PEQUEÑAS
SEMILLITAS Año
19 - Número 5822 ~ Miércoles 20 de Noviembre de 2024Desde
la ciudad de Córdoba (Argentina) ¡Alabado sea Jesucristo!
Dios es amor y nuestro amor es respuesta a su iniciativa libre y gratuita.
Quien se compromete con las necesidades y aspiraciones de los demás está cerca
de Dios. Conoce a Dios. Da fruto.
Quien ama, sea o no católico, incluso si se confiesa agnóstico o ateo,
“conoce a Dios”. Quien no ama, sea católico practicante o agnóstico o ateo, “no
ha conocido a Dios”. Eso afirma Jesús en la parábola del juicio final: no nos
va a preguntar si somos hombre o mujer, casados, solteros, religiosos, monjas,
monjes, ni por nuestra profesión, ni por nuestras ideas, ni sobre conceptos
teológicos o dogmáticos.
Únicamente importará la calidad de nuestro amor: ”Lo que hicisteis a mis
hermanos más pequeños, a mí me lo hicisteis”.
La Palabra de Dios Lecturas del día ♡ Primera Lectura: Apoc 4, 1-11
♡ Salmo: Sal 150, 1-2. 3-4. 5-6
♡ Santo Evangelio: Lc 19,11-28
En aquel tiempo, Jesús estaba cerca de Jerusalén y añadió una parábola,
pues los que le acompañaban creían que el Reino de Dios aparecería de un
momento a otro. Dijo pues: «Un hombre noble marchó a un país lejano, para
recibir la investidura real y volverse. Habiendo llamado a diez siervos suyos,
les dio diez minas y les dijo: ‘Negociad hasta que vuelva’. Pero sus ciudadanos
le odiaban y enviaron detrás de él una embajada que dijese: ‘No queremos que
ése reine sobre nosotros’.
»Y sucedió que, cuando regresó, después de recibir la investidura real,
mandó llamar a aquellos siervos suyos, a los que había dado el dinero, para
saber lo que había ganado cada uno. Se presentó el primero y dijo: ‘Señor, tu
mina ha producido diez minas’. Le respondió: ‘¡Muy bien, siervo bueno!; ya que
has sido fiel en lo mínimo, toma el gobierno de diez ciudades’. Vino el segundo
y dijo: ‘Tu mina, Señor, ha producido cinco minas’. Dijo a éste: ‘Ponte tú
también al mando de cinco ciudades’. Vino el otro y dijo: ‘Señor, aquí tienes
tu mina, que he tenido guardada en un lienzo; pues tenía miedo de ti, que eres
un hombre severo; que tomas lo que no pusiste, y cosechas lo que no sembraste’.
Dícele: ‘Por tu propia boca te juzgo, siervo malo; sabías que yo soy un hombre
severo, que tomo lo que no puse y cosecho lo que no sembré; pues, ¿por qué no
colocaste mi dinero en el banco? Y así, al volver yo, lo habría cobrado con los
intereses’.
»Y dijo a los presentes: ‘Quitadle la mina y dádsela al que tiene las diez
minas’. Dijéronle: ‘Señor, tiene ya diez minas’. ‘Os digo que a todo el que
tiene, se le dará; pero al que no tiene, aun lo que tiene se le quitará. Y
aquellos enemigos míos, los que no quisieron que yo reinara sobre ellos,
traedlos aquí y matadlos delante de mí’».
Y habiendo dicho esto, marchaba por delante subiendo a Jerusalén.
♡ Comentario:
Hoy, el Evangelio nos propone
la parábola de las minas: una cantidad de dinero que aquel noble repartió entre
sus siervos, antes de marchar de viaje. Primero, fijémonos en la ocasión que
provoca la parábola de Jesús. Él iba “subiendo” a Jerusalén, donde le esperaba
la pasión y la consiguiente resurrección. Los discípulos «creían que el Reino
de Dios aparecería de un momento a otro» (Lc 19,11). Es en estas circunstancias
cuando Jesús propone esta parábola. Con ella, Jesús nos enseña que hemos de
hacer rendir los dones y cualidades que Él nos ha dado, mejor dicho, que nos ha
dejado a cada uno. No son “nuestros” de manera que podamos hacer con ellos lo
que queramos. Él nos los ha dejado para que los hagamos rendir. Quienes han
hecho rendir las minas —más o menos— son alabados y premiados por su Señor. Es
el siervo perezoso, que guardó el dinero en un pañuelo sin hacerlo rendir, el
que es reprendido y condenado.
