuesta acogerlos.
 
Señor, que nunca me cierre a los demás. Que al marcharme y volver en paz a mi propio ambiente, donde no hay sitio para ellos, nunca diga. “No los comprendo”.
 
Que jamás ponga sobre el otro una etiqueta de museo, una ficha de información: “Fulano es así o asá”. Oh Señor, guárdame de clasificar a mis hermanos.
 
Ayúdame más bien a reconocer en el rostro de cada uno los trazos borrados de cuando fue niño. Entonces, sólo entonces, Señor, “comprender”.
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(Texto de Lucien Jerphagnon - Imagen de Frases.net)
 
Meditaciones de “Pequeñas Semillitas”
Sor Cecilia, religiosa romana y contemporánea de Domingo, relató una visión de Santo Domingo que atestigua la protección especial de la Virgen María sobre la Orden de los Predicadores.
Una noche, después de largas oraciones en la iglesia desierta, Santo Domingo caminó hasta el fondo del dormitorio de los Hermanos para continuar su oración. En ese momento tres señoras se acercaron. La más hermosa y digna llevaba un jarrón valioso. Una de sus compañeras le entregó un rociador, con el cual él bendijo a cada uno de los Hermanos que dormían, marcando sobre ellos la señal de la cruz. Domingo le pregunta, entonces, a la señora su nombre: -"Yo soy la que invocas todas las noches, y cuando dices:" Oh, tú nuestra Abogada "(palabras de la Salve Regina), me prosterno ante mi Hijo para que preserve tu orden -contestó la Virgen.
La Virgen María está sentada a la diestra de Dios. Religiosos de todas las órdenes contemplan al Señor y a su Madre, pero no están los Predicadores. Domingo llora amargamente. María y su Hijo le preguntan las razones de su tristeza. -¿Miras tu orden? Jesús le pregunta. -Sí, señor -respondió Domingo temblando-. Entonces, el Señor poniendo su mano sobre el hombro de la Virgen, se dirige a Domingo: le he confiado tu orden a mi Madre.
La Virgen abre su capa y, protegido entre sus pliegues, Domingo ve una multitud de sus Hermanos. La Madre del Verbo es también la Madre de los Predicadores.
(Un minuto con María)
 
Pedidos de oración
🙏 Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas, monjas, religiosas, novicias, catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María; por la conversión de todos los pueblos; por la PAZ en el mundo; por el fin de los ataques a la Iglesia Católica en Nicaragua, por los cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África (Nigeria), y en otros lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por los niños con cáncer y otras patologías graves; por los jóvenes, especialmente los que han caído en las drogas o cualquier tipo de adicción, por las víctimas de trata, por el drama de los refugiados del Mediterráneo; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo; por todos nuestros hermanos de diversos países sometidos a dictaduras que se ven forzados a emigrar en busca de mejores horizontes en otras tierras;  por las víctimas de catástrofes naturales; por la unión de las familias, por lo no nacidos, por la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio. Para lectores argentinos, pedimos especial oración por la recuperación de la República Argentina en el marco de la democracia, la justicia y la honestidad de los gobernantes.
 
🙏 Pedimos oración para el señor Fernando Federico R., de Córdoba, Argentina, de algo menos de 50 años de edad, padre adoptivo de dos niños pequeños, persona muy querida por sus acciones solidarias. Padece una afección oncológica y rogamos a la Santísima Virgen de Lourdes que sea mediadora ante Jesús pidiendo la gracia de su sanación.
 
🙏 Pedimos oración para el joven Santi P., de 25 años de edad, del interior de la provincia de Córdoba, Argentina, que está hospitalizado por un cuadro renal agudo. Invocamos para él la intercesión del Santo Cura Brochero para que pida a Jesús por su pronta recuperación.
 
🙏 Continuamos unidos en oración por medio del rezo del Santo Rosario poniendo en Manos de Nuestra Madre Bendita todas nuestras preocupaciones, alegrías y necesidades y pidiéndole a Ella paz para el mundo. Al rezar por la paz, rezamos por todo, por la paz en el mundo, en los corazones, porque la violencia sea desterrada, por la paz para los niños que están en peligro de ser abortados. Paz para los jóvenes que no encuentran el camino, paz para los deprimidos. Paz para los que no han tenido la dicha de conocer al Amor. En fin, rezamos por la paz, y sigamos haciéndolo.
Tú quisiste, Señor, que tu hijo unigénito soportara nuestras debilidades, para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia. Escucha las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos y conceda a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad, la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo ha llamado dichosos, y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo. Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor. Amén.
 
Extractos de cartas del Padre Pío
(Recopilación: P. Gianluigi Pasquale en “365 días con el Padre Pío”)
29 de enero
Ten esto siempre grabado en tu mente: que los hijos de Israel estuvieron durante cuarenta años en el desierto antes de llegar a la tierra prometida, si bien, para este viaje, habrían sido más que suficientes seis semanas. Pero no les fue permitido investigar por qué Dios los conducía por caminos tortuosos y ásperos; y todos aquellos que se rebelaron, murieron antes de llegar a ella. El mismo Moisés, que era gran amigo de Dios, murió en la frontera de la tierra prometida, y sólo la vio de lejos, sin poder gozarla. No te fijes mucho en el camino que pisas; ten los ojos siempre fijos en el que te guía y en la patria celeste hacia la que Él te conduce. ¿Por qué preocuparte sobre si será por los desiertos o por los campos que tú alcanzarás la meta, con tal de que Dios esté siempre contigo y tú llegues a la posesión de la bienaventurada eternidad? Créeme, mi buena hijita; desea también lo que me has manifestado; pero que todo lo hagas con calma; y sé paciente al esperar las misericordias del Señor.
(6 de diciembre de 1917, a Antonietta Vona, Ep. III, 828)
 
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)
 
 
 
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