miércoles, 26 de diciembre de 2018

Pequeñas Semillitas 3864

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 13 - Número 3864 ~ Miércoles 26 de Diciembre de 2018
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
 
Alabado sea Jesucristo…
Tenemos una buena noticia: nos ha nacido el Salvador, el Mesías.
Sigamos mirando la pobreza del pesebre y admiremos a todo un Dios que quiso hacerse niño-hombre para redimirnos a todos nosotros del pecado.
Miremos a María, la jovencita de Nazaret que con su “sí” cambió la historia de la humanidad entregada generosamente a la voluntad de Dios.
Observemos a san José, y aprendamos de su mansedumbre, de su silencio, de su condición de modelo de padre, de esposo, de trabajador.
Vivamos la alegría de la Navidad y sepamos llevarla a todos, con amor, con generosidad, con gestos de caridad para quienes más lo necesitan.

¡Buenos días!

¡Feliz Navidad!
Navidad es siempre una fiesta alegre. Hay en el aire un clima de dulce alegría. Se percibe una alegría contagiosa y espontánea. Todos se sienten más cordiales. Todos se auguran ¡Feliz Navidad! Afloran en los corazones buenos sentimientos que parecían amordazados en la lucha de la vida diaria. ¡Se trata de una muy buena y alegre noticia!

Hay sobrada razón para la alegría, porque celebramos el nacimiento del Salvador, suceso esperado con ansias por tantas generaciones: un Dios que nace para estar con nosotros y enseñarnos el camino del amor y la paz. Si quieres que esta alegría no desaparezca, sino que dure todo el año y toda tu vida, considera la razón profunda de esta celebración festiva. Dios pone su amor a nuestra disposición, para que nuestra vida tenga sentido. Dios se hace hombre, para que el mundo se haga más humano, para que yo me haga más y mejor hombre. Porque hay Navidad, porque Dios se hizo hombre, el hombre puede vivir una vida plenamente divina y plenamente humana.

Jesús, ese niño desvalido y pobre de Belén, se te presenta tierno y sonriente, para animarte a nacer de nuevo a una vida más humana y cristiana. Amigo/a, esto sucede siempre que construyes la paz en tu ambiente de familia, vecinos y amigos, siempre que repartes amor con noble corazón. Agradece y vive el precioso don de la Navidad. 
* Enviado por el P. Natalio

La Palabra de Dios
Lecturas de hoy
 
Primera Lectura: Hech 6, 8-10; 7, 54-60; 8, 2

Salmo: Sal 30, 3c-4. 6. 7b-8a. 16bc-17

SANTO EVANGELIO: Mt 10,17-22
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus Apóstoles: «Guardaos de los hombres, porque os entregarán a los tribunales y os azotarán en sus sinagogas; y por mi causa seréis llevados ante gobernadores y reyes, para que deis testimonio ante ellos y ante los gentiles. Mas cuando os entreguen, no os preocupéis de cómo o qué vais a hablar. Lo que tengáis que hablar se os comunicará en aquel momento. Porque no seréis vosotros los que hablaréis, sino el Espíritu de vuestro Padre el que hablará en vosotros. Entregará a la muerte hermano a hermano y padre a hijo; se levantarán hijos contra padres y los matarán. Y seréis odiados de todos por causa de mi nombre; pero el que persevere hasta el fin, ése se salvará».

Comentario:
Hoy, recién saboreada la profunda experiencia del Nacimiento del Niño Jesús, cambia el panorama litúrgico. Podríamos pensar que celebrar un mártir no encaja con el encanto navideño… El martirio de san Esteban, a quien veneramos como protomártir del cristianismo, entra de lleno en la teología de la Encarnación del Hijo de Dios. Jesús vino al mundo para derramar su Sangre por nosotros. Esteban fue el primero que derramó su sangre por Jesús. Leemos en este Evangelio como Jesús mismo lo anuncia: «Os entregarán a los tribunales y (…) seréis llevados ante gobernadores y reyes, para que deis testimonio» (Mt 10,17.18). Precisamente “mártir” significa exactamente esto: testigo.
Este testimonio de palabra y de obra se da gracias a la fuerza del Espíritu Santo: «El Espíritu de vuestro Padre (…) hablará en vosotros » (Mt 10,19). Tal como leemos en los “Hechos de los Apóstoles”, capítulo 7, Esteban, llevado a los tribunales, dio una lección magistral, haciendo un recorrido por el Antiguo Testamento, demostrando que todo él converge en el Nuevo, en la Persona de Jesús. En Él se cumple todo lo que ha sido anunciado por los profetas y enseñado por los patriarcas.
En la narración de su martirio encontramos una bellísima alusión trinitaria: «Esteban, lleno del Espíritu Santo, miró fijamente al cielo y vio la gloria de Dios y a Jesús de pie a la diestra de Dios» (Hch 7,55). Su experiencia fue como una degustación de la Gloria del Cielo. Y Esteban murió como Jesús, perdonando a los que lo inmolaban: «Señor, no les tengas en cuenta este pecado» (Hch 7,60); rezó las palabras del Maestro: «Padre, perdónales porque no saben lo que hacen» (Lc, 23, 34).
Pidamos a este mártir que sepamos vivir como él, llenos del Espíritu Santo, a fin de que, fijando la mirada en el cielo, veamos a Jesús a la diestra de Dios. Esta experiencia nos hará gozar ya del cielo, mientras estamos en la tierra.
Fray Josep Mª MASSANA i Mola OFM (Barcelona, España)

