miércoles, 31 de julio de 2019

Pequeñas Semillitas 4074

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 14 - Número 4074 ~ Miércoles 31 de Julio de 2019
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
 
Alabado sea Jesucristo…
Carlos Julio Torres Pastorino, fue sacerdote, escritor y periodista brasileño (1910-1980). De sus tantos escritos tomamos este que nos sirve de motivación:
Cambia tu modo de pensar, y tendrás salud buena y estable. Deja ya de lamentarte de tus enfermedades. Las enfermedades se agravan con nuestros pensamientos negativos. ¡Aleja la enfermedad, sintiendo que te vas a sanar! ¡Tú puedes sanar completamente!
Todos los días mejoras, bajo todo punto de vista. Iniciemos entonces cada día con optimismo y mucha fe...

¡Buenos días!
Señor, creo en ti
Confiar en Dios, es depositar toda tu fe en él. Dejarle el cuidado de tus cosas. Permitirle disponer de tu futuro, porque sabes que te ama más que tú mismo. Reposa en él “como un niño en brazos de su madre” (Salmo 131). Y confía, sobre todo en las pruebas, cuando las cosas resultan incomprensibles.

Cuando llegan la dificultad y las pruebas, en los momentos de angustia, de duda o enfermedad, es bueno decir al Señor que seguimos creyendo en él. “Señor, tú siempre me has dado la fuerza necesaria, y yo, aunque débil, creo en ti. Señor, tú siempre me has dado la paz de cada día, y yo, aunque angustiado, creo en ti. Señor, tú siempre me has guardado en las pruebas, y yo, aunque estoy en ella, creo en ti. Señor, tú siempre has alumbrado mis tinieblas, y yo, aunque no tengo luz, creo en ti”.

“Descarguen en el Señor todas sus inquietudes, ya que él se ocupa de ustedes”. Si lees y meditas la Biblia, encontrarás esta exhortación y otras semejantes. Te ayudarán a fortalecer tu confianza en Dios que te ofrece refugio “a la sombra de sus alas mientras vienen calamidades” de cualquier clase y magnitud. “No temas, contigo estoy; yo te amo”,  te asegura Dios.
* Enviado por el P. Natalio

La Palabra de Dios
Lecturas del día
Primera Lectura: Éx 34, 29-35

Salmo: Sal 98, 5-7. 9

Santo Evangelio: Mt 13,44-46
En aquel tiempo, Jesús dijo a la gente: «El Reino de los Cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo que, al encontrarlo un hombre, vuelve a esconderlo y, por la alegría que le da, va, vende todo lo que tiene y compra el campo aquel.
»También es semejante el Reino de los Cielos a un mercader que anda buscando perlas finas, y que, al encontrar una perla de gran valor, va, vende todo lo que tiene y la compra».

Comentario:
Hoy, Mateo pone ante nuestra consideración dos parábolas sobre el Reino de los Cielos. El anuncio del Reino es esencial en la predicación de Jesús y en la esperanza del pueblo elegido. Pero es notorio que la naturaleza de ese Reino no era entendida por la mayoría. No la entendían los sanedritas que le condenaron a muerte, no la entendían Pilatos, ni Herodes, pero tampoco la entendieron en un principio los mismos discípulos. Sólo se encuentra una comprensión como la que Jesús pide en el buen ladrón, clavado junto a Él en la Cruz, cuando le dice: «Jesús, acuérdate de mí cuando estés en tu Reino» (Lc 23,42). Ambos habían sido acusados como malhechores y estaban a punto de morir; pero, por un motivo que desconocemos, el buen ladrón reconoce a Jesús como Rey de un Reino que vendrá después de aquella terrible muerte. Sólo podía ser un Reino espiritual.
Jesús, en su primera predicación, habla del Reino como de un tesoro escondido cuyo hallazgo causa alegría y estimula a la compra del campo para poder gozar de él para siempre: «Por la alegría que le da, va, vende todo lo que tiene y compra el campo aquel» (Mt 13,44). Pero, al mismo tiempo, alcanzar el Reino requiere buscarlo con interés y esfuerzo, hasta el punto de vender todo lo que uno posee: «Al encontrar una perla de gran valor, va, vende todo lo que tiene y la compra» (Mt 13,46). «¿A propósito de qué se dice buscad y quien busca, halla? Arriesgo la idea de que se trata de las perlas y la perla, perla que adquiere el que lo ha dado todo y ha aceptado perderlo todo» (Orígenes).
El Reino es paz, amor, justicia y libertad. Alcanzarlo es, a la vez, don de Dios y responsabilidad humana. Ante la grandeza del don divino constatamos la imperfección e inestabilidad de nuestros esfuerzos, que a veces quedan destruidos por el pecado, las guerras y la malicia que parecen insuperables. No obstante, debemos tener confianza, pues lo que parece imposible para el hombre es posible para Dios.
Rev. D. Enric CASES i Martín (Barcelona, España)

