sábado, 7 de octubre de 2017

Pequeñas Semillitas 3470

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 12 - Número 3470 ~ Sábado 7 de Octubre de 2017
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
En el marco de este mes del Rosario, hoy celebramos particularmente la advocación mariana de Nuestra Señora del Rosario, que fuera instituida por el Papa San Pío V luego que el 7 de octubre de 1571 tuviera lugar una batalla naval en el golfo de Lepanto, entre el Peloponeso y Epiro, en la cual una coalición cristiana llamada Liga Santa, integrada por el Reino de España, los Estados Pontificios, la República de Venecia, la Orden de Malta, la República de Génova y el Ducado de Saboya, venció a la poderosa escuadra de la armada de los turcos otomanos muy superior en número y poderío.
Ante la difícil situación que significaba la amenaza del expansionismo turco sobre el mundo cristiano, el Papa San Pío V mandó redoblar las oraciones en todos los conventos y monasterios. Y él mismo trató de llevar su porción de la carga duplicando sus acostumbrados ejercicios de piedad y mortificación, en particular el rezo del Santo Rosario, ya que el propio Papa era miembro de la Orden de Santo Domingo, y consciente del poder de la devoción al Rosario, por lo que pidió a toda la comunidad cristiana que se sumara en la oración suplicándole a la Santísima Virgen su auxilio ante aquel peligro.
En gratitud perpetua por la victoria, el Papa Pío V instituyó la fiesta de la Virgen de las Victorias, después conocida como la fiesta del Rosario, que se celebra el 7 de Octubre, o bien, algunos dominicos la celebran el primer domingo de ese mes porque tal fue el día del triunfo en Lepanto.

¡Buenos días!

Encuentro afortunado
Tratar bien a todo el mundo es lo correcto, porque toda persona merece respeto y atención. Pero además es una conducta prudente, porque bajo una apariencia común, esa persona puede ser un personaje. La historia de hoy la representan en distintos lugares, casi cada día, otros actores.

Un organista estaba practicando una pieza de Félix Mendelssohn en la iglesia, pero no le salía muy bien. Al fin frustrado, recogió su partitura y se dirigió a la salida. No había notado a un extraño que se había sentado en un banco de atrás. Cuando el organista ya estaba cerca de la puerta, el extraño se le acercó y le preguntó si podía tocar él esa pieza. El organista respondió bruscamente: «¡Nunca dejo que nadie toque este órgano!». Pero, después de amables insistencias, el músico gruñón le dio su consentimiento. El extraño se sentó y pulsando magistralmente el teclado, llenó el templo con melodías celestiales. Cuando terminó, el organista preguntó: «¿Quién es usted?». El hombre contestó: «Yo soy Félix Mendelssohn».

Jesús te abre una perspectiva más profunda y de fe para tratar a los demás. Todo lo que haces al pobre, al humilde, al hambriento, a los que sufren, él lo premiará como hecho a él mismo. Por lo tanto nos pide poner mucha consideración, dulzura y amor en nuestras relaciones humanas, porque detrás de nuestros prójimos nos visita el mismo Jesús. ¿Nos encontramos aquí, mañana?
* Enviado por el P. Natalio

La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy 
Texto del Evangelio:
En aquel tiempo, regresaron alegres los setenta y dos, diciendo: «Señor, hasta los demonios se nos someten en tu nombre». Él les dijo: «Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo. Mirad, os he dado el poder de pisar sobre serpientes y escorpiones, y sobre todo poder del enemigo, y nada os podrá hacer daño; pero no os alegréis de que los espíritus se os sometan; alegraos de que vuestros nombres estén escritos en los cielos».
En aquel momento, se llenó de gozo Jesús en el Espíritu Santo, y dijo: «Yo te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a sabios e inteligentes, y se las has revelado a pequeños. Sí, Padre, pues tal ha sido tu beneplácito. Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce quién es el Hijo sino el Padre; y quién es el Padre sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar».
Volviéndose a los discípulos, les dijo aparte: «¡Dichosos los ojos que ven lo que veis! Porque os digo que muchos profetas y reyes quisieron ver lo que vosotros veis, pero no lo vieron, y oír lo que vosotros oís, pero no lo oyeron». (Lc 10,17-24)

