PEQUEÑAS
SEMILLITAS Año
18 - Número 5463 ~ Martes 24 de Octubre de 2023Desde
la ciudad de Córdoba (Argentina) ¡Alabado sea Jesucristo!
Hoy celebramos la fiesta de San Antonio María Claret, uno de los santos
que tuvo una enorme devoción por la Virgen María. Él nos enseñó las tres claves
sobre cómo debemos orar y suplicar a María: amor, confianza y perseverancia. El
amor y la confianza son claves del fruto de la oración. También hemos de
practicar la perseverancia, que nos falla muy a menudo porque las personas
solemos ser muy impacientes. La Virgen María nunca desoye nuestras súplicas y
las encauza hacia lo que verdaderamente nos conviene, si pedimos algo no
conforme con los designios divinos. Por eso hoy te propongo que le pidas a San Antonio María Claret que te ayude a saber pedir cosas a la Virgen María en forma efectiva.
La Palabra de Dios Lecturas del día ♡ Primera Lectura: Rom 5,12.15b.17-19.20b-21
♡ Salmo: Sal 39, 7-8a. 8b-9. 10. 17
♡ Santo Evangelio: Lc 12,35-38
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Estén ceñidos vuestros
lomos y las lámparas encendidas, y sed como hombres que esperan a que su señor
vuelva de la boda, para que, en cuanto llegue y llame, al instante le abran.
Dichosos los siervos, que el señor al venir encuentre despiertos: yo os aseguro
que se ceñirá, los hará ponerse a la mesa y, yendo de uno a otro, les servirá.
Que venga en la segunda vigilia o en la tercera, si los encuentra así,
¡dichosos de ellos!».
♡ Comentario:
Hoy es preciso fijarse en estas palabras de Jesús: «Sed como hombres que
esperan a que su señor vuelva de la boda, para que, en cuanto llegue y llame,
al instante le abran» (Lc 12,36). ¡Qué alegría descubrir que, aunque sea
pecador y pequeño, yo mismo abriré la puerta al Señor cuando venga! Sí, en el
momento de la muerte seré yo quien abra la puerta o la cierre, nadie podrá
hacerlo por mí. «Persuadámonos de que Dios nos pedirá cuentas no sólo de
nuestras acciones y palabras, sino también de cómo hayamos usado el tiempo»
(San Gregorio Nacianceno).
Estar en la puerta y con los ojos abiertos es un planteamiento clave y a
mi alcance. No puedo distraerme. Estar distraído es olvidar el objetivo, querer
ir al cielo, pero sin una voluntad operativa; es hacer pompas de jabón, sin un
deseo comprometido y evaluable. Tener puesto el delantal significa estar en la
cocina, preparado hasta el último detalle. Mi padre, que era agricultor, decía
que no se puede sembrar si la tierra está "enfadada"; para hacer una
buena siembra hay que pasearse por el campo y tocar las semillas con atención.
El cristiano no es un náufrago sin brújula, sino que sabe de dónde viene,
a dónde va y cómo llegar; conoce el objetivo, los medios para ir y las
dificultades. Tenerlo en cuenta nos ayudará a vigilar y a abrir la puerta
cuando el Señor nos avise. La exhortación a la vigilancia y a la
responsabilidad se repite con frecuencia en la predicación de Jesús por dos
razones obvias: porque Jesús nos ama y nos “vela”; el que ama no se duerme. Y,
porque el enemigo, el diablo, no para de tentarnos. El pensamiento del cielo y
del infierno no podrá distraernos nunca de las obligaciones de la vida
presente, pero es un pensamiento saludable y encarnado, y merece la
felicitación del Señor: «Que venga en la segunda vigilia o en la tercera, si
los encuentra así, ¡dichosos de ellos!» (Lc 12,38). Jesús, ayúdame a vivir
atento y vigilante cada día, amándote siempre.
* Rev. D. Miquel VENQUE i To (Solsona, Lleida, España)
Santoral Católico: San Antonio María Claret Nació en Sallent,
diócesis de Vich (España), el año 1807. Ordenado sacerdote, recorrió durante
años Cataluña y también las Islas Canarias, dedicado a las misiones rurales y a
la predicación al clero, así como al apostolado de la prensa. Fundó la
Congregación de Misioneros Hijos del Inmaculado Corazón de María (Claretianos).
En 1850 fue nombrado arzobispo de Santiago de Cuba, cargo en el que se entregó
de lleno al ministerio episcopal, visitando su diócesis, condenando la
esclavitud y atendiendo a sus fieles; tuvo muchos enemigos. Regresó a España en
1857 como confesor de Isabel II, y así pudo influir en la designación de buenos
obispos, en la organización de los estudios eclesiásticos en El Escorial y en
la renovación de la vida religiosa. Sus trabajos por el bien de la Iglesia le
proporcionaron aún muchos sufrimientos. En 1868 acompañó a la reina en su
destierro a Francia. Murió en el monasterio cisterciense de Fontfroide
(Languedoc), donde se había refugiado, el 24 de octubre de 1870.