Santoral Católico:
San Ignacio de Loyola
Presbítero y Fundador de la Compañía de Jesús (Jesuitas)
Nació en Loyola (Guipúzcoa, España) el año 1491. De joven permaneció en la corte y se dedicó a la vida militar. Herido en la defensa de Pamplona, tuvo que guardar reposo, y las lecturas piadosas favorecieron su conversión a Dios. Se retiró a Montserrat y Manresa, dando inicio a los Ejercicios espirituales. Viajó a Tierra Santa y luego estudió en Alcalá, Salamanca y finalmente en París, donde reunió a los primeros compañeros, con los que fundó en Roma la Compañía de Jesús. Antes, en Venecia, se ordenó de sacerdote el año 1537. Escribió las constituciones de la Compañía, a la que dio como lema «A mayor gloria de Dios». Fructífero fue su apostolado, por las obras que escribió y por los discípulos que formó, que contribuyeron poderosamente a la verdadera reforma de la Iglesia. Envió a san Francisco Javier a Oriente como misionero. Para que Roma fuera un centro de ciencia eclesiástica, con un plantel de doctores de los que pudiera disponer el Papa, fundó el Colegio Romano, después llamado Universidad Gregoriana. Murió en Roma el 31 de julio de 1556.
Oración: Señor, Dios nuestro, que has suscitado en tu Iglesia a san Ignacio de Loyola para extender la gloria de tu nombre, concédenos que después de combatir en la tierra, bajo su protección y siguiendo su ejemplo, merezcamos compartir con él la gloria del cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Para más información hacer clic acá.
© Directorio Franciscano – Aciprensa – Catholic.net

Pensamientos de
San Ignacio de Loyola 
“Reza como si todo dependiera de Dios.
Trabaja como si todo dependiera de ti.”

“El examen de conciencia
es siempre el mejor medio
para cuidar bien el alma.”

“Si Dios te envía muchos sufrimientos
es una señal de que Él
tiene grandes planes para ti,
y ciertamente desea hacerte santo”

Tema del día:
Doctores de la Iglesia
El concepto de Doctor de la Iglesia tiene sus raíces en el concepto de didáskalos en el Nuevo Testamento y en el tiempo post-apostólico.

"Doctor/a de la Iglesia" es un título que la Iglesia (el Papa o un concilio ecuménico) otorga oficialmente a ciertos santos para reconocerlos como eminentes maestros de la fe para los fieles de todos los tiempos.

Entre los Padres, algunos adquieren un destacado relieve por haber iluminado ampliamente todo el campo de la revelación y abierto nuevos caminos a la teología de los siglos posteriores; el ejemplo más eminente es San Agustín, cuya autoridad excepcional fue reconocida inmediatamente después de su muerte por el papa Celestino I. La Iglesia reconoce en ellos los intérpretes autorizados de su doctrina.

Su lista se constituyó lentamente. Desde el siglo VIII, la Iglesia latina reconoce como tal a San Ambrosio, San Agustín, San Jerónimo y San Gregorio, mientras que la Iglesia griega reconocía tres grandes «doctores ecuménicos» en San Basilio, San Gregorio Nacianceno y San Juan Crisóstomo; la tradición latina posterior añadirá a éstos el nombre de San Atanasio, con lo que se tendrán cuatro doctores griegos como se tenían ya cuatro doctores latinos.

El título de doctor de la Iglesia recibió de Bonifacio VIII (1298) una primera consagración oficial y litúrgica; al igual que los apóstoles y evangelistas, los cuatro doctores latinos tienen oficio de rito doble con Credo en la misa.

