PEQUEÑAS SEMILLITAS
Año
15 - Número 4520 ~ Viernes 4 de Diciembre de 2020Desde
la ciudad de Córdoba (Argentina) Alabado sea Jesucristo…
Quiero
que mi Adviento sea una vivencia profunda que cambie mi vida. De la noche a la
luz. Del dolor a la esperanza. En medio de la oscuridad buscando la estrella.
En medio la noche encontrando a Dios escondido en mi alma.
Un
tiempo para tocar a Dios en el camino. En mi camino a Belén. Quiero alegrarme
con Jesús que camina a mi lado. En esa espera radiante del que no teme el
futuro. El Adviento tiene mucho de velar en medio de la noche.
Nos
ponemos en camino. En vela. Quiero acompañar a José y María en su senda a
Belén. Guardar silencio. Rezar más. Contemplar más.
Pienso
en cómo José contemplaría a María en esos meses de embarazo. Con qué ternura la
miraría. Mientras dormía. Mientras caminaba. Me gustaría mirar así a María en
este tiempo. Vivir muy cerca de Ella estas semanas en que las velas se van
encendiendo en la noche. Una cada semana. Se van abriendo las ventanas del
calendario interior.
Jesús
ya está tocando la tierra en María. Se acerca. Ya está de camino. Y yo le
preparo un lugar para que nazca en mí. Dentro de mi alma. Y me abro. Y miro
hacia dentro del alma. Y lo espero. Y contemplo a María.
(Carlos Padilla Esteban)
¡Buenos días! El deber, clave de
felicidad
Las obligaciones asumidas constituyen lo que Dios espera
de ti, porque son la expresión concreta de su voluntad. Son esas exigencias de
la vida familiar, de tu trabajo o profesión, de las relaciones humanas que te
envuelven. La paz y la felicidad no surgen de algunas grandes y espectaculares
actuaciones, sino del cumplimiento de los deberes de cada día.
Hay un momento admirable
en la vida del hombre: es cuando tomas ante tu propia conciencia el compromiso
de cumplir cada día tu deber. De allí en adelante, comienzas a mirar todo desde
otro punto de vista, y cada cosa cobra nueva perspectiva y nuevo valor. De allí
en adelante, te abres a una nueva etapa, más hermosa y sublime, porque en tu
vida ha entrado a ocupar un lugar decisivo, el deber en vez del dinero, del
placer, del confort, del egoísmo indiferente. Y si el deber ocupa el primer
lugar, también lo ocupa Dios, y si Dios está primero, todo está en orden. Así
puedes gozar de la verdadera paz. La fidelidad al deber, a las exigencias de
tus relaciones personales es fidelidad al amor, y el único acceso a la
auténtica felicidad.
Tu vida, como la de todos, transcurre entre sencillas
tareas. Puedes caer en el grave error de juzgarlas sin importancia y hacerlas
sin implicarte con entusiasmo y amor poniendo lo mejor de ti mismo. No olvides
que “no hay virtud más eminente que la de hacer sencillamente lo que tenemos
que hacer”. Que descubras y vivas la felicidad y paz del deber cumplido.
* Enviado por el P.
Natalio
La Palabra de Dios Lecturas del día ♥ Primera Lectura: Isaías 29:17-24
♥ Salmo: Sal 27:1, 4, 13-14
♥ Santo Evangelio: Mt 9,27-31
Cuando Jesús se iba de allí, al pasar le siguieron
dos ciegos gritando: «¡Ten piedad de nosotros, Hijo de David!». Y al llegar a
casa, se le acercaron los ciegos, y Jesús les dice: «¿Creéis que puedo hacer
eso?». Dícenle: «Sí, Señor». Entonces les tocó los ojos diciendo: «Hágase en
vosotros según vuestra fe». Y se abrieron sus ojos. Jesús les ordenó
severamente: «¡Mirad que nadie lo sepa!». Pero ellos, en cuanto salieron,
divulgaron su fama por toda aquella comarca.
