domingo, 14 de junio de 2020

Pequeñas Semillitas 4355

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 15 - Número 4355 ~ Domingo 14 de Junio de 2020
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
“Mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí y yo en él” (Jn 6,56)
Es el amor lo que le ha llevado a Dios a hacerse un trozo de cosa para que podamos comerle. Y es el amor lo que nos lleva a estar con Él y a comulgar. Te comería a besos, dice la madre al chiquitín, porque el amor lleva a la unión, incluso física; desea ser uno en el otro. Y lo que el amor humano es incapaz de realizar, Dios lo ha hecho a través de un prodigio: poder comer su carne, beber su sangre. Cuerpo con cuerpo, alma con alma. Mayor unión que la unión (comunión) sacramental no se puede dar entre dos personas.
Sólo quien entienda de amor comprenderá qué significa esto, pues no son maneras de hablar. Son duras estas palabras, pero quien las entienda descubrirá cuánto nos ama Jesús y lo que espera de cada uno: amor.
* Padre Jesús Martínez García
 
¡Buenos días!
Pan y luz de lo alto
Alrededor de Jesús la gente se preguntaba y discutía sobre quién era este profeta asombroso. Al leer el Evangelio, pon atención especial cuando Jesús empieza por un “Yo soy”, pues va a dar una definición de sí mismo. Podrás apreciar la riqueza de la persona de Jesús, cuando medites en esas como pinceladas que describen su identidad.
 
Juan 6, 48-51: «Yo soy el pan de Vida. Sus padres, en el desierto, comieron el maná y murieron. Pero este es el pan que desciende del cielo, para que aquel que lo coma no muera.  Yo soy el pan vivo bajado del cielo. El que coma de este pan vivirá eternamente, y el pan que yo daré es mi carne para la Vida del mundo».
Juan 8, 12: «Jesús les dirigió una vez más la palabra, diciendo: Yo soy la luz del mundo. El que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la Vida».
Juan 8, 23: «Jesús continuó: Ustedes son de aquí abajo, yo soy de lo alto. Ustedes son de este mundo, yo no soy de este mundo».
 
“Pan de vida”, “luz del mundo”, “la puerta de las ovejas”, “el buen pastor”, “la resurrección y la vida”, “la vid verdadera”, “rey”, “camino, verdad y vida”, son algunos rasgos del perfil de Jesús que revelan su rica personalidad y su misión en la tierra. Lee meditando el Evangelio y crecerás en el conocimiento de las insondables riquezas del Señor.
* Enviado por el P. Natalio
 
La Palabra de Dios
Lecturas del día
Primera Lectura: Dt. 8,2-3.14b-16a
 
Salmo: Sal 147,12-13.14-15.19-20
 
Segunda Lectura: 1 Co 10,16-17
 
Santo Evangelio: Jn 6,51-58
En aquel tiempo, Jesús dijo a los judíos: «Yo soy el pan vivo, bajado del cielo. Si uno come de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo le voy a dar, es mi carne por la vida del mundo».
Discutían entre sí los judíos y decían: «¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?». Jesús les dijo: «En verdad, en verdad os digo: si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna, y yo le resucitaré el último día. Porque mi carne es verdadera comida y mi sangre verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre, permanece en mí, y yo en él. Lo mismo que el Padre, que vive, me ha enviado y yo vivo por el Padre, también el que me coma vivirá por mí. Éste es el pan bajado del cielo; no como el que comieron vuestros padres, y murieron; el que coma este pan vivirá para siempre».
 
