domingo, 17 de agosto de 2025

Pequeñas Semillitas 6072

PEQUEÑAS SEMILLITAS
 
Año 20 - Número 6072 ~ Domingo 17 de Agosto de 2025
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
¡Alabado sea Jesucristo!
El pasaje del Evangelio de este domingo contiene algunas de las palabras más provocadoras jamás pronunciadas por Jesús... ¡Y pensar que quien dice estas palabras es la misma persona cuyo nacimiento fue saludado con las palabras: «Paz en la tierra a los hombres». Es muy sencillo. Se trata de ver cuál es la paz y la unidad que Jesús ha venido a traer y cuál es la paz y la unidad que ha venido a suprimir. Él ha venido a traer la paz y la unidad en el bien, la que conduce a la vida eterna, y ha venido a quitar esa falsa paz y unidad que sólo sirve para adormecer las conciencias y llevar a la ruina.
No es que Jesús haya venido a propósito para traer la división y la guerra, sino que de su venida resultará inevitablemente división y contraste, porque Él sitúa a las personas ante la disyuntiva. Y ante la necesidad de decidirse, se sabe que la libertad humana reaccionará de forma variada. Su palabra y su propia persona sacará a la luz lo que está más oculto en lo profundo del corazón humano. El anciano Simeón lo había predicho al tomar en brazos a Jesús Niño: «Éste está puesto para caída y elevación de muchos en Israel, y para ser señal de contradicción a fin de que queden al descubierto las intenciones de muchos corazones» (Lc 2, 35).
Jesús mismo distingue los dos tipos de paz. Dice a los apóstoles: «Mi paz os dejo, mi paz os doy. No os la doy como la da el mundo. No se turbe vuestro corazón ni tenga temor» (Jn 14,27). Ésta es la paz que ofrece a los apóstoles la tarde de Pascua, diciendo: «¡Paz a vosotros!».
(Card. Raniero Cantalamessa)
 
La Palabra de Dios
Lecturas del día
- DOMINGO 20 DEL TIEMPO ORDIDNARIO -
Primera Lectura: Jeremías 38, 4-6. 8-10
 
Salmo: Sal 39, 2. 3. 4. 18
 
Segunda Lectura: Hebreos 12, 1-4
 
Santo Evangelio: Lc 12,49-53
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «He venido a encender fuego en el mundo, ¡y cómo querría que ya estuviera ardiendo! Tengo que pasar por una terrible prueba ¡y cómo he de sufrir hasta que haya terminado! ¿Creéis que he venido a traer paz a la tierra? Pues os digo que no, sino división. Porque, de ahora en adelante, cinco en una familia estarán divididos, tres contra dos y dos contra tres. El padre estará contra su hijo y el hijo contra su padre; la madre contra su hija y la hija contra su madre; la suegra contra su nuera y la nuera contra su suegra».
 
Comentario:
Hoy, -de labios de Jesús- escuchamos afirmaciones estremecedoras: «He venido a encender fuego en el mundo» (Lc 12,49); «¿creéis que he venido a traer paz a la tierra? Pues os digo que no, sino división» (Lc 12,51). Y es que la verdad divide frente a la mentira; la caridad ante el egoísmo, la justicia frente a la injusticia…
En el mundo -y en nuestro interior- hay mezcla de bien y de mal; y hemos de tomar partido, optar, siendo conscientes de que la fidelidad es "incómoda". Parece más fácil contemporizar, pero a la vez es menos evangélico.
Nos tienta hacer un "evangelio" y un "Jesús" a nuestra medida, según nuestros gustos y pasiones. Hemos de convencernos de que la vida cristiana no puede ser una pura rutina, un "ir tirando", sin un constante afán de mejorar y de perfección. Benedicto XVI ha afirmado que «Jesucristo no es una simple convicción privada o una doctrina abstracta, es una persona real cuya entrada en la historia es capaz de renovar la vida de todos».
El modelo supremo es Jesús (hemos de "tener la mirada puesta en Él", especialmente en las dificultades y persecuciones). Él aceptó voluntariamente el suplicio de la Cruz para reparar nuestra libertad y recuperar nuestra felicidad: «La libertad de Dios y la libertad del hombre se han encontrado definitivamente en su carne crucificada» (Benedicto XVI). Si tenemos presente a Jesús, no nos dejaremos abatir. Su sacrificio representa lo contrario de la tibieza espiritual en la que frecuentemente nos instalamos nosotros.
La fidelidad exige valentía y lucha ascética. El pecado y el mal constantemente nos tientan: por eso se impone la lucha, el esfuerzo valiente, la participación en la Pasión de Cristo. El odio al pecado no es cosa pacífica. El reino del cielo exige esfuerzo, lucha y violencia con nosotros mismos, y quienes hacen este esfuerzo son quienes lo conquistan (cf. Mt 11,12).
* Rev. D. Isidre SALUDES i Rebull (Alforja, Tarragona, España) © Textos de Evangeli.net 
 