Oración: Oh Dios, que
concediste a tu obispo san Antonio María Claret una caridad y un valor
admirables para anunciar el Evangelio a los pueblos, concédenos, por su
intercesión, que, buscando siempre tu voluntad en todas las cosas, trabajemos
generosamente por ganar nuevos hermanos para Cristo. Él, que vive y reina por
los siglos de los siglos. Amén.
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© Directorio Franciscano – ACI Prensa – Catholic.net
Pensamiento del día «El cristiano que desea
seguir a Jesús con su cruz debe tener en cuenta que el nombre “cristiano”
significa “aprendiz o imitador de Cristo” y que si desea llevar dignamente ese
noble título, debe hacer sobre todo lo que Cristo nos encomienda en el
Evangelio: debemos oponernos o negarnos a nosotros mismos, tomar la cruz y
seguirlo.»
(SAN ANTONIO MARÍA CLARET)
Tema del día: ¿Amor o dinero? Hay muchas maneras de
medir el “bienestar” de una nación. A veces se cuentan los números de coches y
teléfonos por mil habitantes, o el grado de escolarización, o el número de
personas por cada cama de hospital, o el porcentaje de médicos, o el nivel
medio de ingresos, o la facilidad de acceso a parques públicos, o el nivel de
presencia de enfermedades infecciosas...
En general, la mayoría
de los datos que se escogen son cuantificables, son materiales. De este modo,
se logra una cierta objetividad: es posible contar el número de habitantes que
tienen agua potable. Sin embargo, existe un peligro que conviene no olvidar:
con estudios de este tipo se puede llegar a pensar que para ser felices hay que
tener un teléfono en casa, una computadora, gas, una nevera, una máquina para
lavar y una antena parabólica... ¿De verdad la felicidad depende de todo esto?
¿Serán entonces tan pocos los que gocen de felicidad en nuestro planeta azul y
un poco contaminado?
No hace falta probar que
la realidad es mucho más compleja. Como botón de muestra, podemos recordar un
estudio hecho en Inglaterra en 1945. El centro de ese estudio fueron dos grupos
de niños. El primer grupo recibió una buena alimentación, bienestar, juguetes,
pero lejos de sus padres naturales, en una guardería con “funcionarios” que
actuaban con cierta frialdad. El segundo grupo eran hijos de prisioneras que
vivían con sus madres en la cárcel. El primer grupo de niños creció con más
salud y protección, pero con mayor tendencia a la neurosis y a la inseguridad.
El segundo grupo, en cambio, aunque vivía en condiciones de pobreza y con
muchas restricciones, era psicológicamente más sano.
Desde luego, no se trata
de que todas las mamás vayan a la cárcel para dar cariño a sus hijos... Lo que
el estudio anterior nos dice son dos cosas: la primera, que los juguetes y los
alimentos pueden ayudar a que el niño sea sano, pero que esto no es suficiente
si falta cariño y afecto. La segunda, que un niño (o un adulto) puede vivir sin
muchos medios, incluso a veces con problemas de alimentación o de agua potable,
sin electricidad y sin televisión, tal vez con alguna enfermedad más o menos grave,
pero si hay cariño y afecto hay algo que permite una maduración mayor y un modo
distinto de ver la vida y sus problemas.
Ya casi es un tópico
comentar el alto nivel de suicidios que existen en países ricos como Suiza (21
suicidios cada 100.000 habitantes), Francia (19) o Japón (18,8). Para comparar,
la tasa de suicidios que la Organización mundial de la salud calcula para
México es de 3,1 suicidios por 100.000 habitantes. Estudios recientes nos dicen
que en Estados Unidos cada año se suicidan 30 mil personas, y unas 650 mil
intentan el suicidio; el porcentaje de suicidios de nuestros vecinos del norte
es de 11,4 suicidios por 100.000 habitantes.
No es que no haya
suicidios en los países pobres. Incluso algunos de ellos tienen un alto nivel
de suicidios, como Cuba (18 cada 100.000 habitantes), pero al menos el fenómeno
no se nota con la gravedad con la que se dan en muchos países dotados de todo
lo que muchos todavía ni sueñan con alcanzar algún día.
¿Es posible, entonces,
establecer alguna estrategia para ayudar a las personas a ser equilibradas
psicológicamente y serenas y felices en sus vidas? La respuesta no es fácil,
pues son miles los deseos que nacen en nuestros corazones, y muchas veces el no
lograr lo que queremos nos lleva a una frustración más o menos profunda. Sin
embargo, hay cosas esenciales que ayudan a superar los problemas y que permiten
una vida mucho más serena. La vida familiar armoniosa, el saber apreciar más a
los amigos, el dedicar el tiempo a acompañar a los enfermos, el invertir un
poco de tiempo en la oración y en pensar en la vida que nos espera más allá de
la muerte.
