PEQUEÑAS SEMILLITAS
Año
15 - Número 4260 ~ Sábado 29 de Febrero de 2020
Desde
la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
La
Cuaresma es el tiempo propicio para renovarse en el encuentro con Cristo vivo
en su Palabra, en los sacramentos y en el prójimo. El Señor ―que en los
cuarenta días que pasó en el desierto venció los engaños del Tentador― nos
muestra el camino a seguir. Que el Espíritu Santo nos guíe a realizar un
verdadero camino de conversión, para redescubrir el don de la Palabra de Dios,
ser purificados del pecado que nos ciega y servir a Cristo presente en los
hermanos necesitados. Animo a todos los fieles a que manifiesten también esta
renovación espiritual participando en las campañas de Cuaresma que muchas
organizaciones de la Iglesia promueven en distintas partes del mundo para que
aumente la cultura del encuentro en la única familia humana. Oremos unos por
otros para que, participando de la victoria de Cristo, sepamos abrir nuestras
puertas a los débiles y a los pobres. Entonces viviremos y daremos un
testimonio pleno de la alegría de la Pascua.
(Papa Francisco)
¡Buenos días!
Espera y ayuda
La
esperanza busca lo bueno en la gente, en lugar de subrayar lo malo. La
esperanza descubre lo que se puede hacer, en lugar de protestar por lo que no
se puede. La esperanza obtiene su poder de una profunda confianza en Dios y en
la bondad innata de la humanidad. La esperanza considera los problemas, sean
grandes o pequeños, como oportunidades.
Los vivientes pasan por etapas en que los signos
vitales disminuyen notablemente. Por ejemplo, muchos invertebrados, durante el
invierno, entran en un estado de hibernación en que su metabolismo desciende;
esto les ayuda a soportar el frío y la escasez de alimentos. Algo parecido les
pasa a los vegetales en la estación fría. A nuestro alrededor, hay personas que
también entran a veces en crisis especiales, en que llegan a perder signos de
normalidad y vitalidad. No es justo tomar decisiones de las que podríamos
arrepentirnos. Esperemos y ayudemos a que les vuelva la vida plena y exuberante
en una próxima primavera del corazón. Entretanto ora y anima.
“Si no
existiera la esperanza, el corazón estallaría”, suele oírse. Necesitamos
cultivar sin cesar la flor de la esperanza porque ella nos alienta a superar
las dificultades más graves. Los árabes dicen: “No desesperes en medio de las
más sombrías aflicciones, pues de las nubes más negras cae un agua limpia y
fecundante”. Mantén viva la esperanza.
* Enviado por el P. Natalio
La Palabra de Dios
Lecturas del día
♥ Primera Lectura: Is 58, 9b-14
♥ Salmo: Sal 85, 1-6
♥ Santo Evangelio: Lc 5,27-32
En aquel tiempo, Jesús salió y vio a un publicano
llamado Leví, sentado en el despacho de impuestos, y le dijo: «Sígueme». El,
dejándolo todo, se levantó y le siguió. Leví le ofreció en su casa un gran
banquete. Había un gran número de publicanos, y de otros que estaban a la mesa
con ellos. Los fariseos y sus escribas murmuraban diciendo a los discípulos:
«¿Por qué coméis y bebéis con los publicanos y pecadores?». Les respondió
Jesús: «No necesitan médico los que están sanos, sino los que están mal. No he venido
a llamar a conversión a justos, sino a pecadores».
♥ Comentario:
Hoy vemos cómo avanza la Cuaresma y la intensidad de
la conversión a la que el Señor nos llama. La figura del apóstol y evangelista
Mateo es muy representativa de quienes podemos llegar a pensar que, por causa
de nuestro historial, o por los pecados personales o situaciones complicadas,
es difícil que el Señor se fije en nosotros para colaborar con Él.
Pues bien, Jesucristo, para sacarnos toda duda nos
pone como primer evangelista el cobrador de impuestos Leví, a quien le dice sin
más: «Sígueme» (Lc 5,27). Con él hace exactamente lo contrario de lo que una
mentalidad “prudente” pudiera considerar si quisiéramos aparentar ser
“políticamente correctos”. Leví —en cambio— venía de un mundo donde padecía el
rechazo de todos sus compatriotas, ya que se le consideraba, sólo por el hecho
de ser publicano, colaboracionista de los romanos y, posiblemente, defraudador
por las “comisiones”, el que ahogaba a los pobres para cobrarles los impuestos,
en fin, un pecador público.
A los que se consideraban perfectos no se les podía
pasar por la cabeza que Jesús no solamente le llamara a seguirlo, sino ni tan
sólo a sentarse en la misma mesa.
Pero con esta actitud de escogerlo, Nuestro Señor
Jesucristo nos dice que más bien es este tipo de gente de quien le gusta
servirse para extender su Reino; ha escogido a los malvados, a los pecadores, a
los que no se creen justos: «Para confundir a los fuertes, ha escogido a los
que son débiles a los ojos del mundo» (1Cor 1,27). Son éstos los que necesitan
al médico, y sobre todo, ellos son los que entenderán que los otros lo
necesiten.
Hemos de huir, pues, de pensar que Dios quiere
expedientes limpios e inmaculados para servirle. Este expediente sólo lo
preparó para Nuestra Madre. Pero para nosotros, sujetos de la salvación de Dios
y protagonistas de la Cuaresma, Dios quiere un corazón contrito y humillado.
