♡ Comentario:
Hoy el Evangelio nos presenta dos milagros de Jesús que nos hablan de la
fe de dos personas bien distintas. Tanto Jairo —uno de los jefes de la
sinagoga— como aquella mujer enferma muestran una gran fe: Jairo está seguro de
que Jesús puede curar a su hija, mientras que aquella buena mujer confía en que
un mínimo de contacto con la ropa de Jesús será suficiente para liberarla de
una enfermedad muy grave. Y Jesús, porque son personas de fe, les concede el
favor que habían ido a buscar.
La primera fue ella, aquella que pensaba que no era digna de que Jesús le
dedicara tiempo, la que no se atrevía a molestar al Maestro ni a aquellos
judíos tan influyentes. Sin hacer ruido, se acerca y, tocando la borla del
manto de Jesús, “arranca” su curación y ella enseguida lo nota en su cuerpo.
Pero Jesús, que sabe lo que ha pasado, no la quiere dejar marchar sin dirigirle
unas palabras: «Hija, tu fe te ha salvado; vete en paz y queda curada de tu
enfermedad» (Mc 5,34).
A Jairo, Jesús le pide una fe todavía más grande. Como ya Dios había hecho
con Abraham en el Antiguo Testamento, pedirá una fe contra toda esperanza, la
fe de las cosas imposibles. Le comunicaron a Jairo la terrible noticia de que
su hijita acababa de morir. Nos podemos imaginar el gran dolor que le invadiría
en aquel momento, y quizá la tentación de la desesperación. Y Jesús, que lo
había oído, le dice: «No temas, solamente ten fe» (Mc 5,36). Y como aquellos
patriarcas antiguos, creyendo contra toda esperanza, vio cómo Jesús devolvía la
vida a su amada hija.
Dos grandes lecciones de fe para nosotros. Desde las páginas del
Evangelio, Jairo y la mujer que sufría hemorragias, juntamente con tantos otros,
nos hablan de la necesidad de tener una fe inconmovible. Podemos hacer nuestra
aquella bonita exclamación evangélica: «Creo, Señor, ayuda mi incredulidad» (Mc
9,24).
* Rev. D. Francesc PERARNAU i Cañellas (Girona, España)
Santoral Católico:
San Juan Bosco
San Juan Bosco nació el
16 de agosto de 1815 en Castelnuovo de Asti, y recibió de su madre Margarita
Occhiena una sólida educación cristiana y humana. Dotado de inteligencia,
memoria, voluntad y agilidad física no comunes, desde niño fue seguido por sus
coetáneos, a quienes organizaba juegos que interrumpía al toque de las campanas
para llevarlos a la iglesia. Fue ordenado sacerdote en Turín en 1841, y allí
comenzó su actividad pastoral con San José Cafasso.
Su programa, o mejor, su
pasión, era la educación de los jóvenes, los más pobres y abandonados. Reunió
un grupito que llevaba a jugar, a rezar y a menudo a comer con él. La incómoda
y rumorosa compañía de Don Bosco (así se lo llamaba y se lo llama familiarmente)
tenía que estar cambiando de lugar continuamente hasta que por fin encontró un
lugar fijo bajo el cobertizo Pinardi, que fue la primera célula del Oratorio.
Con la ayuda de mamá Margarita, sin medios materiales y entre la persistente
hostilidad de muchos, Don Bosco dio vida al Oratorio de San Francisco de Sales:
era el lugar de encuentro dominical de los jóvenes que quisieran pasar un día
de sana alegría, una pensión con escuelas de arte y oficios para los jóvenes
trabajadores, y escuelas regulares para los estudios humanísticos, según una
pedagogía que sería conocida en todo el mundo como “método preventivo” y basada
en la religión, la razón y el amor. “La práctica del método preventivo se base
toda en las palabras de San Pablo que dice: La caridad es benigna y paciente;
sufre todo, pero espera todo y aguanta todo”.
Para asegurar la
continuidad de su obra, San Juan Bosco fundó la Pía Sociedad de San Francisco
de Sales (los Salesianos) y las Hijas de María Auxiliadora (las Salesianas).
