martes, 8 de abril de 2025

Pequeñas Semillitas 5952

PEQUEÑAS SEMILLITAS
 
Año 20 - Número 5952 ~ Martes 8 de Abril de 2025
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
¡Alabado sea Jesucristo!
Cristo es Amor, ese amor que inunda de plenitud nuestra existencia.
El deseo más fuerte del hombre es amar y ser amado. Por la calle y por la vida pasan amores que nos emocionan por un rato... amores que engañan, que prometen felicidad total, pero que muchas veces nos dejan con unos pétalos marchitos en las manos.
Cristo es el Amor eterno, que nos ama desde siempre y para siempre y nos hace plenamente felices, si así lo queremos.
Por eso hoy quiero iniciar estas “Pequeñas Semillitas” dando gracias al Señor (y a todos los que rezaron por mí), ya que mis estudios médicos especializados y la consulta del día de ayer han resultado normales, descartando posibilidades que se venían barajando de una grave enfermedad.
 
La Palabra de Dios
Lecturas del día
(Martes V de Cuaresma, ciclo C)
Primera Lectura: Números 21, 4-9
 
Salmo: Sal 101, 2-3. 16-18. 19-21
 
Santo Evangelio: Jn 8,21-30
En aquel tiempo, Jesús dijo a los fariseos: «Yo me voy y vosotros me buscaréis, y moriréis en vuestro pecado. Adonde yo voy, vosotros no podéis ir». Los judíos se decían: «¿Es que se va a suicidar, pues dice: ‘Adonde yo voy, vosotros no podéis ir’?». Él les decía: «Vosotros sois de abajo, yo soy de arriba. Vosotros sois de este mundo, yo no soy de este mundo. Ya os he dicho que moriréis en vuestros pecados, porque si no creéis que Yo Soy, moriréis en vuestros pecados».
Entonces le decían: «¿Quién eres tú?». Jesús les respondió: «Desde el principio, lo que os estoy diciendo. Mucho podría hablar de vosotros y juzgar, pero el que me ha enviado es veraz, y lo que le he oído a Él es lo que hablo al mundo». No comprendieron que les hablaba del Padre. Les dijo, pues, Jesús: «Cuando hayáis levantado al Hijo del hombre, entonces sabréis que Yo Soy, y que no hago nada por mi propia cuenta; sino que, lo que el Padre me ha enseñado, eso es lo que hablo. Y el que me ha enviado está conmigo: no me ha dejado solo, porque yo hago siempre lo que le agrada a Él». Al hablar así, muchos creyeron en Él.
 
Comentario:
Hoy, martes V de Cuaresma, a una semana de la contemplación de la Pasión del Señor, Él nos invita a mirarle anticipadamente redimiéndonos desde la Cruz: «Jesucristo es nuestro pontífice, su cuerpo precioso es nuestro sacrificio que Él ofreció en el ara de la Cruz para la salvación de todos los hombres» (San Juan Fisher).
«Cuando hayáis levantado al Hijo del hombre...» (Jn 8,28). En efecto, Cristo Crucificado —¡Cristo “levantado”!— es el gran y definitivo signo del amor del Padre a la Humanidad caída. Sus brazos abiertos, extendidos entre el cielo y la tierra, trazan el signo indeleble de su amistad con nosotros los hombres. Al verle así, alzado ante nuestra mirada pecadora, sabremos que Él es (cf. Jn 8,28), y entonces, como aquellos judíos que le escuchaban, también nosotros creeremos en Él.
Sólo la amistad de quien está familiarizado con la Cruz puede proporcionarnos la connaturalidad para adentrarnos en el Corazón del Redentor. Pretender un Evangelio sin Cruz, despojado del sentido cristiano de la mortificación, o contagiado del ambiente pagano y naturalista que nos impide entender el valor redentor del sufrimiento, nos colocaría en la terrible posibilidad de escuchar de los labios de Cristo: «Después de todo, ¿para qué seguir hablándoos?».
Que nuestra mirada a la Cruz, mirada sosegada y contemplativa, sea una pregunta al Crucificado, en que sin ruido de palabras le digamos: «¿Quién eres tú?» (Jn 8,25). Él nos contestará que es «el Camino, la Verdad y la Vida» (Jn 14,6), la Vid a la que sin estar unidos nosotros, pobres sarmientos, no podemos dar fruto, porque sólo Él tiene palabras de vida eterna. Y así, si no creemos que Él es, moriremos por nuestros pecados. Viviremos, sin embargo, y viviremos ya en esta tierra vida de cielo si aprendemos de Él la gozosa certidumbre de que el Padre está con nosotros, no nos deja solos. Así imitaremos al Hijo en hacer siempre lo que al Padre le agrada.
* Rev. D. Josep Mª MANRESA Lamarca (Valldoreix, Barcelona, España) © Textos de Evangeli.net 
 
