martes, 5 de enero de 2021

Pequeñas Semillitas 4541

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 16 - Número 4541 ~ Martes 5 de Enero de 2021.
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Hace cuatro días celebrábamos la Jornada Mundial de la Paz. Para ser constructores de paz en el mundo, es bueno tener presente estas reflexiones:
Mira a todos con respeto y benevolencia. No hables mal de nadie, no condenes a ninguna persona, a ningún grupo, a ninguna institución, a ningún pueblo. Perdona las injurias presentes y pasadas, líbrate de las garras del odio, guarda la libertad de tu corazón para amar; para convivir; para comenzar una vida nueva cada día. Desea sinceramente la paz con todos, la colaboración, la convivencia, el gozo de la fraternidad y del servicio. Ten el valor de negarte a colaborar con cualquier proyecto violento, apártate de los que enseñan y practican el odio, la venganza, el chantaje y la violencia. Crea en torno a ti sentimientos y actitudes de paz, de concordia, de convivencia, de misericordia y de consuelo.
 
¡Buenos días María!
María es ante todo «la que creyó», tal como lo declara su prima Isabel en la Visitación. Si es importante enfatizar el lugar determinante de la fe en la vida de la Virgen, es porque el pecado original es primero una cuestión de fe antes que un asunto de actos transgresores y reprensibles. En la historia de la caída de Adán y Eva del libro del Génesis, la primera pareja de la historia cae porque cree en las afirmaciones de la serpiente que presenta a Dios como un maestro celoso, suspicaz, desconfiado, avaro y temeroso de la competencia. Al escuchar esta voz demoniaca, Adán y Eva pierden la fe recta en la bondad de Dios, el cual deja de ser para ellos un Padre lleno de solicitud y amor.
Por el contrario, si una nueva era de la historia de la humanidad comienza con María, es porque quien se convertirá en la madre del Hijo de la promesa, Jesús, creyó en las promesas de Dios cuando este le anunció en la voz del ángel Gabriel, que daría a luz al Hijo del Altísimo. Del mismo modo, creerá a los pies de la Cruz.
Para María, Dios sigue siendo el Padre de Israel y de toda la humanidad. Nunca dudó de su profunda bondad, simplemente porque permaneció ajena a las huellas del pecado original. Así, orar a la Virgen es orar para crecer en la fe. Y cuanto más creemos en la paternidad amorosa de Dios, más celosos estaremos de embellecer a la esposa que le ha dado a su Hijo: la Iglesia.
 
La Palabra de Dios
Lecturas del día
Primera Lectura: 1 Juan 3,11-21
 
Salmo: Sal 100(99),1b-2.3.4.5.
 
Santo Evangelio: Juan 1,43-51
En aquel tiempo, Jesús quiso partir para Galilea. Se encuentra con Felipe y le dice: «Sígueme». Felipe era de Bestsaida, de la ciudad de Andrés y Pedro. Felipe se encuentra con Natanael y le dice: «Ése del que escribió Moisés en la Ley, y también los profetas, lo hemos encontrado: Jesús el hijo de José, el de Nazaret». Le respondió Natanael: «¿De Nazaret puede haber cosa buena?». Le dice Felipe: «Ven y lo verás».
Vio Jesús que se acercaba Natanael y dijo de él: «Ahí tenéis a un israelita de verdad, en quien no hay engaño». Le dice Natanael: «¿De qué me conoces?». Le respondió Jesús: «Antes de que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi». Le respondió Natanael: «Rabbí, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel». Jesús le contestó: «¿Por haberte dicho que te vi debajo de la higuera, crees? Has de ver cosas mayores». Y le añadió: «En verdad, en verdad os digo: veréis el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre».
 
Comentario:
Hoy, Felipe nos da una lección cabal al acompañar a Natanael hasta el Maestro. Actúa como el amigo que desea compartir con otro el tesoro recién descubierto: «Ése del que escribió Moisés en la Ley, y también los profetas, lo hemos encontrado: Jesús el hijo de José, el de Nazaret» (Jn 1,45). Rápidamente, con ilusión, quiere compartirlo con los demás, para que todos puedan recibir sus beneficios. El tesoro es Jesucristo. Nadie como Él puede llenar el corazón del hombre de paz y felicidad. Si Jesús vive en tu corazón, el deseo de compartirlo se convertirá en una necesidad. De aquí nace el sentido del apostolado cristiano. Cuando Jesús, más tarde, nos invite a tirar las redes nos dirá a cada uno de nosotros que debemos ser pescadores de hombres, que son muchos los que necesitan a Dios, que el hambre de trascendencia, de verdad, de felicidad... hay Alguien que puede colmarla por completo: Jesucristo. «Solamente Jesucristo es para nosotros todas las cosas (…). ¡Dichoso el hombre que espera en Él!» (San Ambrosio).
Nadie puede dar lo que no tiene o no ha recibido. Antes de hablar del Maestro, es necesario haber hablado con Él. Sólo si lo conocemos bien y nos hemos dejado conocer por Él, estaremos en condiciones de presentarlo a los demás, tal como hace Felipe en el Evangelio de hoy. Tal como han hecho tantos santos y santas a lo largo de la historia.
Tratar a Jesús, hablar con Él como un amigo habla con su amigo, confesarlo con una fe convencida: «Rabbí, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel» (Jn 1,49), recibirlo a menudo en la Eucaristía y visitarlo con frecuencia, escuchar atentamente sus palabras de perdón... todo ello nos ayudará a presentarlo mejor a los demás y a descubrir la alegría interior que produce el hecho de que muchas otras personas le conozcan y le amen.
*Rev. D. Rafel FELIPE i Freije (Girona, España)
 
