martes, 3 de octubre de 2017

Pequeñas Semillitas 3466

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 12 - Número 3466 ~ Martes 3 de Octubre de 2017
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Mi Amado Jesús, cuántas veces me has hablado de lo realmente importante que son los frutos de nuestras obras y acciones de nuestra vida. No quiero vivir un cristianismo tan solo lleno de emociones o de sensibilidad, quiero actuar, ponerme de inmediato en la acción del Espíritu Santo y ser tus manos aquí en este mundo. Quiero permanecer unido a Ti, porque de Ti provienen todos los dones y gracias que me ayudarán a ejecutar mi misión en esta vida. De Ti provienen las gracias y la fortaleza necesaria para no sucumbir ante la indiferencia del mundo que ha convertido a muchos en seres autosuficientes. Tú me lo has dicho: «separado de Ti, nada puedo hacer».  Que se aparte mi alma de buscar los éxitos externos que para nada fructifican mi amor, más bien, que mi alma, en unidad Contigo, al Padre y al Espíritu Santo, sólo busque los tesoros espirituales de los cuales al final de mis días tendré que presentarte. Confío Señor en esta promesa de amor. Amén. 
(Píldoras de fe)

¡Buenos días!

Cara a cara
En la Biblia encontramos pensamientos inspirados por Dios, capaces de levantar el ánimo por más deprimido que estés. En Isaías (43) el Señor te dice: “Tú eres de gran precio ante mis ojos, porque eres valioso y yo te amo. No tengas miedo, yo estoy contigo”. Por más baja que esté tu autoestima, esta declaración de Dios tiene una poderosa eficacia para ponernos de pie.

A caminar sin ti, Señor, no atino; tu palabra de fuego es mi sendero;
me encontrarás cansado y prisionero del desierto, del cardo y del espino.

Descansa aquí conmigo del camino, que en Emaús hay trigo en el granero,
hay un poco de vino y un alero que cobije tu sueño, Peregrino.

Yo contigo, Señor, herido y ciego; tú conmigo, Señor, enfebrecido,
el aire quieto, el corazón en fuego. Y en diálogo sediento y torturado
se encontrarán en un solo latido, cara a cara, tu amor y mi pecado. Amén.

“Día tras día, Señor de mi vida, quede delante de Ti, cara a cara. De manos juntas, quedaré delante de Ti, Señor de todos los mundos, cara a cara. En este mundo que es tuyo, en medio de las fatigas, del tumulto, de las luchas, de la multitud agitada, he de mantenerme delante de Ti, cara a cara. Y, cuando mi tarea en este mundo estuviere acabada, oh Rey de Reyes, solo y en silencio, permaneceré delante de Ti, cara a cara”. Hermosa oración para completar el soneto del día.
* Enviado por el P. Natalio

La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
Texto del Evangelio:
Sucedió que como se iban cumpliendo los días de su asunción, Él se afirmó en su voluntad de ir a Jerusalén, y envió mensajeros delante de sí, que fueron y entraron en un pueblo de samaritanos para prepararle posada; pero no le recibieron porque tenía intención de ir a Jerusalén. Al verlo sus discípulos Santiago y Juan, dijeron: «Señor, ¿quieres que digamos que baje fuego del cielo y los consuma?». Pero volviéndose, les reprendió; y se fueron a otro pueblo. (Lc 9,51-56)