Santoral Católico:
San Dionisio
Durante el reinado del emperador Marco Aurelio, San Dionisio fue uno de los más distinguidos hombres de Iglesia del siglo II. Además de instruir y guiar a su grey, el santo escribió; cartas a las Iglesia de Atenas, Lacedomonia, Nicomedia, Knosos y Roma, a los cristianos de Sortina y Amastris. Casi todas las herejías de los tres primeros siglos provenían de los principios de la filosofía pagana por lo que San Dionisio se dedicó; hacerlo notar entre sus fieles y a descubrir la escuela filosófica que había dado origen a cada herejía. Por otro lado, San Dionisio exhortaba a menudo a sus fieles y a las otras iglesias a practicar la caridad y solidaridad con aquellas comunidades cristianas que más lo necesitaban. Aunque es probable que Dionisio haya muerto naturalmente, los griegos lo veneran como mártir, por lo mucho que sufrió por la fe.
Para más información hacer clic acá.
(ACI Prensa – Mercabá)
 
Pensamiento del día
«Las personas más felices no son necesariamente aquellos que tienen lo mejor de todo, sino aquellos que sacan lo mejor de lo que tienen. La vida no es una cuestión de cómo sobrevivir a la tormenta, sino de aprender a bailar cuando llueve»
(KHALIL GIBRAN)
 
Tema del día:
La figura del sacerdote
Cuando se piensa que ni la Santísima Virgen puede hacer lo que un sacerdote.
 
Cuando se piensa que ni los ángeles ni los arcángeles, ni Miguel ni Gabriel ni Rafael, ni príncipe alguno de aquellos que vencieron a Lucifer pueden hacer lo que un sacerdote.
 
Cuando se piensa que solamente un sacerdote puede perdonar los pecados y que lo que él ata en el fondo de su humilde confesionario, Dios, obligado por su propia palabra, lo ata en el Cielo, y lo que él desata, en el mismo instante lo desata Dios...
 
Cuando se piensa que Nuestro Señor Jesucristo, en la última Cena, realizó un milagro más grande que la creación del Universo con todos sus esplendores, y fue convertir el pan y el vino en su Cuerpo y Sangre para alimentar al mundo, y que este portento, ante el cual se arrodillan los ángeles y los hombres, puede repetirlo cada día un sacerdote...
 
Cuando se piensa que un sacerdote hace más falta que un rey, más que un militar, más que un banquero, más que un médico, más que un maestro, porque él puede reemplazar a todos y ninguno puede reemplazarlo a él...
 
Cuando se piensa que un sacerdote, cuando celebra en el altar, tiene una dignidad infinitamente mayor que un rey; y que no es ni un símbolo, ni siquiera un embajador de Cristo, sino que es Cristo mismo que está allí repitiendo el mayor milagro de Dios...
 
Cuando se piensa que el mundo moriría de la peor hambre si llegara a faltarle ese pan y ese vino, y que eso puede ocurrir, porque están escaseando las vocaciones sacerdotales, y que cuando eso ocurra se conmoverán los cielos y estallará la Tierra, como si la mano de Dios hubiera dejado de sostenerla; y las gentes aullarán de hambre y de angustia, y pedirán ese Pan, y no habrá quien se lo dé; y pedirán la absolución de sus culpas, y no habrá quien las absuelva, y morirán con los ojos abiertos por el mayor de los espantos...
 
Cuando se piensa todo esto, uno comprende la inmensa necesidad de fomentar las vocaciones sacerdotales...
 
Uno comprende el afán con que en tiempos antiguos, cada familia ansiaba que de su seno brotase, como una vara de nardo, una vocación sacerdotal...
 
Uno comprende el inmenso respeto que los pueblos tenían por los sacerdotes, lo que se reflejaba en las leyes...
 
Uno comprende que el peor crimen que puede cometer alguien es impedir o desalentar una vocación...
 
Uno comprende que provocar una apostasía es ser como Judas y vender a Cristo de nuevo...
 
Uno comprende que si un padre o una madre obstruyen la vocación sacerdotal de un hijo, es como si renunciaran a un título de nobleza incomparable...
 
Uno comprende que más que una iglesia, y más que una escuela, y más que un hospital, es un seminario o un noviciado...
 
Uno comprende que dar para construir o mantener un seminario o un noviciado es multiplicar los nacimientos del Redentor...
 
Uno comprende que dar para costear los estudios de un joven seminarista o de un novicio es allanar el camino por donde ha de llegar al altar un hombre, que durante media hora, cada día, será mucho más que todas las dignidades de la Tierra y que todos los santos del Cielo, pues será Cristo mismo, sacrificando su Cuerpo y su Sangre, para alimentar al mundo.

