PEQUEÑAS
SEMILLITAS Año
18 - Número 5447 ~ Domingo 8 de Octubre de 2023Desde
la ciudad de Córdoba (Argentina) ¡Alabado sea Jesucristo!
Estamos hacia el fin de la vida de Jesús. En estas parábolas finales
podemos vislumbrar la tristeza de Jesús al sentir el rechazo de los jefes
religiosos de Israel. Muy diferente de las primeras parábolas dirigidas a la
gente sencilla en que hablaba más del campo, de las ovejas, de luces en lo
alto, de pájaros y lirios, de trigo y de mostaza, estas parábolas del final son
más dramáticas y violentas. Hoy nos habla de la “viña del Señor”, que es sobre
todo el pueblo de Israel. Era por lo tanto una comparación muy conocida por
todos, especialmente por los fariseos y los jefes. Es como un resumen de la
historia de la salvación: Dios protege y separa a su pueblo para que dé frutos
de virtudes; pero los jefes religiosos se creen dueños de la religión y del
pueblo, y se instalan en su situación de privilegio. Dios manda profetas para
recordar sus deseos y los preceptos que les había dado; pero son maltratados y
algunos muertos. El último profeta sería san Juan Bautista. Por fin manda a su
propio Hijo; pero como su enseñanza va contra el orgullo y vanidad de estos
jefes religiosos, es rechazado y al final logran que muera. Estos jefes, que
eran malos, pero no tontos, entendieron que Jesús hablaba contra ellos y su
odio se acrecentó.
Después de todo el dramatismo, al final de la parábola triunfa el amor,
porque Dios entrega su viña a otros viñadores para que puedan conseguir fruto.
Es la construcción de un nuevo pueblo de Dios. La piedra fundamental será
Jesús; pero continúa la historia de la salvación, ahora por medio de la
Iglesia.
La Palabra de Dios Lecturas del día ♡ Primera Lectura: Is 5,1-7
♡ Salmo: Sal 79, 9 y 12. 13-14. 15-16. 19-20
♡ Segunda Lectura: Flp 4,6-9
♡ Santo Evangelio: Mt 21,33-43
En aquel tiempo, Jesús dijo a los sumos sacerdotes y a los ancianos del
pueblo: «Escuchad otra parábola. Era un propietario que plantó una viña, la
rodeó de una cerca, cavó en ella un lagar y edificó una torre; la arrendó a
unos labradores y se ausentó. Cuando llegó el tiempo de los frutos, envió sus
siervos a los labradores para recibir sus frutos. Pero los labradores agarraron
a los siervos, y a uno le golpearon, a otro le mataron, a otro le apedrearon.
De nuevo envió otros siervos en mayor número que los primeros; pero los
trataron de la misma manera. Finalmente les envió a su hijo, diciendo: ‘A mi
hijo le respetarán’.
»Pero los labradores, al ver al hijo, se dijeron entre sí: ‘Este es el
heredero. Vamos, matémosle y quedémonos con su herencia’. Y agarrándole, le
echaron fuera de la viña y le mataron. Cuando venga, pues, el dueño de la viña,
¿Qué hará con aquellos labradores?». Dícenle: «A esos miserables les dará una
muerte miserable arrendará la viña a otros labradores, que le paguen los frutos
a su tiempo». Y Jesús les dice: «¿No habéis leído nunca en las Escrituras: La
piedra que los constructores desecharon, en piedra angular se ha convertido;
fue el Señor quien hizo esto y es maravilloso a nuestros ojos? Por eso os digo:
Se os quitará el Reino de Dios para dárselo a un pueblo que rinda sus frutos».
♡ Comentario:
Hoy, contemplamos el misterio del rechazo de Dios en general, y de Cristo
en particular. Sorprende la reiterada resistencia de los hombres ante el amor
de Dios.
Pero la parábola hoy se refiere más específicamente al rechazo que los
judíos tuvieron con Cristo: «Finalmente les envió a su hijo, diciendo: ‘A mi
hijo le respetarán’. Pero los labradores, al ver al hijo, se dijeron entre sí:
‘Este es el heredero. Vamos, matémosle y quedémonos con su herencia’. Y
agarrándole, le echaron fuera de la viña y le mataron» (Mt 21,37-39). No es
fácil entender esto: es porque Cristo vino a redimir al mundo entero, y los
judíos esperan a su “mesías” particular que les dé a ellos el dominio de todo
el mundo…
Cuando estuve en Tierra Santa me dieron un prospecto turístico de Israel
donde están los judíos más famosos de la historia: desde Moisés, Gedeón y Josué
hasta Ben Gurión, que fue el realizador del Estado de Israel. Sin embargo, en
ese prospecto no está Jesucristo. Y Jesús ha sido el judío más conocido de la
historia: hoy se le conoce en el mundo entero, y ya hace dos mil años que
murió…
A los grandes personajes, al cabo del tiempo, se les admira, pero no se
les ama. Hoy nadie ama a Cervantes o a Miguel Ángel. Sin embargo, Jesús es el
más amado de la historia. Hombres y mujeres dan la vida por amor a Él. Unos de
golpe en el martirio, y otros “gota a gota”, viviendo sólo para Él. Son miles y
miles en el mundo entero.
