jueves, 9 de marzo de 2023

Pequeñas Semillitas 5250

PEQUEÑAS SEMILLITAS
 
Año 18 - Número 5250 ~ Jueves 9 de Marzo de 2023
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
¡Alabado sea Jesucristo!
Pensemos en esta Cuaresma, que la mortificación, además de permitirnos seguir a Cristo en su afán de redimirnos en la Cruz, es también medio para progresar en las virtudes, pues mantiene nuestro corazón permanentemente dirigido a Dios.
¿Hay en mi alma ese anhelo de Dios nuestro Señor? ¿Hay en mi alma ese ardiente fuego por amar a Dios, por hacer que Dios realmente sea lo primero en mi vida? Éste es el camino de conversión, es la forma de ver el camino de la salvación. No nos quedemos simplemente en los comportamientos externos.
Vamos a pedirle a Jesucristo que nos conceda poseer una gran profundidad en nuestra vida para poder tener conciencia de nuestra debilidad, y, sobre todo, nos conceda un gran anhelo de vivir a su lado, porque si algún día en ese camino de conversión del corazón, por ligereza o por superficialidad, caemos, si tenemos el anhelo de amar a Dios, tenemos la certeza de que tarde o temprano, de una forma u otra, acabaremos amando.
 
La Palabra de Dios
Lecturas del día
Primera Lectura: Jeremías 17,5-10
 
Salmo: Sal 1,1-2.3.4.6
 
Santo Evangelio: Lc 16,19-31
En aquel tiempo, Jesús dijo a los fariseos: «Era un hombre rico que vestía de púrpura y lino, y celebraba todos los días espléndidas fiestas. Y un pobre, llamado Lázaro, que, echado junto a su portal, cubierto de llagas, deseaba hartarse de lo que caía de la mesa del rico pero hasta los perros venían y le lamían las llagas.
»Sucedió, pues, que murió el pobre y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham. Murió también el rico y fue sepultado. Estando en el Hades entre tormentos, levantó los ojos y vio a lo lejos a Abraham, y a Lázaro en su seno. Y, gritando, dijo: ‘Padre Abraham, ten compasión de mí y envía a Lázaro a que moje en agua la punta de su dedo y refresque mi lengua, porque estoy atormentado en esta llama’. Pero Abraham le dijo: ‘Hijo, recuerda que recibiste tus bienes durante tu vida y Lázaro, al contrario, sus males; ahora, pues, él es aquí consolado y tú atormentado. Y además, entre nosotros y vosotros se interpone un gran abismo, de modo que los que quieran pasar de aquí a vosotros, no puedan; ni de ahí puedan pasar donde nosotros’.
»Replicó: ‘Con todo, te ruego, padre, que le envíes a la casa de mi padre, porque tengo cinco hermanos, para que les dé testimonio, y no vengan también ellos a este lugar de tormento’. Díjole Abraham: ‘Tienen a Moisés y a los profetas; que les oigan’. Él dijo: ‘No, padre Abraham; sino que si alguno de entre los muertos va donde ellos, se convertirán’. Le contestó: ‘Si no oyen a Moisés y a los profetas, tampoco se convencerán, aunque un muerto resucite’».
 
Comentario:
Hoy, el Evangelio es una parábola que nos descubre las realidades del hombre después de la muerte. Jesús nos habla del premio o del castigo que tendremos según cómo nos hayamos comportado.
El contraste entre el rico y el pobre es muy fuerte. El lujo y la indiferencia del rico; la situación patética de Lázaro, con los perros que le lamen las úlceras (cf. Lc 16,19-21). Todo tiene un gran realismo que hace que entremos en escena.
Podemos pensar, ¿dónde estaría yo si fuera uno de los dos protagonistas de la parábola? Nuestra sociedad, constantemente, nos recuerda que hemos de vivir bien, con confort y bienestar, gozando y sin preocupaciones. Vivir para uno mismo, sin ocuparse de los demás, o preocupándonos justo lo necesario para que la conciencia quede tranquila, pero no por un sentido de justicia, amor o solidaridad.
Hoy se nos presenta la necesidad de escuchar a Dios en esta vida, de convertirnos en ella y aprovechar el tiempo que Él nos concede. Dios pide cuentas. En esta vida nos jugamos la vida.
Jesús deja clara la existencia del infierno y describe algunas de sus características: la pena que sufren los sentidos —«que moje en agua la punta de su dedo y refresque mi lengua, porque estoy atormentado en esta llama» (Lc 16,24)— y su eternidad —«entre nosotros y vosotros se interpone un gran abismo» (Lc 16,26).
San Gregorio Magno nos dice que «todas estas cosas se dicen para que nadie pueda excusarse a causa de su ignorancia». Hay que despojarse del hombre viejo y ser libre para poder amar al prójimo. Hay que responder al sufrimiento de los pobres, de los enfermos, o de los abandonados. Sería bueno que recordáramos esta parábola con frecuencia para que nos haga más responsables de nuestra vida. A todos nos llega el momento de la muerte. Y hay que estar siempre preparados, porque un día seremos juzgados.
* Rev. D. Xavier SOBREVÍA i Vidal (Sant Just Desvern, Barcelona, España)
 
