lunes, 24 de noviembre de 2008

Pequeñas Semillitas 0564

PEQUEÑAS SEMILLITAS


Número 0564 ~ Lunes 24 de Noviembre de 2008
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)



Hola !!!
Iniciamos hoy la edición de "Pequeñas Semillitas" con esta hermosa reflexión de Carlos Torres Pastorino:
"Cada persona cosecha lo que siembra. Si siembras desamor e indiferencia, los recibirás en pago. Si sembraste atención y amor, tendrás en abundancia afectos amorosos. Nadie se acerca a los espinos, porque pinchan; ni al lodo, porque ensucia. Pero a todos les gusta estar cerca de las flores, por su belleza y su perfume. Cada persona cosecha lo que siembra"



La Palabra de Dios : Evangelio del día



En aquel tiempo, alzando la mirada, Jesús vio a unos ricos que echaban sus donativos en el arca del Tesoro; vio también a una viuda pobre que echaba allí dos moneditas, y dijo: «De verdad os digo que esta viuda pobre ha echado más que todos. Porque todos éstos han echado como donativo de lo que les sobraba, ésta en cambio ha echado de lo que necesitaba, todo cuanto tenía para vivir».
(Lucas 21, 1-4)

Comentario
Hoy, como casi siempre, las cosas pequeñas pasan desapercibidas: limosnas pequeñas, sacrificios pequeños, oraciones pequeñas (jaculatorias); pero lo que aparece como pequeño y sin importancia muchas veces constituye la urdimbre y también el acabado de las obras maestras: tanto de las grandes obras de arte como de la obra máxima de la santidad personal.
Por el hecho de pasar desapercibidas esas cosas pequeñas, su rectitud de intención está garantizada: no buscamos con ellas el reconocimiento de los demás ni la gloria humana. Sólo Dios las descubrirá en nuestro corazón, como sólo Jesús se percató de la generosidad de la viuda. Es más que seguro que la pobre mujer no hizo anunciar su gesto con un toque de trompetas, y hasta es posible que pasara bastante vergüenza y se sintiera ridícula ante la mirada de los ricos, que echaban grandes donativos en el cepillo del templo y hacían alarde de ello. Sin embargo, su generosidad, que le llevó a sacar fuerzas de flaqueza en medio de su indigencia, mereció el elogio del Señor, que ve el corazón de las personas: «De verdad os digo que esta viuda pobre ha echado más que todos. Porque todos éstos han echado como donativo de lo que les sobraba, ésta en cambio ha echado de lo que necesitaba, todo cuanto tenía para vivir» (Lc 21,3-4).
La generosidad de la viuda pobre es una buena lección para nosotros, los discípulos de Cristo. Podemos dar muchas cosas, como los ricos «que echaban sus donativos en el arca del Tesoro» (Lc 21,1), pero nada de eso tendrá valor si solamente damos “de lo que nos sobra”, sin amor y sin espíritu de generosidad, sin ofrecernos a nosotros mismos. Dice san Agustín: «Ellos ponían sus miradas en las grandes ofrendas de los ricos, alabándolos por ello. Aunque luego vieron a la viuda, ¿cuántos vieron aquellas dos monedas?... Ella echó todo lo que poseía. Mucho tenía, pues tenía a Dios en su corazón. Es más tener a Dios en el alma que oro en el arca». Bien cierto: si somos generosos con Dios, Él lo será más con nosotros.
Rev. D. Àngel Eugeni Pérez i Sánchez (Barcelona, España)



Santoral Católico



San José Pignatelli, Restaurador de los Jesuitas



El mérito especial de este santo fue el de conservar lo que quedaba de la Compañía de Jesús (que es la Comunidad religiosa más numerosa en la Iglesia Católica) y tratar de que los religiosos de esa comunidad pudieran sobrevivir, a pesar de una terrible persecución.

De familia italiana, nació en Zaragoza (España) en 1737. Se hizo jesuita y empezó a trabajar en los apostolados de su Comunidad, especialmente en enseñar catecismo a los niños y a los presos.