Y Jesús es el que más ha influido en la historia. Valores hoy aceptados en
todas partes, son de origen cristiano. No sólo eso, sino que además se constata
que hoy hay un acercamiento a Jesucristo, también entre judíos (“nuestros
hermanos mayores en la fe”, como dijera San Juan Pablo II). Pidamos a Dios
particularmente por la conversión de los judíos, pues este pueblo, de grandes
valores, convertido al catolicismo, puede ser un gran beneficio para la
humanidad entera.
* P. Jorge LORING SJ (Cádiz, España)
Palabras del Santo Padre Pío «Que tu buen ángel de la guarda vele siempre sobre
ti, que pueda ser tu guía en el camino escabroso de la vida. Que siempre te
mantenga en la gracia de Jesús y te sostenga con sus manos para que no puedas
tropezar en una piedra. Que te proteja bajo sus alas de todas las trampas del
mundo, del demonio y la carne.»
Predicación del Evangelio: Dura crítica a los dirigentes religiosos La parábola de los «viñadores homicidas» es, sin duda, la más dura que
Jesús pronunció contra los dirigentes religiosos de su pueblo. No es fácil
remontarse hasta el relato original, pero, probablemente, no era muy diferente
del que podemos leer hoy en la tradición evangélica.
Los protagonistas de mayor relieve son, sin duda, los labradores encargados
de trabajar la viña. Su actuación es siniestra. No se parecen en absoluto al
dueño que cuida la viña con solicitud y amor para que no carezca de nada.
No aceptan al señor al que pertenece la viña. Quieren ser ellos los únicos
dueños. Uno tras otro, van eliminando a los siervos que él les envía con
paciencia increíble.
No respetan ni a su hijo. Cuando llega, lo «echan fuera de la viña» y lo
matan. Su única obsesión es «quedarse con la herencia».
¿Qué puede hacer el dueño? Terminar con estos viñadores y entregar su viña
a otros «que le entreguen los frutos». La conclusión de Jesús es trágica: «Yo
os aseguro que a vosotros se os quitará el reino de Dios y se dará a un pueblo
que produzca sus frutos».
A partir de la destrucción de Jerusalén el año 70, la parábola fue leída como
una confirmación de que la Iglesia había tomado el relevo de Israel, pero nunca
fue interpretada como si en el «nuevo Israel» estuviera garantizada la
fidelidad al dueño de la viña.
El reino de Dios no es de la Iglesia. No pertenece a la jerarquía. No es propiedad
de estos teólogos o de aquellos. Su único dueño es el Padre. Nadie se ha de
sentir propietario de su verdad ni de su espíritu. El reino de Dios está en «el
pueblo que produce sus frutos» de justicia, compasión y defensa de los últimos.
La mayor tragedia que puede sucederle al cristianismo de hoy y de siempre
es que mate la voz de los profetas, que los sumos sacerdotes se sientan dueños
de la «viña del Señor» y que, entre todos, echemos al Hijo «fuera», ahogando su
Espíritu. Si la Iglesia no responde a las esperanzas que ha puesto en ella su
Señor, Dios abrirá nuevos caminos de salvación en pueblos que produzcan frutos.
-
(P. José Antonio Pagola)
Poesía La tierra prometidaNo era un lugarla tierra prometida.No era una hermosa parcela,un trozo de paraísoo un terreno que llamar propio.No era el vergel o el oasis,el refugio o la calma.No era volver al Edén. Era la gente.Esa era la promesa. Un mundo de encuentros.Una amistad posible.El amor echando raíz. Eran aquellosa quienes siempre podías volver.Estaba en todas partes.Como el mismo Dios.-(José María Rodríguez Olaizola SJ) Nuevo vídeo y artículo Hay un nuevo vídeo
subido al blogde "Pequeñas Semillitas" en internetreferido al Evangelio de
este Domingo.Para verlo tienes que ir
al final de esta página: Hay nuevo material
publicado en el blog"Juan Pablo II inolvidable"sobre el tema: María del Santo RosarioPuedes acceder en la
dirección: AgradecimientosImaginemos que en el cielo hay dos oficinas diferentes para
tratar lo relativo a las oraciones de las personas en la tierra:
Una es para receptar pedidos de diversas gracias, y allí
los muchos ángeles que atienden trabajan intensamente y sin descanso por la
cantidad de peticiones que llegan en todo momento.
La otra oficina es para recibir los agradecimientos por las
gracias concedidas y en ella hay un par de ángeles aburridos porque
prácticamente no les llega ningún mensaje de los hombres desde la tierra para
dar gracias...
Desde esta sección de "Pequeñas Semillitas"
pretendemos juntar una vez por semana (los domingos) todos los mensajes para la
segunda oficina: agradecimientos por favores y gracias concedidas como
respuesta a nuestros pedidos de oración.
