PEQUEÑAS SEMILLITAS
Año 7 - Número 1893 ~ Lunes
10 de Diciembre de 2012
- AÑO DE LA FE -
Desde la ciudad de Córdoba
(Argentina)
Alabado sea
Jesucristo…
Hoy es el día de los Derechos Humanos. La celebración
tiene su origen en el año 1950, cuando la Asamblea General de las Naciones
Unidas invitó a todos los Estados y organizaciones interesadas a que el 10 de
diciembre observaran el Día de los Derechos Humanos (resolución 423 V),
conmemorando la Declaración Universal de Derechos Humanos, dada en 1948. Texto
completo: clic acá.
La ONU pretendía con esta Declaración Universal sentar
las bases de un compromiso ético para obligar a todos los Estados a cumplir y
hacer cumplir una serie de normas. Recordemos que después de la Segunda Guerra Mundial,
en los inicios de la Guerra Fría, cuando todavía dolían las heridas del nazismo
y ante las situaciones de injusticia que se vivían en los cinco continentes,
varios países sintieron la necesidad de unirse en una organización supraestatal
que garantizara el respeto y la dignidad de las personas, y que evitara la
repetición de hechos tan lamentables como la vulneración de la dignidad de la
persona y el respeto a sus peculiaridades étnicas, religiosas o sexuales.
Los Derechos Humanos se sostienen sobre dos pilares
esenciales de la humanidad: la libertad y la plena igualdad entre todos los
seres humanos. Condiciones inherentes a todo ser humano sin ningún tipo de
limitaciones, sean éstas culturales, económicas, étnicas, sexuales, etc. El
concepto de Derechos Humanos hace referencia al sentido de la dignidad humana
antes que a cualquier formulación jurídica o política.
Han pasado ya más de 60 años de dicha declaración, y el
mundo se debate en medio de guerras, hambrunas, injusticias, desigualdades,
xenofobias, persecuciones, y proliferación de gobiernos corruptos que violan
sistemáticamente los Derechos Humanos más elementales.
Pidamos al Señor, a quien estamos esperando en este
tiempo de Adviento, que ilumine y limpie los corazones de los hombres para que juntos
y en paz construyamos un mundo mejor…
La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
Un día que Jesús estaba enseñando, había sentados algunos
fariseos y doctores de la ley que habían venido de todos los pueblos de Galilea
y Judea, y de Jerusalén. El poder del Señor le hacía obrar curaciones. En esto,
unos hombres trajeron en una camilla a un paralítico y trataban de
introducirle, para ponerle delante de Él. Pero no encontrando por dónde
meterle, a causa de la multitud, subieron al terrado, le bajaron con la camilla
a través de las tejas, y le pusieron en medio, delante de Jesús. Viendo Jesús
la fe de ellos, dijo: «Hombre, tus pecados te quedan perdonados».
Los escribas y fariseos empezaron a pensar: «¿Quién es
éste, que dice blasfemias? ¿Quién puede perdonar pecados sino sólo Dios?».
Conociendo Jesús sus pensamientos, les dijo: «¿Qué estáis pensando en vuestros
corazones? ¿Qué es más fácil, decir: ‘Tus pecados te quedan perdonados’, o
decir: ‘Levántate y anda’? Pues para que sepáis que el Hijo del hombre tiene en
la tierra poder de perdonar pecados -dijo al paralítico- ‘A ti te digo, levántate,
toma tu camilla y vete a tu casa’». Y al instante, levantándose delante de
ellos, tomó la camilla en que yacía y se fue a su casa, glorificando a Dios. El
asombro se apoderó de todos, y glorificaban a Dios. Y llenos de temor, decían:
«Hoy hemos visto cosas increíbles».
(Lc 5,17-26)
Comentario
Hoy, el Señor enseña y cura a la vez. Hoy vemos al Señor
que enseñaba a los que se consideraban muy sabios en aquellos tiempos: los
fariseos y los maestros de la ley. A veces, nosotros podemos pensar que por el
siglo en que vivimos o por los estudios que hemos hecho, poco nos queda para
aprender. Esta lógica no sobrenatural nos lleva frecuentemente a querer hacer
que los caminos de Dios sean los nuestros y no al revés.
