PEQUEÑAS
SEMILLITAS
Año
13 - Número 3614 ~ Miércoles 7 de Marzo de 2018
Desde
la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
La santificación de cada jornada comporta el ejercicio de muchas
virtudes humanas y sobrenaturales. Las virtudes exigen para su crecimiento
repetición de actos, pues cada una de ellos deja en el alma una disposición que
facilita el siguiente. El ejercicio de las virtudes nos indica el sendero que
conduce al Señor.
La Iglesia que es para nosotros el camino de santificación, y nosotros
tenemos que transmitir sus enseñanzas a las siguientes generaciones con la
misma fidelidad, con la misma ilusión, con el mismo vigor con que a nosotros
llegó. Este compromiso no es un compromiso hacia dentro, sino que es un
compromiso hacia afuera. Un compromiso que nace de un corazón decidido, pero
que tiene que transformarse en acción eficaz, en evangelización para el bien de
los hombres.
Vamos a pedirle a Jesucristo que nos conceda la gracia de recoger con
Él, la gracia de estar siempre a favor de Él, de escuchar su voz y de caminar
por el camino que Él nos muestra, para ser entre los hombres, una luz
encendida, un camino de salvación, una respuesta a los interrogantes que hay en
tantos corazones, y que sólo nuestro Señor Jesucristo puede llegar a responder.
P. Cipriano Sánchez
¡Buenos días!
Amigo de sí mismo
Por
un sabio plan divino las personas somos distintas, tenemos diversas
capacidades, diferentes inclinaciones y gustos. Es una realidad y tienes que
aceptarla buenamente, sin dejarte alcanzar ni por la envidia del bien ajeno, ni
por el orgullo de lo que te ha tocado. Es señal de madurez la aceptación serena
de ti mismo con tus capacidades y carencias.
Padre mío, fuente de mi vida. Dame la gracia de
hacerme amigo de mí mismo. Si alguna vez sentí vergüenza de ser como soy, te
pido perdón a ti, autor de mi vida y mi ser. Perdona mi insensatez y mi
ingratitud. Desde ahora quiero sentirme contento de ser como soy, feliz de ser
como soy. Te alabo, te admiro y te agradezco por estas manos, este rostro, esta
figura general. Bendito seas por haberme hecho tal como me hiciste. En tus
manos me entrego, feliz de ser como soy.
Recuerda
que los demás te necesitan tal como el Señor ha querido que fueras. No conviene
que te pongas una máscara o representes una comedia. Puedes decirte a ti mismo:
“voy a llevarles algo especial, pues nunca se encontraron ni se encontrarán con
alguien como yo; soy una persona única salida de las manos de Dios”. Dios te
valora, hazlo tú también.
* Enviado por el P. Natalio
La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
Texto del Evangelio:
En
aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «No penséis que he venido a abolir
la Ley y los Profetas. No he venido a abolir, sino a dar cumplimiento. Sí, os
lo aseguro: el cielo y la tierra pasarán antes que pase una i o una tilde de la
Ley sin que todo suceda. Por tanto, el que traspase uno de estos mandamientos
más pequeños y así lo enseñe a los hombres, será el más pequeño en el Reino de
los Cielos; en cambio, el que los observe y los enseñe, ése será grande en el
Reino de los Cielos». (Mt 5,17-19)
Comentario:
Hoy
día hay mucho respeto por las distintas religiones. Todas ellas expresan la
búsqueda de la trascendencia por parte del hombre, la búsqueda del más allá, de
las realidades eternas. En cambio, en el cristianismo, que hunde sus raíces en
el judaísmo, este fenómeno es inverso: es Dios quien busca al hombre.
Como
recordó San Juan Pablo II, Dios desea acercarse al hombre, Dios quiere
dirigirle sus palabras, mostrarle su rostro porque busca la intimidad con él.