En 1767 la masonería mundial se puso de acuerdo para pedir a todos los gobernantes que expulsaran de sus países a los Padres Jesuitas. El rey Carlos III de España obedeció las órdenes masónicas y declaró que de España y de todos los territorios de América que dependían de ese país quedaban expulsados los jesuitas. Con este decreto injusto le hizo un inmenso mal a muchas naciones y a la Santa Iglesia Católica.

El Padre José Pignatelli y su hermano, que eran de familia de la alta clase social, recibieron la oferta de poder quedarse en España pero con la condición de que se salieran de la Compañía de Jesús. Ellos no aceptaron esto y prefirieron irse al destierro. Se fueron a la Isla de Córcega, pero luego los franceses invadieron esa isla y de allá también los expulsaron.

En 1774 Clemente XIV por petición de los reyes de ese tiempo dio un decreto suprimiendo la Compañía de Jesús. Como efecto de ese Decreto 23.000 jesuitas quedaron fuera de sus casas religiosas.

El Padre Pignatelli y sus demás compañeros, cuando oyeron leer el terrible decreto exclamaron: "Tenemos voto de obediencia al Papa. Obedecemos sin más, y de todo corazón".

Durante los 20 años siguientes la vida del Padre José y la de los demás jesuitas será de tremendos sufrimientos. Pasando por situaciones económicas sumamente difíciles (como los demás jesuitas dejados sin su comunidad), pero siempre sereno, prudente, espiritual, amable, fiel.

Se fue a la ciudad de Bolonia y allí estuvo dedicado a ayudar a otros sacerdotes en sus labores sacerdotales, y a coleccionar libros y manuscritos relacionados con la Compañía de Jesús y a suministrar ayuda a sus compañeros de religión. Muchos de ellos estaban en la miseria y si eran españoles no les dejaban ni siquiera ejercer el sacerdocio. Un día al pasar por frente a una obra del gobierno, alguien le dijo que aquello lo habían construido con lo que les habían quitado a los jesuitas, y Pignatelli respondió: "Entonces deberían ponerle por nombre "Haceldama", porque así se llamó el campo que compraron con el dinero que Judas consiguió al vender a Jesús.

Cuando los gobiernos de Europa se declaraban en contra de los jesuitas, la emperatriz de Rusia, Catalina, prohibió publicar en su país el decreto que mandaba acabar con la Compañía de Jesús, y recibió allá a varios religiosos de esa comunidad. El Padre Pignatelli con permiso del Papa Pío VI se afilió a los jesuitas que estaban en Rusia y con la ayuda de ellos empezó a organizar otra vez a los jesuitas en Italia. Conseguía vocaciones y mandaba los novicios a Rusia y allá eran recibidos en la comunidad. El jefe de los jesuitas de Rusia lo nombró provincial de la comunidad en Italia, y el Papa Pío VII aprobó ese nombramiento. Así la comunidad empezaba a renacer otra vez, aunque fuera bajo cuerda y en gran secreto.

El Padre Pignatelli oraba y trabajaba sin descanso por conseguir que su Comunidad volviera a renacer. En 1804 logró con gran alegría que en el reino de Nápoles fuera restablecida la Compañía de Jesús. Fue nombrado Provincial. Con las generosas ayudas que le enviaban sus familiares logró restablecer casas de Jesuitas en Roma, en Palermo, en Orvieto y en Cerdeña.

Ya estaba para conseguir que el Sumo Pontífice restableciera otra vez la Compañía de Jesús, cuando Napoleón se llevó preso a Pío VII al destierro.

El Padre Pignatelli murió en 1811 sin haber logrado que su amada Comunidad religiosa lograra volver a renacer plenamente, pero tres años después de su muerte, al quedar libre de su destierro el Papa Pío VII y volver libre a Roma, decretó que la Compañía de Jesús volvía a quedar instituida en todo el mundo, con razón Pío XI llamaba a San José Pignatelli "el anillo que unió la Compañía de Jesús que había existido antes, con la que empezó a existir nuevamente". Los Jesuitas lo recuerdan con inmensa gratitud, y nosotros le suplicamos a Dios que a esta comunidad y a todas las demás comunidades religiosas de la Iglesia Católica las conserve llenas de un gran fervor y de grandísima santidad.