En la actitud de quienes quieren la curación de su amigo
vemos los esfuerzos humanos para conseguir lo que realmente desean. Lo que
querían era algo muy bueno: que el enfermo pudiera andar. Pero no es suficiente
con esto. Nuestro Señor quiere hacer con nosotros una sanación completa. Y por
eso comienza con lo que Él ha venido a realizar en este mundo, lo que su santo
nombre significa: Salvar al hombre de sus pecados.
—La fuente más profunda de mis males son siempre mis
pecados: «Hombre, tus pecados te quedan perdonados» (Lc 5,20). Muy
frecuentemente, nuestra oración o nuestro interés es puramente material, pero
el Señor sabe lo que nos conviene más. Como en aquellos tiempos, los
consultorios de los médicos están llenos de enfermos. Pero, como aquellos
hombres, tenemos el riesgo de no ir con tanta diligencia al lugar donde
realmente nos restablecemos plenamente: al encuentro con el Señor en el
sacramento de la Penitencia.
Punto fundamental en todo tiempo para el creyente es el
encuentro sincero con Jesucristo misericordioso. Él, rico en misericordia, nos
recuerda especialmente hoy que en este Adviento no podemos descuidar el
necesario perdón que Él da a manos llenas. Y, si es preciso, echemos los
impedimentos —el tejado— que nos impiden verle. —Yo también necesito retirar
las tejas de mis prejuicios, de mis comodidades, de mis ocupaciones, de las
desconfianzas, que son un obstáculo para “mirar de tejas arriba”.
Rev. D. Joan Carles MONTSERRAT i Pulido (Sabadell,
Barcelona, España)
Santoral Católico:
Nuestra Señora de Loreto
Advocación Mariana
En el norte de Italia hay un santuario mariano sumamente
famoso, visitado continuamente por millares de peregrinos. Se llama la Casita
de Nazaret en Loreto.
A este santuario han ido en peregrinación famosos santos.
Por ej. San Carlos Borromeo, San Luis Gonzaga, Santa Teresita, San José
Cupertino, San Juan Bosco, los Pontífices Juan XXIII, Pablo VI, y Juan Pablo
II, y muchos más. Es un templo muy amado por los católicos de Europa.
Empezó a existir este santuario cuando los Cruzados
tomaron a Jerusalén y hacia el año 1200 empezaron a llevar a Italia materiales
de la Tierra Santa para construir una réplica o imitación de lo que pudo ser la
casita de Jesús, José y María de Nazaret.
Cuando después de muchos viajes portando materiales
lograron hacer una edificación parecida a la que pudo habitar la Sagrada
Familia, comenzaron a invitar a los devotos a visitar aquel lugar sagrado y a
honrar en él a la Madre de Dios.
Y, como sucede en los santuarios de todo el mundo,
comenzaron a obrarse allí admirables milagros. Los santuarios son precisamente
lugares donde Dios, misteriosamente, sin saber por qué, concede impresionantes
favores a los que van allí a pedirle su ayuda. Quizás porque la fe del
peregrino es muy viva y se aumenta con el contagio del fervor de los demás orantes
en ese lugar, en cada santuario se consiguen gracias que en otras partes no se
habían logrado obtener. Y esto sucede en Loreto continuamente.
Algunos, para darle más poesía a la existencia de la Casa
de Loreto, llegaron a afirmar que esa construcción había sido llevada por los
ángeles, volando por los aires, desde Nazaret. Por eso la Virgen de Loreto es
Patrona de los aviadores. Esa narración es sólo una bella leyenda, pero a la
gente le gustó y algunos hasta la creyeron.
Nosotros al recordar hoy en esta fiesta la Vida de María,
José y el Divino Niño en Nazaret, nos alegramos de ser amigos y devotos de tan
santas y amables personas, y pedimos a Jesús, José y María que sigan
bendiciendo cada día más y más a nuestras familias y a nuestras casas. Quiera Dios
que cada uno de nuestros hogares sea una réplica o imitación fiel del santo
Hogar de Nazaret.
