lunes, 31 de agosto de 2020

Pequeñas Semillitas 4432

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 15 - Número 4432 ~ Lunes 31 de Agosto de 2020
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina) 
Alabado sea Jesucristo…
Cuentan que un día, Agustín paseaba por la orilla de una playa reflexionando sobre el Misterio de la Santísima Trinidad. Su mente era incapaz de comprenderlo. En eso vio a un niño que estaba, con una pequeña conchita, sacando el agua del mar y echándola en un pocito en la arena.
¿Qué haces niño? – preguntó Agustín.
¿No lo ves?, estoy sacando toda el agua del mar para vaciarla en este pocito – dijo el niño.
Pero… ¿no te das cuenta que eso es imposible? – replicó Agustín.
Agustín – le dijo el niño – es mucho más fácil que yo logre hacer esto, que tú comprendas el Misterio de la Santísima Trinidad.
En efecto, el Niño Jesús se le había aparecido.
 
¡Buenos días!
Si pudiéramos cambiar...
Con frecuencia Dios, por sus profetas, invitó a Israel a revisar su estilo de vida para hacer los necesarios reajustes que exigía la alianza solemnemente pactada. La Palabra de Dios sigue invitándonos a cambiar para bien, y nos motiva con sabiduría a dar pasos de crecimiento espiritual. Ábrete a su mensaje y aprovecha su fuerza renovadora.
 
Si pudiéramos cambiar la mentira por la verdad. El recibir por el dar. El odio por el perdón. La duda por la fe. La envidia por la aceptación. La intolerancia por la paciencia. La dureza por la flexibilidad. El miedo por el coraje. El abandonar por el perseverar. Las palabras de más por la prudencia. La soberbia por la humildad. La burla por la piedad. El conformarse por el progresar. El ocio por el trabajo. Los sueños por su realización. La ambición desmedida por el honor. Si pudiéramos cambiar esto, sentiríamos más cerca que nunca la presencia de Dios en nuestro corazón.
 
“Si yo cambiara mi manera de pensar hacia otros, me sentiría sereno. Si yo cambiara mi manera de actuar ante los demás, los haría felices. Si yo aceptara a todos como son, sufriría menos. Si yo me aceptara tal cual soy, quitándome mis defectos... ¡Cuánto mejoraría mi hogar y mi entorno! Si yo cambiara... ¡Cambiaría el mundo!”. Anímate a dar pasos positivos.
* Enviado por el P. Natalio
 
La Palabra de Dios
Lecturas del día
Primera Lectura: 1 Cor 2,1-5
 
Salmo: Sal 119 (118):97-102
 
Santo Evangelio: Lc 4,16-30
En aquel tiempo, Jesús se fue a Nazaret, donde se había criado y, según su costumbre, entró en la sinagoga el día de sábado, y se levantó para hacer la lectura. Le entregaron el volumen del profeta Isaías y desenrollando el volumen, halló el pasaje donde estaba escrito: «El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido para anunciar a los pobres la Buena Nueva, me ha enviado a proclamar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, para dar la libertad a los oprimidos y proclamar un año de gracia del Señor».
Enrollando el volumen lo devolvió al ministro, y se sentó. En la sinagoga todos los ojos estaban fijos en Él. Comenzó, pues, a decirles: «Hoy se cumple esta escritura que acabáis de oír». Y todos daban testimonio de Él y estaban admirados de las palabras llenas de gracia que salían de su boca. Y decían: «¿No es éste el hijo de José?». Él les dijo: «Seguramente me vais a decir el refrán: ‘Médico, cúrate a ti mismo’. Todo lo que hemos oído que ha sucedido en Cafarnaúm, hazlo también aquí en tu patria». Y añadió: «En verdad os digo que ningún profeta es bien recibido en su patria. Os digo de verdad: muchas viudas había en Israel en los días de Elías, cuando se cerró el cielo por tres años y seis meses, y hubo gran hambre en todo el país; y a ninguna de ellas fue enviado Elías, sino a una mujer viuda de Sarepta de Sidón. Y muchos leprosos había en Israel en tiempos del profeta Eliseo, y ninguno de ellos fue purificado sino Naamán, el sirio».
Oyendo estas cosas, todos los de la sinagoga se llenaron de ira; y, levantándose, le arrojaron fuera de la ciudad, y le llevaron a una altura escarpada del monte sobre el cual estaba edificada su ciudad, para despeñarle. Pero Él, pasando por medio de ellos, se marchó.
 