♥ Comentario:
Hoy, en este primer viernes de Adviento, el Evangelio
nos presenta tres personajes: Jesús en el centro de la escena, y dos ciegos que
se le acercan llenos de fe y con el corazón esperanzado. Habían oído hablar de
Él, de su ternura para con los enfermos y de su poder. Estos trazos le
identificaban como el Mesías. ¿Quién mejor que Él podría hacerse cargo de su
desgracia?
Los dos ciegos hacen piña y, en comunidad, se dirigen
ambos hacia Jesús. Al unísono realizan una plegaria de petición al Enviado de
Dios, al Mesías, a quien nombran con el título de “Hijo de David”. Quieren, con
su plegaria, provocar la compasión de Jesús: «¡Ten piedad de nosotros, Hijo de
David!» (Mt 9,27).
Jesús interpela su fe: «¿Creéis que puedo hacer eso?»
(Mt 9,28). Si ellos se han acercado al Enviado de Dios es precisamente porque
creen en Él. A una sola voz hacen una bella profesión de fe, respondiendo: «Sí,
Señor» (Ibidem). Y Jesús concede la vista a aquellos que ya veían por la fe. En
efecto, creer es ver con los ojos de nuestro interior.
Este tiempo de Adviento es el adecuado, también para
nosotros, para buscar a Jesús con un gran deseo, como los dos ciegos, haciendo
comunidad, haciendo Iglesia. Con la Iglesia proclamamos en el Espíritu Santo:
«Ven, Señor Jesús» (cf. Ap 22,17-20). Jesús viene con su poder de abrir
completamente los ojos de nuestro corazón, y hacer que veamos, que creamos. El
Adviento es un tiempo fuerte de oración: tiempo para hacer plegaria de
petición, y sobre todo, oración de profesión de fe. Tiempo de ver y de creer.
Recordemos las palabras del Principito: «Lo esencial
sólo se ve con el corazón».
* Fray Josep Mª MASSANA
i Mola OFM (Barcelona, España)
Santoral Católico: San Juan DamascenoDoctor de la Iglesia Nació en Damasco (Siria) hacia el año 650, en el seno
de una familia árabe cristiana. Sucedió a su padre en sus servicios al califa,
y llegó a ser ministro de las finanzas de su corte. Al perder el favor del
califa, se trasladó a Jerusalén e ingresó en la cercana «laura» o monasterio de
San Sabas, donde fue ordenado de sacerdote. Escribió numerosos himnos sagrados
y obras teológicas, en las que se recoge lo más valioso de los escritos
patrísticos de la Iglesia oriental. Fue un gran defensor, de palabra y por
escrito, del culto de las imágenes sagradas -que consideraba palabra de Dios
que nos entra por los ojos- contra los iconoclastas capitaneados por el
emperador León Isáurico, que pretendían su supresión. Murió en su monasterio a
mediados del siglo VIII.
Oración: Te
rogamos, Señor, que nos ayude en todo momento la intercesión de san Juan
Damasceno, para que la fe verdadera que tan admirablemente enseñó sea siempre
nuestra luz y nuestra fuerza. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Para más información hacer clic acá.
* Directorio Franciscano
– Aciprensa – Catholic.net
Pensamiento del día “Cada año celebramos el santo tiempo de Adviento. Cada año pronunciamos las bellas oraciones de añoranza y espera, y cantamos las
encantadoras canciones de esperanza y promesa”
(Karl Rahner)
Historias: La sordera de Dios "Me siento engañada. Me habían dicho que Dios
era bueno y protegía y amaba a los buenos, que la oración era omnipotente, que
Dios concedía todo lo que se le pedía.
"¿Por qué Dios se ha vuelto sordo a lo que le
pido? ¿Por qué no me escucha? ¿Por qué permite que esté sufriendo tanto?
"Empiezo a pensar que detrás de ese nombre,
Dios, no hay nada. Que es todo una gigantesca fábula. Que me han engañado como
a una tonta desde que nací".