Fuente: EWTN
La frase de hoy
“Los derechos humanos son sus derechos.
Tómenlos. Defiéndanlos. Promuévanlos.
Entiéndanlos e insistan en ellos.
Nútranlos y enriquézcanlos...
Son lo mejor de nosotros. Denles vida”
Kofi Annan
Tema del día:
De niño huérfano a Arzobispo
WASHINGTON D.C., 06 Dic. 12 / 05:38 am
El Arzobispo Emérito de Saint Paul y Minneapolis (Estados
Unidos), Mons. Harry Flynn, expresó su aprecio por los religiosos y religiosas
y su trabajo realizado en el país, y recordó el impacto que tuvo en su vida la
caridad con la que lo trataron cuando, en su niñez, quedó huérfano.
En un texto publicado en el blog de la Conferencia de Obispos
Católicos de Estados Unidos (USCCB), titulado “Arzobispo Flynn: de huérfano a
Obispo”, el Prelado expresó que tiene “un cariño especial por todos los
religiosos porque aprecio profundamente los sacrificios que han hecho para
servir al pueblo de Dios en nuestro país”.
Mons. Flynn exhortó a todos los fieles a colaborar con la
colecta anual para religiosos retirados, que se realizará el 8 y 9 de diciembre
en todo Estados Unidos y se preguntó “¿dónde estaría la Iglesia en Estados
Unidos sin los religiosos?”.
“Mi padre murió cuando tenía seis años”, recordó el
Arzobispo Emérito. Pocos años después, mientras “mis hermanos mayores estaban
lejos, en el servicio militar, en setiembre de 1945”, falleció su madre.
Mons. Flynn recordó que “estaba sólo en casa con mi madre
viuda. En el día después del Día del Trabajo me desperté para comenzar mi
séptimo grado en la Escuela St. Columba, en Schenectady, Nueva York. Esa mañana
es muy clara en mi memoria. Encontré a mi madre muerta”.
“Lo que se suponía que iba a ser el día del comienzo del
séptimo grado fue el día en el que se hicieron las preparaciones para el
funeral de mi madre”, señaló.
El Prelado indicó que nunca olvidará “la dolorosa
experiencia”, pero recordó que al volver a la escuela el lunes siguiente, encontró
a una “Hermana de San José, la hermana William Edmund. Su nombre de familia era
Mary Rose Eagan”.
“Ella me recibió afectuosamente y me guió durante el
séptimo grado. A menudo me pregunto cómo habría hecho sin su tierno cuidado”,
dijo. Mons. Flynn aseguró que ella “estaba y está en mi memoria de gratitud
hasta este día”.
En la escuela secundaria, el Prelado conoció el apoyo de
la directora de la escuela, la Madre Maris Stella, que también ejercía de
superiora de un convento con 16 religiosas. Ella dedicó tiempo y dedicación a
ayudarle a estudiar para obtener un Diploma del New York State Regent.
“Ella era sobresaliente en su generosidad y pienso en esa
generosidad hasta hoy”, indicó el Arzobispo Emérito.
Mons. Flynn señaló que “he observado a la Iglesia en
Estados Unidos. Es una Iglesia saludable. Nuestra Iglesia tiene 77 millones de
personas. He pensado una y otra vez frecuentemente, en dónde estaría la Iglesia
si no fuera por las mujeres religiosas y los hombres religiosos”.
El Prelado recordó el trabajo de religiosos y religiosas
que enseñaron en escuelas en todo Estados Unidos, hicieron labor pastoral en
hospitales y trabajos de caridad.
“Ahora tenemos la oportunidad de ayudarles en sus
necesidades”, señaló y recordó que “ellos trabajaron por pequeños estipendios y
cualquier otro ingreso adicional era reinvertido en los ministerios de la
comunidad”.
“Como resultado, ellos necesitan de nuestra ayuda ahora,
la necesitan mucho. Es mi esperanza y mi oración que los católicos
estadounidenses muestren su gratitud a estos valientes religiosos siendo
generosos en esta gran colecta”, concluyó.
