martes, 14 de abril de 2020

Pequeñas Semillitas 4294

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 15 - Número 4294 ~ Martes 14 de Abril de 2020
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
La humildad es la fuente de toda grandeza. Ser humilde es tener autoestima, es saber hasta cuanto puedo hacer, y entender quién puede hacer algo mejor que yo y darle el espacio para que se desarrolle plenamente. El humilde mira a los demás con brillo en los ojos y se regocija por su éxito. Es la persona que primero te estrecha la mano para felicitarte por una buena acción o un proyecto productivo. Y automáticamente, tú le agradeces y lo tendrás siempre en tu corazón, pues el humilde vive en el corazón de todos y tiene uno de los mayores tesoros que existen, que es la amistad sincera.

¡Buenos días!
El fabricante de jabón
Dios creó al hombre libre. Frente a la verdad puede abrirse o cerrarse, aceptar o negar. Este es el misterio del hombre frente a la generosa oferta de salvación que Jesús, el Hijo de Dios nos hace. Si el Evangelio, levadura santa de Dios, no penetra en los corazones, jamás podrá mejorarse la masa humana y hacer retroceder la oscuridad del mal y del egoísmo.

Un fabricante de jabón dijo a un sacerdote: “El cristianismo no ha logrado nada. Hace 2000 años que se predica y el mundo no ha mejorado. Todavía hay mucho mal y gente mala”. El sacerdote señaló a un chico sucio de la cabeza a los pies, y respondió: “El jabón no ha logrado nada. Todavía hay suciedad y gente sucia en el mundo”. “El jabón –contestó el empresario– sirve solamente si se lo aplica”. Y el cura volvió a replicar: “La fe cristiana también”.

No basta escuchar y conocer las verdades de la fe: hay que vivirlas. “Dichoso el hombre que escucha la Palabra de Dios y la practica”. Sólo así tu vida adquirirá consistencia y nada la derribará, pasarás victorioso las pruebas de este mundo perecedero y tendrás junto a Dios una morada de eterna felicidad. El Señor te asista en el combate de la fe.
* Enviado por el P. Natalio

La Palabra de Dios
Lecturas del día
Primera Lectura: Hechos 2,36-41

Salmo: Sal 32,4-5.18-19.20.22

Santo Evangelio: Jn 20,11-18
En aquel tiempo, estaba María junto al sepulcro fuera llorando. Y mientras lloraba se inclinó hacia el sepulcro, y ve dos ángeles de blanco, sentados donde había estado el cuerpo de Jesús, uno a la cabecera y otro a los pies. Dícenle ellos: «Mujer, ¿por qué lloras?». Ella les respondió: «Porque se han llevado a mi Señor, y no sé dónde le han puesto». Dicho esto, se volvió y vio a Jesús, de pie, pero no sabía que era Jesús. Le dice Jesús: «Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas?». Ella, pensando que era el encargado del huerto, le dice: «Señor, si tú te lo has llevado, dime dónde lo has puesto, y yo me lo llevaré». Jesús le dice: «María». Ella se vuelve y le dice en hebreo: «Rabbuní», que quiere decir “Maestro”». Dícele Jesús: «No me toques, que todavía no he subido al Padre. Pero vete donde mis hermanos y diles: ‘Subo a mi Padre y vuestro Padre, a mi Dios y vuestro Dios’». Fue María Magdalena y dijo a los discípulos que había visto al Señor y que había dicho estas palabras.

