domingo, 25 de noviembre de 2018

Pequeñas Semillitas 3833

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 13 - Número 3833 ~ Domingo 25 de Noviembre de 2018
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
En este domingo concluye el periodo litúrgico que se llama "tiempo ordinario", y hacemos la transición hacia el Adviento, que es la preparación para la Navidad. La Iglesia ha querido que este último domingo del "tiempo ordinario" esté dedicado a honrar la figura de Cristo como Rey del universo. La fiesta fue instituida por el Papa Pío XI, en el año 1925.
Ciertamente, el reino de Dios no pertenece a este mundo en cuanto no pertenece al sistema de injusticia imperante. Pero Jesús es un rey que anuncia un mensaje de amor y justicia a seres de carne y hueso que no son ángeles, y su propuesta está destinada a transformar las personas y las estructuras.
La Iglesia debe preocuparse por no "ser del mundo" en cuanto debe tomar distancia de los juegos de poder político y acercarse al el ser humano que está padeciendo dolor, injusticia, pobreza o violencia, con su vigilante caridad y con la acción de los cristianos.

¡Buenos días!

Sé amigo de ti mismo
Siempre tenemos que recordar esto: lo esencial es invisible. Y como vivimos mirando la superficie, no sabemos nada de lo esencial. Por eso resistimos y protestamos como los ignorantes. Hay realidades en la vida que ya nadie puede alterar. La sabiduría consiste en aceptarlas, dejar de resistir vanamente, abandonarte con fe en manos del Padre, que te ama.

Padre mío, fuente de mi vida. Dame la gracia de hacerme amigo de mí mismo. Si alguna vez sentí vergüenza de ser como soy, te pido perdón a ti, autor de mi vida y mi ser. Perdona mi insensatez y mi ingratitud. Desde ahora quiero sentirme contento de ser como soy, feliz de ser como soy. Te alabo, te admiro y te agradezco por estas manos, este rostro, esta figura general. Bendito seas por haberme hecho tal como me hiciste. En tus manos me entrego, feliz de ser como soy. (Ignacio Larrañaga)

“Sólo sé una cosa: que Dios sabe todo y nosotros no sabemos nada. Sé también que me quiere mucho y que, lo que él permite es lo mejor para mí. Cierro, pues, la boca y acepto, en silencio y paz, todos y cada uno de los acontecimientos que, en su día, me hicieron sufrir tanto. Hágase tu voluntad, Padre mío, yo me abandono en ti”, (Larrañaga). Que esta reflexión proyecte claridad en tu vida.
* Enviado por el P. Natalio

La Palabra de Dios
Lecturas de hoy 
Primera Lectura: Dn 7, 13-14

Salmo: Sal 92, 1-2. 5

Segunda Lectura: Apoc 1, 5-8

SANTO EVANGELIO: Jn 18,33-37
En aquel tiempo, Pilato dijo a Jesús: «¿Eres tú el Rey de los judíos?». Respondió Jesús: «¿Dices eso por tu cuenta, o es que otros te lo han dicho de mí?». Pilato respondió: «¿Es que yo soy judío? Tu pueblo y los sumos sacerdotes te han entregado a mí. ¿Qué has hecho?». Respondió Jesús: «Mi Reino no es de este mundo. Si mi Reino fuese de este mundo, mi gente habría combatido para que no fuese entregado a los judíos: pero mi Reino no es de aquí». Entonces Pilato le dijo: «¿Luego tú eres Rey?». Respondió Jesús: «Sí, como dices, soy Rey. Yo para esto he nacido y para esto he venido al mundo: para dar testimonio de la verdad. Todo el que es de la verdad, escucha mi voz».

Comentario:
Hoy, Jesucristo nos es presentado como Rey del Universo. Siempre me ha llamado la atención el énfasis que la Biblia da al nombre de “Rey” cuando lo aplica al Señor. «El Señor reina, vestido de majestad», hemos cantado en el Salmo 92. «Soy rey» (Jn 18,37), hemos oído en boca de Jesús mismo. «Bendito el rey que viene en nombre del Señor» (Lc 19,14), decía la gente cuando Él entraba en Jerusalén.
Ciertamente, la palabra “Rey”, aplicada a Dios y a Jesucristo, no tiene las connotaciones de la monarquía política tal como la conocemos. Pero, en cambio, sí que hay una cierta relación entre el lenguaje popular y el lenguaje bíblico respecto a la palabra “rey”. Por ejemplo, cuando una madre cuida a su bebé de pocos meses y le dice: —Tú eres el rey de la casa. ¿Qué está diciendo? Algo muy sencillo: que para ella este niñito ocupa el primer lugar, que lo es todo para ella. Cuando los jóvenes dicen que fulano es el rey del rock quieren decir que no hay nadie igual, lo mismo cuando hablan del rey del baloncesto. Entrad en el cuarto de un adolescente y veréis en la pared quiénes son sus “reyes”. Creo que estas expresiones populares se parecen más a lo que queremos decir cuando aclamamos a Dios como nuestro Rey y nos ayudan a entender la afirmación de Jesús sobre su realeza: «Mi Reino no es de este mundo» (Jn 18,36).
Para los cristianos nuestro Rey es el Señor, es decir, el centro hacia el que se dirige el sentido más profundo de nuestra vida. Al pedir en el Padrenuestro que venga a nosotros su reino, expresamos nuestro deseo de que crezca el número de personas que encuentren en Dios la fuente de la felicidad y se esfuercen por seguir el camino que Él nos ha enseñado, el camino de las bienaventuranzas. Pidámoslo de todo corazón, pues «dondequiera que esté Jesucristo, allí estará nuestra vida y nuestro reino» (San Ambrosio).
Rev. D. Frederic RÀFOLS i Vidal (Barcelona, España)

Palabras de San Juan Pablo II
“Nacimos para ser felices, no para ser perfectos... El amanecer es la parte más bonita del día porque es cuando Dios te dice «¡Levántate! Te regalo otra oportunidad de vivir y comenzar nuevamente de mi mano». Los días buenos te dan felicidad; los días malos te dan experiencia, los intentos te mantiene fuerte, las caídas te mantienen humilde, pero solo Dios te mantiene de pie”.