Esta lista se ha engrosado considerablemente en los tiempos modernos. En 1567, el dominico San Pío V otorga el título de doctor a Santo Tomás de Aquino, y, en 1588, el franciscano Sixto V hace lo propio con San Buenaventura. En nuestros días han recibido el título y oficio de doctor, entre los Padres de la Iglesia, los siguientes: San Atanasio, San Hilario, San Basilio, San Cirilo de Jerusalén, San Gregorio Nacianceno, San Juan Crisóstomo, San Cirilo de Alejandría, San Pedro Crisólogo, San León, San Isidoro de Sevilla, San Juan Damasceno; entre los teólogos de la Edad Media y de los tiempos modernos, después de Santo Tomás y San Buenaventura lo han recibido San Beda (+ 735), San Pedro Damián (1072), San Anselmo (1109), San Bernardo (1153), San Antonio de Padua (1231), San Alberto Magno (1280), San Juan de la Cruz (1591) San Pedro Canisio (1597), San Roberto Belarmino (1621), San Francisco de Sales (1622) y San Alfonso María de Ligorio (1787). Santa Catalina de Siena, Santa Teresa de Jesús y Santa Teresa del Niño Jesús.

Recientemente, en octubre de 2012, san Juan de Ávila y Santa Hildegarda de Bingen fueron proclamados Doctores de la Iglesia por el Papa Benedicto XVI.

El título de doctor representa, además del oficio litúrgico, la recomendación de su doctrina, sobre todo en orden a la enseñanza

En la actualidad hay 35 Doctores de la iglesia, que (por orden alfabético) son:

San Agustín, San Alberto Magno, San Alfonso Ligorio, San Ambrosio, San Anselmo, San Antonio de Padua, San Atanasio, San Basilio el Grande, San Beda el Venerable, San Bernardo, San Buenaventura, San Cirilo de Alejandría, San Cirilo de Jerusalén, San Efrén, San Francisco de Sales, San Gregorio Magno, San Gregorio Nacianceno, San Hilario de Poitiers, Santa Hildegarda de Bingen, San Isidoro de Sevilla, San Jerónimo, San Juan Crisóstomo, San Juan Damasceno, San Juan de Ávila, San Juan de la Cruz, San León Magno, San Lorenzo de Brindisi, San Pedro Canisio, San Pedro Crisólogo, San Pedro Damiani, San Roberto Belarmino, Santa Catalina de Siena, Santa Teresa de Jesús (de Ávila), Santa Teresa de Lisieux, Santo Tomás de Aquino.
Fuente: Catholic.net

Nuevo vídeo

Hay un nuevo vídeo subido al blog
de "Pequeñas Semillitas" en internet:
Biografía de San Ignacio de Loyola.
Para verlo tienes que ir al final de esta página

Meditaciones de “Pequeñas Semillitas”
Hace unos días, durante una clase de catecismo un niño me sorprendió. Sólo tenía 5 niños inscritos y compré 6 regalos por si llegaba uno más. Pero cuál fue mi sorpresa, llegaron 2. ¿Qué iba a hacer para que los obsequios alcanzaran para todos?
Les traté de explicar que lo que les había llevado no alcanzaría para todos y que mejor se los entregaría el siguiente sábado. Una de las niñas, sin más ni más, me ve directamente a los ojos (cosa que a los adultos se nos olvida cuando hemos comenzado a crecer y tenemos que dar solución a un problema), y me dice: "No importa, dele a mis compañeros, a mí me lo entregará la próxima semana". Me dejó helado. Por un momento no supe qué hacer ni qué decir.
En tan sólo un instante pasaron por mi mente esos años en los que yo no era igual de desprendido que esa niña. ¡Qué vergüenza sentí! Cuantas veces me he encontrado en la misma situación y me ha importado más mi persona que quien me rodea.
¡Qué lección tan grande se encerraba en una personita tan pequeña! En ese momento mi Dios me recordó cuan valiosos son los más pequeños para Él. Y que cuanto más procuremos parecer como ellos más cerca estaremos de nuestro Dios.
Gracias Señor por amarme tanto y permitirme estar cerca de esos pequeñitos.
Reflexión: "Todo cambia y se desvanece, sólo Dios permanece". 

Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas, monjas, religiosas, novicias, catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María;  por la conversión de todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por los cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por los pacientes internados en la Casa de la Bondad en  Córdoba (Argentina); por los niños con cáncer y otras enfermedades graves; por el drama de los refugiados del Mediterráneo; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo; por las víctimas de catástrofes naturales; por la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio.

Continuamos unidos en oración por medio del rezo del Santo Rosario poniendo en Manos de Nuestra Madre Bendita todas nuestras preocupaciones, alegrías y necesidades, poniendo al mundo entero en Manos de nuestra Madre y pidiéndole a Ella paz para el mundo. Al rezar por la paz, rezamos por todo, por la paz en el mundo, en los corazones, porque la violencia sea desterrada, por la paz para los niños que están en peligro de ser abortados. Paz para los jóvenes que no encuentran el camino, paz para los deprimidos. Paz para los que no han tenido la dicha de conocer al Amor. En fin rezamos por la paz, y sigamos haciéndolo.

Cinco minutos con Jesús
Julio 31
Como verdadero discípulo del Señor debes dar testimonio de Él, de su doctrina, de su resurrección y de su actual vivencia en el mundo.
Jesús no sólo vive Él, sino que vivifica a los que se dejan influenciar por su Espíritu, que es Espíritu de Vida.
No es que Jesús, como Él nos advierte, necesite de nuestro testimonio; somos nosotros los que necesitamos vivir ese testimonio para vivir dentro del ámbito de la vida, o como dice Jesús: Digo esto para que se salven.
Triste y trágico sería que Jesús tuviera que afirmar también de nosotros: Ustedes nunca han escuchado la voz del Padre... y su Palabra no habita en ustedes.
(Padre Alfonso Milagro)
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)

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martes, 30 de julio de 2019

Pequeñas Semillitas 4073

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 14 - Número 4073 ~ Martes 30 de Julio de 2019
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Mi Dios, son tantas las veces que por tu causa he sido rechazado. Me gustaría que todos te amen como yo lo intento a diario; pero tu Palabra, aunque parece dura y bastante severa, es muy sabia y exige mucho de nosotros. No es que seas Tú el que nos divida, son las indiferencias y la negación a no seguir tus mandatos lo que causa que algunos se alejen de nosotros, los que te anunciamos y te amamos. Quien te sigue debe serte fiel en todo, incluso más allá de nuestros lazos familiares. Veo mi vida hoy, Señor, y me pregunto si he aportado algo para hacer crecer la fe en el corazón de los demás. Ayúdame con tu gracia a edificar mi camino de santidad practicando todas tus virtudes, renunciando a una vida de pecados y a rechazar todo tipo de sentimiento egoísta. Sólo tu presencia me asegurará un camino lleno de auténtica felicidad, y me dará la confianza para estar firme aún en el momento de la prueba y de la división. Confío en tu Paz, por eso ¡Ven Señor!, ven. Amén.
(Píldoras de Fe)

¡Buenos días!
Comprender y aceptar
Respetar las opiniones del otro es una de las mayores virtudes que un ser humano puede tener. Las personas son diferentes, por lo tanto piensan y actúan en forma distinta. No juzgues, tan sólo comprende. Alguien escribió con acierto: "Comprender es una palabra viva y la carne de esa palabra es amor”.  Reflexiona, pues, con amor y comprenderás mejor a los demás.

Un niño que sufría por las riñas y conflictos diarios de sus padres, preguntó un día a su papá cómo comenzaban las guerras. El papá, pacientemente, se sentó y empezó a explicarle: 
—Imaginemos que México se enoja con Guatemala... La mamá, que oía la charla, le interrumpió bruscamente: —Pero México y Guatemala no están enojados. El papá: —Lo sé, pero es un caso hipotético. La mamá: —Pero así confundes al niño. El papá: —¡No, mujer, no! La mamá —:¡Sí hombre, sí, no me contradigas! El niño: —Papá. ¡Ya entendí cómo comienza una guerra!