(ACI/EWTN Noticias)
Pensamientos sanadores
Ten paz en las tormentas
Cuando los discípulos, obedeciendo a Jesús, cruzaron el
lago y no podían avanzar a causa de la tormenta, sintieron un gran miedo.
Parecía que iban a naufragar, y Jesús no estaba con ellos o dormía… o, al
menos, eso era lo que ellos creían.
Sin embargo, cuando se acercó a ellos caminando sobre el
agua, sus palabras fueron de tremendo consuelo: “ánimo, soy yo, no teman”.
Cuando el Señor y tu acompañante espiritual te digan que
todo irá bien, cree que así será, no importa las olas que se levanten en la
superficie, ni los vientos contrarios.
Proclama victoria, incluso en medio de las lágrimas. Canta
alabanzas al Señor, aunque haya un nudo en tu garganta.
El poder del Espíritu de Dios es más grande que cualquier
otro poder humano o diabólico. Sintoniza tu voluntad con la voluntad de Dios y
agradece en fe, por adelantado, creyendo en las bendiciones que han de venir.
Él les respondió:
“¿Por qué tienen miedo, hombres de poca fe?”. Y levantándose, increpó al viento
y al mar, y sobrevino la calma. Mateo 8, 26.
Pedidos de oración
Pedimos oración por la Paz del Mundo; por la Santa
Iglesia Católica; por el Papa, los sacerdotes y todos los que componemos el
cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno,
así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu
Santo; por las misiones, por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos
especialmente por las enfermedades, el hambre y la pobreza; por los presos
políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo, por la unión de
las familias y la fidelidad de los matrimonios; por el aumento de las
vocaciones sacerdotales y religiosas, y por las Benditas Almas del Purgatorio.
Pedimos oración por María de los Ángeles H., que vive en
la ciudad de Buenos Aires, Argentina, y este miércoles será operada por un
tumor cerebral. Que el Señor, con su infinito amor y misericordia, le conceda
su auxilio para que todo salga bien.
Pedimos oración por las siguientes personas de Santa Fe,
Argentina: Jorge Alberto O., 66 años, con cáncer de vejiga: salud para él y
fortaleza para su esposa e hijos; Liliana A., 53 años, con infección urinaria
persistente que impide la realización de una cirugía de cadera que tanto
necesita; María Rosa P., 58 años para que pueda conseguir trabajo. Oramos por
las necesidades de todos ellos a la Santísima Virgen.
Pedimos oración por Celeste, de Chimbote, Perú, que ha
sido operada de urgencia, rogando a la Santísima Virgen que la proteja y pida a
Jesús por su curación.
Pedimos oración por Andrea R., niña de 7 años de
Portoviejo, Ecuador, afectada de dengue hemorrágico. Que el Niño que todos
estamos esperando le conceda su gracia y la ayude a recuperar la salud.
Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara
nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la
paciencia;
escucha ahora las plegarias que te dirigimos por
nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la
aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu
hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la
redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén
Nota de Redacción:
Para dar curso a los Pedidos de Oración es imprescindible
dar los siguientes datos: nombres completos de la persona (habitualmente no
publicamos apellidos), ciudad y país donde vive, y explicar el motivo de la
solicitud de oración. Por favor: en los pedidos ser breves y concretos y
enviarlos a pequesemillitas@gmail.com
y deben poner en el asunto “Pedido de oración”, ya que los correos que llegan
sin asunto (o con el asunto en blanco) son eliminados sin abrirlos. No se
reciben pedidos de oración a través de Facebook ni por otro medio que no sea el
correo antes señalado.
Los Pedidos de Oración se publican de lunes a sábados.
Los domingos se publican los agradecimientos por las gracias concedidas.
