PEQUEÑAS SEMILLITAS
Año
15 - Número 4234 ~ Lunes 3 de Febrero de 2020
Desde
la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
A
pesar de la tristeza y la desesperación, a pesar de los tiempos en que supuse
que nunca lo lograría, a pesar de los años en que la mente parecía una sala de
torturas y el cuerpo una prisión, a pesar de los años de dolor y alejamiento de
mi verdadera naturaleza, ha sido una vida llena de bendiciones, una vida de
riquezas indecibles, y no pudo haber sido de otra manera.
Y
si todo terminara mañana, si cayera el telón, todo quedaría resumido en una
sola palabra, tan sólo quedaría una palabra, y esa palabra sería la misma que
empezó todo esto, esa palabra es: Gratitud. ¡Gracias! Por todo, por la luz y la
oscuridad, por las pérdidas y las ganancias, por el placer y el dolor, y por la
inefable consciencia en donde todo surge y se desvanece como el canto de un
pájaro.
¡Buenos días!
El lobo harto y la oveja
Qué
valentía supone buscar con pasión la verdad, sin transigir con las excusas que
nos vuelven esclavos de nuestras mentiras. Sólo la verdad nos hará libres, dijo
Jesús. Libres y auténticos, al reconocer con sensatez nuestras “fortalezas” y
“debilidades”. No es fácil porque vivimos en un entorno de convencionalismos y
máscaras.
Un lobo hartado de comer vio a una oveja tendida en
el suelo. Dándose cuenta que se había desplomado simplemente de terror, se le
acercó, y tranquilizándola le prometió dejarla ir si le decía tres verdades. Le
dijo entonces la oveja que la primera es que preferiría no haberlo encontrado;
la segunda, que como ya lo encontró, hubiera querido encontrarlo ciego; y por
tercera verdad le dijo: -¡Ojalá, todos los lobos malvados, murieran de mala
muerte, ya que, sin haber recibido mal alguno de nosotras, nos hacen una guerra
cruel! Reconoció el lobo la realidad de aquellas verdades y dejó marchar a la
oveja.
Vivir
con sinceridad es decidirte a hablar con la verdad en la mano aunque a veces te
cueste; a no valerte de una mentira para salir de una dificultad o librarte de
una responsabilidad; a no mentir para que los demás piensen algo bueno de ti; a
reconocer con honestidad cuando te has equivocado sin tratar de justificarte.
He aquí un camino exigente de grandeza moral.
* Enviado por el P. Natalio
La Palabra de Dios
Lecturas del día
♥ Primera Lectura: 2 Sam 15, 13-14. 30; 16, 5-13
♥ Salmo: Sal 3, 2-8a
♥ Santo Evangelio: Mc 5,1-20
En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos llegaron al
otro lado del mar, a la región de los gerasenos. Apenas saltó de la barca, vino
a su encuentro, de entre los sepulcros, un hombre con espíritu inmundo que
moraba en los sepulcros y a quien nadie podía ya tenerle atado ni siquiera con
cadenas, pues muchas veces le habían atado con grillos y cadenas, pero él había
roto las cadenas y destrozado los grillos, y nadie podía dominarle. Y siempre,
noche y día, andaba entre los sepulcros y por los montes, dando gritos e
hiriéndose con piedras. Al ver de lejos a Jesús, corrió y se postró ante Él y
gritó con gran voz: «¿Qué tengo yo contigo, Jesús, Hijo de Dios Altísimo? Te
conjuro por Dios que no me atormentes». Es que Él le había dicho: «Espíritu
inmundo, sal de este hombre». Y le preguntó: «¿Cuál es tu nombre?». Le
contesta: «Mi nombre es Legión, porque somos muchos». Y le suplicaba con
insistencia que no los echara fuera de la región.