Esto se hace realidad en el pueblo de Israel, pueblo escogido por Dios para
recibir sus palabras. Ésta es la experiencia que tiene Moisés cuando dice:
«¿Hay alguna nación tan grande que tenga los dioses tan cerca como lo está
Yahvé nuestro Dios siempre que le invocamos?» (Dt 4,7). Y, todavía, el salmista
canta que Dios «revela a Jacob su palabra, sus preceptos y sus juicios a
Israel: no hizo tal con ninguna nación, ni una sola conoció sus juicios » (Sal
147,19-20).
Jesús,
pues, con su presencia lleva a cumplimiento el deseo de Dios de acercarse al
hombre. Por esto, dice que «no penséis que he venido a abolir la Ley y los
Profetas. No he venido a abolir, sino a dar cumplimiento» (Mt 5,17). Viene a
enriquecerlos, a iluminarlos para que los hombres conozcan el verdadero rostro
de Dios y puedan entrar en intimidad con Él.
En
este sentido, menospreciar las indicaciones de Dios, por insignificantes que
sean, comporta un conocimiento raquítico de Dios y, por eso, uno será tenido
por pequeño en el Reino del Cielo. Y es que, como decía san Teófilo de Antioquía,
«Dios es visto por los que pueden verle; sólo necesitan tener abiertos los ojos
del espíritu (...), pero algunos hombres los tienen empañados».
Aspiremos,
pues, en la oración a seguir con gran fidelidad todas las indicaciones del
Señor. Así, llegaremos a una gran intimidad con Él y, por tanto, seremos
tenidos por grandes en el Reino del Cielo.
Rev. D. Vicenç GUINOT i Gómez (Sant Feliu de
Llobregat, España)
Santoral Católico:
Santas Perpetua y Felicidad
Mártires en Cartago
Mártires
de Cartago, cerca de Túnez, el año 203. Conservamos las Actas auténticas del
martirio, redactadas hasta la víspera del sacrificio por la misma Perpetua y
continuadas luego por un testigo. A raíz del decreto del emperador Septimio
Severo contra los cristianos, fueron apresados muchos de ellos. Perpetua, de
ilustre cuna y exquisita formación, era hija de padre pagano, estaba casada
como matrona y tenía un hijo recién nacido. Felicidad era una joven esclava,
casada y a punto de dar a luz. El proceso fue penoso y prolongado. En todo
momento Perpetua mostró su entereza, reafirmando su fe ante las autoridades y
animando a sus compañeros de martirio. En los dolores del parto, en la cárcel,
dijo Felicidad a un guardián: «Ahora soy yo la que sufro; en el anfiteatro será
Otro el que sufra por mí». Con motivo del aniversario del hijo del emperador,
se iban a celebrar unos juegos en los que el número fuerte del programa sería
el martirio de los encarcelados. En el anfiteatro les soltaron las fieras que
malhirieron a nuestras santas y fueron rematadas luego a golpe de espada.
Oración: Señor, tus santas mártires Perpetua y
Felicidad, a instancias de tu amor, pudieron resistir al que las perseguía y
superar el suplicio de la muerte; concédenos, por su intercesión, crecer
constantemente en nuestro amor a ti. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
© Directorio Franciscano - Aciprensa
Palabras del Papa Francisco
“Señor, en ti, vendido, traicionado y crucificado
por tu gente y por tus seres queridos,
vemos nuestras traiciones cotidianas
y nuestras usuales infidelidades.
Papa Francisco
Tema del día:
Dar limosna
Cuando
oyes la palabra limosna ¿piensas en un par de monedas? Mmm…
La
pobreza de los demás es algo que nos incumbe a todos. No queremos cerrar los
ojos ante las personas que carecen de lo más mínimo, como si fuera su problema
y a nosotros no nos afectara.
