sábado, 11 de marzo de 2023

Pequeñas Semillitas 5252

PEQUEÑAS SEMILLITAS
 
Año 18 - Número 5252 ~ Sábado 11 de Marzo de 2023
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
¡Alabado sea Jesucristo!
Cuando la semana va tocando a su fin, quiero traer esta reflexión que pertenece a William Ashoka Ross y dice:
“Desarrollar la habilidad de mirar a otra persona a los ojos -no de una manera dura o amenazadora sino suave y confiada- es sumamente eficaz para mejorar nuestra capacidad de amar. Cuando dos personas se miran a los ojos tiene lugar un profundo intercambio, una misteriosa ósmosis. Inténtalo, contempla de cerca los ojos de tu pareja sin retener la respiración, mientras lo hagas, relaja la cara y el cuerpo. Al cabo de poco descubrirás, si aún no lo has descubierto, por qué los ojos se llaman las ventanas del alma.”
 
La Palabra de Dios
Lecturas del día
Primera Lectura: Miqueas 7,14-15.18-20
 
Salmo: Sal 102,1-2.3-4.9-10.11-12
 
Santo Evangelio: Lc 15,1-3.11-32
En aquel tiempo, viendo que todos los publicanos y los pecadores se acercaban a Jesús para oírle, los fariseos y los escribas murmuraban, diciendo: «Este acoge a los pecadores y come con ellos». Entonces les dijo esta parábola. «Un hombre tenía dos hijos; y el menor de ellos dijo al padre: ‘Padre, dame la parte de la hacienda que me corresponde’. Y él les repartió la hacienda. Pocos días después el hijo menor lo reunió todo y se marchó a un país lejano donde malgastó su hacienda viviendo como un libertino. Cuando hubo gastado todo, sobrevino un hambre extrema en aquel país, y comenzó a pasar necesidad. Entonces, fue y se ajustó con uno de los ciudadanos de aquel país, que le envió a sus fincas a apacentar puercos. Y deseaba llenar su vientre con las algarrobas que comían los puercos, pero nadie se las daba. Y entrando en sí mismo, dijo: ‘¡Cuántos jornaleros de mi padre tienen pan en abundancia, mientras que yo aquí me muero de hambre! Me levantaré, iré a mi padre y le diré: Padre, pequé contra el cielo y ante ti. Ya no merezco ser llamado hijo tuyo, trátame como a uno de tus jornaleros’. Y, levantándose, partió hacia su padre.
»Estando él todavía lejos, le vio su padre y, conmovido, corrió, se echó a su cuello y le besó efusivamente. El hijo le dijo: ‘Padre, pequé contra el cielo y ante ti; ya no merezco ser llamado hijo tuyo’. Pero el padre dijo a sus siervos: ‘Traed aprisa el mejor vestido y vestidle, ponedle un anillo en su mano y unas sandalias en los pies. Traed el novillo cebado, matadlo, y comamos y celebremos una fiesta, porque este hijo mío estaba muerto y ha vuelto a la vida; estaba perdido y ha sido hallado’. Y comenzaron la fiesta.
»Su hijo mayor estaba en el campo y, al volver, cuando se acercó a la casa, oyó la música y las danzas; y llamando a uno de los criados, le preguntó qué era aquello. Él le dijo: ‘Ha vuelto tu hermano y tu padre ha matado el novillo cebado, porque le ha recobrado sano’. Él se irritó y no quería entrar. Salió su padre, y le suplicaba. Pero él replicó a su padre: ‘Hace tantos años que te sirvo, y jamás dejé de cumplir una orden tuya, pero nunca me has dado un cabrito para tener una fiesta con mis amigos; y ¡ahora que ha venido ese hijo tuyo, que ha devorado tu hacienda con prostitutas, has matado para él el novillo cebado!’ Pero él le dijo: ‘Hijo, tú siempre estás conmigo, y todo lo mío es tuyo; pero convenía celebrar una fiesta y alegrarse, porque este hermano tuyo estaba muerto, y ha vuelto a la vida; estaba perdido, y ha sido hallado’».
 