Comentario:
Hoy, el evangelista Lucas nos narra el hecho que da lugar al agradecimiento de Jesús para con su Padre por los beneficios que ha otorgado a la Humanidad. Agradece la revelación concedida a los humildes de corazón, a los pequeños en el Reino. Jesús muestra su alegría al ver que éstos admiten, entienden y practican lo que Dios da a conocer por medio de Él. En otras ocasiones, en su diálogo íntimo con el Padre, también le dará gracias porque siempre le escucha. Alaba al samaritano leproso que, una vez curado de su enfermedad —junto con otros nueve—, regresa sólo él donde está Jesús para darle las gracias por el beneficio recibido.
Escribe san Agustín: «¿Podemos llevar algo mejor en el corazón, pronunciarlo con la boca, escribirlo con la pluma, que estas palabras: ‘Gracias a Dios’? No hay nada que pueda decirse con mayor brevedad, ni oír con mayor alegría, ni sentirse con mayor elevación, ni hacer con mayor utilidad». Así debemos actuar siempre con Dios y con el prójimo, incluso por los dones que desconocemos, como escribía san Josemaría Escrivá. Gratitud para con los padres, los amigos, los maestros, los compañeros. Para con todos los que nos ayuden, nos estimulen, nos sirvan. Gratitud también, como es lógico, con nuestra Madre, la Iglesia.
La gratitud no es una virtud muy “usada” o habitual, y, en cambio, es una de las que se experimentan con mayor agrado. Debemos reconocer que, a veces, tampoco es fácil vivirla. Santa Teresa afirmaba: «Tengo una condición tan agradecida que me sobornarían con una sardina». Los santos han obrado siempre así. Y lo han realizado de tres modos diversos, como señalaba santo Tomás de Aquino: primero, con el reconocimiento interior de los beneficios recibidos; segundo, alabando externamente a Dios con la palabra; y, tercero, procurando recompensar al bienhechor con obras, según las propias posibilidades.
Rev. D. Josep VALL i Mundó (Barcelona, España)

Santoral Católico:
Nuestra Señora del Rosario
Advocación Mariana 
Esta conmemoración fue instituida por el papa san Pío V en el día aniversario de la victoria obtenida por los cristianos en la batalla naval de Lepanto (1571), victoria atribuida a la Madre de Dios, invocada por la oración del rosario. La celebración de este día es una invitación para todos a meditar los misterios de Cristo, en compañía de la Virgen María, que estuvo asociada de un modo especialísimo a la encarnación, la pasión y la gloria de la resurrección del Hijo de Dios. «El mes de octubre -dice san Juan Pablo II- es el mes de María, mes del Rosario. Hubo un tiempo en que esta plegaria sencilla y profunda, rezada en particular y en familia, se hallaba muy difundida en el pueblo cristiano. ¡Cuánto beneficiaría, si también hoy se redescubriera y valorara, especialmente en el seno de los hogares! Ayuda a contemplar la vida de Cristo y los misterios de la salvación; aleja los gérmenes de la disgregación familiar, gracias a la incesante invocación a la Virgen; y es vínculo seguro de comunión y de paz. Exhorto a todos, y de modo especial a las familias cristianas, a encontrar en el santo rosario el consuelo y el apoyo diarios para avanzar por el camino de la fidelidad».
Oración: Derrama, Señor, tu gracia sobre nosotros, que, por el anuncio del ángel, hemos conocido la encarnación de tu Hijo, para que lleguemos, por su pasión y su cruz, y con la intercesión de la Virgen María, a la gloria de la resurrección. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
© Directorio Franciscano - Aciprensa    

Palabras del Santo Padre Pío 
“"Prometo decir al Señor cuando me llame:
Señor, yo me quedo a la puerta del paraíso.
¡Entraré cuando haya visto entrar al último de mis hijos espirituales!"

Tema del día:
Promesas de la Virgen del Rosario
Las Promesas de la Santísima Virgen María a los que rezan el Santo Rosario

1. Los que fielmente me sirven mediante el rezo del Santo Rosario, recibirán insignes gracias.

2. Yo prometo mi protección especial, y las más notables gracias a todos los que recitasen el Santo Rosario.

3. El Rosario será la defensa más poderosa contra las fuerzas del infierno. Se destruirá el vicio; se disminuirá el pecado y se vencerá a todas las herejías.

4. Por el rezo del Santo Rosario, florecerán las virtudes y también las buenas obras. Las almas obtendrán la misericordia de Dios en abundancia. Se apartarán los corazones del amor al mundo y sus vanidades y serán elevados a desear los bienes eternos. Ojalá que las almas hiciesen el propósito de santificarse por este medio.

5. El alma que se recomienda a Mí por el rezo del Santo Rosario, no perecerá jamás.

6. El que recitase el Rosario devotamente, aplicándose a meditar los Sagrados Misterios, no será vencido por la mala fortuna. En Su justo juicio, Dios no lo castigará. No sufrirá la muerte improvisa. Y si es justo, permanecerá en la gracia de Dios, y será digno de alcanzar la vida eterna.