💕 Desde Montevideo, Uruguay, la
familia de la niña Federica M. G., de 16 años de edad, eleva una
plegaria de agradecimiento a Dios por el excelente resultado de la cirugía
realizada la semana pasada, en la cual le fue reparada una situación de severa
escoliosis que arrastraba desde pequeñita. La operación duró siete horas y el
resultado ha sido óptimo.
Bendito seas, Dios mío, porque a
pesar de ser yo indigno de toda ayuda, tu generosidad e infinita bondad nunca
dejan de otorgar el bien aún a los ingratos y a los que se han apartado de ti. Conviértenos
a ti, para que seamos agradecidos, humildes y piadosos, pues Tú eres nuestra
salud, nuestra fortaleza y nuestra salvación.
Meditaciones de “Pequeñas Semillitas” “Cuando vuelva el amo de la viña, ¿qué hará con aquellos labradores? Le
contestaron: Hará morir de mala muerte a esos malvados y arrendará la viña a
otros labradores que le entreguen los frutos a su tiempo... Por eso os digo que
se os quitará a vosotros el reino de los cielos y se dará a un pueblo que
produzca sus frutos”. (Mt 21, 40-43)
“No te canses de mí, Señor”. Esta debería ser nuestra oración casi
permanente. O al menos frecuente, tan frecuente como lo son nuestros pecados,
nuestras perezas, nuestra debilidad. Resulta admirable que el Señor no se haya
cansado de la humanidad, que no la haya destruido o abandonado a su suerte. Sin
embargo, esto no sólo no ha ocurrido, sino que además ha enviado a su único
hijo, Jesucristo, para redimirla, para enseñarnos el camino que conduce a la
felicidad. Sólo Dios podía amar tanto. Sólo Dios podía perseverar en el amor de
esta manera, incluso cuando el ser amado –el hombre- da tan pocas muestras de
arrepentimiento.
De lo que se trata esta semana es de pedir al Señor que no tire la toalla
con nosotros, que nos dé nuevas oportunidades para convertirnos, para
arrepentirnos, para mejorar, para confesarnos.
A la vez, se trata de no abusar de la paciencia y la bondad de Dios. De
intentar evitar todo lo que le moleste, todo pecado. Y de amarle y amar al
prójimo con todas nuestras fuerzas para compensar, de alguna manera, el daño
que otros y nosotros le hemos hecho. Deberíamos profundizar en un tema que fue
muy frecuente en la espiritualidad del siglo XIX y principios del XX: el del
desagravio. Amemos a Dios porque se lo merece. Pero amemos también para
desagraviarle por lo que otros le están ofendiendo y por lo que nosotros
mismos, en otras ocasiones, le hemos ofendido. Como hizo Abraham cuando intentó
salvar Sodoma, seamos los abogados de los pecadores, de nosotros mismos, con
nuestras buenas obras.
(P. Santiago Martín)
Recordando al Padre Natalio Cultiva la paciencia
Las buenas relaciones humanas en el hogar y fuera
del hogar necesitan un clima de aceptación mutua, de comprensión y compasión, y
en especial de paciencia. Es una faceta del amor. San Pablo en el magnífico
himno al amor en 1ª Corintios 13, dice que “el amor es paciente”. La paciencia
es difícil. Aquí tienes una anécdota para motivarte a cultivar esta
indispensable virtud.
Había un muchacho que tenía muy mal carácter.
Su padre le dio una bolsa de clavos y le dijo que cada vez que perdiera la
paciencia, debería clavar un clavo detrás de la puerta. El primer día, el
muchacho clavó 37 clavos detrás de la puerta. Y a medida que aprendía a
controlar su genio, añadía cada vez menos clavos en la puerta. Descubría que
era más fácil controlar sus arrebatos que fijar clavos en la puerta. Llegó el
día en que pudo controlar su carácter durante todo el día. Entonces el padre,
le sugirió que retirara un clavo cada día que lograra controlar su carácter.
Los días pasaron y el joven pudo finalmente anunciar a su padre que no quedaban
más clavos en la puerta. Su padre lo felicitó, lo tomó de la mano y lo llevó
hasta la puerta. Le dijo: "Has trabajado duro, hijo mío, pero mira todos
esos hoyos en la puerta. Nunca más será la misma. Cada vez que tu pierdes la
paciencia, dejas cicatrices como las que aquí ves".
¿No has comprobado que una palabra dura dicha en un
acceso de ira te trajo semanas de amargura? Un refrán tibetano afirma: “la
paciencia en un momento de enojo te evitará cien días de dolor”. Por la mañana
pídele al Señor toda la paciencia que necesites. Dile “Concédeme hoy fortaleza,
paciencia y serenidad. Que nada ni nadie me perturbe”. Que así sea.
(P. Natalio)
FELIPE -Jardinero de Dios-(el más pequeñito de todos) BLOG ”PEQUEÑAS
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