Comentario:
Hoy, «se cumple esta escritura que acabáis de oír» (Lc 4,21). Con estas palabras, Jesús comenta en la sinagoga de Nazaret un texto del profeta Isaías: «El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido» (Lc 4,18). Estas palabras tienen un sentido que sobrepasa el concreto momento histórico en que fueron pronunciadas. El Espíritu Santo habita en plenitud en Jesucristo, y es Él quien lo envía a los creyentes.
Pero, además, todas las palabras del Evangelio tienen una actualidad eterna. Son eternas porque han sido pronunciadas por el Eterno, y son actuales porque Dios hace que se cumplan en todos los tiempos. Cuando escuchamos la Palabra de Dios, hemos de recibirla no como un discurso humano, sino como una Palabra que tiene un poder transformador en nosotros. Dios no habla a nuestros oídos, sino a nuestro corazón. Todo lo que dice está profundamente lleno de sentido y de amor. La Palabra de Dios es una fuente inextinguible de vida: «Es más lo que dejamos que lo que captamos, tal como ocurre con los sedientos que beben en una fuente» (San Efrén). Sus palabras salen del corazón de Dios. Y, de ese corazón, del seno de la Trinidad, vino Jesús —la Palabra del Padre— a los hombres.
Por eso, cada día, cuando escuchamos el Evangelio, hemos de poder decir como María: «Hágase en mí según tu palabra» (Lc 1,38); a lo que Dios nos responderá: «Hoy se cumple esta escritura que acabáis de oír». Ahora bien, para que la Palabra sea eficaz en nosotros hay que desprenderse de todo prejuicio. Los contemporáneos de Jesús no le comprendieron, porque lo miraban sólo con ojos humanos: «¿No es este el hijo de José?» (Lc 4,22). Veían la humanidad de Cristo, pero no advirtieron su divinidad. Siempre que escuchemos la Palabra de Dios, más allá del estilo literario, de la belleza de las expresiones o de la singularidad de la situación, hemos de saber que es Dios quien nos habla.
* Rev. D. David AMADO i Fernández (Barcelona, España)
 
Santoral Católico:
San Ramón Nonato
Cardenal
Nació en Portell, provincia de Lérida en España, el año 1200. Se le llama «Nonato» porque lo extrajeron del seno de su madre que acababa de morir. En 1224 ingresó en la Orden de la Merced (Mercedarios), siendo uno de los primeros compañeros de san Pedro Nolasco que la había fundado para la redención de cautivos y la formación religiosa y moral de los esclavos de los territorios ocupados por los árabes. Después de trabajar un tiempo en España, marchó a Argelia, donde se quedó como rehén y padeció mucho, a la vez que confortaba a sus compañeros de prisión. Vuelto a Cataluña y ya famoso, el papa Gregorio IX, en 1239, lo creó cardenal y lo llamó a Roma como consejero suyo. Emprendió el viaje, pero pronto unas fiebres violentas que le causaron la muerte el 31 de agosto de 1240 en Cardona (Barcelona).
Para más información hacer clic acá.
* Directorio Franciscano – Aciprensa – Catholic.net
 
Pensamiento del día
“No pienses, por tanto, que el pan y el vino eucarísticos son elementos simples y comunes: son nada menos que el cuerpo y la sangre de Cristo, de acuerdo con la afirmación categórica del Señor; y aunque los sentidos te sugieran lo contrario, la fe te certifica y asegura la verdadera realidad. Así, al pasar su cuerpo y su sangre a nuestros miembros, nos convertimos en portadores de Cristo. Y como dice el bienaventurado Pedro, nos hacemos partícipes de la naturaleza divina.”
(San Cirilo de Jerusalén)
 
Tema del día:
Los colores litúrgicos
La diversidad de colores en las vestiduras sagradas pretende expresar con más eficacia, aun exteriormente, tanto el carácter propio de los misterios de la fe que se celebran, como el sentido progresivo de la vida cristiana en el transcurso del año litúrgico. Así los cristianos oran con sentimientos diversos evocados también por los colores de las vestiduras litúrgicas.
 
🌞 Blanco
Se usa en tiempo pascual, tiempo de Navidad, fiestas del Señor, de la Virgen, de los ángeles, y de los santos no mártires. Es el color del gozo pascual, de la luz y de la vida. Expresa alegría y pureza.
 
🌞 Rojo
Se usa el domingo de Ramos, el Viernes Santo, Pentecostés, fiesta de los apóstoles y santos mártires. Significa el don del Espíritu Santo que nos hace capaces de testimoniar la propia fe aún hasta derramar la sangre en el martirio. Es el color de la sangre y del fuego.
 
🌞 Verde
Se usa en el tiempo ordinario (período que va desde el Bautismo del Señor hasta Cuaresma y desde Pentecostés hasta Adviento). Expresa la juventud de la Iglesia, el resurgir de una vida nueva. Se usa en los oficios y Misas del «ciclo anual».
 
🌞 Morado
Indica la esperanza, el ansia de encontrar a Jesús, el espíritu de penitencia; por eso se usa en Adviento, Cuaresma y liturgia de difuntos. Es signo de penitencia y austeridad.
 
Colores menos usados
 
🌞 Dorado o Plateado
Subraya la importancia de las grandes fiestas. En los días más solemnes pueden emplearse ornamentos más nobles, aunque no sean del color del día.
 
🌞 Rosa
Subraya el gozo por la cercanía del Salvador el Tercer Domingo de Adviento, e indica una pausa en el rigor penitencial el Cuarto Domingo de Cuaresma. Es símbolo de alegría, pero de una alegría efímera.
 
🌞 Azul o Celeste
Indica las fiestas marianas, sobre la Inmaculada Concepción.
 
🌞 Negro
Expresión de duelo.
 
