miércoles, 6 de marzo de 2019

Pequeñas Semillitas 3934

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 14 - Número 3934 ~ Miércoles 6 de Marzo de 2019
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Hoy empezamos la Cuaresma a través de la imposición de las cenizas, un símbolo que es muy conocido para todos. La ceniza no es sino un símbolo de muerte que indica que ya no hay vida ni posibilidad de que la haya. Nosotros la vamos a imponer sobre nuestras cabezas pero no con un sentido negativo u oscuro de la vida, pues el cristiano debe ver su vida positivamente. La ceniza se convierte para nosotros al mismo tiempo en un motivo de esperanza y superación. La Cuaresma es un camino, y las cenizas sobre nuestras cabezas son el inicio de ese camino. El momento en el cual cada uno de nosotros empieza a entrar en su corazón y comienza a caminar hacia la Pascua, el encuentro pleno con Cristo.
Permitamos que la Cuaresma entre en nuestra vida, que la ceniza llegue a nuestro corazón y que la penitencia transforme nuestras almas en almas auténticamente dispuestas a encontrarse con el Señor.
P. Cipriano Sánchez

¡Buenos días!

¿Somos ciegos?
Jesús liberó a muchos ciegos de su dura condición de no videntes. Sin duda ofrecía de ese modo un llamativo símbolo de otras deficiencias espirituales que desea ardientemente sanar. Son sutiles cegueras que van deteriorando la luz de nuestra percepción profunda de la realidad.

Somos “ciegos” cuando vemos muy bien los errores y defectos de los demás, pero nos negamos a reconocer los nuestros. O cuando nos encerramos tercamente en nuestra manera de pensar y ni siquiera queremos escuchar las ideas y razones de los otros. Somos “ciegos” cuando no valoramos los bienes sencillos pero insustituibles de la vida: la familia, los hijos, el trabajo, la amistad. Somos “ciegos” cuando nos dejamos arrastrar por el afán de tener más, y no paramos nunca, cuando lo único que aparece en el horizonte de nuestra vida son los bienes materiales. Somos “ciegos” cuando nos encerramos en resentimientos en lugar de liberarnos a través del perdón.

Cada uno ha de examinar de qué tinieblas y sombras debe salir y levantarse. Jesús quiere liberarte con la luz que viene de lo alto y guiar tus pasos por senderos de verdadera paz. Dios nos ofrece el libro de su Palabra, y Jesús, Palabra viva del Padre, nos ilumina con sus mensajes y ejemplos. Destina un tiempo cada día para acercarte a esta luz celestial.
* Enviado por el P. Natalio

La Palabra de Dios
Lecturas del día
Primera Lectura: Jl 2, 12-18

Salmo: Sal 50, 3-6a. 12-14. 17

SANTO EVANGELIO: Mt 6,1-6.16-18
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos; de lo contrario no tendréis recompensa de vuestro Padre celestial. Por tanto, cuando hagas limosna, no lo vayas trompeteando por delante como hacen los hipócritas en las sinagogas y por las calles, con el fin de ser honrados por los hombres; en verdad os digo que ya reciben su paga. Tú, en cambio, cuando hagas limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha; así tu limosna quedará en secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.
»Y cuando oréis, no seáis como los hipócritas, que gustan de orar en las sinagogas y en las esquinas de las plazas bien plantados para ser vistos de los hombres; en verdad os digo que ya reciben su paga. Tú, en cambio, cuando vayas a orar, entra en tu aposento y, después de cerrar la puerta, ora a tu Padre, que está allí, en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará. Cuando ayunéis, no pongáis cara triste, como los hipócritas, que desfiguran su rostro para que los hombres vean que ayunan; en verdad os digo que ya reciben su paga. Tú, en cambio, cuando ayunes, perfuma tu cabeza y lava tu rostro, para que tu ayuno sea visto, no por los hombres, sino por tu Padre que está allí, en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará».

