martes, 12 de noviembre de 2024

Pequeñas Semillitas 5814

PEQUEÑAS SEMILLITAS
 
Año 19 - Número 5814 ~ Martes 12 de Noviembre de 2024
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
¡Alabado sea Jesucristo!
Si hoy tú estás triste, perdido, con miedo, sin solución... ¡Haz una oración!
Si estás enfermo, carente, sin esperanza en el corazón… ¡Haz una oración!
¡Dios te oye a ti! La línea está siempre libre, ni necesita conexión... La llamada es gratuita, ni precisa suscripción.
Basta que te abras, que abras bien tu corazón. Él está siempre presente y extiende siempre Su mano.
Pero... cuando estuvieres contento, sin poder contar tus horas de alegría, queda un poco en silencio y... ¡haz una oración!
Dejo aquí una verdad: Aquel que merece oír tus lamentaciones, también merece oír tus horas de felicidad.
 
La Palabra de Dios
Lecturas del día
Primera Lectura: Ti 2, 1-8. 11-14
 
Salmo: Sal 36, 3-4. 18 y 23. 27 y 29
 
Santo Evangelio: Lc 17,7-10
En aquel tiempo, el Señor dijo: «¿Quién de vosotros tiene un siervo arando o pastoreando y, cuando regresa del campo, le dice: ‘Pasa al momento y ponte a la mesa?’. ¿No le dirá más bien: ‘Prepárame algo para cenar, y cíñete para servirme hasta que haya comido y bebido, y después comerás y beberás tú?’. ¿Acaso tiene que agradecer al siervo porque hizo lo que le fue mandado? De igual modo vosotros, cuando hayáis hecho todo lo que os fue mandado, decid: ‘Somos siervos inútiles; hemos hecho lo que debíamos hacer’».
 
Comentario:
Hoy, la atención del Evangelio no se dirige a la actitud del amo, sino a la de los siervos. Jesús invita a sus apóstoles, mediante el ejemplo de una parábola a considerar la actitud de servicio: el siervo tiene que cumplir su deber sin esperar recompensa: «¿Acaso tiene que agradecer al siervo porque hizo lo que le fue mandado?» (Lc 17,9). No obstante, ésta no es la última lección del Maestro acerca del servicio. Jesús dirá más adelante a sus discípulos: «En adelante, ya no os llamaré siervos, porque el siervo no conoce lo que hace su señor. Desde ahora os llamo amigos, porque os he dado a conocer todo lo que he oído a mi Padre» (Jn 15,15). Los amigos no pasan cuentas. Si los siervos tienen que cumplir con su deber, mucho más los apóstoles de Jesús, sus amigos, debemos cumplir la misión encomendada por Dios, sabiendo que nuestro trabajo no merece recompensa alguna, porque lo hacemos gozosamente y porque todo cuanto tenemos y somos es un don de Dios.
Para el creyente todo es signo, para el que ama todo es don. Trabajar para el Reino de Dios es ya nuestra recompensa; por eso, no debemos decir con tristeza ni desgana: «Somos siervos inútiles; hemos hecho lo que debíamos hacer» (Lc 17,10), sino con la alegría de aquel que ha sido llamado a transmitir el Evangelio.
En estos días tenemos presente también la fiesta de un gran santo, de un gran amigo de Jesús, san Martín de Tours (lo recordamos ayer), que dedicó su vida al servicio del Evangelio de Cristo. De él escribió Sulpicio Severo: «Hombre extraordinario, que no fue doblegado por el trabajo ni vencido por la misma muerte, no tuvo preferencia por ninguna de las dos partes, ¡no temió a la muerte, no rechazó la vida! Levantados sus ojos y sus manos hacia el cielo, su espíritu invicto no dejaba de orar». En la oración, en el diálogo con el Amigo, hallamos, efectivamente, el secreto y la fuerza de nuestro servicio.
* Rev. D. Jaume AYMAR i Ragolta (Badalona, Barcelona, España) © Textos de Evangeli.net
 