Precisamente, «Dios te ha escogido débil para darte su propio poder» (San
Agustín). Éste es el tipo de gente que, como dice el salmista, Dios no
menosprecia.
Rev. D. Joan Carles MONTSERRAT i Pulido (Cerdanyola del Vallès, Barcelona,
España)
Santoral Católico:
San Dositeo
Monje
En su jueventud, Dosieto ejerció la profesión de
soldado, y mientras realizaba un recorrido por Tierra Santa, fue impresionado
por un cuadro que representaba los tormentos del Infierno. Esta imagen fue el
punto de partida de su profunda y radical conversión.
Fue un monje contemplativo que renuncia a la propia
voluntad para ponerse en manos de Dios y que tiene un desprendimiento ejemplar
respecto a las cosas de este mundo, sin sentir apego por nada, porque cualquier
afición a personas u objetos era para él una atadura que le impedía estar
completamente disponible en su espera del Cielo.
San Dositeo se nos aparece en una desnudez heroica de
asceta negándose a apoyarse en nada humano, reducido a un manojo de ansias de
vivir sólo para Dios y entrar en su eternidad sin el menor lastre de afectos
relativos a esta tierra.
Para más información hacer clic acá.
© EWTN – Aciprensa
Palabras del Santo Padre
Pío
“Practicad con perseverancia la meditación a pequeños
pasos, hasta que tengáis piernas fuertes, o más bien alas. Tal como el huevo
puesto en la colmena se transforma, a su debido tiempo, en una abeja,
industriosa obrera de la miel. Sed vigilantes cuando meditéis. Generalmente los
que se entregan a la meditación, lo hacen con una especie de arrogancia, tan
ansiosos están por encontrar el sujeto susceptible de consolar su espíritu, y
esto es suficiente para impedirles encontrar lo que buscan”
Poesía
Tiempo de Cuaresma
Mi querido Señor, sombras y luces
en estos largos días cuando pienso,
muy afligido, en tu sufrir intenso,
sólo por mí, cargando con tus cruces.
Con tu pensar, Señor, tú me conduces
a descubrir aquí tu amor inmenso
cuando te muestras triste e indefenso,
y con ello por siempre me seduces.
Y es que un Dios que consiente su pasión
para darnos así la salvación
es, para cualquier hombre, inconcebible.
Por eso en estas horas te acompaño,
con este recordar de cada año,
para lograr contigo lo imposible.
-Joaquín Fernández-
Biblioteca de archivos
Recuerda que en la página (blog) de "Pequeñas
Semillitas" y también en "Juan Pablo II inolvidable", en la
columna lateral derecha, hay un enlace con la misma imagen que ves arriba de
este escrito, desde donde se ingresa a la Biblioteca de archivos. Ingresando
allí encontrarás una selección de los mejores artículos publicados en “Pequeñas
Semillitas” que podrás leer o descargar a tu computadora.
Entre los archivos de texto (pdf) están en forma
completa los documentos papales: "Lumen
Fidei", "Evangelii Gaudium",
"Misericordiae Vultus" y
"Laudato Si". También está
el Diario de Santa Faustina, hay enlaces para ver películas con la vida de
grandes santos de la Iglesia y numerosos artículos más, de gran interés para
los lectores.
Para acceder a la Biblioteca hacer clic acá.
Cuaresma:
40
días para acercarnos a Jesús
Día 4: Valentía
Cuando el pequeño David se enfrentó al gigante Goliat
todos presagiaban una derrota cantada. Pero David, además de su ánimo y su
entusiasmo, contaba con un poder especial: El poder de Dios.
Y David ganó el combate porque las victorias dependen
de la estatura del alma y no de la estatura del cuerpo. Lee el capítulo 17 del
primer libro de Samuel. Las victorias sobre el mal, las crisis y los problemas
dependen del estado de nuestro espíritu. La gran urgencia para todos es hacer a
diario "aeróbicos espirituales" en el gimnasio del alma.
Todo mejora cuando asumimos el compromiso diario de
orar, meditar y cuidar el alma. Así, unidos a Dios, vencemos el mal como David
y no sufrimos por andar en un serio eclipse espiritual.
(Alianza en Jesús por María)
Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el
Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes,
diáconos, seminaristas, monjas, religiosas, novicias, catequistas y todos los
que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para
que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto
con el Espíritu Santo; por las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de
Jesús y del Inmaculado Corazón de María;
por la conversión de todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por los
cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros
lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente
por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo,
el hambre y la pobreza; por los niños con cáncer y otras patologías graves; por
el drama de los refugiados del Mediterráneo; por los presos políticos y la
falta de libertad en muchos países del mundo; por las víctimas de catástrofes
naturales; por la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por
más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las
vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio.
¡Hasta mañana! con Madre
Teresa
Febrero 29
Igual que nuestra Señora debemos ser las sirvientas
del Señor y cada día, después de la santa comunión, apresurarnos para ir más
allá de las dificultades que encontraremos al ofrecer con todo nuestro corazón
y servicio a los pobres. Dar Jesús a los pobres en tanto que sirvientas del
Señor.
FELIPE
-Jardinero
de Dios-
(el más pequeñito de
todos)
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