No se trata de métodos
“psicológicos” para lograr una estabilidad emocional, sino de experiencias
profundas que nos permiten dejar en su lugar a las cosas que son secundarias
para dedicarnos en profundidad a lo que vale la pena. Si lo principal en
nuestra vida no es el cariño del esposo o de la esposa, de los hijos, el
cuidado de los padres, el sentirse mirado por un Dios que no deja de amar a los
hombres, aunque muchas veces estemos despistados, entonces buscaremos llenar el
corazón con coches, lavadoras, música y vacaciones, pero no tendremos esa
felicidad que se logra cuando tenemos lo esencial.
En el fondo, el secreto
de la felicidad no está en los parámetros de bienestar. Está en el amor. Quien
ama y se siente amado necesitará también una nevera, pero si no la tiene no
será un amargado. Necesitará de algo de dinero para poder llenar de gasolina el
coche, pero no se suicidará si se le quema el motor en la mitad de una
autopista. Necesitará medicinas para curarse de la gripe, pero morirá en paz en
una cabaña mientras otros, tal vez ricos, no saben soportar el dolor. El amor
es la puerta de la felicidad. Y, por desgracia, no puede ser cuantificado en
las estadísticas internacionales de bienestar...
.
(Texto: Fernando
Pascual – Imagen: Webmediums)
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Semillitas” por email Si lo deseas puedes
recibir todos los días "Pequeñas Semillitas" por correo
electrónico. Las suscripciones son totalmente gratuitas y solo tienes que
solicitarlas dirigiéndote por e-mail a feluzul@gmail.com
Recuerden, queridos
lectores, que, desde el día mismo de nuestro Bautismo, todos somos discípulos y
misioneros, y en tal condición tenemos que ayudar a llevar la Palabra y las
divinas enseñanzas de Jesús a tantas personas como nos sea posible.
También pueden difundir “Pequeñas
Semillitas” a través de las redes sociales en las que estamos presentes,
como Facebook, Twitter, etc.
Meditaciones de “Pequeñas Semillitas” Hablar de patriotismo en estos días debe concitar en nosotros una profunda
reflexión acerca de qué entendemos por ‘Amor a la Patria’. Mientras que la
televisión y sus estrellas de cartón, los periódicos y sus planillas
publicitarias y la internet inundan sus páginas y pantallas con avisos y
mensajes destinados a votar por tal o cual candidato, deberíamos detenernos a
pensar sobre el verdadero sentimiento nacional a través del afianzamiento de
valores como la honestidad, el respeto hacia los demás, la defensa de la vida y
la convivencia pacífica entre los pueblos.
El amor a la Patria se expresa en cada cosa que hacemos en nuestro día a
día. Debemos ser honestos, trabajar con dedicación desde el puesto que
tengamos, ser solidarios y cuidar nuestro patrimonio, nuestro medio ambiente,
defender siempre la vida. No buscar ventajas ni prebendas, no querer pasar
sobre los derechos de los demás, denunciar cuanto hecho delictivo o de
corrupción llegue a nuestro conocimiento, y exigir que la justicia actúe para
lo que ha sido creada.
En los procesos eleccionarios hay que saber a quién se vota. Tener memoria
para que nuestros países no sufran los mismos latrocinios del pasado reciente.
Porque si nos quejamos de los malos políticos y los malos gobernantes, no
podemos olvidarnos que somos nosotros quienes los votamos.
Recordando al Padre Natalio El águila y el cuervo
Cada persona es un ser único, por naturaleza.
“Cuando Dios crea una persona rompe el molde”, dice el proverbio. Por lo tanto
el mejor consejo que puedo darte es: sé tú mismo. Pero sé lo mejor de ti mismo.
Ten valor de ser diferente y seguir tu propio camino. No hagas vanos intentos
de imitar ciegamente a los demás… como le sucedió a un cuervo.
Lanzándose desde una cima, un águila arrebató
a un corderito. La vio un cuervo y tratando de imitar al águila, se lanzó sobre
un carnero, pero con tan mal conocimiento del arte de saquear que sus garras se
enredaron en la lana y, ni batiendo al máximo sus alas, logró zafarse. Viendo
el pastor lo que sucedía, se apoderó del cuervo y, cortando las puntas de sus
alas, lo llevó a sus niños. Le preguntaron sus hijos acerca de qué clase de ave
era aquella, y les dijo: - Para mí, sólo es un cuervo; pero él, se cree águila.
(Esopo).
Para fortalecer esta decisión de ser tú mismo,
puedes decirte: “Proclamaré mi singularidad ante el mundo. No intentaré imitar
a otros. Soy una cosa rara, y existe valor en todo lo raro. Soy un ser único de
la naturaleza”. Esto es honrar al Creador que te dio cualidades valiosas para
una misión destacada. De allí la importancia de conocerte y valorarte a ti
mismo.
(P. Natalio)
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