Santoral Católico:
San Juan Neumann
Obispo y Fundador
Nació en Prachatitz, Bohemia, el 28 de Marzo de 1811, hijo de Philip Neumann y Agnes Lebis. Asistió a la escuela en Budweis y allí entró en el seminario el año 1831. Siendo clérigo emigró a Estados Unidos para atender a los emigrantes pobres. Allí recibió la ordenación sacerdotal e inició su ministerio. En 1842 ingresó en los Redentoristas y, en 1852, fue nombrado obispo de Filadelfia. Fue el fundador de las Hermanas Terciarias Franciscanas.  Murió en 1860. Fue beatificado en 1963 y canonizado en 1977 por el papa san Pablo VI.
Para más información hacer clic acá.
* Aciprensa – Catholic.net
 
Pensamiento del día 
“La soberbia es una discapacidad
que suele afectar a pobres infelices mortales
que se encuentran de golpe
con una miserable cuota de poder”
(Gral. San Martín)
 
Tema del día:
Indulgencia Plenaria por San José
El Papa Francisco nos ha hecho un gran regalo al proclamar el “Año de San José”, para poner de relieve el papel fundamental que el santo de la humildad, la mansedumbre y el silencio, ha tenido en el plan salvífico de Dios.
 
Y además de este tiempo para exaltar la figura del padre adoptivo de Jesús y esposo de la Santísima Virgen, el Santo Padre, a través de las instituciones eclesiásticas correspondientes (Penitenciaría Apostólica) ha concedido la Indulgencia Plenaria durante todo el año (8 de diciembre de 2020 hasta el 8 de diciembre del 2021) que los fieles podrán aplicar cada día para algún difunto o para sí mismos.
 
¿Cuáles son las condiciones para acceder a esta Indulgencia Plenaria?
 
Por un lado están las condiciones habituales para estos casos y que son:
 
- Ir a Misa, realizar la confesión sacramental con un sacerdote y comulgar.
- Rezar el Padre Nuestro y el Credo.
- Rezar por las intenciones del Sumo Pontífice.
 
Pero como en este tiempo de pandemia y emergencia sanitaria, no todas las personas están en condiciones de asistir a los templos, confesarse y comulgar, el Papa Francisco ha establecido otras condiciones a través de las cuales se puede acceder a la Indulgencia Plenaria por el Año de San José. Puede obtenerse por alguna de estas acciones piadosas:
 
1. Meditar treinta minutos la oración del Padre Nuestro o participar de un retiro espiritual o una jornada con meditaciones sobre San José.
 
2. Sobre el ejemplo de San José, realizar una obra de misericordia corporal o espiritual para otra persona.
 
3. Rezar el Rosario en la familia o entre los novios.
 
4. Confiar cotidianamente tus actividades a la protección de San José e invocarlo para que quienes están en la búsqueda de empleo consigan uno digno.
 
5. Recitar las letanías de San José u otras oraciones al santo, por la Iglesia perseguida y alivio de todos los cristianos que padezcan alguna forma de persecución.
 
6. Rezar cualquier oración a San José legítimamente aprobada por la Iglesia o realizar un acto de piedad en honor a San José.
 
En el actual contexto de la emergencia sanitaria por la pandemia, el don de la indulgencia plenaria se extiende de forma particular a los ancianos, a los enfermos, a los agonizantes y a todos los que por motivos legítimos están imposibilitados de salir de su casa, con el alma libre de pecado mortal y el propósito de cumplir, cuando les sea posible las condiciones generales o habituales para la obtención de indulgencias plenarias.
 