Santoral Católico:
San Josafat de Lituania
Nació en Wolodymir (Ucrania) hacia el año 1580 en el seno de una familia ortodoxa. En Vilna conoció a los católicos uniatas (cristianos de rito oriental en comunión con la Sede romana) y se unió a ellos. En 1604 ingresó allí en la Orden de San Basilio y se ordenó de presbítero en 1609. Celoso sacerdote y religioso, fue superior del monasterio de Byten y luego archimandrita de Vilna. Fue elegido obispo de Polotsk en 1617. Trabajó infatigablemente por la unidad entre la Iglesia Católica y la Iglesia Ortodoxa, impulsó entre sus fieles el deseo de la unidad católica, cultivó el rito bizantino eslavo. Desplegó con gran celo el culto y la disciplina de la Iglesia, restauró la catedral, convocó cada año el sínodo y ayudó cuanto pudo a los pobres. Sus enemigos, los que no admitían la existencia de los uniatas, lo asesinaron cruelmente en Vitebsk (Bielorrusia) el 12 de noviembre de 1623. Fue mártir de la unidad de la Iglesia y de la verdad católica.
Oración: Aviva, Señor, en tu Iglesia, el Espíritu que impulsó a san Josafat, obispo y mártir, a dar la vida por su rebaño, y concédenos, por su intercesión, que ese mismo Espíritu nos dé fuerza a nosotros para entregar la vida por nuestros hermanos. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Para más información hacer clic acá.
(Directorio Franciscano – ACI Prensa – Catholic.net)
 
Pensamiento del día
 
derramadas sobre las tumbas
son por las palabras que no se dijeron
y las obras que no se realizaron».
(Harriet Beecher Stowe)
 
Temas Médicos:
¿Sedación paliativa o eutanasia?
¿Cómo ayudar a una persona que se está muriendo? Jacinto Bátiz, director del Instituto para Cuidar Mejor del Hospital San Juan de Dios de Santurce (España), ofrece respuestas. Él ha pasado toda su vida proporcionando cuidados paliativos a enfermos terminales
 
Y ahora ha publicado el libro “¡Cuidadme así! Decálogo para morir bien” con diez consejos para favorecer una buena muerte. Lo recoge el Observatorio de Bioética de la Universidad Católica de Valencia.
 
1 Tratarle como una persona
Ten en cuenta su estructura biológica, pero también su dimensión emocional, social y espiritual. Además de aliviar dolores y síntomas, ofrece compañía.
 
2 Permitirle expresar sus sentimientos
Acoge los pensamientos y emociones de esa persona sin interrumpirla. Tal vez necesite desahogar su miedo, o respuestas realistas a algunas preguntas.
 
3 Permitirle participar en las decisiones sobre sus cuidados
Sin paternalismo ni obstinación autonomista. Deliberad juntos las decisiones a tomar. Ayuda dejar por escrito cómo queremos ser cuidados al final de la vida, o, al menos, expresárselo a quienes nos cuiden en ese momento.
 
4 No dejarle morir solo
Bátiz invita a respetar la soledad buscada y liberar de una soledad obligada. La compañía reconforta, evita que la persona se sienta abandonada. Para ello las familias necesitan un reajuste familiar, tiempo y dinero.
 
5 No engañar
La persona tiene derecho a saber lo que le ocurre, a tomar decisiones y a que se respete su dignidad. Hay que comunicar, de forma gradual y partiendo de lo que saben, la verdad que puedan comprender, asumir y aceptar. Y prestar atención a su reacción psicológica.
 
6 No juzgar
Más que consejos, una persona que va a morir necesita compañía y escucha.
 
7 Comprender y ayudar a afrontar la muerte
Acércate a sus necesidades, conócelas, compréndelas y responde a ellas. Fórmate en cuidados paliativos para evitar el abandono, la autosuficiencia y el miedo.
 
8 Cuidar al otro como a ti te gustaría que te cuidaran
Esta regla sirve para cualquier situación, pero en la enfermedad y las situaciones de alta vulnerabilidad, duele más la falta de empatía y compasión.
 
9 No adelantar intencionadamente la muerte
Puedes buscar eliminar el dolor pero no a quien lo está sufriendo (no eutanasia). Tampoco caer en el otro extremo con tratamientos desproporcionados.
 
10 Cuidar a la familia para aliviar la pena
Saber que la persona ha fallecido con dignidad y paz evita duelos enfermizos.
.
(Patricia Navas /Aleteia / Imagen: innovaasistencial.com)
 
Difundan "Pequeñas Semillitas" 
Para los que leen diariamente “Pequeñas Semillitas” por correo electrónico o por el canal de WhatsApp, va este pedido: les pido por favor que las compartan con sus amigos y contactos, para que la alegría del Evangelio llegue a muchos corazones más en todo el mundo.
A la vez, les pueden transmitir que quedan todavía unos pocos lugares disponibles para inscribirse y recibirlas por email (pedirlas a feluzul@gmail.com) y un número ilimitado de plazas vacantes en el canal de WhatsApp al cual pueden acceder entrando en este link: https://whatsapp.com/channel/0029VablI734o7qTX6m58i2X y una vez allí tocan “ver canal” y a continuación “seguir”.
 