Santoral Católico:
Santa Francisca Romana
Nació en Roma el año 1384 de familia noble y rica. Pronto se sintió atraída por la vida religiosa, pero no pudo rehuir la boda que sus padres le prepararon. Se casó muy joven y tuvo tres hijos. Fue una esposa amante y abnegada, que se adaptó y cuidó a su buen marido, y guardó las formas que su estado le exigían, sin renunciar por ello a su vida de oración, austeridad y penitencia. Encontró en su cuñada Vanozza una amiga y compañera ideal para la vida virtuosa. Fue siempre generosa con todos, especialmente con los indigentes. El año 1425 fundó la Congregación de Oblatas, bajo la Regla de San Benito, que no necesariamente vivían enclaustradas. Muerto su esposo en 1435, repartió sus bienes entre los pobres, se dedicó al cuidado de los enfermos, a los que atendía en sus casas, en los hospitales de Roma, e incluso en su propio domicilio, y desempeñó una admirable actividad con los necesitados, destacando, sobre todo, por su humildad y paciencia. Murió el año 1440.
Oración: Oh Dios, que nos diste en santa Francisca Romana un modelo singular de vida matrimonial y monástica, concédenos vivir en tu servicio con tal perseverancia, que podamos descubrirte y seguirte en todas las circunstancias de la vida. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Para más información hacer clic acá.
© Directorio Franciscano – ACI Prensa – Catholic.net
 
Santoral Católico:
Santa Catalina de Bolonia
Religiosa
Nació en Bolonia en 1413, de familia noble. Recibió una esmerada educación humanística en la corte de Ferrara. Después de la experiencia en una asociación piadosa de mujeres y de largos años de tribulación espiritual, formó parte, en 1432, de la primera comunidad de clarisas de Ferrara. La nombraron maestra de novicias, a las que dio una sólida formación con su ejemplo y sus consejos, fruto de sus experiencias. Allí escribió su obra principal, "Las siete armas", que tiene tanto de autobiografía como de tratado espiritual. En 1436 se trasladó a Bolonia con otras monjas, para poner en marcha, como abadesa, el nuevo monasterio. Sobresalió en la pobreza y humildad. Vivió el seguimiento de Cristo crucificado, la contemplación del Niño de Belén y el amor a la Eucaristía con su temperamento vivaz y artístico, propenso al canto y a la danza. Murió en Bolonia el 9 de marzo de 1463.
Oración: Señor, Dios nuestro, que has colmado de gracias extraordinarias a tu virgen santa Catalina de Bolonia, concédenos imitar sus virtudes para merecer con ella el gozo de tu reino. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
Para más información hacer clic acá.
© Directorio Franciscano – ACI Prensa – Catholic.net
 
Cuaresma día a día
Día 16º. Jueves 9 de marzo de 2023
Vocación. El director de una película de cine está ocupado en la tarea de escoger una actriz para protagonista de la película. Está sentado frente a su mesa de trabajo, sobre la cual yacen desplegadas docenas de fotografías facilitadas por los agentes cinematográficos. Al cabo de un rato, escoge una de ellas, la contempla detenidamente y dice a su secretaria: "Sí, éste es el tipo de mujer que necesito, llámela y cítela aquí mañana". Ni que decir que hay una inmensa diferencia entre un director cinematográfico y Dios, entre Hollywood y el Cielo. Con todo, a través de este ejemplo podemos hacernos una idea de la razón de ser de nuestra existencia. Allá, en lo más profundo de la eternidad, Dios planeó el universo entero y escogió a los protagonistas del gran argumento que habría de desarrollarse hasta el fin de los tiempos. Ante su divina mente fueron desfilando las fotografías de las almas ilimitadas en número que él podía crear.
Cuando se topó con tu imagen, se detuvo y dijo: "Quiero darle mi vida a esta persona, para que sea feliz. La necesito para que desarrolle un papel único, personal, y luego, goce de mi presencia durante toda la eternidad... Sí, la voy a crear". Ahora ya sabes cuál es tu misión. Eres el protagonista. De que tú hagas o dejes de hacer lo que Dios ha pensado para ti depende que muchas personas sean felices o no, se salven o no. Tus amigos necesitan que les ayudes a conocer a Jesús.
Madre mía, que como tú, diga a Jesús que sí en los planes que Él tiene para mí. Señor, quiero lo que quieras, quiero cuando quieras, quiero como quieras, quiero mientras quieras.
Coméntale a Dios con tus palabras algo de lo que has leído, Después termina con una oración final.
Web Católico de Javier
 