"Intimidad Divina"
Mensajeros de salvación
“Está esperando el Señor para haceros gracia, y se
levanta para tener misericordia de vosotros… Pueblo de Sion, ya no llorarás
más; te hará gracia a la voz de tu amor; al oírte te responderá” (Is 30,
18-19). Con delicadas expresiones describe Isaías el amor incansable de Dios
para con su pueblo. Pero la plena manifestación de ese amor se realizó en la
persona del Mesías, que realizó y encarnó de la manera más sublime cuanto los
profetas habían anunciado… Pero Jesús no sólo se ha prodigado por todos, sino
que invita también a sus amigos a que colaboren en su obra. Por eso ante las
muchedumbres necesitadas de guía y de ayuda “dijo a los discípulos: La mies es
mucha, pero los obreros pocos. Rogad, pues, al dueño de la mies que envíe
obreros a su mies” (Mt 9, 37-38). Todos los cristianos, aunque en formas
diversas, están llamados a colaborar en la obra de salvación, pues “la vocación
cristiana es, por su misma naturaleza, vocación también al apostolado” (AA 2).
Salvado por Cristo, el creyente debe a su vez convertirse, con él y en él, en
mensajero y en transmisor de la salvación para los demás.
Cuando Jesús mandó a sus apóstoles a predicar el reino de
los cielos, les dijo: “Gratis lo habéis recibido, dadlo gratis” (Mt 10, 8). El
Maestro, al llamarlos a sí, les había anunciado y traído la salvación: el
perdón de los pecados y el ofrecimiento gratuito de su gracia. Ahora les toca a
ellos hacer lo mismo con sus hermanos: anunciarles el evangelio, alumbrar sus
inteligencias y preparar sus corazones a la conversión. El Hijo de Dios que ha
querido tomar carne humana, sabe muy bien que el hombre no es sólo espíritu, y
quiere salvarlo por lo tanto en la integridad de su persona. Del mismo modo que
no se puede desencarnar al hombre, tampoco es posible procurar eficazmente su
bien espiritual prescindiendo de su bien material. Jesús que enseñaba a las
muchedumbres y multiplicaba los panes para apagar su hambre, que perdonaba los
pecados y curaba los cuerpos, nos recuerda que la obra de la salvación debe
comprender a todo el hombre, mostrando al mismo tiempo el camino para llegar
más fácilmente al corazón humano. El camino que ha seguido su amor infinito
para llegar a los hombres, es el que tienen que seguir también sus discípulos
para cooperar a la salvación de los hermanos.
Para salvar a la humanidad Jesús quiso encarnarse conformándose en todo a la
situación concreta de los hombre; del mismo modo los apóstoles deben saber encarnarse en las condiciones de vida
esenciales de sus propios hermanos, como tomándolas para sí. Y esto no toca
sólo a los apóstoles de profesión (sacerdotes, religiosos, personas consagradas
a Dios) sino también a cada uno de los fieles; y para hacerlo no hace falta
enseñar, sino anunciar el Evangelio más con la vida que con las palabras,
testimoniarlo con la caridad, con el amor, con el servicio fraterno y generoso
prestado a todo el que se encuentre en necesidad. De esta manera los fieles
cooperan con la voluntad salvadora de Dios, “manifestando a todos, incluso en
el propio servicio temporal, la caridad con que Dios amó al mundo” (LG 41)
¡Oh Pastor de
Israel!, apresta el oído, Tú que conduces a tu pueblo como un rebaño… despierta
tu poder, ven y sálvanos… Dios de los ejércitos, restáuranos; haz brillar tu
rostro y seremos salvos… ¡Dios de los ejércitos!, vuélvete ya: mira desde los
cielos y contempla y visita esta viña, esta viña que ha plantado tu diestra…
Sea tu mano sobre el varón de tu diestra, sobre el hijo del hombre, a quien
para ti corroboraste; y no nos apartaremos más de ti; nos darás la vida e
invocaremos tu nombre. Yahvé, Dios de los ejércitos, restáuranos; haz brillar
tu faz sobre nosotros, y seremos salvos. (Salmo 80, 2-4, 15-20).
P. Gabriel de Sta. M. Magdalena O.C.D.
Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-
.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¡Gracias por participar comentando! Por favor, no te olvides de incluir tu nombre y ciudad de residencia al finalizar tu comentario dentro del cuadro donde escribes.