Comentario:
Hoy, en el Evangelio, contemplamos cómo «Santiago y Juan, dijeron: ‘Señor, ¿quieres que digamos que baje fuego del cielo y los consuma?’. Pero volviéndose, les reprendió» (Lc 9,54-55). Son defectos de los Apóstoles, que el Señor corrige.
Cuenta la historia de un aguador de la India que, en los extremos de un palo que colgaba en sus espaldas, llevaba dos vasijas: una era perfecta y la otra estaba agrietada, y perdía agua. Ésta —triste— miraba a la otra tan perfecta, y avergonzada un día dijo al amo que se sentía miserable porque a causa de sus grietas le daba sólo la mitad del agua que podía ganar con su venta. El trajinante le contestó: —Cuando volvamos a casa mira las flores que crecen a lo largo del camino. Y se fijó: eran flores bellísimas, pero viendo que volvía a perder la mitad del agua, repitió: —No sirvo, lo hago todo mal. El cargador le respondió: —¿Te has fijado en que las flores sólo crecen a tu lado del camino? Yo ya conocía tus fisuras y quise sacar a relucir el lado positivo de ellas, sembrando semilla de flores por donde pasas y regándolas puedo recoger estas flores para el altar de la Virgen María. Si no fueses como eres, no habría sido posible crear esta belleza.
Todos, de alguna manera, somos vasijas agrietadas, pero Dios conoce bien a sus hijos y nos da la posibilidad de aprovechar las fisuras-defectos para alguna cosa buena. Y así el apóstol Juan —que hoy quiere destruir—, con la corrección del Señor se convierte en el apóstol del amor en sus cartas. No se desanimó con las correcciones, sino que aprovechó el lado positivo de su carácter fogoso —el apasionamiento— para ponerlo al servicio del amor. Que nosotros también sepamos aprovechar las correcciones, las contrariedades —sufrimiento, fracaso, limitaciones— para “comenzar y recomenzar”, tal como san Josemaría definía la santidad: dóciles al Espíritu Santo para convertirnos a Dios y ser instrumentos suyos.
Rev. D. Llucià POU i Sabater (Granada, España)

Santoral Católico:
San Francisco de Borja
Tercer Superior General de los Jesuitas
Nació en Gandía, provincia de Valencia (España), el año 1510. Gran privado del Emperador Carlos V y caballerizo de la emperatriz Isabel, vivió ejemplarmente en palacio. La vista del cadáver de la emperatriz le impulsó a despreciar las vanidades de la corte. Suya es la frase famosa: «No quiero servir a señor que se me pueda morir». Fue virrey de Cataluña y duque de Gandía. En 1529 contrajo matrimonio con Leonor de Castro, y tuvieron ocho hijos. Después de la muerte de su esposa, acaecida en 1546, que acabó de desligarlo del mundo, fue recibido por san Ignacio en la Compañía de Jesús, de la que llegó a ser superior general, después de haberse dedicado, ya sacerdote, al apostolado y a los asuntos de la naciente Compañía. Se distinguió, sobre todo, por su profunda humildad. Dio gran impulso a las misiones, especialmente de América. Murió en Roma el 30 de septiembre de 1572.
Oración: Señor y Dios nuestro, que nos mandas valorar los bienes de este mundo según el criterio de tu ley, al celebrar la fiesta de san Francisco de Borja, tu siervo fiel y cumplidor, enséñanos a comprender que nada hay en el mundo comparable a la alegría de gastar la vida en tu servicio. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
© Directorio Franciscano  Aciprensa    

Palabras del Papa Francisco
“Los animo a encontrar, escuchar y caminar con los más necesitados, para que puedan encontrar a Cristo y su liberador mensaje de amor […] La evangelización es más eficaz cuando es actuada con unidad de intención y con una colaboración sincera entre las diferentes realidades eclesiales y entre los diversos sujetos pastorales, que encuentran en el Obispo un seguro punto de referencia y de cohesión […] Las llagas de Jesús permanecen visibles en tantos hombres y mujeres que viven en los márgenes de la sociedad: marcados por el sufrimiento, las dificultades, el abandono y la pobreza. Personas heridas por la duras pruebas de la vida, que son humilladas, que se encuentran en la cárcel o en los hospitales. Ellos, necesitan ser ayudados a descubrir los dones que el Señor les ha donado, animados a no temer ante los grandes desafíos del momento presente.”

Tema del día:
Carta a una mujer que espera
Hasta hace poco tiempo eras una jovencita que soñaba con enamorarse, formar un hogar, tener hijos… Hoy, tu sueño se ha ido concretando. Encontraste el hombre de tu vida, formaste tu hogar, esperas un hijo.
 
Tu cuerpo y tu alma se han ido transformando por este acontecimiento. Quisieras correr y contarle al mundo entero que eres feliz. Que te sentís amada. Que amas. ¡Qué vas a ser madre! Sublime misión la tuya. Te asocias al Creador y creas. Maravillosa donación de ti misma. Tu rostro se ilumina con una tierna sonrisa cuando la mano fuerte, segura, de tu esposo acaricia tu abultado vientre buscando el latido del hijo. Y ese misterio que es tu hijo, responde. Entonces, tu esposo te envuelve en un abrazo, te besa y quisiera darte todas las riquezas del mundo. Pero vos no las necesitás porque ya poseés dentro tuyo el mayor de los tesoros, el que no cambiarías por todas las riquezas del Universo… ¡Tu hijo!

