sábado, 6 de diciembre de 2025

Pequeñas Semillitas 6183

PEQUEÑAS SEMILLITAS
 
Año 20 - Número 6183 ~ Sábado 6 de Diciembre de 2025
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
¡Alabado sea Jesucristo!
En la base de tu crecimiento armónico como persona está el conocimiento de ti mismo, de tus fortalezas y debilidades. Con un ojo en tus virtudes para conservarlas y darles brillo, y con el otro ojo en tus fragilidades para neutralizarlas, afronta con esperanza y firmeza esa labor cotidiana de llegar a realizar el proyecto de Dios sobre tu vida.
El conocimiento de ti mismo es la llave de la sabiduría, porque desde tu realidad personal puedes crecer y superarte. Epicteto, filósofo griego, escribió que “La cosa más difícil es conocernos a nosotros mismos, la cosa más fácil, hablar mal de los demás”. Conocerte es encontrarte con tus límites y también con tus logros y fortalezas. Ten un tiempo para evaluarte.
(PADRE NATALIO BÉRTOLO)
 
La Palabra de Dios
Lecturas del día
- SÁBADO 1 DE ADVIENTO -
Primera Lectura: Isaías 30, 19-21. 23-26
 
Salmo: Sal 146, 1-2. 3-4. 5-6
 
Santo Evangelio: Mt 9,35-10,1.6-8
En aquel tiempo, Jesús recorría todas las ciudades y aldeas, enseñando en sus sinagogas, proclamando la Buena Nueva del Reino y sanando toda enfermedad y toda dolencia. Y al ver a la muchedumbre, sintió compasión de ella, porque estaban vejados y abatidos como ovejas que no tienen pastor. Entonces dice a sus discípulos: «La mies es mucha y los obreros pocos. Rogad, pues, al Dueño de la mies que envíe obreros a su mies».
Y llamando a sus doce discípulos, les dio poder sobre los espíritus inmundos para expulsarlos, y para curar toda enfermedad y toda dolencia. A estos doce envió Jesús, después de darles estas instrucciones: «Dirigíos más bien a las ovejas perdidas de la casa de Israel. Id proclamando que el Reino de los Cielos está cerca. Curad enfermos, resucitad muertos, purificad leprosos, expulsad demonios. Gratis lo recibisteis; dadlo gratis».
 
Comentario:
Hoy, cuando ya llevamos una semana dentro del itinerario de preparación para la celebración de la Navidad, ya hemos constatado que una de las virtudes que hemos de fomentar durante el Adviento es la esperanza. Pero no de una manera pasiva, como quien espera que pase el tren, sino una esperanza activa, que nos mueve a disponernos poniendo de nuestra parte todo lo que sea necesario para que Jesús pueda nacer de nuevo en nuestros corazones.
Pero hemos de tratar de no conformarnos sólo con lo que nosotros esperamos, sino —sobre todo— ir a descubrir qué es lo que Dios espera de nosotros. Como los doce, también nosotros estamos llamados a seguir sus caminos. Ojalá que hoy escuchemos la voz del Señor que —por medio del profeta Isaías— nos dice: «El camino es éste, síguelo» (Is 30,21, de la primera lectura de hoy). Siguiendo cada uno su camino, Dios espera de todos que con nuestra vida anunciemos «que el Reino de Dios está cerca» (Mt 10,7).
El Evangelio de hoy nos narra cómo, ante aquella multitud de gente, Jesús tuvo compasión y les dijo: «La mies es mucha y los obreros pocos. Rogad, pues, al Dueño de la mies que envíe obreros a su mies» (Mt 9,37-38). Él ha querido confiar en nosotros y quiere que en las muy diversas circunstancias respondamos a la vocación de convertirnos en apóstoles de nuestro mundo. La misión para la que Dios Padre ha enviado a su Hijo al mundo requiere de nosotros que seamos sus continuadores. En nuestros días también encontramos una multitud desorientada y desesperanzada, que tiene sed de la Buena Nueva de la Salvación que Cristo nos ha traído, de la que nosotros somos sus mensajeros. Es una misión confiada a todos. Conocedores de nuestras flaquezas y handicaps, apoyémonos en la oración constante y estemos contentos de llegar a ser así colaboradores del plan redentor que Cristo nos ha revelado.
* Rev. D. Xavier PAGÉS i Castañer (Barcelona, España) © Textos de Evangeli.net 
 