Palabras de Benedicto XVI
 
“Que María, Madre y Esclava fiel del Señor,
ayude a los creyentes a proseguir
la “batalla espiritual” de la Cuaresma
armados con la oración, el ayuno
y la práctica de la limosna.
Quien no da a Dios, da demasiado poco”
 
Tema del día:
Los cinco defectos de Jesús
Primer defecto: Jesús no tiene buena memoria
En la cruz, durante su agonía, Jesús oyó la voz del ladrón a su derecha:
«Jesús, acuérdate de mí cuando vengas con tu Reino». Si hubiera sido yo, le habría contestado: «No te olvidaré, pero tus crímenes tienen que ser expiados, al menos, con 20 años de purgatorio». Sin embargo Jesús le responde: «Te aseguro que hoy estarás conmigo en el paraíso». Él olvida todos los pecados de aquel hombre. La parábola del hijo pródigo nos cuenta que éste, de vuelta a la casa paterna, prepara en su corazón lo que dirá: «Padre, pequé contra el cielo y ante ti. Ya no merezco ser llamado hijo tuyo, trátame como a uno de tus jornaleros». Pero cuando el padre lo ve llegar de lejos, ya lo ha olvidado todo; corre a su encuentro, lo abraza, no le deja tiempo para pronunciar su discurso, y dice a los siervos, que están desconcertados: «Traed el mejor vestido y vestidle, ponedle un anillo en la mano y unas sandalias en los pies. Traed el novillo cebado, matadlo, y comamos y celebremos una fiesta, porque este hijo mío había muerto y ha vuelto a la vida; se había perdido y ha sido hallado». Jesús no tiene una memoria como la mía; no sólo perdona, y perdona a todos, sino que incluso olvida que ha perdonado.
 
Segundo defecto: Jesús no sabe matemáticas
Si Jesús hubiera hecho un examen de matemáticas, quizá lo hubieran reprobado. Lo demuestra la parábola de la oveja perdida. Un pastor tenía cien ovejas. Una de ellas se descarría, y él, inmediatamente, va a buscarla dejando las otras noventa y nueve en el redil. Cuando la encuentra, carga a la pobre criatura sobre sus hombros. Para Jesús, uno equivale a noventa y nueve, ¡y quizá incluso más! ¿Quién aceptaría esto? Cuando se trata de salvar una oveja descarriada, Jesús no se deja desanimar por ningún riesgo, por ningún esfuerzo.
 
Tercer defecto: Jesús no sabe de lógica
Una mujer que tiene diez dracmas pierde una. Entonces enciende la lámpara para buscarla. Cuando la encuentra, llama a sus vecinas y les dice: «Alegraos conmigo, porque he hallado la dracma que había perdido». ¡Es realmente ilógico molestar a sus amigas sólo por una dracma! ¡Y luego hacer una fiesta para celebrar el hallazgo! Y además, al invitar a sus amigas ¡gasta más de una dracma! Ni diez dracmas serían suficientes para cubrir los gastos...
Jesús, como conclusión de aquella parábola, desvela la extraña lógica de su corazón: «Os digo que, del mismo modo, hay alegría entre los ángeles de Dios por un solo pecador que se convierta».
 
Cuarto defecto: Jesús es un aventurero
El responsable de publicidad de una compañía o el que se presenta como candidato a las elecciones prepara un programa detallado, con muchas promesas. Nada semejante en Jesús. Su propaganda, si se juzga con ojos humanos, está destinada al fracaso. Él promete a quien lo sigue procesos y persecuciones. A sus discípulos, que lo han dejado todo por él, no les asegura ni la comida ni el alojamiento, sino sólo compartir su mismo modo de vida. A un escriba deseoso de unirse a los suyos, le responde: «Las zorras tienen guaridas, y las aves del cielo nidos; pero el Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza».
El pasaje evangélico de las bienaventuranzas, verdadero «autorretrato» de Jesús, aventurero del amor del Padre y de los hermanos, es de principio a fin una paradoja, aunque estemos acostumbrados a escucharlo: «Bienaventurados los pobres de espíritu..., bienaventurados los que lloran..., bienaventurados los perseguidos por la justicia..., bienaventurados seréis cuando os injurien y os persigan y digan con mentira toda clase de mal contra vosotros por mi causa. Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en los cielos».
Pero los discípulos confiaban en aquel aventurero. Desde hace más de dos mil años y hasta el fin del mundo no se agota el grupo de los que han seguido a Jesús. Basta mirar a los santos de todos los tiempos. Muchos de ellos forman parte de aquella bendita asociación de aventureros. ¡Sin dirección, sin teléfono, sin fax...!
 
