jueves, 29 de junio de 2023

Pequeñas Semillitas 5358

PEQUEÑAS SEMILLITAS
 
Año 18 - Número 5358 ~ Jueves 29 de Junio de 2023
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
¡Alabado sea Jesucristo!
Frente a los problemas cotidianos de la vida, no hay que desanimarse, porque, si existe en el alma el esfuerzo continuo por mejorar, al fin el Señor la premia, haciéndola florecer de golpe en todas las virtudes, como en un hermoso jardín florecido.
Comencemos este día , animados con la confianza de que Dios nos protege y nos cuida, mira nuestras necesidades y escucha nuestras plegarias... ¡Con oración sigamos caminando con un corazón dispuesto! ¡Recemos por todos los que necesitan oración y por la salvación de nuestras almas!
 
La Palabra de Dios
Lecturas del día
Primera Lectura: Hch 12,1-11
 
Salmo: Sal 33,2-3.4-5.6-7.8-9
 
Segunda Lectura: 2Tim 4,6-8.17-18
 
Santo Evangelio: Mt 16,13-19
En aquel tiempo, llegado Jesús a la región de Cesarea de Filipo, hizo esta pregunta a sus discípulos: «¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del hombre?». Ellos dijeron: «Unos, que Juan el Bautista; otros, que Elías, otros, que Jeremías o uno de los profetas». Díceles Él: «Y vosotros ¿quién decís que soy yo?». Simón Pedro contestó: «Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo». Replicando Jesús le dijo: «Bienaventurado eres Simón, hijo de Jonás, porque no te ha revelado esto la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en los cielos. Y yo a mi vez te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella. A ti te daré las llaves del Reino de los Cielos; y lo que ates en la tierra quedará atado en los cielos, y lo que desates en la tierra quedará desatado en los cielos».
 
Comentario:
Hoy celebramos la solemnidad de San Pedro y San Pablo, los cuales fueron fundamentos de la Iglesia primitiva y, por tanto, de nuestra fe cristiana. Apóstoles del Señor, testigos de la primera hora, vivieron aquellos momentos iniciales de expansión de la Iglesia y sellaron con su sangre la fidelidad a Jesús. Ojalá que nosotros, cristianos del siglo XXI, sepamos ser testigos creíbles del amor de Dios en medio de los hombres tal como lo fueron los dos Apóstoles y como lo han sido tantos y tantos de nuestros conciudadanos.
En una de las primeras intervenciones del Papa Francisco, dirigiéndose a los cardenales, les dijo que hemos de «caminar, edificar y confesar». Es decir, hemos de avanzar en nuestro camino de la vida, edificando a la Iglesia y confesando al Señor. El Papa advirtió: «Podemos caminar tanto como queramos, podemos edificar muchas cosas, pero si no confesamos a Jesucristo, alguna cosa no funciona. Acabaremos siendo una ONG asistencial, pero no la Iglesia, esposa del Señor».
Hemos escuchado en el Evangelio de la misa un hecho central para la vida de Pedro y de la Iglesia. Jesús pide a aquel pescador de Galilea un acto de fe en su condición divina y Pedro no duda en afirmar: «Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo» (Mt 16,16). Inmediatamente, Jesús instituye el Primado, diciendo a Pedro que será la roca firme sobre la cual se edificará la Iglesia a lo largo de los tiempos (cf. Mt 16,18) y dándole el poder de las llaves, la potestad suprema.
Aunque Pedro y sus sucesores están asistidos por la fuerza del Espíritu Santo, necesitan igualmente de nuestra oración, porque la misión que tienen es de gran trascendencia para la vida de la Iglesia: han de ser fundamento seguro para todos los cristianos a lo largo de los tiempos; por tanto, cada día nosotros hemos de rezar también por el Santo Padre, por su persona y por sus intenciones.
* Mons. Jaume PUJOL i Balcells, Arzobispo Emérito de Tarragona (Tarragona, España)
 
Santoral Católico:
San Pedro y San Pablo
🌻 SAN PEDRO, Príncipe de los Apóstoles, es Simón, a quien Jesús cambió el nombre por el de «Cefas» o Pedro. Era de Betsaida, aldea marinera situada a la ribera del mar de Galilea, donde ejercía el oficio de pescador junto con su padre y su hermano Andrés, también apóstol. Fue éste quien lo llevó a Jesús, el cual les dijo: «Venid conmigo, y os haré pescadores de hombres». Estaba casado y tenía un carácter noble, franco y vehemente, como puso de manifiesto en repetidas ocasiones. Estando por Cesarea de Filipo, a preguntas de Jesús, Pedro le respondió: «Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo», y el Maestro le prometió entonces el Primado: «Sobre esta piedra edificaré mi Iglesia». Pedro, en la noche más negra de la historia, negó por tres veces a Jesús; pero enseguida lloró su pecado, volvió al grupo y corrió la mañana de la Resurrección al sepulcro de Cristo, quien, cuando se les apareció más tarde en Galilea, le otorgó el Primado: «Apacienta mis ovejas». Después de Pentecostés, ejerció su apostolado en Jerusalén, Antioquía de Siria y luego en Roma como primer obispo de la misma. Allí fue crucificado, cabeza abajo como los esclavos, durante la persecución de Nerón, el año 64.
Oración: Señor, Dios nuestro, tú que entregaste a la Iglesia las primicias de tu obra de salvación, mediante el ministerio apostólico de san Pedro y san Pablo, concédenos, por su intercesión y sus méritos, los auxilios necesarios para nuestra salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
 