Santoral Católico:
San Nicolás de Bari (o de Mira)
Es un santo que goza de una extensa e intensa devoción popular. Nació en Petara, Asia Menor, a finales del siglo III. Después de repartir sus bienes a los pobres, ingresó en la vida monástica y llegó a regir un monasterio. Al regreso de un viaje a Tierra Santa, fue elegido obispo de Mira, en Licia (hoy Turquía). El año 325 suscribió en el Concilio de Nicea la fe en la divinidad de Cristo. En la persecución de Galerio fue encarcelado y torturado por su fidelidad a la fe católica. Murió en Mira a la edad de 65 años entre el 345 y el 350. Las leyendas del siglo VI lo presentan como gran taumaturgo. En el mundo anglosajón, su fiesta, en la que se obsequia especialmente a los niños, se celebra con el nombre de «Santa Claus». El año 1087 su cuerpo fue trasladado a la ciudad italiana de Bari.
Oración: Imploramos, Señor, tu misericordia y te suplicamos que, por la intercesión de tu obispo san Nicolás, nos protejas en todos los peligros, para que podamos caminar seguros por la senda de la salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Para más información hacer clic acá.
(Directorio Franciscano – ACI Prensa – Catholic.net)
 
Aviso de vacaciones
 
“Pequeñas Semillitas” no se publicará
entre los días 9 y 29 de diciembre
por tomar vacaciones (después de varios años) el autor.
 
Palabras del Papa León XIV
«Contemplar el misterio de Dios y de la historia con la mirada interior de María nos protege de las mistificaciones de la propaganda, la ideología y la información enferma, que nunca sabrán llevar una palabra desarmada y desarmante, y nos abre a la gratuidad divina, que sola hace posible el caminar juntos de las personas, los pueblos y las culturas en la paz»
 
Tema del día:
El origen de Papá Noel
San Nicolás, Papá Noel o Santa Claus (entre muchas otras denominaciones) se ha convertido en el icono moderno de la Navidad. Y es que, quitando algunas excepciones, como en España, donde comparte protagonismo con los Reyes Magos de Oriente que nos visitan la madrugada del 5 al 6 de enero, la figura de Papá Noel, que es como se le conoce en España, monopoliza las navidades en multitud de países del mundo, donde porta sus regalos, en un trineo arrastrado por sus renos la víspera de Navidad.
 
¿Cuál es el origen de esta leyenda?
Tenemos que trasladarnos hasta el año 270. En Petara (actualmente perteneciente a Turquía) nació Nicolás de Bari (‘De Bari’ porque fue donde se trasladaron sus restos tras la caída de Anatolia en manos musulmanas). Nacido en el seno de una familia cristiana y acomodada, el joven Nicolás es considerado como una persona sencilla, con don de gentes y servicial. Prueba de ello es que toda la fortuna que heredó de sus padres, fallecidos por culpa de la peste, la donó a los más necesitados. Más tarde se trasladó a Mira, ciudad situada en la región donde nació, donde se convirtió en obispo. Tras su muerte fue santificado. En la actualidad cuenta con más de 2.000 templos en todo el mundo en su honor.
 
Cuenta la leyenda que guiado por su devoción hacia los niños y su afán en ayudar a los pobres, al enterarse de que un padre se vio obligado a prostituir a sus hijas para poder sobrevivir, Nicolás tiró unas monedas por la chimenea de la casa. Monedas que cayeron en las calzas de las niñas que habían dejado secando ante el fuego.
 
A partir de aquí y tras más actos como este, nace el mito de San Nicolás, un mito que se extendió, primero por Europa y, luego por Norteamérica, tras la llegada de inmigrantes holandeses.
 
En Norteamérica es donde su imagen ha adoptado miles de formas y colores tras multitud de publicaciones, algunas mitológicas, sobre su figura. Y ha sido usado por la empresa Coca Cola como emblema para publicitar sus productos.
 