Esta queja, amarga y crispada, de una mujer afligida
por una serie de desgracias, corresponde a un tipo de quejas de las más
antiguas que se escuchan contra Dios.
La oración concede todo lo que se pide, siempre que
se le pida a Dios que nos conceda lo que Él sabe que realmente necesitamos, y
que la gran plegaria no es la que logra que Dios quiera lo yo quiero, sino que
yo logre llegar a querer lo que quiere Dios. Amar a Dios porque nos resulta
rentable es confundir a Dios con un buen negocio.
En muchos casos, lamentablemente, son las primeras
palabras que esa persona dirige hacia Dios en mucho tiempo. Y si no reciben
rápidamente un consuelo a su medida, tacharán a Dios de ser sordo a sus
peticiones. Son ese tipo de personas que tienen a Dios como un aviador su
paracaídas: para los casos de emergencia, pero esperando no tener que usarlo
jamás.
La fe en Dios, su amor, la confianza en Él son cosas
bastante diferentes de lo que mucha gente cristiana piensa. Los verdaderos
santos, como los auténticos amantes, vivieron el amor de Dios, pero sin pasarse
toda la vida preguntándose cómo se lo iba Él a agradecer.
Ser cristiano es aceptar cosas como éstas, disparates
como éstos. Saber que la hora de la oscuridad es la mejor hora para verle.
Aceptar que un dolor, por espantoso que sea, puede ser el momento verdadero en
que tenemos que demostrar si amamos a Dios o nos limitamos a utilizarle.
(José Luis Martín Descalzo)
Meditaciones de Adviento Antes de venida del Mesías, el mundo estaba sepultado
en una noche tenebrosa de ignorancia y de pecados. Apenas el verdadero Dios era
conocido en un solo ángulo de la tierra, a saber, en Judea. En lo restante
reinaba la más espantosa idolatría. Todo lo ocupaba la noche del pecado, el
cual ciega a las almas y las llenas de vicios, y las priva de ver el miserable
estado en que viven, enemigas de Dios, condenadas al infierno; pudiendo decir
con el Salmista: Pusiste tinieblas, y fue hecha la noche; en ella transitarán
todas las bestias de la selva.
De estas tinieblas, pues, vino Jesús a libertar al
mundo. Lo libró de la idolatría, dando a conocer al verdadero Dios, y lo libró
del pecado con la luz de su doctrina y de sus divinos ejemplos; pues como dice
san Juan: Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del
diablo. Predijo el profeta Jeremías, que Dios debía crear un nuevo niño, para
ser el Redentor de los hombres: Creavit
Dominus novum super terram.
Este nuevo niño fue Jesucristo; él es el Hijo de
Dios, que enamora al paraíso, y es el amor del Padre, el cual habló de esta
manera: Este es mi Hijo el amado, en quién yo mucho me he complacido.
Y este Hijo es aquel que se ha hecho niño, habiendo
dado más gloria y honor en el primer momento que ha sido criado, que le han
dado y estarán para darle todos los Ángeles y Santos juntos por toda una eternidad.
Por esto en el nacimiento de Jesús cantaron los ángeles: Gloria a Dios en las
alturas. Ha dado, repito, a Dios más gloria Jesús aun niño, que le quitaron
todos los hombres.
Cobremos, pues ánimo nosotros pobres pecadores, ofrezcamos
al eterno Padre este Infante, presentémosle las lágrimas, la obediencia, la
humildad, la muerte y los méritos de Jesucristo, y recompensaremos a Dios las
injurias que le hemos hecho con nuestras ofensas.