Santoral Católico:
San Esteban
Protomártir
 
A San Esteban se le llama "protomártir" porque fue el primer mártir de toda la historia católica. Fue uno de los siete diáconos elegidos por los Apóstoles, poco después de la Ascensión, para el servicio de la comunidad de Jerusalén. Lleno de gracia y poder, realizaba en medio del pueblo grandes prodigios y signos. Se levantaron unos de la sinagoga llamada de los Libertos y se pusieron a discutir con Esteban; pero no podían resistir a la sabiduría y al Espíritu con que hablaba. Amotinaron al pueblo, le prendieron y le condujeron al Sanedrín. Él les dirigió un discurso en el que defendió a la Iglesia, y concluyó diciendo: «Veo el cielo abierto y al Hijo del hombre de pie a la diestra de Dios». Entonces, gritando fuertemente, se taparon sus oídos y se precipitaron todos a una sobre él; le echaron fuera de la ciudad y empezaron a apedrearle. Mientras le apedreaban, Esteban hacía esta invocación: «Señor Jesús, recibe mi espíritu». Después dobló las rodillas y dijo con fuerte voz: «Señor, no les tengas en cuenta este pecado». Y diciendo esto expiró.
Oración: Concédenos, Señor, la gracia de imitar a tu mártir san Esteban y de amar a nuestros enemigos, ya que celebramos la muerte de quien supo orar por sus perseguidores. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
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© Directorio Franciscano – Aciprensa – Catholic.net

Palabras del Papa Francisco 
“En Navidad recibimos en la tierra a Jesús, Pan del cielo: es un alimento que no caduca nunca, sino que nos permite saborear ya desde ahora la vida eterna [...] ¿Cuál es el alimento de mi vida, del que no puedo prescindir?, ¿es el Señor o es otro? [...] ¿Necesito verdaderamente tantas cosas, tantas recetas complicadas para vivir? ¿Soy capaz de prescindir de tantos complementos superfluos, para elegir una vida más sencilla?”

Historias:
Estrellas en el cielo
Existían millones de estrellas en el cielo, estrellas de todos los colores: blancas, plateadas, verdes, doradas, rojas, azules. Un día,  inquietas, ellas se acercaron a Dios y le propusieron: - Señor, nos gustaría vivir en la Tierra, convivir con las personas.

- Así será hecho, respondió el Señor. Las conservaré a todas ustedes pequeñitas, tal como se ven de lejos, para que puedan bajar a la Tierra.

Se cuenta que en aquella noche hubo una fantástica lluvia de estrellas. Algunas se acurrucaron en las torres de las iglesias, otras fueron a jugar y a correr junto con las luciérnagas por los campos, otras se mezclaron con los juguetes de los niños. La Tierra quedó, entonces, maravillosamente iluminada.

Pero con el correr del tiempo, las estrellas decidieron abandonar a los hombres y volver al cielo, dejando a la tierra oscura y triste.

- ¿Por qué volvieron? - preguntó Dios, a medida que ellas iban llegando al cielo.

- Señor, nos fue imposible permanecer en la Tierra, existe allí mucha  miseria, mucha violencia, hay demasiadas injusticias.

El Señor les contestó: - ¡Ustedes pertenecen aquí, al Cielo! La tierra es el lugar de lo transitorio, de aquello que cae, de aquel que yerra, de aquel que muere. Nada es perfecto. El Cielo es el lugar de lo inmutable, de lo eterno, de la perfección.

Después de que habían llegado gran cantidad de estrellas, Dios verificó la cantidad y habló de nuevo: - Nos está faltando una estrella, ¿dónde estará?

Un ángel que estaba cerca replicó: - Hay una estrella que resolvió quedarse entre los hombres. Ella descubrió que su lugar es exactamente donde existe la imperfección, donde hay límites, donde las cosas no van bien, donde hay dolor.