Las buenas relaciones humanas en el hogar y fuera del hogar necesitan un clima de aceptación mutua, de comprensión y compasión, y en especial de paciencia. Es una faceta del amor. San Pablo en el magnífico himno al amor en 1ª Corintios 13, dice que “el amor es paciente”. La paciencia es difícil. Pide ayuda al Señor y ejercítate todos los días. 
* Enviado por el P. Natalio

La Palabra de Dios
Lecturas del día
Primera Lectura: Éx 33, 7-11; 34, 5b-9. 28

Salmo: Sal 102, 6-13

Santo Evangelio: Mt 13,36-43
En aquel tiempo, Jesús despidió a la multitud y se fue a casa. Y se le acercaron sus discípulos diciendo: «Explícanos la parábola de la cizaña del campo». Él respondió: «El que siembra la buena semilla es el Hijo del hombre; el campo es el mundo; la buena semilla son los hijos del Reino; la cizaña son los hijos del Maligno; el enemigo que la sembró es el Diablo; la siega es el fin del mundo, y los segadores son los ángeles.
»De la misma manera, pues, que se recoge la cizaña y se la quema en el fuego, así será al fin del mundo. El Hijo del hombre enviará a sus ángeles, que recogerán de su Reino todos los escándalos y a los obradores de iniquidad, y los arrojarán en el horno de fuego; allí será el llanto y el rechinar de dientes. Entonces los justos brillarán como el sol en el Reino de su Padre. El que tenga oídos, que oiga».

Comentario:
Hoy, mediante la parábola de la cizaña y el trigo, la Iglesia nos invita a meditar acerca de la convivencia del bien y del mal. El bien y el mal dentro de nuestro corazón; el bien y el mal que vemos en los otros, el que vemos que hay en el mundo.
«Explícanos la parábola» (Mt 13,36), le piden a Jesús sus discípulos. Y nosotros, hoy, podemos hacer el propósito de tener más cuidado de nuestra oración personal, nuestro trato cotidiano con Dios. —Señor, le podemos decir, explícame por qué no avanzo suficientemente en mi vida interior. Explícame cómo puedo serte más fiel, cómo puedo buscarte en mi trabajo, o a través de esta circunstancia que no entiendo, o no quiero. Cómo puedo ser un apóstol cualificado. La oración es esto, pedirle “explicaciones” a Dios. ¿Cómo es mi oración?: ¿es sincera?, ¿es constante?, ¿es confiada?
Jesucristo nos invita a tener los ojos fijos en el Cielo, nuestra casa para siempre. Frecuentemente vivimos enloquecidos por la prisa, y casi nunca nos detenemos a pensar que un día —lejano o no, no lo sabemos— deberemos dar cuenta a Dios de nuestra vida, de cómo hemos hecho fructificar las cualidades que nos ha dado. Y nos dice el Señor que al final de los tiempos habrá una tría. El Cielo nos lo hemos de ganar en la tierra, en el día a día, sin esperar situaciones que quizá nunca llegarán. Hemos de vivir heroicamente lo que es ordinario, lo que aparentemente no tiene ninguna trascendencia. ¡Vivir pensando en la eternidad y ayudar a los otros a pensar en ello!: paradójicamente, «se esfuerza para no morir el hombre que ha de morir; y no se esfuerza para no pecar el hombre que ha de vivir eternamente» (San Julián de Toledo).
Recogeremos lo que hayamos sembrado. Hay que luchar por dar hoy el 100%. Y que cuando Dios nos llame a su presencia le podamos presentar las manos llenas: de actos de fe, de esperanza, de amor. Que se concretan en cosas muy pequeñas y en pequeños vencimientos que, vividos diariamente, nos hacen más cristianos, más santos, más humanos.
Rev. D. Iñaki BALLBÉ i Turu (Terrassa, Barcelona, España)

Santoral Católico:
San Pedro Crisólogo
Obispo y Doctor de la Iglesia
Nació hacia el año 380 en Imola (Emilia-Romaña, Italia), y entró a formar parte del clero de aquella ciudad. El año 424 fue elegido obispo de Ravena, e instruyó a su grey, de la que era pastor celosísimo, con su ejemplo y con abundantes sermones y escritos; poseemos unos 180 sermones suyos. Mantuvo unas fructíferas relaciones con la emperatriz Gala Plácida, con los obispos de su tiempo y sobre todo con el papa san León Magno. El título de Crisólogo, "palabra de oro", le fue dado en consonancia con la erudición y elocuencia de sus sermones. Murió en Imola el 31 de julio, hacia el año 450.
Oración: Señor Dios, que hiciste de tu obispo san Pedro Crisólogo un insigne predicador de la Palabra encarnada, concédenos, por su intercesión, guardar y meditar en nuestros corazones los misterios de la salvación y vivirlos en la práctica con fidelidad. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Para más información hacer clic acá.
© Directorio Franciscano – Aciprensa – Catholic.net