Pensamiento



"Si los ciudadanos practicasen entre sí la amistad, no tendrían necesidad de la justicia"
Aristóteles




Tema del día : El precio de un milagro




Recibí un relato que nos muestra lo lejos que puede llegar la fe de una niña al no ponerse límites.

Sucedió que un día, esta pequeña niña, llamada Teresita, fue a su habitación y sacó un frasco que estaba escondido en su closet. Esparció su contenido en el suelo y contó con cuidado varias monedas. Tres veces, lo hizo. Con cuidado, regresó las monedas al frasco y lo llevó consigo saliendo sigilosamente por la puerta trasera. Caminó 6 cuadras hasta la Farmacia. Ella esperó pacientemente a que el farmacéutico le prestara atención, pues estaba muy ocupado hablando con alguien.

La niña movió sus pies para que rechinaran sus zapatos. Nada. Se aclaró la garganta lo más fuerte que pudo, pero tampoco sirvió de nada. Finalmente tomó una moneda de 25 centavos del frasco y con ella tocó en el mostrador de cristal. Con eso fue suficiente.

“¿Y qué es lo que quieres?” le preguntó el farmacéutico con tono de disgusto, “mira que estoy hablando con mi hermano que vino de Chicago y que no he visto en años”.

Eso no la inquietó y le contestó con un tono parecido: “Bueno, quiero hablarte sobre mi hermano, que está realmente muy, muy enfermo... y quiero comprar un milagro”.

“¿Perdón?”, preguntó sorprendido el farmacéutico.

Teresita siguió: “Sí, mi hermano se llama Andrés y algo malo ha estado creciendo en su cabeza y mi papi dice que solo un milagro puede salvarlo. Ahora dime, cuanto cuesta un milagro”.

“Nosotros no vendemos milagros aquí, chiquita. Lo siento pero no puedo ayudarte”, dijo el farmacéutico ya con una voz suave.

“Oye, tengo dinero para pagarlo. Si no es suficiente, conseguiré más, solo dime cuanto cuesta”.

El hermano del farmacéutico, que era un hombre muy bien vestido, intervino y le preguntó a la niñita: “¿Qué clase de milagro necesita tu hermano?”

Teresita replicó: “No sé. Solo se que está muy enfermo y mami dice que necesita una operación. Pero mi papi no puede pagarla, por eso quiero usar mi dinero”.

“Pues, ¿cuánto tienes?”, le preguntó el hombre de Chicago.

“Un dólar con once centavos”, contestó la niña. “Y ese es todo el dinero que tengo, pero puedo conseguir más si es necesario'”

“Bueno, que coincidencia”, sonrió el hombre. “Un dólar y once centavos: es el precio exacto de un milagro para los hermanitos”. Él tomó el dinero y le dijo: “Llévame a donde vives. Quiero ver a Andrés y conocer a tus padres. Veamos si tengo el milagro que necesitas”

Ese hombre bien vestido era el Dr. Carlton Armstrong, un cirujano especializado en neurocirugía.
La operación fue completamente gratis, así como su estancia en el hospital, hasta que Andrés regresó sano a casa.

Sus padres estaban felices: “Esa cirugía”, decía su madre, “fue un milagro real. ¡Ya me imagino cuanto podría costar!”

Teresita sonrió. Ella sabía exactamente cuánto cuesta un milagro: un dólar con once centavos... más la fe de una chiquilla.




En la vida existen los milagros.
Pero un milagro no es necesariamente la suspensión de una ley natural o algo espectacular, sino puede ser vivir una ley superior: la ley del amor.
Si estamos atentos a las necesidades de los demás, podremos obrar milagros que les ayuden a mantenerse en la fe y en la esperanza, sin dejarse abatir por las dificultades.
Implantemos, pues, la ley del amor y el Señor obrará milagros a través de nosotros.

