miércoles, 26 de noviembre de 2008

Pequeñas Semillitas 0566

PEQUEÑAS SEMILLITAS


Número 0566 ~ Miércoles 26 de Noviembre de 2008
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)



Hola !!!
Nos vamos acercando al Tiempo de Adviento y gozosamente preparamos nuestro corazón para recibir a Jesús, que nacerá en la humildad del pesebre de Belén, pero también debemos hacerlo nacer en nosotros junto con la esperanza en la segunda Venida de Cristo Jesús, al final de los tiempos .
Durante el Adviento, se prepara en cada hogar (no sólo en la Iglesia) una corona de flores, llamada "Corona de Adviento" con cuatro velas, una por cada domingo de Adviento. Y hay una pequeña tradición propia de Adviento: a cada una de esas cuatro velas se le asigna una virtud que hay que mejorar en esa semana, por ejemplo: la primera, el amor; la segunda, la paz; la tercera, la tolerancia y la cuarta, la fe.
Hagamos el esfuerzo de hacerlo a partir del comienzo del Tiempo de Adviento, que será el próximo domingo.


La Palabra de Dios : Evangelio del día



En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Os echarán mano y os perseguirán, entregándoos a las sinagogas y cárceles y llevándoos ante reyes y gobernadores por mi nombre; esto os sucederá para que deis testimonio. Proponed, pues, en vuestro corazón no preparar la defensa, porque yo os daré una elocuencia y una sabiduría a la que no podrán resistir ni contradecir todos vuestros adversarios. Seréis entregados por padres, hermanos, parientes y amigos, y matarán a algunos de vosotros, y seréis odiados de todos por causa de mi nombre. Pero no perecerá ni un cabello de vuestra cabeza. Con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas».
(Lucas 21, 12-19)

Comentario
Hoy ponemos atención en esta sentencia breve e incisiva de nuestro Señor, que se clava en el alma, y al herirla nos hace pensar: ¿por qué es tan importante la perseverancia?; ¿por qué Jesús hace depender la salvación del ejercicio de esta virtud?
Porque no es el discípulo más que el Maestro —«seréis odiados de todos por causa de mi nombre» (Lc 21,17)—, y si el Señor fue signo de contradicción, necesariamente lo seremos sus discípulos. El Reino de Dios lo arrebatarán los que se hacen violencia, los que luchan contra los enemigos del alma, los que pelean con bravura esa “bellísima guerra de paz y de amor”, como le gustaba decir a san Josemaría Escrivá, en que consiste la vida cristiana. No hay rosas sin espinas, y no es el camino hacia el Cielo un sendero sin dificultades. De ahí que sin la virtud cardinal de la fortaleza nuestras buenas intenciones terminarían siendo estériles. Y la perseverancia forma parte de la fortaleza. Nos empuja, en concreto, a tener las fuerzas suficientes para sobrellevar con alegría las contradicciones.
La perseverancia en grado sumo se da en la cruz. Por eso la perseverancia confiere libertad al otorgar la posesión de sí mismo mediante el amor. La promesa de Cristo es indefectible: «Con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas» (Lc 21,19), y esto es así porque lo que nos salva es la Cruz. Es la fuerza del amor lo que nos da a cada uno la paciente y gozosa aceptación de la Voluntad de Dios, cuando ésta —como sucede en la Cruz— contraría en un primer momento a nuestra pobre voluntad humana.
Sólo en un primer momento, porque después se libera la desbordante energía de la perseverancia que nos lleva a comprender la difícil ciencia de la cruz. Por eso, la perseverancia engendra paciencia, que va mucho más allá de la simple resignación. Más aún, nada tiene que ver con actitudes estoicas. La paciencia contribuye decisivamente a entender que la Cruz, mucho antes que dolor, es esencialmente amor.
Quien entendió mejor que nadie esta verdad salvadora, nuestra Madre del Cielo, nos ayudará también a nosotros a comprenderla.
Rev. D. Manuel Cociña Abella (Madrid, España)



Santoral Católico



San Juan Berchmans, Jesuita




San Juan Berchmans nació en Diest, pequeña villa de Flandes, Bélgica, el 1599. Nació el 13 de marzo y murió otro 13, el de agosto. No importa. La superstición no tenía cabida en su vida. Todos los días son regalo de Dios.