Quinto defecto: Jesús no entiende ni de finanzas ni de economía
Recordemos la parábola de los obreros de la viña: «El Reino de los Cielos es semejante a un propietario que salió a primera hora de la mañana a contratar obreros para su viña. Salió luego hacia las nueve y hacia mediodía y hacia las tres y hacia las cinco..., y los envió a su viña». Al atardecer, empezando por los últimos y acabando por los primeros, pagó un denario a cada uno.
Si Jesús fuera nombrado administrador de una comunidad o director de empresa, esas instituciones quebrarían e irían a la bancarrota: ¿cómo es posible pagar a quien empieza a trabajar a las cinco de la tarde un salario igual al de quien trabaja desde el alba? ¿Se trata de un despiste, o Jesús ha hecho mal las cuentas? ¡No! Lo hace a propósito, porque -explica-: «¿Es que no puedo hacer con lo mío lo que quiero?, ¿O va a ser tu ojo malo porque yo soy bueno?».
 
Y nosotros hemos creído en el amor… Pero preguntémonos: ¿por qué Jesús tiene estos defectos?
 
- ¡Porque es Amor! El amor auténtico no razona, no mide, no levanta barreras, no calcula, no recuerda las ofensas y no pone condiciones.
-
Autor: Cardenal Francisco Xavier Nguyen Van Thuan
 
Meditaciones de “Pequeñas Semillitas”
Dios se siente feliz de que el mes de marzo, el mes de San José, corresponda a una parte de la Cuaresma, para que, durante este tiempo, con interés especial, cada uno de nosotros, en el silencio y la humildad que el Señor nos recomendó, se esfuerce como San José, por glorificar a Dios ofreciéndose a Él por la salvación del mundo.
Nuestros ejercicios de piedad y nuestras mortificaciones, nuestras obras de misericordia y nuestras limosnas son ofrendas que el Señor recibe y que, por medio del misterio de la Misa, une a su propio sacrificio para la salvación del mundo.
San José, custodio del misterio divino, con la ayuda de la gracia, vio cómo su amor de esposo y su sentido de la paternidad se renovaban, transformaban y transfiguraban para alcanzar una nueva dimensión en el sentido del servicio a Dios en favor de la salvación del mundo. Así, nosotros, a través de su intercesión, aprenderemos imitando su ejemplo.
La veneración a San José, sin querer igualarla, es inseparable de la de la Santísima Virgen y el lugar que ocupa en el misterio de la Encarnación es tan eminente que la Iglesia no exagera con los honores que le rinde.
 
Recordando al Padre Natalio
Solo no puedo, te necesito, Señor
Es muy oportuno para crecer en la fe practicar la oración de petición. Por ella permites a Dios entrar en la trama concreta de tu vida. Sientes así la presencia y cercanía del Señor en tus problemas cotidianos. A él no le molesta estar presente en los mínimos detalles de tu existencia, porque te ama. Es también un camino de sólida y auténtica humildad y sencillez.
 
Señor, sabes que a veces me dejo llevar por mi vanidad, por mi codicia, por mi impaciencia, por mis ambiciones egoístas. Cuando estoy solo recapacito y me lamento por cosas que hice o que dije, pero luego vuelvo a caer. Hago propósitos, pero duran poco tiempo. Te pido, Señor, que no me dejes solo con mis propias fuerzas. Necesito tu gracia, necesito los toques de tu Espíritu para reaccionar a tiempo, necesito tu luz que me ilumine para darme cuenta y también tu fuerza para tomar las decisiones correctas. Quiero crecer, Señor, porque todavía tengo vida y esperanza, porque no quiero detenerme en el camino, porque no quiero desaprovechar tus dones. Pero te necesito a ti, invoco tu Espíritu, clamo por tu poder. Ayúdame, Señor. Amén.
 
La oración humilde y confiada es el poder que Dios pone en tus manos para que, como un niño muy sencillo, le pidas todo lo que necesitas. Pero no debes suplicarle con desesperanza, ni con una oración agitada, como si quisieras exigirle el cumplimiento de tus deseos. A Dios hay que dejarle ser Dios y actuar con plena libertad. Él te ama, y sabe lo que más te conviene.
(P. Natalio)
 
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)
 
 
 
BLOG ”PEQUEÑAS SEMILLITAS”
”JUAN PABLO II INOLVIDABLE”
FACEBOOK de “FELIPE DE URCA”
FACEBOOK de “PEQUEÑAS SEMILLITAS”
TWITTER de “PEQUEÑAS SEMILLITAS”
INSTAGRAM: FELIPE DE URCA

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¡Gracias por participar comentando! Por favor, no te olvides de incluir tu nombre y ciudad de residencia al finalizar tu comentario dentro del cuadro donde escribes.