Pbro. José Martínez Colín



Meditación breve



La soledad, muchas veces, es el camino por el cual el destino quiere conducir al hombre hacia sí mismo. Por eso, ama tu soledad cuando tengas que enfrentarla y convivir con ella. Es en esa situación cuando a veces se encuentran todos los caminos.
Siempre hay algo por lo cual estar feliz. Mantén tu corazón y tus ojos bien abiertos; de manera que puedas disfrutar las pequeñas alegrías a tu alrededor; estas crecen rápidamente hasta que todo se transforma en regocijo y tu corazón siente que estallará de alegría. Cuando irradias alegría y con ella pensamientos positivos, contagias a los demás y la esparces como un regalo.
Si en una relación de dos, hay uno que no progresa, quiere decir que no ama. Amor debe ser fuerza, poder de respaldo, confianza, estímulo, iniciativa y respeto. Si así se da el amor, innegablemente el progreso vendrá.
Amado Nervo



Pedidos de oración




Pedimos oración por Salvador, que es un bebé de escasos dos meses, mellizo de una nena, pero él nació con tumores que plantean una difícil situación a los médicos que lo tratan. El bebé es de Salliqueló, Buenos Aires, Argentina. Solicitado por María Manza



Pedimos oración por José Emilio F. de 28 años de edad, que se encuentra internado en Santa Fe, Argentina, en coma farmacológico, luego de haber sido operado, todo ello por haber sido agredido y golpeado por un grupo de vándalos. Solicitado por Marta Borda



Ivonne, de Santiago de Chile, nos pide que elevemos oraciones por ella que está buscando un trabajo estable y digno.



Mary de Baldovino, lectora del sur de la provincia de Córdoba, Argentina, nos pide oraciones por su hermana Cathy, que vive en Florida, USA, para que se pueda sanar de una afección que hace meses la tiene bastante mal; y por Martín V. que vive en Canals, Córdoba, Argentina, que sufrió un accidente automovilístico y está sin poder mover sus piernas.



Pedimos oración por Edgar Betulio A.M. que vive en Bachaquero, estado de Zulia, Venezuela, y que está afectado de un tumor en la vejiga con hemorragias y anemia; y por Germán P. que vive en Maracaibo, estado de Zulia, Venezuela, y que está afectado de cáncer en la próstata. Solicitado por Ana Violeta Oroño de Osorio



Pedimos oración por la recuperación de Juan T. que está muy delicado de salud en un Hospital de Lima, Perú. Solicitado por César Ruiz Garrido



Pedimos oración por Leandro, un joven argentino de tan solo 21 años, que va a ser intervenido neuroquirúrgicamente por cuarta vez. Solicitado por su mamá Rita Corrado



Pedimos oración por la terrible persecución que están sufriendo los cristianos en la India. Transcribo parte de un mail recibido de Laura Razetti:
"Los cristianos están siendo torturados, quemados, mutilados, las mujeres violadas en presencia de sus familiares para tratar de obligarlos a reconvertirse al hinduismo, están quemando orfanatos, escuelas, iglesias, hay alrededor de 150.000 personas viviendo en el bosque tratando de salvar sus vidas.(...) Esto se a convertido en un genocidio similar al que se vivió en Rwanda hace unos años (...) Sin embargo a lo que esto esta llevando al pueblo de Dios en India es a fortalecerse y a crecer en medio de esta tribulación. Por el contrario en algunos de los lugares más afectados el porcentaje de cristianos se ha multiplicado en medio de esta persecución tan severa. Nos dicen que lo único que puede cambiar esta situación tan crítica es LA ORACIÓN".



Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades, para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia; escucha ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos, y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad, la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu Hijo ha llamado dichosos, y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor. Amén.



Los cinco minutos de María - por Alfonso Milagro


Vivir en gracia de Dios es vivir ya en el cielo, pues es vivir en Dios, que es la causa eterna de la felicidad.
A María Santísima la invocamos como "Madre de la divina gracia"; de ella esperamos conseguir la santidad de vida y la pureza de costumbres que nos hagan merecedores de la gracia divina, don sobrenatural otorgado por la infinita bondad del Señor del que la celestial Señora puede disponer y capacitar nuestra alma para recibir tan privilegiado regalo.

Nuestra Señora, que esperaste con toda la Iglesia la plenitud del Espíritu Santo, que apreciemos y hagamos crecer sus dones en nosotros.


Felipe de Urca
-Jardinero de Dios-

pequesemillitas@gmail.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¡Gracias por participar comentando! Por favor, no te olvides de incluir tu nombre y ciudad de residencia al finalizar tu comentario dentro del cuadro donde escribes.