Había allí una gran piara de puercos que pacían al
pie del monte; y le suplicaron: «Envíanos a los puercos para que entremos en
ellos». Y se lo permitió. Entonces los espíritus inmundos salieron y entraron
en los puercos, y la piara -unos dos mil- se arrojó al mar de lo alto del
precipicio y se fueron ahogando en el mar. Los porqueros huyeron y lo contaron
por la ciudad y por las aldeas; y salió la gente a ver qué era lo que había
ocurrido. Llegan donde Jesús y ven al endemoniado, al que había tenido la
Legión, sentado, vestido y en su sano juicio, y se llenaron de temor. Los que
lo habían visto les contaron lo ocurrido al endemoniado y lo de los puercos.
Entonces comenzaron a rogarle que se alejara de su término.
Y al subir a la barca, el que había estado
endemoniado le pedía estar con Él. Pero no se lo concedió, sino que le dijo:
«Vete a tu casa, donde los tuyos, y cuéntales lo que el Señor ha hecho contigo
y que ha tenido compasión de ti». Él se fue y empezó a proclamar por la
Decápolis todo lo que Jesús había hecho con él, y todos quedaban maravillados.
♥ Comentario:
Hoy encontramos un fragmento del Evangelio que puede
provocar la sonrisa a más de uno. Imaginarse unos dos mil puercos
precipitándose monte abajo, no deja de ser una imagen un poco cómica. Pero la
verdad es que a aquellos porqueros no les hizo ninguna gracia, se enfadaron
mucho y le pidieron a Jesús que se marchara de su territorio.
La actitud de los porqueros, aunque humanamente
podría parecer lógica, no deja de ser francamente recriminable: preferirían
haber salvado sus cerdos antes que la curación del endemoniado. Es decir, antes
los bienes materiales, que nos proporcionan dinero y bienestar, que la vida en
dignidad de un hombre que no es de los “nuestros”. Porque el que estaba poseído
por un espíritu maligno sólo era una persona que «siempre, noche y día, andaba
entre los sepulcros y por los montes, dando gritos e hiriéndose con piedras»
(Mc 5,5).
Nosotros tenemos muchas veces este peligro de
aferrarnos a aquello que es nuestro, y desesperarnos cuando perdemos aquello
que sólo es material. Así, por ejemplo, el campesino se desespera cuando pierde
una cosecha incluso cuando la tiene asegurada, o el jugador de bolsa hace lo
mismo cuando sus acciones pierden parte de su valor. En cambio, muy pocos se
desesperan viendo el hambre o la precariedad de tantos seres humanos, algunos
de los cuales viven a nuestro lado.
Jesús siempre puso por delante a las personas,
incluso antes que las leyes y los poderosos de su tiempo. Pero nosotros,
demasiadas veces, pensamos sólo en nosotros mismos y en aquello que creemos que
nos procura felicidad, aunque el egoísmo nunca trae felicidad. Como diría el
obispo brasileño Helder Cámara: «El egoísmo es la fuente más infalible de
infelicidad para uno mismo y para los que le rodean».
Rev. D. Ramon Octavi SÁNCHEZ i Valero (Viladecans, Barcelona, España)
Santoral Católico:
San Blas
Obispo y Mártir
Nació en Sebaste (Armenia) en la segunda mitad del
siglo III. Según la tradición fue médico y cristiano ejemplar. Lo eligieron
obispo de su ciudad natal, y fue pastor prudente y celoso, intrépido protector
de sus fieles en las terribles persecuciones del Imperio Romano de principios
del siglo IV. Tuvo que huir a las montañas donde se entregó a la penitencia y
la contemplación. Lo apresaron, y su traslado ante el prefecto constituyó una
apoteosis popular, acompañada de milagros. Ante su negativa a renunciar a la
fe, lo sometieron a toda clase de tormentos, y murió decapitado en su ciudad
natal, con toda probabilidad el año 316. Su culto se extendió por toda Europa y
es invocado como intercesor en las enfermedades de garganta.
Oración: Escucha,
Señor, las súplicas de tu pueblo, que hoy te invoca apoyado en la protección de
tu mártir san Blas: concédenos, por sus méritos, la paz en esta vida y el
premio de la vida eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Para más información hacer clic acá.