Comentario:
Hoy comenzamos nuestro itinerario hacia la Pascua, y el Evangelio nos recuerda los deberes fundamentales del cristiano, no sólo como preparación hacia un tiempo litúrgico, sino en preparación hacia la Pascua Eterna: «Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres, para ser vistos por ellos; de lo contrario no tendréis recompensa de vuestro Padre celestial» (Mt 6,1). La justicia de la que habla Jesús consiste en vivir conforme a los principios evangélicos, sin olvidar que «si vuestra justicia no supera la justicia de los doctores de la ley y de los fariseos, no entraréis en el Reino de los cielos» (Mt 5,20).
La justicia nos lleva al amor, manifestado en la limosna y en obras de misericordia: «Cuando hagas limosna que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha» (Mt 6,3). No es que se deban ocultar las obras buenas, sino que no debe pensarse en la alabanza humana al hacerlas, ni desear algún otro bien. En otras palabras, debo dar limosna de tal modo que ni yo tenga la sensación de estar haciendo una cosa buena que merece una recompensa por parte de Dios y elogio por parte de los hombres.
Benedicto XVI insistía en que socorrer a los necesitados es un deber de justicia, aun antes que un acto de caridad: «La caridad va más allá de la justicia (…), pero nunca carece de justicia, la cual lleva a dar al otro lo que es "suyo", lo que le corresponde en virtud de su ser y de su obrar». No debemos olvidar que no somos propietarios absolutos de los bienes que poseemos, sino administradores. Cristo nos ha enseñado que la auténtica caridad es aquella que no se limita a "dar" la limosna, sino que lleva a "darse" uno mismo, a ofrecerse a Dios como culto espiritual (cf. Rom 12,1). Ése sería el verdadero gesto de justicia y caridad cristiana, «y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará» (Mt 6,4).
Pbro. D. Luis A. GALA Rodríguez (Campeche, México)

Santoral Católico:
Santa María de la Providencia
Fundadora

María Eugenia Smet conocida como María de la Providencia fue una religiosa y santa francesa, fundadora de la Congregación religiosa católica Auxiliadoras de las Almas del Purgatorio. Nació en Lille, Reino de Francia, el 25 de marzo de 1825 y murió en París, Tercera República Francesa, el 7 de febrero de 1871. Hija de Henri Édouard Joseph Smet, un comerciante y Marie Pauline Joseph Taverne, es la tercera de seis hijos. Su hermana Emma (1828 -1910) fue también una auxiliar religiosa del purgatorio (Madre María de San Ignacio). Eugénie Smet, gracias a los consejos de Juan María Vianney, fundó el 19 de enero de 1856, en París, una sociedad de mujeres, que tenía como finalidad salvar las almas del purgatorio a través de las obras de misericordia espirituales y corporales. Entre las primeras religiosas profesa se encontraba la misma fundadora, que cambiaría su nombre por María de la Providencia. Inmediatamente después de la fundación, numerosos fueron los pedidos de las diversas diócesis francesas para abrir una casa del instituto. En vida, la fundadora llegó abrir las casas de Nantes (1864) y Bruselas (1869) en Bélgica y las de Shanghái (1867) y Zi-Ka-Wei (1869) en China.
Para más información hacer clic acá.
© Directorio Franciscano – Aciprensa – Catholic.net

Palabras de San Juan Pablo II 
“El miércoles de ceniza se abre una estación espiritual
particularmente relevante para todo cristiano
que quiera prepararse dignamente para el misterio pascual,
o sea, el recuerdo de la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor”

Tema del día:
Miércoles de Ceniza
Con la imposición de las cenizas, se inicia una estación espiritual particularmente relevante para todo cristiano que quiera prepararse dignamente para la vivir el Misterio Pascual, es decir, la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor Jesús.