Comentario:
Hoy vemos la misericordia, la nota distintiva de Dios Padre, en el momento en que contemplamos una Humanidad “huérfana”, porque —desmemoriada— no sabe que es hija de Dios. Cronin habla de un hijo que marchó de casa, malgastó dinero, salud, el honor de la familia... cayó en la cárcel. Poco antes de salir en libertad, escribió a su casa: si le perdonaban, que pusieran un pañuelo blanco en el manzano, tocando la vía del tren. Si lo veía, volvería a casa; si no, ya no le verían más. El día que salió, llegando, no se atrevía a mirar... ¿Habría pañuelo? «¡Abre tus ojos!... ¡mira!», le dice un compañero. Y se quedó boquiabierto: en el manzano no había un solo pañuelo blanco, sino centenares; estaba lleno de pañuelos blancos.
Nos recuerda aquel cuadro de Rembrandt en el que se ve cómo el hijo que regresa, desvalido y hambriento, es abrazado por un anciano, con dos manos diferentes: una de padre que le abraza fuerte; la otra de madre, afectuosa y dulce, le acaricia. Dios es padre y madre...
«Padre, he pecado» (cf. Lc 15,21), queremos decir también nosotros, y sentir el abrazo de Dios en el sacramento de la confesión, y participar en la fiesta de la Eucaristía: «Comamos y celebremos una fiesta, porque este hijo mío estaba muerto y ha vuelto a la vida» (Lc 15,23-24). Así, ya que «Dios nos espera —¡cada día!— como aquel padre de la parábola esperaba a su hijo pródigo» (San Josemaría), recorramos el camino con Jesús hacia el encuentro con el Padre, donde todo se aclara: «El misterio del hombre sólo se esclarece en el misterio del Verbo encarnado» (Concilio Vaticano II).
El protagonista es siempre el Padre. Que el desierto de la Cuaresma nos lleve a interiorizar esta llamada a participar en la misericordia divina, ya que la vida es un ir regresando al Padre.
* Rev. D. Jordi POU i Sabater (Sant Jordi Desvalls, Girona, España)
 
Santoral Católico:
San Eulogio de Córdoba
Nació en Córdoba, España, a comienzos del siglo IX y en esta ciudad ejerció su ministerio sacerdotal. Es el principal escritor de la Iglesia mozárabe, y uno de sus santos más importantes. Dada la difícil situación de la comunidad cristiana española por la dominación árabe, san Eulogio fue siempre consuelo y aliento para todos los perseguidos por su fe. Lo decapitaron, por vivir y confesar públicamente la fe cristiana, el 11 de marzo del año 859, cuando había sido preconizado arzobispo de Toledo; en España su fiesta se celebra el 9 de enero.
Oración: Señor y Dios nuestro: tú que, en la difícil situación de la Iglesia mozárabe, suscitaste en san Eulogio un espíritu heroico para la confesión intrépida de la fe, concédenos superar con gozo y energía, fortalecidos por ese mismo espíritu, todas nuestras situaciones adversas. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Para más información hacer clic acá.
© Directorio Franciscano – Píldoras de fe – Catholic.net
 
Cuaresma día a día
Día 18º. Sábado 11 de marzo de 2023
No mucho: ¡Todo! Habrás visto la película de "Los 7 magníficos": A Yul Briner le quieren contratar unos mejicanos para que les defienda de unos bandidos; son campesinos; muy pobres. Le ofrecen todo lo que tienen, envuelto en un paño. Yul lo ve y dice: "Siempre me han ofrecido mucho, pero nunca todo". Aceptó, ¡claro! Dile ahora a Jesús: Con lo que Tú me amas (has dado la vida por mí), no puedo quedarme corto dándote sólo muchas cosas; te doy toda mi vida: quiero todo lo que Tú quieras.
Continúa hablándole a Dios con tus palabras.
Web Católico de Javier
 
Palabras del Santo Padre Pío
"Mantente siempre unido estrechamente a la santa Iglesia católica,
porque sólo ella te puede dar la paz verdadera,
ya que sólo ella posee a Jesús sacramentado.
Él es el verdadero príncipe de la paz"
 
Tema del día:
Ya no se puede ocultar
Cuando vemos que los grandes de la tierra aprueban leyes contra la vida, legalizando el aborto, las uniones homosexuales, etc., tenemos que pensar que esas ideas e iniciativas no son sólo humanas, sino que responden a un plan de Satanás, que es quien está detrás de todo este movimiento que comenzó desde los albores de la creación, con la lucha entre San Miguel Arcángel y las legiones de ángeles fieles, contra los demonios. Los hombres sólo somos meros instrumentos de esta gigantesca batalla, y los poderosos, especialmente ellos por ser en su mayoría soberbios y orgullosos, se prestan al juego del demonio y hacen las veces de demonios encarnados, promoviendo el crimen, porque Satanás es homicida desde el principio, y toda maldad viene de él.
 
Pero a quien sabe ver las cosas, nota que toda esta ofensiva está dirigida por Satanás que ya no se puede ocultar, porque él quiere mostrarse al mundo para ser adorado por él, y en la persona del Anticristo, quiere recibir honores, porque su deseo es ser adorado como si fuera un dios.
 
Elevemos la mirada sobre los pueblos y naciones, y veamos que en ellos y sobre ellos guerrean ángeles y demonios, ayudados los primeros por las personas de bien, y los segundos por los que se prestan al mal, sabiéndolo o sin saberlo.
 
Estamos en una guerra de la que depende no sólo nuestra eternidad feliz o desgraciada, sino la eternidad de muchísimas almas, y también el destino de la tierra y de todo lo que contiene.
 