Pensamiento del día 
“Dejémonos sorprender por la novedad que sólo Cristo puede dar.
Dejemos que su ternura y su amor muevan nuestros pasos.”
(Papa Francisco)

Historias:
Las manos del abuelo
El abuelo, con noventa y tantos años, sentado débilmente en la banca del patio. No se movía, solo estaba sentado cabizbajo mirando sus manos. Cuando me senté a su lado no se dio por enterado y cuanto más tiempo pasaba, me pregunté si estaba bien. Finalmente, no queriendo realmente estorbarle sino verificar que estuviese bien, le pregunté cómo se sentía.

Levantó su cabeza, me miró y sonrió. "Sí, estoy bien, gracias por preguntar", dijo en una fuerte y clara voz.
"No quise molestarte, abuelo, pero estabas sentado aquí simplemente mirando tus manos y quise estar seguro de que estuvieses bien", le expliqué.
"¿Te has mirado alguna vez tus manos?" preguntó. "Quiero decir, ¿realmente has mirado tus manos?"

Lentamente abrí mis manos y me quedé contemplándolas. Las volteé, palmas hacia arriba y luego hacia abajo. No, creo que realmente nunca las había observado mientras intentaba averiguar qué quería decirme. El abuelo sonrió y me contó esta historia:

"Detente y piensa por un momento en tus manos, cómo te han servido bien a través de los años. Estas manos, aunque arrugadas, secas y débiles han sido las herramientas que he usado toda mi vida para alcanzar, agarrar y abrazar la vida.

Ellas pusieron comida en mi boca y ropa en mi cuerpo. Cuando niño, mi madre me enseñó a plegarlas en oración. Ellas ataron los cordones de mis zapatos y me ayudaron a ponerme mis botas. Han estado sucias, raspadas y ásperas, hinchadas y dobladas. Se mostraron torpes cuando intenté sostener a mi recién nacido hijo. Decoradas con mi anillo de bodas, le mostraron al mundo que estaba casado y que amaba a alguien especial.

Ellas temblaron cuando enterré a mis padres y esposa y cuando caminé por el pasillo con mi hija en su boda. Han cubierto mi rostro, peinado mi cabello y lavado y limpiado el resto de mi cuerpo. Han estado pegajosas y húmedas, dobladas y quebradas, secas y cortadas. Y hasta el día de hoy, cuando casi nada más en mí sigue trabajando bien, estas manos me ayudan a levantarme y a sentarme, y se siguen plegando para orar.

Estas manos son la marca de dónde he estado y la rudeza de mi vida. Pero más importante aún, es que son ellas las que Dios tomará en las Suyas cuando me lleve a casa. Y con mis manos, Él me levantará para estar a Su lado y allí utilizaré estas manos para tocar el rostro de Cristo".

Nunca volveré a mirar mis manos de la misma manera. Pero recuerdo que Dios estiró las Suyas y tomó las de mi abuelo y se lo llevó a casa.

Cuando mis manos están heridas o dolidas, pienso en el abuelo. Sé que él ha recibido palmaditas y abrazos de las manos de Dios. Yo también quiero tocar el rostro de Dios y sentir Sus manos en el mío.

Nuestras manos son una genuina bendición... de hecho, basta imaginarnos el vernos privados de ellas o su uso para darnos cuenta de cuán importantes son.

Otra cosa que la historia de hoy me hizo pensar fue lo que hacemos con esas manos en cuanto a nuestras relaciones con los demás: ¿las usaremos para abrazar y expresar cariño y afecto o las esgrimiremos para exhibir ira y rechazo? Ojalá que el pensamiento de hoy nos ayude a escoger con sabiduría.