Este tiempo vigoroso del Año Litúrgico se caracteriza por el mensaje bíblico que puede ser resumido en una sola palabra: "metanoeiete", es decir "Convertíos". Este imperativo es propuesto a la mente de los fieles mediante el rito austero de la imposición de ceniza, el cual, con las palabras "Convertíos y creed en el Evangelio" y con la expresión "Acuérdate que eres polvo y al polvo volverás", invita a todos a reflexionar acerca del deber de la conversión, recordando la inexorable caducidad y efímera fragilidad de la vida humana, sujeta a la muerte.

La sugestiva ceremonia de la ceniza eleva nuestras mentes a la realidad eterna que no pasa jamás, a Dios; principio y fin, alfa y omega de nuestra existencia. La conversión no es, en efecto, sino un volver a Dios, valorando las realidades terrenales bajo la luz indefectible de su verdad. Una valoración que implica una conciencia cada vez más diáfana del hecho de que estamos de paso en este fatigoso itinerario sobre la tierra, y que nos impulsa y estimula a trabajar hasta el final, a fin de que el Reino de Dios se instaure dentro de nosotros y triunfe su justicia.

Sinónimo de "conversión" es así mismo la palabra "penitencia"... Penitencia como cambio de mentalidad. Penitencia como expresión de libre y positivo esfuerzo en el seguimiento de Cristo.

En la Iglesia primitiva, variaba la duración de la Cuaresma, pero eventualmente comenzaba seis semanas (42 días) antes de la Pascua. Esto sólo daba por resultado 36 días de ayuno (ya que se excluyen los domingos). En el siglo VII se agregaron cuatro días antes del primer domingo de Cuaresma estableciendo los cuarenta días de ayuno, para imitar el ayuno de Cristo en el desierto.

Era práctica común en Roma que los penitentes comenzaran su penitencia pública el primer día de Cuaresma. Ellos eran salpicados de cenizas, vestidos en sayal y obligados a mantenerse lejos hasta que se reconciliaran con la Iglesia el Jueves Santo o el jueves antes de la Pascua. Cuando estas prácticas cayeron en desuso (del siglo VIII al X), el inicio de la temporada penitencial de la Cuaresma fue simbolizada colocando ceniza en las cabezas de toda la congregación.

Hoy en día en la Iglesia, el Miércoles de Ceniza, el cristiano recibe una cruz en la frente con las cenizas obtenidas al quemar las palmas usadas en el Domingo de Ramos previo. Esta tradición de la Iglesia ha quedado como un simple servicio en algunas Iglesias protestantes como la anglicana y la luterana. La Iglesia Ortodoxa comienza la cuaresma desde el lunes anterior y no celebra el Miércoles de Ceniza.

El Miércoles de Ceniza, el anterior al primer domingo de Cuaresma (muchos lo entenderán mejor diciendo que es el que sigue al carnaval), realizamos el gesto simbólico de la imposición de ceniza en la frente (fruto de la cremación de las palmas del año pasado). Se hace como respuesta a la Palabra de Dios que nos invita a la conversión, como inicio y puerta del ayuno cuaresmal y de la marcha de preparación a la Pascua. La Cuaresma empieza con ceniza y termina con el fuego, el agua y la luz de la Vigilia Pascual. Algo debe quemarse y destruirse en nosotros -el hombre viejo- para dar lugar a la novedad de la vida pascual de Cristo.

Mientras el ministro impone la ceniza dice estas dos expresiones, alternativamente: "Arrepiéntete y cree en el Evangelio" (Cf Mc1,15) y "Acuérdate de que eres polvo y al polvo has de volver" (Cf Gén 3,19): un signo y unas palabras que expresan muy bien nuestra caducidad, nuestra conversión y aceptación del Evangelio, o sea, la novedad de vida que Cristo cada año quiere comunicarnos en la Pascua.
Fuente: Aciprensa