Fue un fecundísimo escritor popular, fundó escuelas tipográficas, revistas y
editoriales para el incremento de la prensa católica, la “buena prensa”. Aunque
ajeno a las luchas políticas, prestó su servicio como intermediario entre la
Santa Sede, el gobierno italiano y la casa Saboya.
Fue un santo risueño y
amable, se sentía “sacerdote en la casa del pobre; sacerdote en el palacio del
Rey y de los Ministros”. Buen polemista contra la secta de los Valdeses, según
la mentalidad del tiempo, nunca se avergonzó de sus amistades con los
protestantes y los hebreos de buena voluntad: “Condenamos los errores, escribió
en el “Católico”, pero respetamos siempre a las personas”. San Juan Bosco murió
el 31 de enero de 1888 y fue canonizado por Pío XI en 1934.
Para más información hacer clic acá.
© Catholic.net
Pensamientos de Don Bosco
“Por mucho que nos critiquen sigamos nuestro trabajo
adoptando el siguiente sistema y precioso lema: obrar bien y dejar a la gente
que hable”.
💕
“Haced todo el bien que esté a vuestro alcance, pero
sin ostentación; la violeta aunque esté escondida, se descubre por su
fragancia”.
💕
“Los tres enemigos del hombre son: la muerte (que lo
sorprende), el tiempo (que se escapa), y el demonio (que le tiende sus lazos)”.
💕
“Si trabajo de prisa, es porque por muchos años que
se viva, no se puede hacer ni la mitad de lo que quisiera”.
💕
“La verdadera religión no consiste solamente en
palabras; hace falta demostrarla con obras”.
Historias:
Don Bosco y María Auxiliadora
Esta es una historia sobre la total confianza de
Don Bosco en los cuidados maternales de Nuestra Madre María.
San Juan Bosco necesitaba construir una Iglesia
en honor a María Auxiliadora, pero no tenía nada de dinero. Se lanzó, pero las
deudas también se lanzaron sobre él. Para conseguir dinero en un momento en que
no podía retrasar más los pagos, un día le dijo a la Virgen: “¡Madre mía! Yo he
hecho tantas veces lo que tú me has pedido… ¿Consentirás en hacer hoy lo que yo
te voy a pedir?”
Con la sensación de que la Virgen se ha puesto
en sus manos, don Bosco penetra en el palacio de un enfermo que tenía bastante
dinero pero que también era bastante tacaño. Este enfermo, que hace tres años
vive crucificado por los dolores y no podía siquiera moverse de la cama, al ver
a don Bosco le dijo: “Si yo pudiera sentirme aliviado, haría algo por usted”.
“Muchas gracias; su deseo llega en el momento
oportuno; necesito precisamente ahora tres mil liras”.
“Está bien; obténgame siquiera un alivio, y a
fin de año se las daré”.
“Es que yo las necesito ahora mismo”.
El enfermo cambia con mucho dolor de postura, y
mirando fijamente a don Bosco, le dice: “¿Ahora? Tendría que salir, ir yo mismo
al Banco Nacional, negociar unas cédulas ¡ya ve!, es imposible”.
“No, señor, es muy posible replica don Bosco
mirando su reloj. Son las dos de la tarde… Levántese, vístase y vamos allá
dando gracias a María Auxiliadora”.
“¡Este hombre está chiflado!” Protesta el viejo
entre las cobijas. “Hace tres años que no me muevo en la cama sin dar gritos de
dolor, ¿y usted dice que me levante? ¡Imposible!”.
“Imposible para usted, pero no para Dios…
¡Ánimo! Haga la prueba”.
Al rumor de las voces han acudido varios
parientes, la habitación está llena. Todos piensan de don Bosco lo mismo que el
enfermo: que está chiflado.
“Traigan la ropa del señor, que va a vestirse
dice don Bosco, y hagan preparar el coche, porque va a salir. Entretanto,
nosotros recemos”.