Palabras del Papa León XIV
«Con la luz y la fuerza del Espíritu Santo, construyamos una Iglesia fundada en el amor de Dios y signo de unidad, una Iglesia misionera, que abra los brazos al mundo, anuncie la Palabra, se deje interpelar por la historia y se convierta en fermento de unidad para la humanidad. Juntos, como un solo pueblo, como hermanos y hermanas, caminemos hacia Dios y amémonos unos a otros»
 
Predicación del Evangelio:
El fuego del amor
Da miedo pronunciar la palabra «amor». Está tan prostituida que en ella cabe lo mejor y lo peor, lo más sublime y lo más mezquino. Sin embargo, el amor está siempre en la fuente de toda vida sana, despertando y haciendo crecer lo mejor que hay en nosotros.
 
Cuando falta el amor, falta el fuego que mueve la vida. Sin amor, la vida se apaga, vegeta y termina extinguiéndose. El que no ama se cierra y se aísla cada vez más. Gira alocadamente sobre sus problemas y ocupaciones, queda aprisionado en las trampas del sexo, cae en la rutina del trabajo diario: le falta el motor que mueve la vida.
 
El amor está en el centro del Evangelio, no como una ley que hay que cumplir disciplinadamente, sino como el «fuego» que Jesús desea ver «ardiendo» sobre la Tierra, más allá de la pasividad, la mediocridad o la rutina del buen orden. Según el Profeta de Galilea, Dios está cerca de nosotros buscando hacer germinar, crecer y fructificar el amor y la justicia del Padre. Esta presencia de un Dios que no habla de venganza, sino de amor apasionado y de justicia fraterna, es lo más esencial del Evangelio.
 
Jesús contempla el mundo como lleno de la gracia y del amor del Padre. Esa fuerza creadora es como un poco de levadura que ha de ir fermentando la masa, un fuego encendido que ha de hacer arder al mundo entero. Jesús sueña con una familia humana habitada por el amor y la sed de justicia. Una sociedad que busca apasionadamente una vida más digna y feliz para todos.
 
El gran pecado de los seguidores de Jesús será siempre dejar que el fuego se apague: sustituir el ardor del amor por la doctrina religiosa, el orden o el cuidado del culto; reducir el cristianismo a una abstracción revestida de ideología; dejar que se pierda su poder transformador. Sin embargo, Jesús no se preocupó primordialmente de organizar una nueva religión ni de inventar una nueva liturgia, sino que alentó un «nuevo ser» (P. Tillich), el alumbramiento de un hombre nuevo movido radicalmente por el fuego del amor y la justicia.
(P. José Antonio Pagola  - Imagen de Iquique Salesianos.cl)
 
Agradecimientos
Imaginemos que en el cielo hay dos oficinas diferentes para tratar lo relativo a las oraciones de las personas en la tierra:
Una es para receptar pedidos de diversas gracias, y allí los muchos ángeles que atienden trabajan intensamente y sin descanso por la cantidad de peticiones que llegan en todo momento.
La otra oficina es para recibir los agradecimientos por las gracias concedidas y en ella hay un par de ángeles aburridos porque prácticamente no les llega ningún mensaje de los hombres desde la tierra para dar gracias...
Desde esta sección de "Pequeñas Semillitas" pretendemos juntar una vez por semana (los domingos) todos los mensajes para la segunda oficina: agradecimientos por favores y gracias concedidas como respuesta a nuestros pedidos de oración.
 