Comentario:
Hoy, en la figura de María Magdalena, podemos contemplar dos niveles de aceptación de nuestro Salvador: imperfecto, el primero; completo, el segundo. Desde el primero, María se nos muestra como una sincerísima discípula de Jesús. Ella lo sigue, maestro incomparable; le es heroicamente adherente, crucificado por amor; lo busca, más allá de la muerte, sepultado y desaparecido. ¡Cuán impregnadas de admirable entrega a su “Señor” son las dos exclamaciones que nos conservó, como perlas incomparables, el evangelista Juan: «Se han llevado a mi Señor, y no sé dónde le han puesto» (Jn 20,13); «Señor, si tú te lo has llevado, dime dónde lo has puesto, y yo me lo llevaré»! (Jn 20,15). Pocos discípulos ha contemplado la historia, tan afectos y leales como la Magdalena.
No obstante, la buena noticia de hoy, de este martes de la octava de Pascua, supera infinitamente toda bondad ética y toda fe religiosa en un Jesús admirable, pero, en último término, muerto; y nos traslada al ámbito de la fe en el Resucitado. Aquel Jesús que, en un primer momento, dejándola en el nivel de la fe imperfecta, se dirige a la Magdalena preguntándole: «Mujer, ¿por qué lloras?» (Jn 20,15) y a la cual ella, con ojos miopes, responde como corresponde a un hortelano que se interesa por su desazón; aquel Jesús, ahora, en un segundo momento, definitivo, la interpela con su nombre: «¡María!» y la conmociona hasta el punto de estremecerla de resurrección y de vida, es decir, de Él mismo, el Resucitado, el Viviente por siempre. ¿Resultado? Magdalena creyente y Magdalena apóstol: «Fue María Magdalena y dijo a los discípulos que había visto al Señor» (Jn 20,18).
Hoy no es infrecuente el caso de cristianos que no ven claro el más allá de esta vida y, pues, que dudan de la resurrección de Jesús. ¿Me cuento entre ellos? De modo semejante son numerosos los cristianos que tienen suficiente fe como para seguirle privadamente, pero que temen proclamarlo apostólicamente. ¿Formo parte de ese grupo? Si fuera así, como María Magdalena, digámosle: —¡Maestro!, abracémonos a sus pies y vayamos a encontrar a nuestros hermanos para decirles: —El Señor ha resucitado y le he visto.
* Rev. D. Antoni ORIOL i Tataret (Vic, Barcelona, España)

Santoral Católico:
Santa Liduvina
Patrona de enfermos crónicos
Nació en Schiedam (Holanda) el año 1380. A los quince años sufrió un accidente cuando patinaba sobre el hielo, a consecuencia del cual quedó paralítica para el resto de su vida. Con el tiempo aumentaron las enfermedades y se multiplicaron los dolores hasta crearle una situación desesperante. Con la ayudad del sacerdote Juan de Pot, encontró sentido a sus padecimientos al unirlos a los de Cristo, con quien quiso colaborar en la salvación del mundo. Cobró fama de santidad y fueron muchas las personas, sanas o enfermas, que buscaron en ella esperanza y consuelo. Esta santa es la Patrona de los enfermos crónicos. Ella nos enseña a aprovechar la enfermedad para pagar nuestros pecados, convertir pecadores y conseguir un gran premio en el cielo. El decreto de Roma al declararla santa dice: Santa Liduvina fue "un prodigio de sufrimiento humano y de paciencia heroica". Murió en 1433.
Para más información hacer clic acá.
© Directorio Franciscano – Aciprensa – Catholic.net

Palabras del Papa Francisco
“Celebrar la Pascua, es volver a creer que Dios irrumpe y no deja de irrumpir en nuestras historias desafiando nuestros ‘conformantes’ y paralizadores determinismos. Celebrar la Pascua es dejar que Jesús venza esa pusilánime actitud que tantas veces nos rodea e intenta sepultar todo tipo de esperanza”.

Tema del día:
Consagración a la Virgen de Guadalupe
Santísima Virgen María de Guadalupe, Madre del verdadero Dios por quien se vive. En estos momentos, como Juan Diego, sintiéndonos “pequeños” y frágiles ante la enfermedad y el dolor, te elevamos nuestra oración y nos consagramos a ti.

Te consagramos nuestros pueblos, especialmente a tus hijos más vulnerables: los ancianos, los niños, los enfermos, los indígenas, los migrantes, los que no tienen hogar, los privados de su libertad. Acudimos a tu inmaculado Corazón e imploramos tu intercesión: alcánzanos de tu Hijo la salud y la esperanza.

Que nuestro temor se transforme en alegría; que en medio de la tormenta tu Hijo Jesús sea para nosotros fortaleza y serenidad; que nuestro Señor levante su mano poderosa y detenga el avance de esta pandemia.

Santísima Virgen María, “Madre de Dios y Madre de América Latina y del Caribe, Estrella de la evangelización renovada, primera discípula y gran misionera de nuestros pueblos”, sé fortaleza de los moribundos y consuelo de quienes los lloran; sé caricia maternal que conforta a los enfermos; sé compañía de los profesionales de la salud que los cuidan; y para todos nosotros, Madre, sé presencia y ternura en cuyos brazos todos encontremos seguridad.

De tu mano, permanezcamos firmes e inconmovibles en Jesús, tu Hijo, que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.