Llega el médico. “¿Qué imprudencia está por
cometer señor mío?”
Pero ya el enfermo no escuchaba más que a don
Bosco; se arroja de la cama y empieza a vestirse solo, y solo, ante los ojos
maravillados de sus parientes, sale de la habitación y baja las escaleras y
sube al coche. Detrás de él, don Bosco. “¡Cochero, al Banco Nacional!”
Ya la gente no se acuerda de él: llevaba tres
años sin salir a la calle. Vende sus cédulas y entrega a don Bosco sus tres mil
liras.
-
© Padre José Pedro Manglano Castellary
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"Juan Pablo II inolvidable"
sobre SAN JUAN BOSCO
”Pequeñas
Semillitas” por email
Si lo deseas puedes
recibir todos los días "Pequeñas Semillitas" por correo
electrónico. Las suscripciones son totalmente gratuitas y solo tienes que
solicitarlas dirigiéndote por e-mail a feluzul@gmail.com
Recuerden, queridos
lectores, que, desde el día mismo de nuestro Bautismo, todos somos discípulos y
misioneros, y en tal condición tenemos que ayudar a llevar la Palabra y las
divinas enseñanzas de Jesús a tantas personas como nos sea posible. También pueden difundir “Pequeñas
Semillitas” a través de las redes sociales en las que estamos presentes,
como Facebook, Twitter, etc.
Meditaciones de “Pequeñas Semillitas”
La vida de San Juan Bosco era una plegaria constante. Decía Don Bosco:
"Orar quiere decir levantar el corazón a Dios y entretenerse con Él, por
medio de los santos pensamientos y devotos afectos. Por eso, cada pensamiento y
cada mirada a Él es oración cuando está unido a un sentimiento de piedad".
Quien piensa en el Señor y en sus infinitas perfecciones, y en este
pensamiento experimenta un afecto de alegría, de veneración, de amor, de
admiración... ora.
Quien considera los grandes beneficios recibidos del Creador y lo
reconoce... ora.
El que en los peligros de su inocencia y de la virtud, consciente de su
propia debilidad, suplica al Señor ayuda... ora.
Quien en la constricción del corazón se dirige a Dios y recuerda que ha
ultrajado al Padre, ofendido al Juez y ha perdido el más grande de los bienes,
pide perdón y propone enmendarse... ora.
La plegaria es una compañera inseparable de la vida cristiana, porque la
vida cristiana es esencialmente una vida espiritual: es el primer alimento del
Espíritu, como el pan lo es del cuerpo.
Recordando al Padre Natalio
Carismas de san Juan Bosco
Don Bosco, padre de los jóvenes, tuvo carismas
especiales, como leer las conciencias, revelar el fin de la vida de sus
alumnos, descubrir el porvenir de sus religiosos, amigos e interlocutores. También anunció, a través de
revelaciones nocturnas, el futuro de la Iglesia y de la Congregación Salesiana.
Hoy, 31 de enero, celebramos su fiesta. Aquí tienes una oración para pedir
gracias por su intercesión.
San Juan Bosco, padre y maestro de la
juventud, que tanto trabajaste por la salvación de las almas: sé nuestro guía
en buscar el bien de la nuestra y la salvación del prójimo. Ayúdanos a vencer
las pasiones y el respeto humano; enséñanos a amar a Jesús Sacramentado a María
Auxiliadora y al Papa, y alcánzanos de Dios una santa muerte, para que podamos
un día hallarnos juntos en el Cielo. Amén.
Por la intercesión del santo, personas atacadas de
diversas enfermedades se curaron milagrosamente. Y hubo hasta multiplicación de
panecillos, hostias y avellanas. Afrontando toda suerte de dificultades, Don
Bosco erigió la Basílica de María Auxiliadora en Turín, de la que dijo que
“cada una de sus piedras eran señal de gracias y milagros obrados por la Virgen
María”. Nosotros añadimos “obtenidos por la gran fe del santo promotor de su
devoción”.
(P. Natalio)
FELIPE
-Jardinero de Dios-
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