Todos estos colores deben estar marcados también en nuestro corazón:
 
Debemos vivir con el vestido blanco de la pureza, de la inocencia. Reconquistar la pureza con nuestra vida santa.
Debemos vivir con el vestido rojo del amor apasionado a Cristo, hasta el punto de estar dispuestos a dar nuestra vida por Cristo, como los mártires.
Debemos vivir el color verde de la esperanza teologal, en estos momentos duros de nuestro mundo, tendiendo siempre la mirada hacia la eternidad.
Debemos vivir el vestido morado o violeta, pues la penitencia, la humildad y la modestia deben ser alimento y actitudes de nuestra vida cristiana.
Debemos vivir el vestido rosa, solo de vez en cuando, pues toda alegría humana es efímera y pasajera.
Debemos vivir con el vestido azul celeste mirando continuamente el cielo, aunque tengamos los pies en la tierra.
(Fuente: Catholic.net)
 
Meditaciones de “Pequeñas Semillitas”
El siglo XX está lleno de apariciones marianas: desde la más conocida en Fátima, a las menos publicitadas de Kibeho (Ruanda) y la de Akita (Japón). ¿Por qué la Virgen María está tan presente en medio de nosotros desde el siglo XX?
El padre René Laurentin -nacido el 19 de octubre de 1917, seis días después de la última aparición de la Virgen María en Fátima- ha viajado por el mundo entero para investigar estos hechos sobrenaturales. Él afirma que estas numerosas apariciones son un llamado urgente a nuestro mundo que corre hacia la autodestrucción.
"Hay situaciones muy graves en el mundo de hoy. Así que hay muchas razones para que la Virgen María se aparezca y venga a advertirnos", dijo. "El mundo ha rechazado a Dios. Se libra tranquilamente al pecado. Es como si tuviéramos que cortar las ramas del árbol sobre el que estamos posados.
Hoy estamos viviendo las consecuencias de esto. El mundo se destruye como consecuencia del pecado; no podemos salir de esto por nosotros mismos. La Madre de Dios nos llama a volver a lo esencial y nos invita a la oración y a la conversión. Nos dice que Dios existe y que debemos volver a Él.
 
Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas, monjas, religiosas, novicias, catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María;  por la conversión de todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por los cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por los niños con cáncer y otras patologías graves; por los jóvenes, especialmente los que han caído en las drogas o cualquier tipo de adicción, por las víctimas de trata, por el drama de los refugiados del Mediterráneo; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo; por las víctimas de catástrofes naturales; por la unión de las familias, por lo no nacidos, por la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio. En este tiempo pedimos especiales oraciones por todas las personas que en diversos países del mundo han sido afectadas por el coronavirus, rogando que el Sagrado Corazón de Jesús nos proteja ante esta terrible pandemia, y que con fe y esperanza, y siguiendo las indicaciones médicas de prevención, el riesgo de contagio vaya disminuyendo en todo el planeta.
 
Pedimos oración por el eterno descanso del alma de Rosalía C., de 81 años, de la provincia de Santa Fe, Argentina, que hace pocos días ha partido de este mundo para llegar a la presencia del Padre Celestial.
 
Pedimos oración para Julián, de 49 años de edad, residente en Canadá, con cuadro ansioso depresivo y crisis de pánico. Además tiene problemas serios en la visión y los médicos consideran que hay un fuerte componente emocional. Oramos para que acepte la posibilidad de un tratamiento psicológico y le resulte efectivo. También ponemos en nuestras plegarias a su mamá, Josefina, de 66 años de edad, que vive la comprensible preocupación por la situación de su hijo.
 
Pedimos oración para la familia Alvarez de Buenos Aires, Argentina, contagiados con COVID-19, rogando al Padre de los Cielos que se recuperen pronto.
 
Continuamos unidos en oración por medio del rezo del Santo Rosario poniendo en Manos de Nuestra Madre Bendita todas nuestras preocupaciones, alegrías y necesidades, poniendo al mundo entero en Manos de nuestra Madre y pidiéndole a Ella paz para el mundo. Al rezar por la paz, rezamos por todo, por la paz en el mundo, en los corazones, porque la violencia sea desterrada, por la paz para los niños que están en peligro de ser abortados. Paz para los jóvenes que no encuentran el camino, paz para los deprimidos. Paz para los que no han tenido la dicha de conocer al Amor. En fin rezamos por la paz, y sigamos haciéndolo.
Tú quisiste, Señor, que tu hijo unigénito soportara nuestras debilidades, para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia. Escucha las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos y conceda a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad, la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo ha llamado dichosos, y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo. Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor. Amén.
 
¡Hasta mañana! con Madre Teresa
Agosto 31
Es posible que en tu apartamento o en la casa de al lado, viva un ciego que se alegraría de que le hicieras una visita para leerle el periódico. Puede ser que haya una familia que esté necesitada de alguna cosa sin importancia a tus ojos, alguna cosa tan simple como el hecho de guardarle su hijo durante media hora. Hay muchísimas cosas que son tan pequeñas, que mucha gente no se da cuenta de ellas.
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)
 
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~AMDG~

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