Predicación del Evangelio:
Lo decisivo 
El juicio contra Jesús tuvo lugar probablemente en el palacio en el que residía Pilato cuando acudía a Jerusalén. Allí se encuentran una mañana de abril del año 30 un reo indefenso llamado Jesús y el representante del poderoso sistema imperial de Roma.

El evangelio de Juan relata el diálogo entre ambos. En realidad, más que un interrogatorio, parece un discurso de Jesús para esclarecer algunos temas que interesan mucho al evangelista. En un determinado momento Jesús hace esta solemne proclamación: "Yo para esto nací y para esto he venido al mundo: para ser testigo de la verdad. Todo el que pertenece a la verdad, escucha mi voz".

Esta afirmación recoge un rasgo básico que define la trayectoria profética de Jesús: su voluntad de vivir en la verdad de Dios. Jesús no solo dice la verdad, sino que busca la verdad y solo la verdad de un Dios que quiere un mundo más humano para todos sus hijos.

Por eso, Jesús habla con autoridad, pero sin falsos autoritarismos. Habla con sinceridad, pero sin dogmatismos. No habla como los fanáticos, que tratan de imponer su verdad. Tampoco como los funcionarios, que la defienden por obligación, aunque no crean en ella. No se siente nunca guardián de la verdad, sino testigo.

Jesús no convierte la verdad de Dios en propaganda. No la utiliza en provecho propio sino en defensa de los pobres. No tolera la mentira o el encubrimiento de las injusticias. No soporta las manipulaciones. Jesús se convierte así en "voz de los sin voz, y voz contra los que tienen demasiada voz" (Jon Sobrino).

Esta voz es más necesaria que nunca en esta sociedad atrapada en una grave crisis económica. La ocultación de la verdad es uno de los más firmes presupuestos de la actuación de los poderes financieros y de la gestación política sometida a sus exigencias. Se nos quiere hacer vivir la crisis en la mentira.

Se hace todo lo posible para ocultar la responsabilidad de los principales causantes de la crisis y se ignora de manera perversa el sufrimiento de las víctimas más débiles e indefensas. Es urgente humanizar la crisis poniendo en el centro de atención la verdad de los que sufren y la atención prioritaria a su situación cada vez más grave.

Es la primera verdad exigible a todos si no queremos ser inhumanos. El primer dato previo a todo. No podemos acostumbrarnos a la exclusión social y la desesperanza en que están cayendo los más débiles. Quienes seguimos a Jesús hemos de escuchar su voz y salir instintivamente en defensa de los últimos. Quien es de la verdad escucha su voz.
Padre José Antonio Pagola

Nuevo vídeo

Hay un nuevo vídeo subido al blog
de "Pequeñas Semillitas" en internet.
Para verlo tienes que ir al final de esta página

Ofrecimiento para sacerdotes y religiosas
  
Formulo el siguiente ofrecimiento únicamente para sacerdotes o religiosas que reciben diariamente "Pequeñas Semillitas" por e-mail: Si desean recibir los comentarios del Evangelio del domingo siguiente con dos o tres días de anticipación, para tener tiempo de preparar sus meditaciones, homilías o demás trabajos pastorales sobre la Palabra de Dios, pueden pedírmelo a feluzul@gmail.com 
Sólo deben indicar claramente su nombre, su correo electrónico, ciudad de residencia y a qué comunidad religiosa pertenecen.
  
Agradecimientos
  
Imaginemos que en el cielo hay dos oficinas diferentes para tratar lo relativo a las oraciones de las personas en la tierra:
Una es para receptar pedidos de diversas gracias, y allí los muchos ángeles que atienden trabajan intensamente y sin descanso por la cantidad de peticiones que llegan en todo momento.
La otra oficina es para recibir los agradecimientos por las gracias concedidas y en ella hay un par de ángeles aburridos porque prácticamente no les llega ningún mensaje de los hombres desde la tierra para dar gracias...
Desde esta sección de "Pequeñas Semillitas" pretendemos juntar una vez por semana (los domingos) todos los mensajes para la segunda oficina: agradecimientos por favores y gracias concedidas como respuesta a nuestros pedidos de oración.

 Desde Buenos Aires, Argentina, Liliana Z. agradece a la Santísima Virgen que la ha acompañado y ha rendido bien su último examen de francés del año, y a los lectores de esta página que rezaron por ella.

Cinco minutos del Espíritu Santo 
Noviembre 25
"Ven Espíritu Santo, Espíritu de esperanza. Cuando me parezca que todo está perdido.
Ven, Espíritu de esperanza. Cuando crea que todos son egoístas e interesados.
Ven, Espíritu de esperanza. Cuando sienta que no vale la pena empezar algo nuevo.
Ven, Espíritu de esperanza. Cuando piense que ya no podré cambiar.
Ven, Espíritu de esperanza. Cuando crea que ya nada bello se puede esperar de la vida.
Ven, Espíritu de esperanza. Cuando me parezca que la civilización del amor no es más que una utopía.
Ven, Espíritu de esperanza. Cuando sienta que yo ya no puedo hacer nada por la paz y la justicia.
Ven, Espíritu de esperanza. Cuando me canse de luchar.
Ven Espíritu de esperanza."
* Mons. Víctor Manuel Fernández
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)

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