El cristiano, pues, ha de esperar —¡claro está!— el regreso de su Señor,
Jesús. Pero con dos condiciones, si se quiere que el encuentro sea amistoso. La
primera es que aleje la curiosidad malsana de querer saber la hora de la
solemne y victoriosa vuelta del Señor. Vendrá, dice en otro lugar, cuando menos
lo pensemos. ¡Fuera, por tanto, especulaciones sobre esto! Esperamos con
esperanza, pero en una espera confiada sin malsana curiosidad. La segunda es
que no perdamos el tiempo. La espera del encuentro y del final gozoso no puede
ser excusa para no tomarnos en serio el momento presente. Precisamente, porque
la alegría y el gozo del encuentro final será tanto mejor cuanto mayor sea la
aportación que cada uno haya hecho por la causa del reino en la vida presente.
No falta, tampoco aquí, la grave advertencia de Jesús a los que se rebelan
contra Él: «Aquellos enemigos míos, los que no quisieron que yo reinara sobre
ellos, traedlos aquí y matadlos delante de mí» (Lc 19,27).
* P. Pere SUÑER i Puig SJ (Barcelona, España) © Textos de Evangeli.net
Santoral Católico: San Edmundo Nació de familia sajona
en torno al año 841, y siendo aún muy joven fue coronado rey de la Inglaterra
oriental (condados de Norfolk y Suffolk). En el gobierno mostró un gran sentido
de la justicia, una enorme equidad y responsabilidad en sus decisiones, a la
vez que una profunda piedad cristiana. En la guerra con los daneses, paganos,
cayó prisionero. Le exigieron, para quedar en libertad, que firmara un tratado
contrario a la justicia y a la religión, y que renegara de su fe. Él se negó y
lo decapitaron en el 869.
Para más información hacer clic acá.
(Directorio Franciscano – Píldoras de Fe – Catholic.net)
Pensamiento del día «La esperanza es una virtud
que se funda en la convicción de que la adversidad, por más que nos paralice y
dañe, no tiene la última palabra»
(SANTIAGO
KOVADLOFF)
AVISO DE AUSENCIA Se informa a los lectores que “Pequeñas
Semillitas” no se publicará desde el 21 al 27 de noviembre por tener que realizarse estudios médicos
completos anuales el autor de la página. Volveremos, si Dios lo permite, el día 28 de
noviembre. Se agradecerá una oración.
Tema del día: Amor perdido Si en este mundo, cuando
una persona está enamorada de otra y ésta no le corresponde, se llega a los más
graves extremos de tristeza, amargura e incluso a la locura misma, ¿qué será
cuando un alma vea la Belleza infinita de Dios, que es el Amor mismo, y sea
apartada de Él para siempre en el infierno, o por mucho tiempo en el
Purgatorio?
Si en este mundo es tan
fuerte el amor, que hace que nos enfermemos cuando la persona amada no nos ama,
o por algún motivo no podemos estar con ella y poseerla... ¡Qué tremendo será
el perder para siempre al Amor increado, que es Dios y para el cual fuimos
creados!
Pero no sólo se sufre en
el infierno, sino que también en el Purgatorio se padecen penas pero de amor,
porque entrevisto Dios en el juicio particular, el alma es separada de Él por
un tiempo, que a veces puede llegar a ser de siglos y milenios.
Estas cosas las puede
entender, aunque sea sólo un poco, quien ha amado mucho a alguien y por algún
motivo no fue correspondido o no pudo concretar la unión con esa persona amada.
¡Cuánto se sufre
esperando una llamada telefónica, una carta, un encuentro, que nunca llegan! Y
eso mismo ocurre por ejemplo con las Almas del Purgatorio, que esperan ver a
Dios, saber de Él, un detalle de su amor, pero muchas veces nadie se las da,
porque los que vivimos en el mundo nos olvidamos de las almas que padecen en el
Purgatorio y no las socorremos con oraciones y sufragios.
Si cuando uno ama
fuertemente a alguien y no puede conseguir a esa persona, se llega a las más
graves consecuencias como por ejemplo la locura y el suicidio, intentemos
entender un poco lo que será la pérdida de Dios para las almas, tanto las que
están en el Purgatorio, o muchísimo, infinitamente peor, las que están para
siempre en el infierno.
Estamos a tiempo. Dios
nos ama infinitamente y todavía nos espera, porque quiere estrecharnos a su
pecho como a esposa amadísima. Basta que no pongamos obstáculos en nuestra
vida, sino que cumplamos los Mandamientos y hagamos buenas obras para evitar el
infierno, y también lo más posible el Purgatorio.
Pensemos en estas cosas
y recordemos que lo que Dios quiere de nosotros es nuestro corazón, nuestro
amor. Porque Él lo tiene todo, pero no tiene nuestro corazón, ¡y lo quiere! No
regateemos con Él porque nos conviene entregárselo. ¿Acaso no le entregaríamos
nuestro corazón a la persona amada, por la que nos desvelamos y por la que
haríamos las más grandes hazañas para conquistarla? Bueno, Dios se merece mucho
más, se merece que hagamos “locuras” por Él y por la salvación de las almas,
porque Él es el Amor y fuimos creados para gozarle eternamente.