Ser
rico o pobre en muchos casos es algo que no se ha escogido. Es cierto que hay
algunos pobres que lo son porque arriesgaron demasiado, porque malbarataron sus
ahorros o porque son imprudentes y gastan más de lo que ganan. Pero en la
inmensa mayoría de los casos, el pobre aparece en un sistema injusto de distribución
de la riqueza. En América Latina, un grupo de 100 personas acumula actualmente
la misma riqueza que los 3.500 millones restantes.
Pero
la mayoría de familias y personas en situación de pobreza están en ese agujero no por voluntad
propia. Y aunque fueran culpables de ello, merecerían nuestro apoyo para salir
del problema. Proporcionarles una ayuda económica les puede aliviar el tiempo
de una comida, una jornada, una semana, un mes… Depende de cada uno.
Nos
hemos formado en una sociedad individualista, que tiende a basar todo en los
logros personales: nuestras metas, nuestro crecimiento, nuestras ganancias…
La
limosna produce, en cambio, uno de los
más maravillosos beneficios para la salud del espíritu: consigue que salgamos
de nosotros mismos.
Al
dar limosna, además, no solo se plantea una cuestión de presente sino de
futuro: doy con la idea de cambiar la línea de progreso de tal persona y
hacerla más rápida, más alta y más fuerte. Y al pensar en que algo estamos
cambiando en el futuro de una persona, manifestamos la esperanza de que a
nosotros no nos faltará el pan para el día de mañana.
Con
la limosna aprendemos cada día a ser más generosos. La generosidad se aprende:
cuando rebuscas en tu cartera y tientas unas monedas, cuéntalas y pregúntate: ¿no
pueden ser un poco más de dinero?
Porque,
seamos honestos: ¿damos solo de lo que nos sobra? La calderilla, ¿de verdad es
lo más que puedo dar? ¿Pienso en lo que cuesta un café o una barra de pan?
¿Puedo compararlo con lo que desembolsaré en concepto de gastos de teléfono
este mes, por ejemplo?
La
limosna nos activa las neuronas, nos ayuda a ir por el mundo con otra actitud.
La actitud de “ir mirando”, o sea, de estar alerta para darme cuenta de lo que
le ocurre a la gente con la que me encuentro a diario. Es llevar una vida de
predisposición activa hacia los demás.
Al
mirar a los otros, aprenderemos a leer en su rostro y a escucharlos. ¿Nunca te
ha pasado que un pobre te da las gracias más por haberle saludado que por el
dinero que le has dado? Por ahí es por donde la generosidad hace más humanas
las relaciones.
El
dinero es la gran tentación: la avaricia, el afán de posesión desmedida, de
control… Y con la generosidad desactivamos al monstruo. Con cada limosna,
reducimos las ansias de nuestro dragón interior.
Y
ser generoso nos hace crecer en solidaridad. Somos más solidarios y nos damos
cuenta de que “el otro es mi hermano”, dice el Papa Francisco. Cuando doy
limosna, compruebo que “nunca lo que tengo es solo mío”.
Porque
quien dispone de algunos, pocos o muchos bienes materiales, ha de pensar cómo
llegaron hasta él. Seguro que lo ha de agradecer también a otras personas:
quienes le educaron, sus padres, los clientes, quienes confiaron en él, quienes
le facilitaron un negocio, la administración pública… A todos ellos nos
debemos.
Quien
diga que la limosna no sirve de nada, es demasiado pesimista. Incluso cuando
hablamos de moneditas, ¿has pensado qué ocurriría si todo el mundo diera algo?
Pero
no te conformes con poco. Escucha tu interior: cuánto te dice la conciencia que
debes dar. Dar en agradecimiento, dar para pedir, dar para reparar… Dar, como
dijo la Madre Teresa de Calcuta, “hasta que duele”, cuando un día le
preguntaron qué era la generosidad.
© Dolors Massot / Aleteia
AVISO IMPORTANTE
“Pequeñas Semillitas” no se editará
desde el 10 al 31 de marzo por vacaciones.
Volveremos el Domingo de Pascua de Resurrección (1 de
abril).