Meditaciones de “Pequeñas Semillitas”
El viejo cacique de la tribu charlaba junto al fuego con sus nietos acerca de la vida, y en ese momento les dijo:
— ¡Una gran pelea está ocurriendo dentro de mí!... ¡Es entre dos lobos!  Uno de los lobos es maldad, cobardía, rencor, falsedad, vagancia…  El otro es bondad, valor, paciencia, perdón, diligencia…  Esta misma pelea está ocurriendo dentro de cada uno de ustedes y dentro de todos los hombres de la tierra. 
Los indiecitos se quedaron pensando por un rato, hasta que uno de los niños le preguntó a su abuelo:
— ¿Y cuál de los dos lobos crees que ganará?
El viejo cacique respondió simplemente:
— El que alimentes más, muchacho.
Excelente respuesta: ¡No hay que alimentar los vicios! Ahí está lucha, el sacrificio, la cruz… De este modo nuestras malas inclinaciones no tomarán fuerza en nosotros.
🌸
Una mujer exquisita no es aquella que más hombres tiene a sus pies; sino aquella que tiene uno solo que la hace realmente feliz.
Una mujer hermosa no es la más joven, ni la más flaca, ni la que tiene el cutis más terso o el cabello más llamativo; es aquella que con tan sólo una sonrisa y un buen consejo puede alegrarte la vida.
Una mujer valiosa no es aquella que tiene más títulos, ni más cargos académicos; es aquella que sacrifica su sueño por hacer felices a los demás.
Una mujer exquisita no es la más ardiente; sino la que vibra al hacer el amor solamente con el hombre que ama.
Una mujer interesante no es aquella que se siente halagada por ser admirada  por su belleza y elegancia; es aquella mujer firme de carácter que  puede  decir NO.
"Y un hombre, un hombre exquisito es aquel que valora a una mujer así." (Gabriel García Márquez)
🌸
Es sabido que los accidentes de tránsito son ocasionados por los demonios, y por eso debemos protegernos de estos accidentes con la oración, en especial invocando a las Benditas Almas del Purgatorio, que son muy milagrosas para protegernos en los viajes más o menos largos que tengamos que hacer.
Los hombres somos peregrinos en este mundo y antes o después deberemos emprender distintos viajes. Entonces invoquemos también, para que nos protejan en el camino, a los Ángeles de Dios, como leemos en la Escritura que estos espíritus celestiales protegieron a los justos.
También tenemos que rezar por el viaje de otros, especialmente de los seres queridos, por su integridad y para que vuelvan sanos y salvos a casa.
Es bueno también rezar a todos los ángeles de la guarda de las personas que conducen en la ruta, especialmente del conductor de nuestro vehículo, para que esté atento a los imprevistos y a las vicisitudes del camino.
En realidad hay que rezar siempre, pero en especial hay que rezar cuando vamos a viajar, porque el demonio está, en estos tiempos, más furioso porque nota que está perdiendo poder en el mundo, y entonces en venganza y rabia causa accidentes y desgracias incluso materiales y físicas, y hay que protegerse y proteger a los nuestros con la oración. (Portal de Oración)
 
Extractos de cartas del Padre Pío
(Recopilación: P. Gianluigi Pasquale en “365 días con el Padre Pío”)
12 de noviembre
Para llegar a alcanzar nuestro fin último es necesario seguir al jefe divino, que no suele conducir al alma elegida por camino distinto al que él recorrió; por el de, lo digo, la abnegación y la cruz: «Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame». ¿Y no debes llamarte afortunada al verte así tratada por Jesús? Necio quien no sabe penetrar en el secreto de la cruz.
Para llegar al puerto de la salvación, nos dice el Espíritu Santo, las almas de los elegidos deben pasar y purificarse en el fuego de las dolorosas humillaciones, como el oro y la plata en el crisol, y de esa forma se ahorran las expiaciones de la otra vida: «En el sufrimiento mantente firme, y en los reveses de tu humillación sé paciente. Porque en el fuego se purifica el oro y la plata; y los hombres aceptos a Dios, en el camino de la humillación».
Jesús quiere hacernos santos a toda costa, pero más que nada quiere santificarte a ti. Él te lo está manifestando continuamente; parece que no tiene entre manos otra preocupación que la de santificar tu alma. ¡Oh!, ¡qué bueno es Jesús! Las cruces continuas a las que te somete, dándote la fuerza, no sólo necesaria sino sobreabundantemente, para soportarlas con mérito, son signos muy ciertos y particularísimos de su entrañable amor por ti. La fuerza que él te da, créeme, no queda infecunda en ti; te lo aseguro de parte de Dios y tú debes escucharme humildemente, apartando de ti cualquier sentimiento contrario.
(15 de agosto de 1914, a Raffaelina Cerase, Ep. II, 153)
 
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)
 
 
PÁGINAS DE FELIPE DE URCA:
 
”PEQUEÑAS SEMILLITAS”
”JUAN PABLO II INOLVIDABLE”
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