© Directorio Franciscano – Aciprensa –
Catholic.net
Pensamiento del día
"Cásate con un
arqueólogo
y cuanto más vieja te hagas
más encantadora te encontrará"
(Agatha Christie)
Tema del día:
El hastío y el
aburrimiento
Hay mucha gente que se aburre mucho. A veces tanto
que, por ejemplo, incluso en su refugio televisivo tienen que esforzarse para
no ser engullidos por el zapping: van pasando continuamente de un canal a otro
y en vez de poder elegir entre cinco programas distintos, al final resulta que
todos les aburren y ellos mismos acaban arrastrados por esa posibilidad de
pasar de un programa a otro y no se enteran de lo que sucede en ninguno.
Están tan perezosos y aburridos que no tienen fuerza
ni para divertirse. Dejan simplemente pasar las horas sin encontrar nada que
les ilusione. Las tardes se les hacen interminables, dicen que todos los días
son iguales, que todo les cansa. Les cansa lo malo, y se cansan también de lo
bueno. Y se aburren los que tienen poco, y se aburren, incluso más, los que
tienen mucho.
El problema no son los aburrimientos transitorios,
sino el que toma posesión del estado habitual de ánimo, el de esa gente que con
veinte años dice que ya lo ha visto todo y que todo le aburre.
El aburrimiento es una enfermedad difícil de curar.
Hace poco leí que hay tres remedios contra esta enfermedad del aburrimiento: el
trabajo, el amor y el interés por los detalles pequeños. Y que esos tres
remedios, además, sólo se venden en forma de semilla: que hay que tener un poco
de paciencia, porque al principio son algo pequeño, pero luego crecen y acaban
floreciendo e iluminando la vida.
El aburrimiento general no se combate divirtiéndose.
Las diversiones pueden arrancar las hojas de la tristeza pero no arrancan su
raíz. Las diversiones resuelven sólo pequeños instantes de aburrimiento.
La forma de resolver el problema global del
aburrimiento es enamorándose de la tarea que nos ocupa la mayor parte del
tiempo que en esta vida pasamos levantados de la cama: trabajar. Quien se
entrega con generosidad al trabajo es difícil que conozca el aburrimiento.
El trabajo es uno de los mejores educadores del
carácter. El trabajo enseña a dominarse a uno mismo, a perseverar, a templar el
espíritu, a olvidar tonterías y a muchas cosas más.
Interesa descubrir el valor grande de cosas que
pueden parecer insignificantes. Nada es inútil. Todo es valioso. El encanto de
una labor se esconde detrás de ese disfrutar terminando bien las cosas,
cuidando esos detalles que hacen que nuestro trabajo sea un verdadero servicio
a los demás.
Que no nos suceda como en aquella oficina vacía en la
que un visitante hizo al ordenanza la siguiente pregunta: —¿Es que no trabajan
por la tarde? Y la respuesta fue: —Cuando no trabajan es por la mañana. Por la
tarde no vienen.
Alfonso Aguiló
Mensaje de María Reina
de la Paz
Mensaje de María Reina
de la Paz del 2 de febrero de 2020
“Queridos hijos, por obra de la decisión y del amor
de Dios, he sido elegida para ser la Madre de Dios y la Madre vuestra. Pero
también por mi voluntad y por mi amor ilimitado hacia el Padre Celestial y mi
completa confianza en Él, mi cuerpo fue el cáliz del Dios-hombre. He estado al
servicio de la verdad, del amor y de la salvación, como estoy aquí ahora, entre
vosotros, para invitaros, hijos míos, apóstoles de mi amor, a ser portadores de
la verdad; para invitaros a que, por medio de vuestra voluntad y amor por mi Hijo, difundáis Sus palabras, palabras
de salvación. Para que con vuestros actos mostréis, a quienes no han conocido a
mi Hijo, Su amor. La fuerza la encontraréis en la Eucaristía, en mi Hijo que os
nutre con Su cuerpo y os fortalece con Su sangre.