Comentario:
Hoy, todo el mensaje que hemos de escuchar y vivir está contenido en “el pan”. El capítulo sexto del Evangelio según san Juan refiere el milagro de la multiplicación de los panes, seguido de un gran discurso de Jesús, uno de cuyos fragmentos escuchamos hoy. Nos interesa mucho entenderle, no sólo para vivir la fiesta del “Corpus” y el sacramento de la Eucaristía, sino también para comprender uno de los mensajes centrales de su Evangelio.
Hay multitudes hambrientas que necesitan pan. Hay toda una humanidad abocada a la muerte y al vacío, carente de esperanza, que necesita a Jesucristo. Hay un Pueblo de Dios creyente y caminante que necesita encontrarle visiblemente para seguir viviendo de Él y alcanzar la vida. Tres clases de hambre y tres experiencias de saciedad, que corresponden a tres formas de pan: el pan material, el pan que es la persona de Jesucristo y el pan eucarístico.
Sabemos que el pan más importante es Jesucristo. Sin Él no podemos vivir de ninguna manera: «Separados de mí no podéis hacer nada» (Jn 15,5). Pero Él mismo quiso dar de comer al hambriento y, además, hizo de ello un imperativo evangélico fundamental. Seguramente pensaba que era una buena manera de revelar y verificar el amor de Dios que salva. Pero también quiso hacerse accesible a nosotros en forma de pan, para que, quienes aún caminamos en la historia, permanezcamos en ese amor y alcancemos así la vida.
Quería ante todo enseñarnos que hemos de buscarle y vivir de Él; quiso demostrar su amor dando de comer al hambriento, ofreciéndose asiduamente en la Eucaristía: «El que coma este pan vivirá para siempre» (Jn 6,58). San Agustín comentaba este Evangelio con frases atrevidas y plásticas: «Cuando se come a Cristo, se come la vida (…). Si, pues, os separáis hasta el punto de no tomar el Cuerpo ni la Sangre del Señor, es de temer que muráis».
* Mons. Agustí CORTÉS i Soriano Obispo de Sant Feliu de Llobregat (Barcelona, España)
 
Palabras de San Juan Pablo II
“La Eucaristía es el sacramento de la ocultación más profunda de Dios bajo las especies en el hombre, sacramento de salida al mundo y entrada entre los hombres. Es el sacramento del amor más fuerte que la muerte. El sacramento de las especies pobres que se convierte en nuestra mayor riqueza. Es testimonio del don total de Dios, fruto de un amor sin límites. La Eucaristía nace del amor y sirve al amor”.
 
Predicación del Evangelio:
La Fiesta de Corpus Christi
La fiesta de Corpus Christi tiene como propósito la meditación sobre el sacramento del Cuerpo y Sangre de Cristo. Eso es, celebramos la fiesta para profundizar nuestro aprecio de la Eucaristía. Hace más de dos meses muchos no pueden recibir el sacramento debido al confinamiento. Sólo la comunión espiritual. Vale la pena reflexionar sobre los elementos de la fiesta de Corpus Christi para mejorar la experiencia de la comunión. Sea la comunión espiritual o la comunión sacramental, deberíamos querer recibirla con mayor aprecio.
 
El primer elemento de Corpus Christi es la misa. El sacerdote en persona de Cristo transforma el pan y el vino en el Cuerpo y la Sangre del Señor. Se hace presente Jesucristo en forma sacramental. Entonces venimos al altar para recibirlo. La maravilla es que la comida y la bebida sacramental no se convierten tanto en nuestros cuerpos. Más bien, la comida y bebida sacramental transforman a nosotros en el Cuerpo de Cristo, la Iglesia. Por eso, San Pablo pregunta a los corintios en la segunda lectura: “…el pan partimos, ¿no nos une a Cristo por medio de su cuerpo?” Claro que hace. Ciertamente somos unidos a Cristo también por la oración y el sacrificio, pero  no tan íntimamente. Las madres reprenderán a sus hijos que si siguen comiendo pizza, van a verse como una pizza. Es una broma. Pero es cierto que tanto más recibamos la Santa Comunión dignamente, tanto más nos convertimos en el Cuerpo de Cristo.
 
La característica más prominente de la primera lectura es el maná. Dios deja este alimento extraño para dar de comer a Su pueblo. Se encuentra en el suelo del desierto como el rocío en el césped en la madrugada. Pero no semejante al rocío el maná tiene una base sustancial. Se puede secarlo y molerlo para preparar pastelitos. Nos parece como la hostia usada en la misa. La hostia no parece nutritiva para nada. Sin embargo, transformada en el Cuerpo de Cristo, se hace en la fuente de la vida eterna.
 