Que el Señor te bendiga, amigo lector. 

Meditaciones de “Pequeñas Semillitas”
En la parábola del trigo y la cizaña, el Señor nos ha querido poner sobre aviso que a medida que vaya pasando el tiempo, el bien y el mal crecerán juntos, es decir, que los buenos y los malos se irán perfeccionando, los primeros en el bien, y los segundos en el mal. De modo que por eso es que en estos tiempos vemos cosas aberrantes que nos dejan atónitos, y no podemos dar crédito a que se cumplan tantas maldades en el mundo.
Es que acercándonos al Fin de los Tiempos, a la siega, los buenos se perfeccionan en el Bien, y los malos se hacen malísimos. Se va tomando partido, cada vez más notorio: o con Cristo o contra Él, de modo que ya no hay términos medios y es por eso que el Señor dijo a sus ángeles que dejaran que trigo y cizaña crecieran hasta la siega, pues es en ese momento en que no hay peligro de equivocarse, ya que la cizaña se diferencia muy bien y radicalmente del trigo, es decir, los buenos se distinguen claramente de los malos.
A medida que pasa el tiempo, la mejor parte de la humanidad, aunque quizás la más pequeña, va subiendo por el camino de la virtud y el bien; y la peor parte de la humanidad, también la más numerosa, va descendiendo a un abismo de vicio y de pecado que no tiene parangón. De modo que cuando haya llegado el tiempo de la cosecha, del Juicio, se habrá alcanzado la perfección del vicio. Por ello es que cada vez vemos cosas peores, que se aceleran porque el fin se va como precipitando y como dice el Apocalipsis, al demonio le queda poco tiempo para perder a la mayor parte de los hombres y centuplica sus esfuerzos.
Es el momento en que los buenos y los que cumplen los mandamientos de Dios son puestos a prueba y en la mira de una feroz persecución. Pero quien persevere hasta el fin, se salvará.

Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas, monjas, religiosas, novicias, catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María;  por la conversión de todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por los cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por los pacientes internados en la Casa de la Bondad en  Córdoba (Argentina); por los niños con cáncer y otras enfermedades graves; por el drama de los refugiados del Mediterráneo; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo; por las víctimas de catástrofes naturales; por la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio.

Pedimos oración por el eterno descanso del alma de Juan M., de Argentina, que es el hermano de un querido sacerdote (Padre Carlos) que nos honra con su amistad. Que el Señor lo reciba en el cielo y brille para él la Luz que no tiene fin.

Pedimos oración por la salud del señor Julio César R., de Mendoza, Argentina, que ha tenido un infarto de miocardio y se encuentra internado  en unidad coronaria, rogando al Señor que lo asista con sus gracias para una pronta y total recuperación.

Pedimos oración por la salud de Verónica, de Cuba, afectada de un cuadro virósico agudo, pidiendo a Jesús la sane pronto. Verónica es una eficaz colaboradora de “Pequeñas Semillitas” en su país, donde se encarga de distribuir nuestros correos a una elevado número de lectores.

Continuamos unidos en oración por medio del rezo del Santo Rosario poniendo en Manos de Nuestra Madre Bendita todas nuestras preocupaciones, alegrías y necesidades, poniendo al mundo entero en Manos de nuestra Madre y pidiéndole a Ella paz para el mundo. Al rezar por la paz, rezamos por todo, por la paz en el mundo, en los corazones, porque la violencia sea desterrada, por la paz para los niños que están en peligro de ser abortados. Paz para los jóvenes que no encuentran el camino, paz para los deprimidos. Paz para los que no han tenido la dicha de conocer al Amor. En fin rezamos por la paz, y sigamos haciéndolo.

Cinco minutos con Jesús
Julio 30
Cuando reces el Padrenuestro y pronuncies aquella petición: Hágase tu voluntad, hazlo con un verdadero sentido de fe y de entrega a la divina voluntad, y eso aunque la voluntad de Dios no coincida con la tuya, con tus gustos, inclinaciones o conveniencias.
Debes estar en una constante revisión para detectar si la voluntad tuya es tan santa y recta que coincida con la voluntad de Dios.
Que tu oración más frecuente sea ésta: Hágase tu voluntad.
(Padre Alfonso Milagro)
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)

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