💕 Desde Canadá recibimos un agradecimiento muy especial de nuestra lectora Elena Chávez Bravo que transcribo textualmente: «A todos, en mi familia Dios nos ha envuelto en esperanza, gracias a vuestras sentidas oraciones; imploramos más salud, fortaleza y dones divinos ya que tratamos de dar ayuda y ésta se torna MUY difícil (física y emocionalmente). Todo lo detallado es respuesta a las oraciones elevadas y enviadas por cada uno de ustedes. Sepan que las apreciamos inmensamente. Gracias infinitas y eternas... Dios Padre les devuelva a cada uno de ustedes en forma quintuplicada cada acción, necesidad o deseo hacia los que necesitan de la Mano Divina en lo físico, espiritual o mental. ¡Gracias por siempre. Elena y familia»
 
💕 Desde Goya, provincia de Corrientes, Argentina, agraden a Dios, a la Virgen de Itatí y a las personas que rezaron por el señor Valentín M., (68 años) que se está recuperando satisfactoriamente de su problema pleuropulmonar. Nos sumamos a la plegaria de acción de gracias.
 
💕 Desde San Lorenzo, provincia de Santa Fe, Argentina, llega un agradecimiento por la buena evolución de la señora Carmen N. (65 años), que se está superando con bien de la cirugía que tuvo hace poco tiempo, y ya se evalúa retirar los puntos y una pronto alta.
 
Oremos: Bendito seas, Dios mío, porque a pesar de ser yo indigno de toda ayuda, tu generosidad e infinita bondad nunca dejan de otorgar el bien aún a los ingratos y a los que se han apartado de ti. Conviértenos a ti, para que seamos agradecidos, humildes y piadosos, pues Tú eres nuestra salud, nuestra fortaleza y nuestra salvación.
 
Meditación Dominical
La palabra de vida de esta semana nos invita a no olvidar aquella frase tremenda del Apocalipsis, cuando el enviado del Señor se está dirigiendo a las antiguas Iglesias y le dice a una de ellas que “no es ni carne ni pescado”, ni frío ni caliente, añadiendo que a los que son como ella, a los tibios, Dios les vomita. Lo peor, quizá, no es tener defectos, sino no tener virtudes. Ese es el peor pecado. Lo ideal sería, ciertamente, ser irreprochable. Pero, mientras intentamos alcanzar la perfección, no olvidemos que esa perfección sólo existirá cuando se tengan muchas obras buenas en las manos y no sólo cuando no existan en ellas obras malas. No en vano, el peor mal es el de la indiferencia. Es, por desgracia, el más frecuente entre los “buenos cristianos”.
Naturalmente que, el rechazo a la indiferencia no nos supone la obligación de convertirnos en los solucionadores de todos los problemas del mundo. No somos tan grandes. Pero sí nos obliga a hacer lo que podamos, por poco que sea. Eso es lo único que espera Dios de nosotros, que hagamos bien lo que podemos hacer. Por desgracia, los católicos parecen con frecuencia adormilados, pasivos, indiferentes incluso a la propia crisis en que está sumergida la Iglesia, mientras que miembros de otras confesiones o sectas se muestran enormemente diligentes y llenos de entusiasmo. Desde la perspectiva espiritual del agradecimiento, debemos compartir los sentimientos del Señor y desear, nosotros también, que el mundo le conozca y le ame, que los hombres se den cuenta de la grandeza del amor divino y que se dediquen a agradecerle con obras de amor al prójimo lo que de él han recibido.
(Padre Santiago Martín fma)
 
Un año con María
Agosto 17: Sigue caminando
“No teman”. En estos tiempos en donde vivimos amenazas y hasta incluso insultos, me calma escuchar estas palabras de Jesús. Recuerda que los primeros cristianos fueron perseguidos y la fuerza del Espíritu Santo se manifiesta allí, en esos momentos duros, difíciles y de trinchera. No aflojes y sigue caminando. Mientras haya una mente que piensa en cumplir la voluntad de Dios, un corazón que late en la presencia de Dios o unas manos que trabajan por tu felicidad, entonces no puedes temer a nada ni a nadie que te venga a amenazar. Algo bueno está por venir.
(PADRE LUIS ZAZANO)
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)
 
 
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