Biblioteca de archivos
Recuerda que en la página (blog) de "Pequeñas Semillitas" y también en "Juan Pablo II inolvidable", en la columna lateral derecha, hay un enlace con la misma imagen que ves arriba de este escrito, desde donde se ingresa a la Biblioteca de archivos. Ingresando allí encontrarás una selección de los mejores artículos publicados en “Pequeñas Semillitas” que podrás leer o descargar a tu computadora.
En estos días de cuarentena sanitaria, es un buen momento para buscar en esta Biblioteca películas con la vida de los santos...
Entre los archivos de texto (pdf) están en forma completa los documentos papales: "Lumen Fidei", "Evangelii Gaudium", "Misericordiae Vultus" y "Laudato Si". También está el Diario de Santa Faustina, hay enlaces para ver películas con la vida de grandes santos de la Iglesia y numerosos artículos más, de gran interés para los lectores.
Para acceder a la Biblioteca hacer clic acá.

Meditaciones de “Pequeñas Semillitas”
Los evangelios refieren varias apariciones del Resucitado, pero no hablan del encuentro de Jesús con su Madre. Ese silencio no debe llevarnos a concluir que, después de su resurrección, Cristo no se apareció a María; al contrario, nos invita a tratar de descubrir los motivos por los cuales los evangelistas no lo refieren.
Si los autores del Nuevo Testamento no hablan del encuentro de Jesús resucitado con su madre, tal vez se debe atribuir a que los que negaban la resurrección del Señor podrían haber considerado ese testimonio demasiado interesado y, por consiguiente, no digno de fe.
¿Cómo podría la Virgen, presente en la primera comunidad de los discípulos (cf. Hch 1, 14), haber sido excluida del número de los que se encontraron con su divino Hijo resucitado de entre los muertos?
Más aún, es legítimo pensar que probablemente Jesús resucitado se apareció a su Madre en primer lugar. La ausencia de María del grupo de las mujeres que al alba se dirigió al sepulcro (cf. Mc 16, 1; Mt 28, 1), ¿no podría constituir un indicio de que Ella ya se había encontrado con Jesús? Esta conclusión quedaría confirmada también por el hecho de que las primeras testigos de la resurrección, por voluntad de Jesús, fueron las mujeres, las cuales permanecieron fieles al pie de la cruz y, por tanto, más firmes en la fe.
* San Juan Pablo II

Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas, monjas, religiosas, novicias, catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María;  por la conversión de todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por los cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por los niños con cáncer y otras patologías graves; por el drama de los refugiados del Mediterráneo; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo; por las víctimas de catástrofes naturales; por la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio. En este tiempo pedimos especiales oraciones por todas las personas que en diversos países del mundo han sido afectadas por el coronavirus, rogando que el Sagrado Corazón de Jesús nos proteja ante esta terrible pandemia, y que con fe y esperanza, y siguiendo las indicaciones médicas de prevención, el riesgo de contagio vaya disminuyendo en todo el planeta.

Pedimos oración para Marta Cecilia S. (Chechu), de Córdoba, Argentina, persona con serios problemas de salud, que hace dos meses viajó a España para estar junto a su esposo gravemente enfermo (finalmente Luis falleció), y ahora no puede regresar a Argentina por la suspensión de vuelos y el cierre de las fronteras por la pandemia del coronavirus. Que el Señor Misericordioso permita que esta peste se detenga y que tanto Marta Cecilia como las miles de personas de diversas naciones que han quedado aisladas fuera de sus países puedan retornar definitivamente. 

Pedimos oración para las siguientes personas, todas de México: por el eterno descanso del alma de Luz María; por Roxana A., que tiene que viajar a acompañar a su hija en el parto pues está sola, y no puede hacerlo por el cierre de fronteras; por Javier D. B., con serios problemas neurológicos; y por Rafael O. M. que se encuentra en muy grave estado. Por todos ellos... ¡Te rogamos Señor!

Continuamos unidos en oración por medio del rezo del Santo Rosario poniendo en Manos de Nuestra Madre Bendita todas nuestras preocupaciones, alegrías y necesidades, poniendo al mundo entero en Manos de nuestra Madre y pidiéndole a Ella paz para el mundo. Al rezar por la paz, rezamos por todo, por la paz en el mundo, en los corazones, porque la violencia sea desterrada, por la paz para los niños que están en peligro de ser abortados. Paz para los jóvenes que no encuentran el camino, paz para los deprimidos. Paz para los que no han tenido la dicha de conocer al Amor. En fin rezamos por la paz, y sigamos haciéndolo.

¡Hasta mañana! con Madre Teresa
Abril 14
Para llegar a amar a alguien de verdad, uno se tiene que acercar de veras. Todo el mundo tiene necesidad de amor. Cada uno de nosotros necesita saber que significa algo para los demás y que tiene un valor inestimable a los ojos de Dios.
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)

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