Su padre Juan, curtidor de pieles, y su madre Isabel, eran buenos cristianos. Tuvieron cinco hijos, de los que tres se consagraron al Señor. Murió pronto la madre, y al final el padre se ordenó sacerdote.

Nuestro santo fue el ángel del hogar, fiel ayudante de su madre. Inició sus estudios en el Seminario de Malinas, luego entró en el Noviciado de los jesuitas de la misma ciudad. Más tarde pasó a Roma. En el Seminario y en el Noviciado se distinguió por su candor, estudio y piedad.

Su devoción a la Virgen era proverbial. Sentía hacia ella un cariño tierno, profundo, confiado y filial. «Si amo a María, decía, tengo segura mi salvación, perseveraré en la vocación, alcanzaré cuanto quisiere, en una palabra, seré todopoderoso». A ella dedicó su Coronita de las doce estrellas.

Pululaban por entonces los errores de Bayo, catedrático de Escritura en Lovaina, quien afirmaba que María había sido concebida en pecado. Los teólogos Belarmino y Francisco de Toledo intervienen para esclarecer la verdad. Es curioso notar que el gran teólogo español Juan de Lugo atribuye el movimiento a favor de la Inmaculada a las oraciones de Berchmans.

El mismo Lugo insiste en que el decreto de 24 de mayo de 1622 se ha conseguido por la influencia sobrenatural de Juan Berchmans. En él se confirman las constituciones de Sixto VI, Alejandro VI, San Pío V y Pablo V. Se manda severamente que nadie, ni de palabra ni por escrito, se atreva a afirmar que la Santísima Virgen María fue concebida en pecado, y se solemniza la fiesta de la Inmaculada.

En el último año de su vida Juan se había comprometido, firmando con su propia sangre, a «afirmar y defender dondequiera que se encontrase el dogma de la Inmaculada Concepción de la Virgen María».

Los santos han practicado en grado heroico todas las virtudes. Pero suelen distinguirse en alguna de ellas. ¿Cuál es la virtud característica de Berchmans? Él deseaba practicarlas todas por igual. Su obsesión, su locura de santo, era la fidelidad en observar perfectamente sus obligaciones, sin excusas ni escapismos. «La virtud más eminente, es hacer sencillamente, lo que tenemos que hacer», decía Pemán en El Divino Impaciente.

Aparentemente no había hecho nada, nada llamativo. Pero vivió «apasionado por la gloria de Dios». «Quiere trabajar sin perder la más pequeña parte de su tiempo». Aprovecha las cruces de la vida diaria: «Mi mayor penitencia, la vida común». «Quiero ser santo sin espera alguna».

Hacía cada cosa en su momento, y sobrenaturalizando la intención. Cuando hay que orar, decía, ora con todo amor. Cuando hay que estudiar, estudia con toda ilusión. Cuando hay que practicar deporte, practícalo con todo entusiasmo. Y siempre con más amor, en cada instante del programa diario, bajo la dulce mirada maternal de la Virgen María. Estudiaba con la mirada puesta en el futuro apostolado, en las almas que se le encomendarían.

Mi mayor consuelo, decía al morir joven, es no haber quebrantado nunca, en mi vida religiosa, regla alguna ni orden de mis superiores, a sabiendas, y advertidamente, y el no haber cometido nunca un pecado venial. Alto y recio mensaje. Es patrono de los que se preparan para el sacerdocio. Murió el 13 de agosto de 1621. Sus últimas palabras fueron: Jesús, María.



Pensamiento



"Cuando no puedas trotar, camina. Cuando no puedas caminar, usa el bastón. Pero nunca te detengas... "
Teresa de Calcuta



Tema del día : Tiempo de Adviento



En el tiempo de Adviento, con el que se inicia el ciclo litúrgico de Navidad, con el cual comienza un nuevo año litúrgico, el pueblo de Dios que peregrina en el tiempo redescubre la atención entre la primera venida histórica de Jesucristo y la segunda que acontecerá, de modo glorioso, al fin de los tiempos.