Por eso no podemos quedarnos de brazos cruzados sino que tenemos que salir al combate, empezando por combatir contra nosotros mismos, contra nuestras pasiones desordenadas, evitar el pecado, rezar más, hacer penitencia y evangelizar, entonces sí que la situación puede cambiar, porque esto lo puede cambiar sólo Dios, que es el único que puede vencer al demonio.
 
Biblioteca de archivos
Recuerda que tenemos una Biblioteca de archivos. Ingresando en ella encontrarás una selección de más de 230 artículos publicados en “Pequeñas Semillitas” que podrás leer o descargar a tu computadora.
Para acceder a la Biblioteca hacer clic acá.
 
Humor de sábados
¿Por qué existe la menopausia?
Con la nueva tecnología aplicada para la fertilidad, una mujer de 65 años dio a luz a un bebé.
Cuando salió del hospital y fue a su casa, llegaron sus familiares a visitarla.
"¿Podemos ver al bebé?" preguntó uno de ellos.
"Todavía no", dijo la flamante madre de 65 años… "pronto".
Pasó media hora y otro de los familiares preguntó,
"¿Ya podemos conocer al nuevo bebé?"
"Todavía no", dijo la madre.
Pasó otro rato y volvieron a preguntarle impacientes a la madre:
"Bueno, bueno, ¿cuándo vamos a ver al bebé?"
"Cuando llore", fue la respuesta.
"¿Cuándo llore?" reclamaron…
"¿Por qué tenemos que esperar hasta que llore?"
"¡Porque no me acuerdo dónde  lo puse!"
 
Meditaciones de “Pequeñas Semillitas”
El Evangelio de mañana (tercer domingo de Cuaresma) nos narra el episodio del encuentro de Jesús con la samaritana. El Señor aprovechó aquel momento para dar una lección a sus discípulos y, a través de ellos, a todos nosotros: busca el agua viva, nos dice el Maestro. Busca el agua que sacia la sed, el agua de la felicidad interior, tan distinta a esa otra que ofrece el mundo y que puede ser muy satisfactoria en algún momento pero al poco tiempo te deja el paladar estragado.
Para buscar ese tipo de agua que Dios nos ofrece sólo necesitamos una cosa: darnos cuenta que de verdad es la mejor, que nos interesa estar junto a Jesús porque sólo junto a Él vamos a ser felices, por más que eso tenga un precio y nos suponga renunciar a otras cosas. El agua viva, el agua que sacia la sed de felicidad, sólo la tiene Cristo. Lo demás son imitaciones o, como mucho, realizaciones parciales. Sabiendo esto, estando convencidos de ello, no nos importará pagar el precio que sea para lograr ese preciado tesoro.
Para conseguirlo, continuando con el propósito de la semana anterior, debemos recordar aquellos momentos de nuestra vida en los cuales nos hemos sentido felices precisamente porque estábamos con Dios, porque teníamos paz interior. También debemos recordar aquellos otros en los que, por habernos alejado del Señor, las cosas han empezado a ir mal. Puede ser que eso no haya sucedido, porque no nos hayamos separado nunca de su lado. En ese caso, debemos fijarnos en lo que les ha pasado a los que lo han hecho, para darle gracias a Dios porque Él ha sido nuestro protector, la fuente de nuestra felicidad.
(Padre Santiago Martín)
 
Recordando al Padre Natalio
Felices los padres…
Un hijo escribió a su padre: “No me des todo lo que te pida; pues, a veces yo sólo pido para ver cuánto puedo obtener. No me des siempre órdenes; si a veces me pidieras las cosas, lo haría con más gusto. Cumple tus promesas; si me prometes un premio o un castigo, dámelo. No me compares con nadie; si me haces sentir peor que los demás, seré yo quien sufra”.
 
Felices los padres comprensivos, porque obtendrán la amistad de sus hijos. Felices los cariñosos, porque serán amados por sus hijos. Los que dan buen ejemplo, porque los imitarán con alegría. Felices los que son comprensivos, porque sus hijos los comprenderán. Los que acompañan a sus hijos, porque no se sentirán solos. Los que apoyan a sus hijos, porque éstos serán su apoyo. Los que escuchan a sus hijos, porque siempre serán atendidos. Felices los que velan por sus hijos, porque podrán cada noche dormir tranquilos.
 
“No me corrijas delante de los demás, enséñame a ser mejor cuando estemos a solas. No me grites, te respeto menos cuando lo haces y me enseñas a gritar. Déjame valerme por mí mismo o nunca aprenderé. Cuando estés equivocado admítelo, y crecerá la opinión que tengo de ti. Quiéreme y dímelo, me gusta oírtelo decir”. Una buena lección en pocas palabras.
(P. Natalio)
 
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)
 
 
 
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