🌻 SAN PABLO, Apóstol de los gentiles, nació en Tarso (Turquía) y estudió en la escuela de Gamaliel en Jerusalén. Ferviente fariseo, presenció y aprobó el martirio de san Esteban y, llevado de su celo por la ley mosaica, persiguió a los cristianos. Convertido a Cristo en el camino de Damasco, hecho que celebramos el 25 de enero, se retiró al desierto y más tarde visitó a los Apóstoles y se incorporó a la comunidad cristiana. Con algunos compañeros recorrió, en tres largos viajes, amplias regiones de Asia Menor y Europa Oriental fundando numerosas comunidades cristianas. Su acción fue esencial para la extensión de la Iglesia a todas las gentes, más allá del pueblo judío. Sus cartas a las iglesias locales son alimento sustancial del que se nutre la Iglesia en todos los tiempos. Acusado de traicionar la Tradición de sus mayores, los judíos lo entregaron a la autoridad romana para acabar con él, pero Pablo, ciudadano romano, apeló al César, y fue trasladado a Roma. Allí permaneció dos años evangelizando con libertad, hasta que el año 67, durante la persecución de Nerón, fue decapitado en la Vía Ostiense.
Oración: Señor, tú que nos llenas de santa alegría en la celebración de la fiesta de san Pedro y san Pablo, haz que tu Iglesia se mantenga siempre fiel a las enseñanzas de aquellos que fueron fundamento de nuestra fe cristiana. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Para más información sobre ambos hacer clic acá.
© Directorio Franciscano – ACI Prensa – Catholic.net
 
Pensamientos del día
«Ámense constantemente los unos a los otros con un corazón puro, como quienes han sido engendrados de nuevo, no por un germen corruptible, sino incorruptible: la Palabra de Dios, es viva y eterna. Porque toda carne es como hierba y toda su gloria como flor del campo: la hierba se seca y su flor se marchita, pero la Palabra del Señor permanece para siempre»
(SAN PEDRO)
 
«Yo sé bien en quién tengo puesta mi fe, y estoy convencido de que es poderoso para guardar mi depósito hasta aquel día, es decir, hasta el día definitivo. Todo lo puedo en Cristo que me fortalece… ¡Ay de mí si no evangelizase!»
(SAN PABLO)
 
Tema del día:
Día del Papa
Como cada 29 de junio, la Iglesia Católica celebra en este día en todo el mundo el Día del Papa, solemnidad conjunta de los apóstoles Simón Pedro y Pablo de Tarso.
 
Es una de las mayores celebraciones religiosas para los cristianos católicos, y en el Santoral, es celebrado como "solemnidad". En esta fecha, que coincide la celebración de San Pedro, el primer Papa, y San Pablo, también llamado "el Apóstol", ambos considerados grandes pilares de la Iglesia. El 29 de junio es el aniversario de sus muertes.
 
El Papa es el obispo de Roma, cabeza de la Iglesia católica y del Colegio Episcopal, además de poseer el título de soberano en el Estado de la Ciudad del Vaticano.
 
El cargo de Papa es de tipo electivo, a través de un cónclave (reunión de cardenales con derecho a voto). El Papa actual es Francisco, de nombre secular Jorge Mario Bergoglio, cardenal argentino elegido sumo pontífice el 13 de marzo de 2013 luego de la renuncia de su antecesor el papa Benedicto XVI. Su cargo se corresponde al antiguo patriarca de Occidente de la Iglesia ecuménica, previa al Cisma de Oriente.
 
El Papa tiene otros títulos, como ‘santo padre’, ‘sumo pontífice’, ‘romano pontífice’, ‘pontífice máximo’, ‘vicario de Cristo’, ‘sucesor de Pedro’ y ‘siervo de los siervos de Dios’. A nivel internacional, el Papa recibe el trato de jefe de Estado y el tratamiento honorífico y protocolario de ‘su santidad’. Igualmente, es el representante por excelencia de la Santa Sede, la cual tiene personalidad jurídica propia, canónica e internacional. Asimismo, el pontífice posee inmunidad diplomática, es decir, no puede ser acusado en tribunales, ya que más de 170 países lo reconocen como soberano del Vaticano.
 
Conforme a la tradición católica, el papado tiene su origen en Pedro, apóstol de Jesús, que fue constituido como primer Papa y a quien se le otorgó la dirección de la Iglesia y el primado apostólico. Hasta el pontífice presente, la Iglesia católica enumera una lista de 266 papas en los dos milenios de historia de dicha institución.
 
El Romano Pontífice, como Sucesor de Pedro, es el principio y fundamento perpetuo y visible de unidad así de los obispos como de la multitud de los fieles. Es Pastor de toda la Iglesia y tiene potestad plena, suprema y universal.
 