(San Alfonso María de Ligorio)
Pedidos de oración ♦ Pedimos oración por la Santa Iglesia
Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los
obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas, monjas, religiosas, novicias,
catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la
unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro
Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones; por el
triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María; por la conversión de todos los pueblos; por
la Paz en el mundo; por los cristianos perseguidos y martirizados en Medio
Oriente, África, y en otros lugares; por nuestros hermanos sufrientes por
diversos motivos especialmente por las enfermedades, el abandono, la carencia
de afecto, la falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por los niños con
cáncer y otras patologías graves; por los jóvenes, especialmente los que han
caído en las drogas o cualquier tipo de adicción, por las víctimas de trata, por
el drama de los refugiados del Mediterráneo; por los presos políticos y la
falta de libertad en muchos países del mundo; por las víctimas de catástrofes
naturales; por la unión de las familias, por lo no nacidos, por la fidelidad de
los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por
el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio. En este tiempo pedimos
especiales oraciones por todas las personas que en diversos países del mundo
han sido afectadas por el coronavirus, rogando que el Sagrado Corazón de Jesús
nos proteja ante esta terrible pandemia, y que con fe y esperanza, y siguiendo
las indicaciones médicas de prevención, el riesgo de contagio vaya disminuyendo
en todo el planeta y los que están enfermos se sanen.
♦ Pedimos oración para
la Hermana Dominga R., misionera
claretiana residente en Córdoba, Argentina, lectora de esta página, que ha
cumplido ayer 80 años. Rogamos al Señor que le conceda buena salud y muchos
años más entre nosotros.
♦ Pedimos oración para María Eugenia, de Olavarría, Buenos
Aires, Argentina, 37 años de edad, que tiene un fibroma uterino y debe ser intervenida, pero se
presenta el problema que no hay lugar para internación. Rogamos a la Santísima
Virgen que interceda ante Jesús para que se produzcan altas y queden camas
disponibles para esta joven.
♦ Pedimos oración para el doctor Guillermo Santiago W., médico del
interior de la provincia de Santa Fe, 57
años, muy querido por todos sus pacientes, que ha contraído el Covid 19 y ahora
está internado muy delicado en terapia intensiva. Que Jesús Misericordioso le
conceda la hermosa gracia de sanarlo.
♦ Pedimos oración para Susana A. N., de 72 años de edad, que vive en Mendoza, Argentina. Hace un tiempo padeció cáncer de útero y pulmón, que aparentemente superó. Ahora presenta síntomas abdominales por los que se la está estudiando. Rogamos al Señor que la proteja de todo mal.
♦ Continuamos unidos en oración por
medio del rezo del Santo Rosario poniendo en Manos de Nuestra Madre Bendita
todas nuestras preocupaciones, alegrías y necesidades, poniendo al mundo entero
en Manos de nuestra Madre y pidiéndole a Ella paz para el mundo. Al rezar por
la paz, rezamos por todo, por la paz en el mundo, en los corazones, porque la
violencia sea desterrada, por la paz para los niños que están en peligro de ser
abortados. Paz para los jóvenes que no encuentran el camino, paz para los
deprimidos. Paz para los que no han tenido la dicha de conocer al Amor. En fin
rezamos por la paz, y sigamos haciéndolo.
Tú quisiste, Señor, que tu hijo unigénito soportara
nuestras debilidades, para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la
paciencia. Escucha las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos
enfermos y conceda a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la
enfermedad, la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo ha
llamado dichosos, y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención
del mundo. Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor. Amén.
Requisitos para ‘Pedidos
de oración’
1) Nombres completos y apellido de la persona por la
que se pide (no publicaremos apellido o solamente pondremos la primera letra).
2) Ciudad y país donde vive la persona por la que se
pide.
3) Descripción del problema que tiene.
4) Los Pedidos de Oración se deben enviar a feluzul@gmail.com
y deben redactarse de manera breve y resumida.
5) Se publicarán sólo los días lunes, miércoles y viernes.
¡Hasta mañana! con Madre
Teresa Diciembre 4
Jesús nos espera en el silencio del sagrario; nos
escucha y nos habla; nos ama y nos hace capaces de amarlo y de dar testimonio
de él ante el mundo.
FELIPE -Jardinero
de Dios-(el más pequeñito de
todos) 🌸BLOG ”PEQUEÑAS
SEMILLITAS”🌸FACEBOOK de
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¡Buenos días!
La Palabra de Dios
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¡Hasta mañana! con Madre
Teresa
FELIPE
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