Muchas gracias.
Cada día de Cuaresma
Las virtudes y el crecimiento espiritual
I.
Jesús nos enseña que el camino que conduce a la Vida, a la santidad, consiste
en el pleno desarrollo de la vida espiritual. Ese crecimiento, a veces difícil
y lento, es el desarrollo de las virtudes. La santificación de cada jornada
comporta el ejercicio de muchas virtudes humanas y sobrenaturales. Las virtudes
exigen para su crecimiento repetición de actos, pues cada una de ellos deja en
el alma una disposición que facilita el siguiente. El ejercicio de las virtudes
nos indica en todo momento el sendero que conduce al Señor. Un cristiano que
con la ayuda de la gracia, se esfuerza en alcanzar la santidad, se aleja de las
ocasiones de pecado, resiste con fortaleza las tentaciones, y es consciente de
que la vida cristiana le exige el desarrollo de las virtudes, la purificación
de los pecados y de las faltas de correspondencia a la gracia en la vida
pasada. La Iglesia nos invita especialmente en este tiempo de Cuaresma a crecer
en las virtudes: hábitos de obrar el bien.
II.
Aunque la santificación es enteramente de Dios, en su bondad infinita, Él ha
querido que sea necesaria la correspondencia humana, y ha puesto en nuestra
naturaleza la capacidad de disponernos a la acción sobrenatural de la gracia.
Mediante el cultivo de las virtudes humanas disponemos nuestra alma a la acción
del Espíritu Santo. Las virtudes humanas son el fundamento de las
sobrenaturales. “No es posible creer en la santidad de quienes fallan en las
virtudes humanas más elementales” (Álvaro del Portillo, Escritos sobre el
sacerdocio). Las virtudes forman un entramado: cuando se crece en una, se adelanta
en todas las demás. Y “la caridad es la que da unidad a todas las virtudes que
hacen al hombre perfecto” (Conversaciones con Monseñor Escrivá de Balaguer).
Hoy podemos preguntarnos: ¿Aprovecho verdaderamente las incidencias de cada día
para ejercitarme en las virtudes humanas y, con la gracia de Dios en las
sobrenaturales?
III.
El Señor no pide imposibles. Él dará las gracias necesarias para ser fieles en
las situaciones difíciles. Y la ejemplaridad que espera de todos será en muchas
ocasiones el medio para hacer atrayente la doctrina de Cristo y re-evangelizar
de nuevo el mundo. Con nuestra vida –que puede tener fallos, pero que no se
conforma a ellos– debemos enseñar que las virtudes cristianas se pueden vivir
en medio de todas las tareas nobles; y que ser compasivos con los defectos y
errores ajenos no es rebajar las exigencias del Evangelio. Nuestra Señora,
“modelo y escuela de todas virtudes” (San Ambrosio, Tratado sobre las
virtudes), nos ayudará en nuestro empeño por adquirir las virtudes que el Señor
espera de nosotros.
© Francisco Fernández Carvajal
Pedidos de oración
Pedimos
oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa
Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas,
catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la
unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro
Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones; por el
triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María; por la conversión de todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por los
cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros
lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente
por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo,
el hambre y la pobreza; por los niños con cáncer y otras enfermedades graves; por
el drama de los refugiados del Mediterráneo; por los presos políticos y la
falta de libertad en muchos países del mundo; por las víctimas de catástrofes
naturales; por la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por
más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las
vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio.
Pedimos
oración para Maria Rosa y Emilio, matrimonio mayor, de Buenos
Aires, Argentina, con diversas afecciones que cada día se van haciendo más
severas, algunas casi invalidantes, y que al no tener familia se ven en grandes
dificultades en la vida cotidiana. Que la Santísima Virgen interceda por ellos,
para que Jesús les conceda las fuerzas necesarias y los ayude a cargar sus
cruces.