Ya en la primera hora de la Iglesia, cuando Pedro estaba en la cárcel, toda la comunidad oraba insistentemente a Dios por él (cfr. Hc 12, 59). Hoy toda la Iglesia tiene el deber de orar por el Papa. Cuando oramos por el Sucesor de Pedro, que “preside la caridad de todas las Iglesias”, como afirmó San Ignacio de Antioquia, pedimos que la Iglesia se mantenga fiel a su magisterio, para que, como los primeros cristianos, vivamos como hermanos arraigados firmemente en el amor y en la caridad.
 
Junto con la oración y el agradecimiento, esta Jornada es una llamada a colaborar con nuestras limosnas y donativos a la colecta especial. A través de ella ayudamos al Papa para que pueda realizar su misión a favor de la Iglesia Universal y de los más pobres de la tierra.
 
Como jefe supremo de la Iglesia tiene las facultades de cualquier obispo, y además aquellas exclusivas e inherentes a la cátedra petrina, como la declaración universal de santidad (canonización), el nombramiento de cardenales y la potestad de declarar dogmas. Esta última es una de la más controvertidas, ya que implica la llamada infalibilidad papal, por la cual, conforme al dogma católico, el pontífice está exento de cometer errores en materias de fe y moral, pero únicamente si habla ex cathedra.
 
Esto significa que en la teología de la Iglesia católica, la infalibilidad pontificia constituye un dogma, según el cual el papa está preservado de cometer un error cuando él promulga a la Iglesia una enseñanza dogmática en temas de fe y moral bajo el rango de «solemne definición pontificia» o declaración ex cathedra. Como se considera una verdad de fe, ninguna discusión se permite dentro de la Iglesia católica y se debe acatar y obedecer incondicionalmente.
 
En este día del Papa unamos nuestras oraciones pidiendo que el Espíritu Santo ilumine al Papa Francisco para que pueda llevar adelante a la Iglesia en medio de un mundo tormentoso e incluso con fuertes crujidos divisionistas dentro de la propia institución.
 
Meditaciones de “Pequeñas Semillitas”
Cuando nos acercamos a la hora de cocinar, por lo general vemos qué es lo que tenemos en nuestra despensa o alacena para, a partir de eso, decidir qué comer. Y muchas veces nos desanimamos, porque no se nos ocurre qué hacer con eso que tenemos. Sin embargo, si consultamos o viene alguien más experto en el arte de la cocina, con muy poco, sugiere o prepara algo riquísimo.
Al ir al encuentro con Dios en la oración, la comparación bien nos viene. Puede ocurrirnos que al mirar la despensa o alacena del corazón, también nos encontremos bastante pobres. Hay poco de cada cosa, y de algunas, nada. Sin embargo, antes de desanimarnos, podríamos preguntar a Dios y pedirle que tome lo que hay, con la certeza de que hará maravillas. La preocupación, por tanto, de qué quiera cocinar en nosotros, se la dejamos a Dios.
Tal vez, pueda, con un poco de ternura y paciencia que encuentre en nosotros, cocinar el acompañar de un adulto mayor; tal vez, con un poco de alegría pueda cocinar un ambiente lindo a los que vayan llegando a casa o al trabajo; tal vez, con un poco de fortaleza pueda animar a los que andan tecleando; y así con todo. Dios siempre tendrá preparado algo para ofrecer, con lo que se cocine en nuestra oración.
(Javier Albisu S. J.)
 
Recordando al Padre Natalio
Tu presencia me envuelve
Cuando san Pablo habló a los atenienses en el Areópago, al referirse a Dios expresó que en él “vivimos, nos movemos y existimos”. Es una verdad de nuestra fe que Dios está en todas partes  y, por lo tanto, su presencia nos envuelve y penetra enteramente. En una valiosa oración, Mons. V. Fernández te ayuda a meditar esta realidad. Saca de ella fuerza que restaure tu vida.
 
Señor, tú eres vida, tú eres necesario para mí como el aire que respiro. Te doy gracias por el don de la vida, porque es maravilloso existir. Te adoro, Señor, porque así como el aire me rodea y penetra en mí, así también estoy rodeado por ti, me envuelves con tu presencia, lleno de vida y de alegría, me penetras con tu gracia y me transformas con tu presencia. Y junto con el aire que sale de mis pulmones, llévate todo lo que no me hace feliz, arroja fuera de mí toda impureza espiritual, expulsa todas mis angustias y tristezas, todos mis rencores y malos recuerdos, todo egoísmo y toda mala intención. Llévate todo, Dios mío, y déjame sólo tu gracia, tu vida. Quédate tú invadiendo todo mi ser y reinando en mí con tu gozo en medio de mis tareas. Amén.
 
Con los ojos cerrados, respirando lentamente, repite varias veces al espirar el aire de tus pulmones: “Llévate, Señor, mis angustias y tristezas, mis rencores y egoísmos”;  y luego al inspirar el aire, añade: “Lléname, Señor, con tu gracia y fortaleza, con tu paz y alegría”. Te deseo de corazón un día de mucha paz.
(P. Natalio) 
 
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)
 
 
 
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