Y te cuesta trabajo comprender por qué sigue habiendo crímenes, robos, guerras, abortos (que es el peor de los crímenes). No puedes entender por qué el mundo sigue girando alocadamente sin detenerse a contemplarte a vos por un momento para impregnarse de tu belleza, de tu alegría, de tu esperanza…”Perdónalos, Padre, porque no saben lo que hacen” (San Lucas 23,34).

Porque tú esperas… Esperas un niño parecido a todos pero distinto de todos… Un ser humano único e irrepetible. ¡Tu hijo! Y puedes ver el futuro. Y en ese futuro está el hombre que será mañana ese ser pequeñito y tan necesitado de amor que late en tu vientre… Honrado, trabajador, bueno… Y todo esto lo sabes porque tienes fe, porque crees. Solamente por eso, porque tienes fe, esperas, amas, vives, ¡eres feliz!

Y no puedes dejar de contemplar a cada mujer con la que te cruzas en el camino de tu vida, que está viviendo la misma experiencia que vos, ser madre, que lleva un niño en su vientre, que lleva un sueño de Dios encarnado dentro de ella. Cada una con su realidad, con su historia, con su vida, que no siempre es como la tuya, llena de gozo ante el acontecimiento de la nueva vida. Piensas en tantas mujeres que no encuentran una salida, para quienes ese hijo es un problema, un obstáculo insalvable, que no saben cómo resolver, por tantas mujeres que están desesperadas, solas y caen en la tentación de destruir esa vida que va cobrando cada día más fuerza. Las lágrimas fluyen vertiginosamente de tus ojos ante este pensamiento tan doloroso.

Y también piensas en esas mujeres que darían su vida entera por sentir en su vientre el latido del corazón del hijo o de la hija, que han agotado tratamientos, que han suplicado al Dios de la Vida, pero que no pueden ser madres. Y vienen a tu mente y a tu corazón muchas de esas mujeres, con vocación de madres, con un corazón gigantesco lleno de misericordia y compasión, que soñaron con una familia y que sienten en lo más íntimo de su ser que el Señor las eligió para ser madres de esos niños que no tienen madres, de esos niños que fueron abandonados, quién sabe por qué, pero a quienes se les respetó la vida y que esperan caricias, ternura, comprensión, que tienen derecho a una familia, a crecer sanos y buenos en la calidez de un hogar, a recibir abrazos, besos, a ser educados con amor.

Y también ante este pensamiento, las lágrimas brotan de tus ojos, pero estas lágrimas de agradecimiento, de admiración, de orgullo, de alegría porque naciste mujer, porque Dios te soñó mujer y porque te dio un alma sensible, creyente, que sabe que aunque una madre abandone a sus hijos, Nuestro Padre Celestial jamás los abandonará y que al pie de la Cruz, Jesús, entregó a su Madre (San Juan 19,25/27), para que proteja a sus hijos, para que los guíe, para que los envuelva en su manto de dulzura infinita y los conduzca al Cielo, a la felicidad total.

Te sientes identificada con todas las mujeres del mundo. Y se renuevan en vos esos deseos inmensos de anunciar esta Buena Nueva, de construir el Reino de Dios en esta Tierra, un Reino de Verdad, de Justicia, de Amor. Es entonces, que la oración brota desde lo más profundo de tu ser repleto de esperanza y repetís muchas veces, junto con el Salmista: “Te doy gracias, Señor por tu amor. No abandones la obra de tus manos” (Salmo 137)
© Ana María Casal

Mensaje de María Reina de la Paz 
Mensaje de María Reina de la Paz del 2 de octubre de 2017