Hijos míos, juntad vuestras manos y mirad la Cruz en
silencio. De esa manera, obtenéis la fe para que la podáis difundir, obtenéis
la verdad para que podáis discernir, obtenéis el amor para saber realmente cómo
amar. Hijos míos, apóstoles de mi amor, juntad las manos, mirad la Cruz: solo en
la Cruz está la salvación. ¡Os agradezco!”
Meditaciones de
“Pequeñas Semillitas”
Marthe Robin (1902-1981 fue una mística católica
francesa estigmatizada. A los 21 años sufrió una enfermedad que le hizo
permanecer inmovilizada en su lecho hasta su muerte. Pasó 50 años de su vida
alimentándose únicamente con la Eucaristía.
En una oportunidad ella manifestó para referirse al
valor de la oración: “A veces, envidio a los que tienen la dicha de estudiar la
Teología... Pero la oración, la divina contemplación, ¿no rebasa en mucho en
conocimiento, en amor, en fuerza, los estudios más profundos? La experiencia es
más profunda, más luminosa, más fecunda que la ciencia. Para mí, toda mi teología,
toda mi ciencia, es el amor. ¡La unión de mi alma a Dios por Jesucristo, con la
Santísima Virgen! ¡Ni más ni menos!”
Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el
Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes,
diáconos, seminaristas, monjas, religiosas, novicias, catequistas y todos los
que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para
que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto
con el Espíritu Santo; por las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de
Jesús y del Inmaculado Corazón de María;
por la conversión de todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por los
cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros
lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente
por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo,
el hambre y la pobreza; por los niños con cáncer y otras patologías graves; por
el drama de los refugiados del Mediterráneo; por los presos políticos y la
falta de libertad en muchos países del mundo; por las víctimas de catástrofes
naturales; por la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por
más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las
vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio.
Pedimos oración por el alma de Felipe Luis, padre del autor de esta página, que hace trece años
fue llamado por Dios a su presencia.
Pedimos oración por el alma de Julia, de Ecuador, que hace dos días falleció santamente a los 95
años de edad. Dios la reciba en su gloria.
Pedimos oración por la operación de Ernesto M. R., de México, que se
realizará hoy para que Jesús guíe las manos de los médicos y todo salga bien; y
por las necesidades de la familia Hernández
T., de México.
Pedimos oración para la niña Alma María, de 13 años de edad, de San Luis, Argentina, que viaja a
Buenos Aires para ser vista por especialistas por problemas de columna
vertebral desviada. Que la Virgen de Lourdes acompañe este viaje junto a su
mamá Karina, y los controles sean satisfactorios.
Continuamos unidos en oración por medio del rezo del
Santo Rosario poniendo en Manos de Nuestra Madre Bendita todas nuestras
preocupaciones, alegrías y necesidades, poniendo al mundo entero en Manos de
nuestra Madre y pidiéndole a Ella paz para el mundo. Al rezar por la paz,
rezamos por todo, por la paz en el mundo, en los corazones, porque la violencia
sea desterrada, por la paz para los niños que están en peligro de ser
abortados. Paz para los jóvenes que no encuentran el camino, paz para los
deprimidos. Paz para los que no han tenido la dicha de conocer al Amor. En fin
rezamos por la paz, y sigamos haciéndolo.
¡Hasta mañana! con Madre
Teresa
Febrero 3
Si la pena y el sufrimiento, mi oscuridad y
separación te da una gota de consolación, Jesús mío, haz de mí lo que
quieras... Imprime en mi alma y vida el sufrimiento de tu corazón. Quiero
saciar tu sed con cada gota de sangre que puedas hallar en mí. No te preocupes
de volver pronto; estoy dispuesta a esperarte toda la eternidad.
FELIPE
-Jardinero
de Dios-
(el más pequeñito de
todos)
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