La veneración del Santísimo comprende el elemento final de Corpus Christi. Por la veneración nos percatamos de lo que Jesús significa en el evangelio hoy. Dice: “’El que come de este pan vivirá para siempre’”. Es la vida del Padre, Hijo, y el Espíritu Santo. Consiste en el gozo de estar con aquellos que amamos y que nos aman. Será un compartir perfecto porque no habrá las preocupaciones y defectos que hacen la vida dura ahora.
* Padre Carmelo Mele OP
 
Poesía
Alégrate, alma mía
 
Si en pan tan soberano,
se recibe al que mide cielo y tierra;
si el Verbo, la Verdad, la Luz, la Vida
en este pan se encierra;
si Aquel por cuya mano
se rige el cielo, es el que convida
con tan dulce comida
en tan alegre día.
 
¡Oh cosa maravillosa!
Convite y quien convida es una cosa,
alégrate, alma mía,
pues tienes en el suelo
tan blanco y tan lindo pan como en el cielo.
(Miguel de Cervantes)
 
Mes del Sagrado Corazón de Jesús
14.- Las tentaciones.
Los apóstoles se acercaron un día a Jesús y le dijeron: "Maestro, tú nos invitas siempre a orar; nosotros somos ignorantes, enséñanos tú. Y Jesús siempre bueno, respondió: Cuando oréis hacedlo así: Padre nuestro que estás en los cielos"; y les enseñó la estupenda oración del Padre nuestro.
¿Sabes por qué Jesús quiere que oremos al Padre para no dejarnos caer en la tentación? Porque Él sabía que el demonio nos tentaría siempre y quería que nosotros pidiésemos la ayuda celestial para no sucumbir a la tentación. Él mismo permitió que el demonio le tentase para darnos ejemplo.
* Fuente: Web Católico de Javier
 
Nuevo vídeo y artículo
 
Hay un nuevo vídeo subido al blog
de "Pequeñas Semillitas" en internet.
Para verlo tienes que ir al final de esta página
 
Hay nuevo material publicado en el blog
"Juan Pablo II inolvidable"
Puedes acceder en la dirección:
 
Ofrecimiento para sacerdotes y religiosas
  
Formulo el siguiente ofrecimiento únicamente para sacerdotes o religiosas que reciben diariamente "Pequeñas Semillitas" por e-mail: Si desean recibir los comentarios del Evangelio del domingo siguiente con dos o tres días de anticipación, para tener tiempo de preparar sus meditaciones, homilías o demás trabajos pastorales sobre la Palabra de Dios, pueden pedírmelo a feluzul@gmail.com  
Sólo deben indicar claramente su nombre, su correo electrónico, ciudad de residencia y a qué comunidad religiosa pertenecen.
  
Agradecimientos
Imaginemos que en el cielo hay dos oficinas diferentes para tratar lo relativo a las oraciones de las personas en la tierra:
Una es para receptar pedidos de diversas gracias, y allí los muchos ángeles que atienden trabajan intensamente y sin descanso por la cantidad de peticiones que llegan en todo momento.
La otra oficina es para recibir los agradecimientos por las gracias concedidas y en ella hay un par de ángeles aburridos porque prácticamente no les llega ningún mensaje de los hombres desde la tierra para dar gracias...
Desde esta sección de "Pequeñas Semillitas" pretendemos juntar una vez por semana (los domingos) todos los mensajes para la segunda oficina: agradecimientos por favores y gracias concedidas como respuesta a nuestros pedidos de oración.
 
 Desde Cuba, nuestra lectora amiga Brígida escribe y dice: “Hermanos, nuevamente le escribo con el propósito de dar Gracias a Dios y a todos los que han orado por mí. Hizo un año de la fractura de mi pierna a causa del accidente, tiempo en que no me faltaron tribulaciones, pero tampoco me faltó la fe, la confianza en la bondad de Nuestro Señor. Hoy camino sin la ayuda de las muletas. Se mantiene el calambre y a veces un poco de dolor, pero tengo esperanzas de que podré volver a andar sin dificultades. Gracias Pequeñas Semillitas por contribuir a iluminar y alimentar mi fe. Un abrazo... Brígida de Cuba”.
 
¡Hasta mañana! con Madre Teresa
Junio 14
No des sólo lo superfluo... da tu corazón.
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)
 
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