Cuaresma día a día
Día 1º. Miércoles de Ceniza (6 de marzo)
¿Por qué la Cuaresma? ¡Qué absurdo! Si te fijas, los hombres estamos continuamente con el Yo en la boca: que si me han dicho, si siempre tengo que hacerlo yo, si me tienen manía, si era mío o para mí, que si yo he metido el gol, si yo le dije y entonces... Si me apetece a mí, qué pensarán de mí, ... y mil frases más que conjugan con distintos verbos el Yo, a Mí, Mío.
Y hoy, miércoles de ceniza, la Iglesia nos recuerda: polvo eres y en polvo te convertirás. ¿Sabes qué quiere decir eso? Dios creó el cuerpo de Adán de la tierra, y nuestro cuerpo volverá a ser tierra con la muerte. Y nuestra alma volverá a Dios:
- a) Si es una persona que ha amado a Dios se quedará disfrutando de Dios ya para siempre.
- b) Y si es una persona que ha amado el YO, lo MÍO y el A MÍ no podrá estar en el Cielo porque allí sólo pueden ir los que han querido y quieren a Dios; y éstos también ya para siempre.
Por eso empieza así la Cuaresma: tenemos que ir amando a Dios y olvidando -matando- el Yo. Es tiempo para recordar que mi cuerpo se convertirá en polvo; recordar que tengo que cuidar la vida de mi alma; pedir más perdón por mis pecados; prepararme para recibir la salvación y el amor de Jesús que conmemoramos en la Semana Santa.
Dile a la Virgen que te gustaría vivir la Cuaresma como Ella quiere que lo hagas. Y pídele que te recuerde y te ayude a hacer con cariño este rato de oración estos 40 días. Le darás una alegría a Jesús. Se lo merece.
Ahora es el momento importante, en el que tú hablas a Dios con tus palabras, comentándole algo de lo que has leído. Cuando lo hayas hecho termina con una oración final.
Web Católico de Javier

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"Juan Pablo II inolvidable"
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Meditaciones de “Pequeñas Semillitas”
No trate de ser coherente todo el tiempo.
Al fin de cuentas, ¿no nos dice San Pablo que “La sabiduría del mundo es locura ante los ojos de Dios?”
Ser coherente es necesitar usar siempre la corbata que combine con las medias.  Es estar obligado a mantener, mañana, las mismas opiniones que usted tiene hoy. Y el movimiento del mundo, ¿dónde queda?
Mientras que usted no perjudique a nadie, cambie de opinión de vez en cuando y caiga en la contradicción, sin avergonzarse por ello; usted tiene este derecho.
No importa lo que los demás vayan a pensar, porque ellos van a pensar de cualquier manera.
Por eso, relájese. Deje que el Universo se mueva a su alrededor y descubra la alegría de ser una sorpresa para usted mismo.
“Dios eligió las cosas locas del mundo para avergonzar a los sabios”, dijo San Pablo.
Paulo Coelho  

Mes de San José
Día 6º- Hombre de la esperanza.
Oh San José, tú has vivido en una actitud de serena esperanza ante la persona de Jesús, de quien, durante tu vida, jamás pudiste vislumbrar algo que revelara su divinidad.
Aumenta, san José, mi capacidad de esperanza, alimentando el aceite para mis lámparas de espera.
Web Católico de Javier

Cinco minutos con Jesús
Marzo 6
En la vida de hogar se presentan no pocas ocasiones en las que el dolor amenaza los espíritus.
El sufrimiento, la cruz, es el medio a través del cual el cristiano trasmite la salvación, tanto a sus hermanos, dentro del Pueblo mesiánico de Dios, como más allá de éste a todos los hombres, en cuanto Cristo, que está presente en toda cruz, obra allí salvíficamente.
Consecuentemente la cruz de cada bautizado es una participación de la cruz de Cristo, y por ello el mismo Cristo está obrando salvíficamente en cada cristiano crucificado, en cada paciente, en cada moribundo, en cada enfermo. Por tanto, toda cruz llevada por amor al Señor, se convierte en una fuente de salvación, sin que podamos decir jamás hasta dónde fluyen las aguas de la salvación.
(Padre Alfonso Milagro)
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)

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