El tiempo durante el cual se puede obtener esta gracia es todo el Año de San José, y muy especialmente en determinadas fechas especiales: del 19 de marzo al 1 de mayo; el día de la fiesta de San José (19 de marzo); más todos los días 19 y todos los días miércoles, que son dedicados al santo.
 
A continuación se transcriben dos oraciones para rezar a san José.
 
Oración del papa León XIII
A ti, bienaventurado san José, acudimos en nuestra tribulación y después de invocar el auxilio de tu santísima Esposa, solicitamos también, confiados, tu patrocinio. Por aquella caridad, que con la Inmaculada Virgen María Madre de Dios te hizo unido, y por el paterno amor con que abrazaste al Niño Jesús, humildemente te suplicamos vuelvas benignos los ojos a la herencia que con su sangre adquirió Jesucristo y con tu poder y auxilio socorras nuestra necesidades. Protege, providentísimo custodio de la Sagrada Familia, la escogida descendencia de Jesucristo. Aparta de nosotros toda mancha de error y corrupción, asístenos propicio desde el cielo, fortísimo libertador nuestro, en esta lucha con el poder de las tinieblas, y como en otro tiempo libraste al Niño Jesús del inminente peligro de la vida, así ahora defiende a la Iglesia santa de Dios de las acechanzas de sus enemigos y de toda adversidad; y a cada uno de nosotros protégenos con el perpetuo patrocinio, para que, a tu ejemplo y sostenidos por tu auxilio, podamos santamente vivir y piadosamente morir y alcanzar en el cielo la eterna felicidad. Amén.
 
Oración por los refugiados
Padre, Tú encomendaste a san José lo más valioso que tenías: el Niño Jesús y su Madre, para protegerlos de los peligros y de las amenazas de los malvados. Concédenos también a nosotros experimentar su protección y su ayuda. Él, que padeció el sufrimiento de quien huye a causa del odio de los poderosos, haz que pueda consolar y proteger a todos los hermanos y hermanas que empujados por las guerras, la pobreza y las necesidades, abandonan su hogar y su tierra, para ponerse en camino como refugiados hacia lugares más seguros. Ayúdalos, por su intercesión, a tener la fuerza para seguir adelante, el consuelo en la tristeza, el valor en la prueba. Da a quienes los acogen un poco de la ternura de este padre justo y sabio, que amó a Jesús como un verdadero hijo y sostuvo a María a lo largo del camino. Él, que se ganaba el pan con el trabajo de sus manos, pueda proveer de lo necesario a quienes la vida les ha quitado todo y darles la dignidad de un trabajo y la serenidad de un hogar. Te lo pedimos por Jesucristo tu Hijo, que san José salvó al huir a Egipto, y por la intercesión de la Virgen María a quien amó como esposo fiel según tu voluntad. Amén.
 
Meditaciones de “Pequeñas Semillitas”
¿Por qué a veces resulta difícil perdonar a alguien? ¿Tan imperdonable era lo que nos ha hecho? ¿O es porque me he aferrado a recuerdos negativos por pensar constantemente en ellos?
Liberarse del pasado es el primer paso para un perdón completo. Puedo dejar pasar si me doy cuenta que las palabras y los actos de los demás son respuestas desde sus propias creencias y responsabilidades; no de las mías.
Crezco y me desarrollo a mi propio ritmo, en un mundo donde no hay dos personas que piensen o sientan exactamente lo mismo. Sabiéndolo, renuncio a pretender que todo (o algo en particular) funcione como yo creo que debería. Como estoy creciendo y desarrollándome, confío en el trabajo del orden divino.
El amor de Dios me asegura que, a pesar de lo pasado, nada de cuanto yo haya hecho puede impedirme comenzar de nuevo.
Cada día es un día nuevo, porque estoy creciendo y desarrollando mi ser.
 
"Pequeñas Semillitas" por e-mail
Si lo deseas puedes recibir todos los días "Pequeñas Semillitas" por correo electrónico.
Las suscripciones son totalmente gratuitas y solo tienes que solicitarlas dirigiéndote por e-mail a  feluzul@gmail.com  
A todos los que las reciben, los invito a que compartan las "Pequeñas Semillitas" reenviándolas a sus contactos, y de ese modo ayudan a sembrar en el mundo la alegría del Evangelio.
 
Año de San José
San José, hombre justo y modelo de virtudes, es el Patrono Universal de la santa Iglesia, y por lo tanto de todos nosotros. Es el santo que tuvo en la tierra la misión más grande y noble: proteger al Niño Dios y su Santísima Madre.
 
Enero 5
San José, padre de Jesús, te pedimos que los niños y jóvenes sean iluminados por tu amor de Padre, para que ellos puedan resistir las tentaciones que el mundo les ofrece. Así sea.
(P. Florentín Brusa, cmf)
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)
 
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AMDG

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