.
(Tomado de Sitio Santísima Virgen)
Biblioteca de “Pequeñas Semillitas” Contiene más de 300 artículos que han sido publicadosy que podrás leer o bajar a tu dispositivo.ATENCIÓN:ha cambiado la dirección para entrar en la
Biblioteca. Ahora es: Meditaciones de “Pequeñas Semillitas” Un día un hombre salió de la iglesia, después de haberse confesado con el
Padre Pío, y se puso a gritar, loco de alegría, a todas las personas que se le
acercaban: "Hacía 35 años que no entraba en una iglesia. Sí, 35 años que
no quería saber nada ni de Dios ni de la Virgen ni de los santos. ¡Llevaba una
vida de infierno! Un día una persona me dijo: ¡Vaya a San Giovanni Rotondo y
verá! Solté la carcajada y contesté: Si usted cree que ese cura me va a
convencer, está muy equivocada. Pero esta idea no me dejó en paz. Era como una
perforadora que escarbaba dentro de mí. Finalmente, no pudiendo más, me dije:
¿Por qué no ir? Así acabaré con esta obsesión. Llegué anoche. No había lugar
para uno como yo, acostumbrado a las comodidades. Pasé la noche pensando en mis
pecados y sudando abundantemente. A las dos de la madrugada, se oyen varios
despertadores.
Me levanté con todos los demás; pero blasfemando contra todos. No
obstante, me dirigí a la iglesia. No entendía lo que me pasaba por dentro.
Esperé como los demás y entré como los demás. Asistí a la Misa del Padre Pío.
¡Qué Misa! Me mordía los labios, me defendía... pero no tenía nada que hacer,
comenzaba a perder terreno. La cabeza me estaba explotando. Después de la Misa
seguí a los hombres que iban a la sacristía como un autómata. Al entrar, el
Padre Pío vino a mi encuentro y me dijo: “¿No sientes en la cabeza la mano de
Dios?” Yo contesté: “Confiéseme, padre”. Apenas me había arrodillado, sentí la
cabeza vacía como una olla. Me era imposible recordar mis pecados. El padre
esperó un poco y luego me dijo: “Ánimo, hijo, ¿no me dijiste todo durante la
Misa? ¡Ánimo!” ¡Y me dijo todos mis pecados! Yo le contestaba solamente “Sí”.
¡Ahora me siento limpio como un niño! ¡Ahora me siento feliz!"
🌸En 1572, el erudito napolitano (Italia) Cesare Baronius, miembro del
Oratorio, cayó gravemente enfermo. Recibió los últimos sacramentos y se
esperaba que muriera de un momento a otro; pero su superior y amigo era san
Felipe Neri, gran devoto de la Santísima Virgen.
Felipe se puso a orar por la vida de su querido discípulo. Baronius pronto
se durmió. Entrando en un sueño muy dulce, vio a su superior a los pies del
Salvador y de su Santísima Madre, que les preguntaba sobre su salud en estos
términos: “¡Señor, dame a Baronius! ¡Devuélvemelo, cómo lo deseo y lo quiero!”.
Como Jesús se negara, se volvió entonces a María y, cuando Ella intercedió por
él, supo de inmediato que había sido escuchado.
En ese mismo momento, Baronius se despertó, convencido de que no moriría
de esta enfermedad. De hecho, se recuperó el mismo día y, en sus Anales, no
dejó de informar a su amado padre, sobre su doctrina y su vida (Traducido del
francés).
🌸Señor, Dios de la paz, Tú que creaste a los hombres para ser herederos de
tu gloria. Te bendecimos y agradecemos porque nos enviaste a Jesús, tu hijo muy
amado. Tú hiciste de Él, en el misterio de su Pascua, el realizador de nuestra
salvación, la fuente de toda paz, el lazo de toda fraternidad. Te agradecemos
por los deseos, esfuerzos y realizaciones que tu Espíritu de paz suscitó en
nuestros días, para sustituir el odio por el amor, la desconfianza por la
comprensión, la indiferencia por la solidaridad. Abre todavía más nuestro
espíritu y nuestro corazón para las exigencias concretas del amor a todos
nuestros hermanos, para que seamos, cada vez más, artífices de la PAZ.