(Texto: Hugo Wast – Imagen: almas.com)
 
Meditaciones de “Pequeñas Semillitas”
María es la llena de Gracia, y como la Gracia es la que da luz e inteligencia al hombre, en María esas dos potencias estaban perfectas, incontaminadas.
Por eso María viene segunda después de Dios y puede ayudarnos a descubrir las astutas maniobras de la serpiente infernal, Satanás, que tiene una inteligencia muy grande porque era el ángel más perfecto, y nos quiere conducir porfiadamente a la perdición junto con él.
Recurramos a María, consagrémonos a Ella, a su Corazón Inmaculado, para que sea Ella la que nos descubra las astucias que el Maligno nos tiende, ya que es nuestro enemigo pero antes es enemigo de María.
La Virgen nos dará su misma luz e inteligencia para salir victoriosos de esta prueba en que nos jugamos nuestro destino eterno: Cielo o Infierno.
El único verdadero peligro en este mundo es el pecado, porque todos los demás males, calamidades y desgracias son nada en comparación de un pecado mortal. Así que pidamos ayuda a María para no caer, a través del pecado mortal, en las manos de Satanás.
🌸
Cuentan que un maestro oriental que vio cómo un alacrán se estaba ahogando, decidió sacarlo del agua, pero cuando lo hizo, el alacrán lo picó.
Por el dolor, el maestro lo soltó, y el animal cayó al agua y de nuevo estaba ahogándose. El maestro intentó sacarlo otra vez, y otra vez el alacrán lo picó.
Alguien que había observado todo, se acercó al maestro y le dijo:
"Perdone, ¡pero usted es terco! ¿No entiende que cada vez que intente sacarlo del agua lo picará?"
El maestro respondió:
"La naturaleza del alacrán es picar, y eso no va a cambiar la mía, que es ayudar".
Y entonces, ayudándose de una hoja, el maestro sacó al animalito del agua y le salvó la vida.
No cambies tu naturaleza si alguien te hace daño; sólo toma precauciones.
Algunos persiguen la felicidad; otros la crean.
🌸
Tenemos que aprender como lección básica de la vida a iluminar todas nuestras dificultades con la Palabra de Dios, sobre todo aquellas que no podemos resolver, porque a veces podríamos olvidar que Dios Nuestro Señor va a permitir muchas dificultades, muchas piedras en la vida precisamente para que recordemos que la Palabra de Dios es la fuente de nuestra vida espiritual.
Cuando nuestra conciencia se vende, cuando nuestra inteligencia y nuestra voluntad se vende dejan de criticar y todo lo que les den les parece bueno. ¿A quién me estoy vendiendo? Cada uno recibe su vida, sus amistades, sus personas, su corazón, su conciencia. ¿Dónde me encuentro sin el suficiente sentido crítico, para salir de una situación cuando contradice mi identidad cristiana?, porque ahí me estoy vendiendo, ahí estoy postrándome a Satanás aunque sean cosas pequeñas. ¿Dónde me he encadenado? ¿Hay en mi vida alguna tentación que no sólo me despoja del necesario sentido crítico ante las situaciones para juzgarlas sólo y nada más según Dios, sino que acaban sometiendo mis criterios a los criterios del mundo y por lo tanto, acaba cuestionando los rasgos de mi identidad cristiana?
Recordemos que nuestra vida sólo tendrá un auténtico sentido cristiano en la medida en que aceptemos a Cristo vencedor de la tentación del pan, de los reinos y del templo.
(P. Cipriano Sánchez)
 
Un año con María
Abril 8: Necesitamos que nos guíen
En la vida necesitamos personas que nos recuerden lo que nos motiva, que nos señalen en nuestra conciencia lo que estamos haciendo bien y lo que no. Se trata de una de las características de quien te ama sinceramente.
Pero luego de una cierta edad, ya eres tú el que decide quién entra o no en tu vida, quién puede corregirte o quién no. El problema es cuando no dejas que nadie entre en tu vida para corregirte y marcar en tu conciencia lo que no estás haciendo bien.
María es Madre y Maestra, te invita ver desde Jesús tu vida y tu historia, mirar desde el misterio de la Salvación tus errores, pero desde una corrección fraterna. Esa es la diferencia con un juez; el juez condena y sentencia, te encarcela en su corazón y en su mente. El que corrige te muestra tu error y te da la oportunidad de retractarte y acompañarte. María te corrige y te acompaña para que puedas cambiar. Pero eres tú quien debe dar el paso de escuchar.
(PADRE LUIS ZAZANO)
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)
 
 
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