Pedimos oración por la
cesárea de Nikole B. en el cual
nacerá la bebita Isabella, hoy 7 de
marzo en California, USA. Que el Señor y la Virgen acompañen a la mamá y a la
niña para que todo se desarrolle normal y con suma felicidad y bendiciones.
Pedimos para que continúe la recuperación física y emocional de Raúl Luis, de Córdoba, Argentina, luego de cuatro cirugías importantes de intestino en el lapso de un año. Que la Virgen del Valle lo siga acompañando en este proceso.
Pedimos oración para las siguientes personas: Agustín C. P., de Tabasco, México, que tiene cáncer de médula espinal y está internado. Jorge C., de Ciudad de México, para que encuentre trabajo rápidamente. Esmeralda F,. de la misma ciudad, operada por cáncer. Omán K., también de ciudad de México, para que las quimios le ayuden a sanar completamente. Rodrigo P,. de igual ciudad, está enfermo de los pulmones y del corazón y lleva meses interno en el hospital. Y seguimos orando por la salud y necesidades de Graciela R., del padre Miguel Ángel V., de Paula M., del Padre Vicenzo R., y de Paulina G.. Por todas estas personas, te rogamos Señor.
Pedimos para que continúe la recuperación física y emocional de Raúl Luis, de Córdoba, Argentina, luego de cuatro cirugías importantes de intestino en el lapso de un año. Que la Virgen del Valle lo siga acompañando en este proceso.
Pedimos oración para las siguientes personas: Agustín C. P., de Tabasco, México, que tiene cáncer de médula espinal y está internado. Jorge C., de Ciudad de México, para que encuentre trabajo rápidamente. Esmeralda F,. de la misma ciudad, operada por cáncer. Omán K., también de ciudad de México, para que las quimios le ayuden a sanar completamente. Rodrigo P,. de igual ciudad, está enfermo de los pulmones y del corazón y lleva meses interno en el hospital. Y seguimos orando por la salud y necesidades de Graciela R., del padre Miguel Ángel V., de Paula M., del Padre Vicenzo R., y de Paulina G.. Por todas estas personas, te rogamos Señor.
Continuamos
unidos en oración por medio del rezo del Santo Rosario poniendo en Manos de
Nuestra Madre Bendita todas nuestras preocupaciones, alegrías y necesidades,
poniendo al mundo entero en Manos de nuestra Madre y pidiéndole a Ella paz para
el mundo. Al rezar por la paz, rezamos por todo, por la paz en el mundo, en los
corazones, porque la violencia sea desterrada, por la paz para los niños que
están en peligro de ser abortados. Paz para los jóvenes que no encuentran el camino,
paz para los deprimidos. Paz para los que no han tenido la dicha de conocer al
Amor. En fin rezamos por la paz, y sigamos haciéndolo.
Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras
debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y
la paciencia;
escucha las plegarias que te dirigimos por nuestros
hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la
aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu
hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la
redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén
Los cinco minutos del Espíritu Santo
Marzo 7
Cuando
imaginamos al Espíritu como viento, dejemos espacio a la fantasía.
"El
viento hincha las velas y empuja la barca; juega con las arenas del desierto
derribando y remodelando dunas; encrespa y hace retumbar las olas del mar;
transporta nubes y polen; ruge, silva, se calla... Dejémonos conducir o
arrebatar por el Espíritu como por un viento" (Luis Alonso Schökel).
A
veces queremos estar demasiado cómodos, y por eso preferimos que el Espíritu
Santo no se meta demasiado en nuestra vida; queremos que todo se quede como
está y que no haya sobresaltos. Pero eso es elegir la muerte.
Mejor
dejemos que el Espíritu Santo nos lleve donde él quiera, y la vida tendrá mucho
más sabor. Dejémonos llevar por el viento del Espíritu, y todo será mucho más
interesante que resistirnos y defendernos.
* Mons. Víctor Manuel Fernández
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el
más pequeñito de todos)
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