Acuérdate, oh Padre, de todos los que luchan, sufren y mueren para el
nacimiento de un mundo más fraterno. Que para los hombres de todas las razas y
lenguas venga tu Reino de justicia, paz y amor. Amen. (San Pablo VI)
Pedidos de oración 🙏 Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el
Papa Francisco, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas, monjas,
religiosas, novicias, catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico
de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios
Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las
misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón
de María; por la conversión de todos los
pueblos; por la PAZ en el mundo; por el fin de los ataques a la Iglesia
Católica en Nicaragua, por los cristianos perseguidos y martirizados en Medio
Oriente, África (Nigeria), y en otros lugares; por nuestros hermanos sufrientes
por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el abandono, la
carencia de afecto, la falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por los niños
con cáncer y otras patologías graves; por los jóvenes, especialmente los que
han caído en las drogas o cualquier tipo de adicción, por las víctimas de trata,
por el drama de los refugiados del Mediterráneo; por los presos políticos y la
falta de libertad en muchos países del mundo; por todos nuestros hermanos de diversos países, como Cuba y Venezuela,
sometidos a crueles dictaduras que se ven forzados a emigrar en busca de
mejores horizontes en otras tierras; por
las víctimas de catástrofes naturales; por la unión de las familias, por lo no
nacidos, por la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los
jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y
religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio. Para lectores argentinos,
pedimos especial oración por la recuperación de la República Argentina en el
marco de la democracia, la justicia y la honestidad de los gobernantes.
🙏
Pedimos oración por el eterno descanso
del alma de la señora Pilar Labombarda, de Buenos Aires, Argentina,
fallecida el 14 de noviembre luego de una penosa y breve enfermedad oncológica.
Fue esposa, madre y abuela amorosa, será recordada con inmenso cariño por todos
quienes compartieron su vida. Brille para ella la Luz que no tiene fin.
🙏
Pedimos oración para Agustina, de Córdoba, Argentina, 21 años de edad, que hace cinco días sufrió la rotura de un aneurisma cerebral y ha quedado internada en estado crítico en terapia intensiva. Le pedimos a Dios que le conceda el milagro de su sanación y que la Santísima Virgen esté junto a su familia en estos momentos de angustia.
🙏 Pedimos oración para María
Rosa Z., de Leones, provincia de Córdoba, por quien ya hemos pedido
anteriormente. Ha recrudecido su artritis y está internada, imposibilitada de
caminar por causa de los dolores. La encomendamos al Señor confiando en su
Divina Misericordia que hará que todo vaya mejorando.
🙏 Pedimos oración para Felipe
(el autor de esta página), de Córdoba, Argentina, que tiene una semana de estudios médicos completos,
clínicos y cardiológicos, invocando la protección de la Virgen de Lourdes y la
intercesión del Beato Fray Mamerto Esquiú para que los resultados sean
favorables, si así es la Santa Voluntad de Dios.
🙏
Continuamos unidos en oración por
medio del rezo del Santo Rosario poniendo en Manos de Nuestra Madre Bendita
todas nuestras preocupaciones, alegrías y necesidades y pidiéndole a Ella paz
para el mundo. Al rezar por la paz, rezamos por todo, por la paz en el mundo,
en los corazones, porque la violencia sea desterrada, por la paz para los niños
que están en peligro de ser abortados. Paz para los jóvenes que no encuentran
el camino, paz para los deprimidos. Paz para los que no han tenido la dicha de
conocer al Amor. En fin, rezamos por la paz, y sigamos haciéndolo.
Oremos: Tú quisiste,
Señor, que tu hijo unigénito soportara nuestras debilidades, para poner de
manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia. Escucha las plegarias que
te dirigimos por nuestros hermanos enfermos y concede a cuantos se hallan
sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad, la gracia de sentirse
elegidos entre aquellos que tu hijo ha llamado dichosos, y de saberse unidos a
la pasión de Cristo para la redención del mundo. Te lo pedimos por Cristo
nuestro Señor. Amén.
Extractos de cartas del Padre Pío (Recopilación: P. Gianluigi Pasquale en “365
días con el Padre Pío”) 20 de noviembre
Comienzo confesándole que es para mí una gran
desgracia no saber expresar y sacar fuera este volcán siempre encendido que me
abrasa y que Jesús ha puesto en este corazón tan pequeño.
Todo se resume en esto: estoy devorado por el amor
de Dios y por el amor del prójimo. Para mí Dios está siempre fijo en la mente y
grabado en el corazón. Nunca lo pierdo de vista: me corresponde admirar su
belleza, sus sonrisas y sus desconciertos, sus bondades, sus venganzas o,
mejor, los rigores de su justicia.
Imagínese por qué sentimientos está devorada esta
pobre alma con toda esta privación de la propia libertad, con todas estas
ataduras, tanto en las facultades espirituales como en las corporales.
Créame también, padre, que los arrebatos, en los que
a veces he caído, están motivados precisamente por esta dura prisión,
llamémosla incluso afortunada.
(20 de noviembre de 1921, al P. Benedetto da
San Marco in Lamis, Ep. I, 1246)
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