“Queridos hijos, como Madre yo os hablo con palabras simples, pero llenas de amor y de solicitud por mis hijos que, por medio de mi Hijo, me habéis sido confiados. Mi Hijo, que es del eterno presente, os habla con palabras de vida y siembra amor en los corazones abiertos. Por eso os pido, apóstoles de mi amor: tened corazones abiertos, siempre dispuestos a la misericordia y al perdón. Por mi Hijo, perdonad siempre al prójimo, porque así la paz estará en vosotros. Hijos míos, preocuparos por vuestra alma, porque es lo único que en realidad os pertenece. Os olvidáis de la importancia de la familia. La familia no debería ser lugar de sufrimiento y dolor, sino lugar de comprensión y ternura. Las familias que intentan vivir según mi Hijo viven en amor recíproco. Desde que mi Hijo era pequeño, me decía que para Él todos los hombres son sus hermanos. Por eso recordad, apóstoles de mi amor, que todos los hombres que encontráis, son familia para vosotros; hermanos según mi Hijo. Hijos míos, no perdáis el tiempo pensando en el futuro con preocupación. Que vuestra única preocupación sea, cómo vivir bien cada momento según mi Hijo: he ahí la paz. Hijos míos, no olvidéis nunca orar por vuestros pastores. Orad para que puedan acoger a todos los hombres como hijos suyos y sean para ellos padres espirituales según mi Hijo. ¡Os doy las gracias!”

Meditaciones
La oración del Rosario se formó gradualmente. Los cristianos primero adoraron saludar a María con las palabras del arcángel Gabriel en el día de la Anunciación: "Ave María, llena de gracia. Luego añadieron la bendición pronunciada por Isabel: " Bendita Tú eres entre todas las mujeres...". La segunda parte - "Santa María, Madre de Dios…" - remonta al siglo XV.
Cada invocación fue considerada una rosa ("rosario") que ayudó a formar un pequeño sombrero ("rosario"). El número de los 150 Ave María correspondía al número de 150 salmos en la Biblia. Un pequeño cordón con nudos hizo posible encontrarse en el número de invocaciones recitadas.
El auge del Rosario se debe a los dominicos y, sobre todo, al hermano Alain de la Roche en el siglo XV. Tuvo la idea de fundar una hermandad del Rosario. (...) Como los dominicos eran predicadores, asociaban a cada docena un "misterio", es decir, uno de los momentos de la vida de Cristo, a la cual su Madre está íntimamente ligada, desde su Fiat hasta su coronación. Al rezar el Rosario, pedimos a María que nos lleve a la comunión con Cristo Jesús. (Un minuto con María)

Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas, catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María;  por la conversión de todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por los cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por los niños con cáncer y otras enfermedades graves; por el drama de los refugiados del Mediterráneo; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo; por las víctimas de catástrofes naturales; por la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio.

Pedimos oración para Marisa, de Buenos Aires, Argentina, cuya prótesis ya ha llegado para que pueda ser operada de fractura de cadera en el día de hoy. Que la Virgen María del Rosario la cubra con su manto de amor y que Nuestro Divino Redentor se haga presente en el quirófano, en las manos de quienes llevarán a cabo la intervención quirúrgica. 

Pido oración por una intención particular del autor de esta página relacionada con temas de salud.

Continuamos unidos en oración por medio del rezo del Santo Rosario poniendo en Manos de Nuestra Madre Bendita todas nuestras preocupaciones, alegrías y necesidades, poniendo al mundo entero en Manos de nuestra Madre y pidiéndole a Ella paz para el mundo, al rezar por la paz; rezamos por todo, por la paz en el mundo, en los corazones, porque la violencia sea desterrada, por la paz para los niños que están en peligro de ser abortados.  Paz para los jóvenes que no encuentran el camino, paz para los deprimidos. Paz para los que no han tenido la dicha de conocer al Amor. En fin rezamos por la paz, y sigamos haciéndolo.

Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia;
escucha las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén

Los cinco minutos de María
Octubre 3
María es santa, tanto porque Dios la ha llenado de su Espíritu de amor, como porque ella cooperó libremente con su gracia.
Nosotros también recibimos el mismo Espíritu, que nos hace capaces de reconocer su santidad y nos mueve a imitarla. Si María era tan santa por la gracia de Dios y por su personal y continuada cooperación, ¿por qué nosotros no podremos llegar a serlo? Tampoco a nosotros nos ha de faltar la gracia de Dios.
Virgen Santa, con toda la Iglesia te decimos: Madre de la gracia, ruega por nosotros.
* P. Alfonso Milagro
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)

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