7. El que conserva una verdadera devoción al Rosario, no morirá sin los sacramentos de la Iglesia.

8. Los que fielmente rezan el Santo Rosario, tendrán en la vida y en la muerte, la Luz de Dios y la plenitud de Su gracia. En la hora de la muerte, participarán de los méritos de los Santos del Paraíso.

9. Yo libraré del Purgatorio a los que han acostumbrado el rezo del Santo Rosario.

10. Los devotos del Santo Rosario, merecerán un grado elevado de gloria en el Cielo.

11. Se obtendrá todo lo que se me pidiere mediante la recitación del Santo Rosario.

12. Todos los que propagan el Santo Rosario recibirán Mi auxilio en sus necesidades.

13. Para los devotos del Santo Rosario, he obtenido de mi Divino Hijo, la intercesión de toda la Corte Celestial durante la vida y en la hora de la muerte.

14. Todos los que rezan el Santo Rosario son hijos Míos, y hermanos de Mi único Hijo, Jesucristo.

15. La devoción al Santo Rosario es gran señal de predestinación.

Humor de sábados
Tres breves 
🌸  En una agencia de empleo:
- Hola, ¿tiene algún trabajo para mí?
- Mmm, puede ser, ¿le interesa de jardinero?
- ¿¿¿Dejar dinero??? ¡Pero si yo busco que me lo den!

🌸  En una entrevista de trabajo:
- ¿Nivel de inglés?
- Alto
- Bien. Traduzca "fiesta".
- Party.
- Perfecto. Úselo en una frase.
- Ayer me party la cara con la bicicleta.
- Contratado.

🌸   Llama un amigo a otro y le dice:
- ¿Dónde andas?
- Tres palabras: sol, arena y refrescos.
- ¿Estás en la playa?
- ¡No! Estoy en el trabajo, soy albañil.

Meditaciones
San Luis-María Grignion de Montfort y Marta Robin (Francia) destacaron la importancia que la Madre del Salvador tomará cada vez más al final de los tiempos. El reinado de Cristo Señor se dará de la misma manera en que se dio su primera venida: con y por María, en compañía de las legiones angelicales como en Belén.
En estos tiempos futuros, los representantes visibles de los ángeles invisibles serán lo que Luis-María Grignion de Montfort llama los grandes santos de los últimos tiempos, es decir, hombres y mujeres plenamente impregnados del espíritu mariano, sujetos a los movimientos del Espíritu Santo y fuertes como un ejército armado en batalla (Ct 6: 4). Serán los últimos cruzados, los últimos portadores de la cruz del amor.
Según San Faustina (1905-1938), será en estos tiempos que el reino angélico de María se sentirá cada vez más, y cuando la historia se acelerará, no estará lejos de nosotros. La Hermana Lucía de Fátima parece unirse a esta convicción, si oímos su confidencia al Padre Fuentes en 1957: "La Santísima Virgen, en estos últimos tiempos que vivimos, le ha dado nueva eficacia al rezo del Rosario. "

Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas, catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María;  por la conversión de todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por los cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por los niños con cáncer y otras enfermedades graves; por el drama de los refugiados del Mediterráneo; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo; por las víctimas de catástrofes naturales; por la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio.

Pedimos especiales oraciones por la salud del Padre Natalio Bértolo, sacerdote salesiano, que escribe los “Buenos días” que publicamos cada día en esta página. El Padre Natalio, de 90 años de edad, está con algunos problemas de salud que han determinado su internación en estos días y para él pedimos a María Auxiliadora y a san Juan Bosco que intercedan ante Jesús para que lo sane pronto.
Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia;
escucha las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén

Los cinco minutos de María
Octubre 7
Por el rezo del Rosario, elevamos al cielo la más auténtica voz de los hijos de María, que pretende coronar la frente de su Madre con cincuenta rosas nacidas en el campo bíblico de la historia de la salvación.
Es bueno y provechoso manifestar nuestra devoción a la Virgen Santísima a través del rezo del santo Rosario. Sea éste el obsequio que diariamente ofrezcamos a la Madre de Dios.
Si es posible, recémoslo en familia, para que nuestros seres queridos reciban las bendiciones, las gracias y la protección de la Santísima Virgen, que no podrá desoír esa oración.
¿Quién no querrá para los suyos las bendiciones del cielo?
Nuestra Señora, Madre de la familia de Dios, acompáñanos con tu amor y ternura de madre para que nadie se sienta solo en la vida.
* P. Alfonso Milagro
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)

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