La espiritualidad del Adviento encamina a los cristianos a profundizar la perspectiva escatológica de la vida, a la vez que prepara a la Iglesia para conmemorar la venida histórica del Redentor, celebrada en cada Navidad.

El primer aspecto señalado, con su carácter de fuerte llamada a vivir vigilantes y a prepararse siempre, se destaca mas claramente en los primeros días del tiempo de Adviento, mientras que la consideración de los acontecimientos históricos que rodearon el nacimiento de Jesús quedan reservados para los últimos días, las llamadas “ferias fuertes” de Adviento.

El trasfondo de este tiempo es el de la esperanza y la alegría cristianas. Éstas se apoyan en la certeza de que “el que ha de venir” ya llega, y con él, el advenimiento del cielo nuevo y de la tierra nueva. Las dos expresiones mas habituales de la esperanza escatológica cristiana son la petición ‘venga a nosotros tu Reino’ del Padre Nuestro, y la aclamación ‘ven, Señor Jesús’ inmediata a la consagración en la Plegaria eucarística.

El Adviento comienza el próximo domingo 30 de noviembre, y se extiende durante cuatro semanas; la cuarta semana se interrumpe ante la celebración de la Navidad que tiene por fecha fija el 25 de diciembre.



Meditación breve



El verdadero triunfo, es lograr la familia que anhelas, es mostrar la bondad que recibes y tener verdaderos amigos.
La verdadera sabiduría, es aprender a escuchar y saber cuándo opinar, es comprender los problemas y saberlos resolver, y poder brindar al mundo lo que realmente sabes.
La verdadera fe, es pedir y saber que Dios nos escucha, es saborear los momentos que comparto con Él, es poder cerrar los ojos y sentirlo junto a mí.
La verdadera amistad, es sentir la hermandad que une a personas de sangres diversas, es saber que su mano siempre estará contigo, es saber brindarle tu ayuda en todo momento, es sentirte más valiente en los momentos que con ellos compartes, es saber compartir ideas y mejorar tu carácter, es tener ese apoyo en los momentos importantes.
El verdadero amor, es poder oler el aire que respira tu pareja, es encontrar la otra mitad de tu alma, es sentir necesaria su presencia, y más que nada, saber esperar a su llegada.
Disfruta cada día como si fuera el último ya que uno nunca sabe cuando llegará el último día de nuestras vidas, y recuerda que la satisfacción de llegar a la meta no es llegar a la meta sino todo lo que se vive en el camino para poder llegar a ésta.



Pedidos de oración



Pedimos oración por Arturo D. que vive en Posadas, Misiones, Argentina, para que el Señor lo ayude a recuperar sus mejores condiciones de salud. Solicitado por Rosa Peralta.



Pedimos oración por Eloy Matías B., de 22 años, que vive en Avellaneda, Santa Fe, Argentina, que ha sufrido un accidente muy grave y se encuentra en manos de Dios. Solicitado por su mamá Olga.



Pedimos oración por Omar Z., de Rosario, Argentina, para que el Señor le conceda estabilidad laboral en estos tiempos tan difíciles de crisis por los que estamos atravesando prácticamente en todo el mundo. Solicitado por Silvia, su esposa.



Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades, para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia;
escucha ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos, y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu Hijo ha llamado dichosos, y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo. Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor. Amén.




Los cinco minutos de María - por Alfonso Milagro



María en su adolescencia seguramente había trazado para sí un hermoso proyecto de vida, similar al de tantas jovencitas de su pueblo.
Pero Dios modificó ese proyecto y, conservando milagrosamente su virginidad, hizo que su vida y su misión personal se centraran en su maternidad divina.
María aceptó la voluntad de Dios que cambiaba sus planes personales, y se entregó plenamente a lo que Dios quería de ella.

Nuestra Señora de los que siguen a tu Hijo Jesús, que estemos dispuestos a ceder nuestros planes, para aceptar los planes de Dios.


Felipe de Urca
-Jardinero de Dios-

pequesemillitas@gmail.com




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