- ¿Qué estrella es esa? volvió a preguntar.

Es la Esperanza, Señor, la estrella verde. La única estrella de ese color. Y cuando miraron para la tierra, la estrella no estaba sola: la Tierra estaba nuevamente iluminada porque había una estrella verde en el corazón de cada persona.

Porque el único sentimiento que el hombre tiene y Dios no necesita retener es la Esperanza. Dios ya conoce el futuro y la Esperanza es propia de la persona humana, propia de aquel que yerra, de aquel que no es perfecto, de aquel que no sabe cómo puede conocer el porvenir.

- Recibe en este momento esta Estrellita Verde en tu corazón, la Esperanza. No dejes que ella huya y no permitas que se aparte. Ten certeza que ella iluminará tu camino, sé siempre positivo y agradece todo a Dios. Sé siempre feliz y contagia a otras personas tu felicidad.

Mensaje de María Reina de la Paz
Mensaje de María Reina de la Paz del 25 de Diciembre de 2018

“Queridos hijos, os traigo a mi Hijo Jesús que es el Rey de la Paz. Él os da la paz y que esta paz no sea solo para vosotros, hijos míos, sino llevadla a los demás en alegría y humildad. Yo estoy con vosotros y oro por vosotros en este tiempo de gracia que Dios desea daros. Mi presencia aquí es un signo de amor, mientras estoy con vosotros, para protegeros y guiaros a la eternidad. ¡Gracias por haber respondido a mi llamada!”

Meditaciones de “Pequeñas Semillitas”
 
Los gemelos Mónica y Cristian Moya, nacidos en enero de 1974 en Casablanca, Chile, supieron recientemente que cuando eran bebés, su madre los había consagrado a la Virgen María para salvarlos. Actualmente, él es sacerdote, ella religiosa. Esta es su historia:
Sor Mónica hizo su profesión perpetua en la Congregación de las Hijas de Santa María de la Providencia, en Chile en 2017, y su hermano gemelo es también sacerdote en el Santuario de Nuestra Señora Purísima de Lo Vásquez.
Descubrieron que cuando tenían tres meses su madre los había consagrado a la Virgen María ya que estaban en el hospital en estado crítico. Teniendo una profunda devoción a Nuestra Señora Purísima de Lo Vásquez, la madre de los gemelos ofreció la vida de sus bebés a la Virgen María. “Poco después de ese ofrecimiento, nos curamos” cuenta Sor Mónica.
Para celebrar su votos perpetuos, sor Mónica deseó que su hermano gemelo celebrara la misa y la ceremonia generalmente presidida por el obispo. La congregación aceptó la solicitud de la religiosa. Su hermano pertenece a la parroquia que su madre frecuentaba cuando los gemelos se enfermaron: el Santuario de Nuestra Señora Purísima de Lo Vásquez, ahí donde su madre suplicó a la Virgen María por la salud de sus gemelos.
Un minuto con María

Pedidos de oración
 
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas, monjas, religiosas, novicias, catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María;  por la conversión de todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por los cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por los pacientes internados en la Casa de la Bondad en  Córdoba (Argentina); por los niños con cáncer y otras enfermedades graves; por el drama de los refugiados del Mediterráneo; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo; por las víctimas de catástrofes naturales; por la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio.

Cinco minutos del Espíritu Santo 
Diciembre 26
El agua apaga el fuego, pero el viento lo aviva. ¿Por qué al Espíritu Santo se lo asocia con el fuego, el agua y el viento al mismo tiempo?
El Espíritu Santo es fuego espiritual, porque, cuando se lo permitimos, él quema nuestros males y los reduce a cenizas. Destruye el pecado, el egoísmo, la vanidad, la tristeza.
Pero luego viene como viento, arrastrando esas basuras y cenizas que quedan todavía en el alma.
Y finalmente se derrama como lluvia, que termina de limpiar toda impureza. A veces es agua que cae suavemente; otras veces es un torrente lleno de ímpetu y furor, que arrasa lo malo con toda su potencia de santidad.
Nosotros a veces le exigimos al Espíritu Santo que venga a nuestra vida de determinada manera. Quisiéramos que cayera siempre como lluvia mansa, o preferiríamos siempre el calor del fuego, o desearíamos una brisa suave. Pero él viene siempre de distinto modo, viene como a él le parece. En realidad, viene como más lo necesitamos, aunque a veces no podamos comprenderlo, aunque nos resulte incómodo.
Pero es mejor dejarlo actuar como él quiera, ya que él sabe mejor que nadie lo que realmente nos hace falta para seguir creciendo.
* Mons. Víctor Manuel Fernández
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)

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