Debería quedar claro que en Navidad celebramos al Niño Jesús y no a Papá Noel.
 
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Meditaciones de “Pequeñas Semillitas”
Si Dios hubiese criado mil mundos mil veces más grandes y más bellos que el presente, es cierto que esta obra sería infinitamente menor que la Encarnación del Verbo. Para ejecutar la obra de la Encarnación se ha necesitado toda la omnipotencia y sabiduría infinita de un Dios, haciendo que la naturaleza humana se uniese a una persona divina, y que una persona divina se humillase a tomar la naturaleza humana; de manera, que Dios se hizo hombre y el hombre se hizo Dios; y habiéndose unido la divinidad del Verbo al alma y al cuerpo de Jesucristo, se hicieren divinas todas las acciones de este hombre-Dios: divinas sus oraciones, divinos los padecimientos, divinos los vagidos, divinas las lágrimas, divinos los pasos, divinos los miembros, divina aquella sangre, para hacer de ella un baño de salud destinado a lavar todos nuestros pecados, y un sacrificio de infinito valor, para aplacar la justicia del Padre justamente indignado con los hombres.
Y ¿quiénes son al fin estos hombres? Miserables criaturas, ingratas y rebeldes. 
Y ¡por ellas hacerse un Dios hombre! ¡Sujetarse a las mismas miserias humanas! ¡Padecer y morir por salvar a estos seres indignos! Se humilló a sí mismo, dice san Pablo, hecho obediente hasta la muerte, y muerte de cruz (Flp 2)
¡Oh fe santa! Si tú no nos asegurases de esto, ¿quién podría creer jamás que un Dios de infinita majestad se haya abajado hasta hacerse pasible y mortal como nosotros, para salvarnos a costa de tantas penas e ignominias, y de una muerte cruel y vergonzosa? ¡Oh gracia! ¡Oh fuerza de amor! Exclama san Bernardo. ¡Oh gracia! que ni aun podrían imaginársela los hombres si Dios mismo no hubiera pensado hacérsela! ¡Oh amor divino, que no podrá jamás comprenderse! ¡Oh misericordia! ¡Oh caridad infinita, digna solamente de una bondad infinita!
(San Alfonso María de Ligorio)
🌸
Cada uno de nosotros se hace la pregunta del nacimiento de Dios en nuestro interior. A cada instante el Ángel nos interpela y constata que el Señor está con nosotros, que nos ama no importa quienes seamos o lo que hayamos hecho. Pero esto no se detiene aquí.
Dios bendice también el fruto de nuestras entrañas, lo que producimos y lo que creamos. La mayor cosa extraordinaria del mundo es que el hombre participa en la creación divina. La más grande blasfemia y causa de desdicha es impedir a la fuerza de la creación individual renovarse.
Si respondemos con un «si» a la invitación de Dios, Él hará crecer lo que poseemos en germen, Él mismo crecerá en nosotros, se hará intimo o aún más íntimo en nuestro ser, para hacer surgir nuestra verdadera personalidad, que se esconde bajo las máscaras y las heridas que la vida del mundo nos ha impuesto; ya que nuestro verdadero yo es como una semilla sumergida profundamente en nosotros.
Cuando aceptamos como María a Cristo en nuestra vida, le permitimos actuar y desarrollar un modo de existencia que no se limita a nuestro mundo temporal sino que se inscribe desde ahora en la Eternidad.
 
Un año con María
Diciembre 6: Madurez de vida
En este caminar de la vida es fácil perderse. Pues uno no quiere perderse, más bien busca estar con los que ama, con los suyos. Perderse es cuando uno pierde su foco en Jesús, es cuando su mirar está en otra cosa y eso llama la atención y también distancia. Cuando pierdes el centro en Dios, pierdes la paz y cuando menos te des cuenta estás en otro mundo, un ámbito distinto en el que no encuentras salida.
¿Hoy te sientes perdido? ¿Estás como estancado en un lugar del cual no puedes salir? Acércate a María, ella te llevará de la mano a encontrarte con su Hijo.
(PADRE LUIS ZAZANO)
 
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)
 
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