miércoles, 1 de noviembre de 2023

Pequeñas Semillitas 5471

PEQUEÑAS SEMILLITAS
 
Año 18 - Número 5471 ~ Miércoles 1 de Noviembre de 2023
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
¡Alabado sea Jesucristo!
Celebrando a “Todos los Santos” elevemos esta oración:
Señor, enséñanos a mirar como los santos. Señor, enséñanos a mirar. Los santos te miraron mucho, Señor, y de tanto mirar se les pegó tu mirada, porque quisieron fijarse en Ti y Tú quisiste fijarte en ellos.
Señor, enséñanos a mirar. Los santos miraron mucho a la gente y de tanto mirar la quisieron con toda el alma. Así salieron de alegres, sencillos y generosos. Y la gente también les miró como amigos.
Señor, enséñanos a mirar. En la Iglesia tenemos un santo para cada día y cada uno de nosotros tenemos nuestro santo. Son miles de retratos tuyos, en los que aprendemos a verte y conocer tu rostro.
Señor, enséñanos a mirar y mirarte, a fijarnos en las personas y en las cosas buenas, y ayúdame a ser yo también de los que van pareciéndose cada día más a Ti.
 
La Palabra de Dios
Lecturas del día
Primera Lectura: Ap 7,2-4.9-14
 
Salmo: Sal 23, 1-2. 3-4ab. 5-6
 
Segunda Lectura: 1Jn 3,1-3
 
Santo Evangelio: Mt 5,1-12a
En aquel tiempo, viendo Jesús la muchedumbre, subió al monte, se sentó, y sus discípulos se le acercaron. Y tomando la palabra, les enseñaba diciendo: «Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos. Bienaventurados los mansos, porque ellos poseerán en herencia la tierra. Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados. Bienaventurados los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos serán saciados. Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios. Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios. Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los Cielos. Bienaventurados seréis cuando os injurien, y os persigan y digan con mentira toda clase de mal contra vosotros por mi causa. Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en los cielos».
 
Comentario:
Hoy celebramos la realidad de un misterio salvador expresado en el “credo” y que resulta muy consolador: «Creo en la comunión de los santos». Todos los santos, desde la Virgen María, que han pasado ya a la vida eterna, forman una unidad: son la Iglesia de los bienaventurados, a quienes Jesús felicita: «Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios» (Mt 5,8). Al mismo tiempo, también están en comunión con nosotros. La fe y la esperanza no pueden unirnos porque ellos ya gozan de la eterna visión de Dios; pero nos une, en cambio el amor «que no pasa nunca» (1Cor 13,13); ese amor que nos une con ellos al mismo Padre, al mismo Cristo Redentor y al mismo Espíritu Santo. El amor que les hace solidarios y solícitos para con nosotros. Por tanto, no veneramos a los santos solamente por su ejemplaridad, sino sobre todo por la unidad en el Espíritu de toda la Iglesia, que se fortalece con la práctica del amor fraterno.
Por esta profunda unidad, hemos de sentirnos cerca de todos los santos que, anteriormente a nosotros, han creído y esperado lo mismo que nosotros creemos y esperamos y, sobre todo, han amado al Padre Dios y a sus hermanos los hombres, procurando imitar el amor de Cristo.
Los santos apóstoles, los santos mártires, los santos confesores que han existido a lo largo de la historia son, por tanto, nuestros hermanos e intercesores; en ellos se han cumplido estas palabras proféticas de Jesús: «Bienaventurados seréis cuando os injurien, y os persigan y digan con mentira toda clase de mal contra vosotros por mi causa. Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en los cielos» (Mt 5,11-12). Los tesoros de su santidad son bienes de familia, con los que podemos contar. Éstos son los tesoros del cielo que Jesús invita a reunir (cf. Mt 6,20). Como afirma el Concilio Vaticano II, «su fraterna solicitud ayuda, pues, mucho a nuestra debilidad» (Lumen gentium, 49). Esta solemnidad nos aporta una noticia reconfortante que nos invita a la alegría y a la fiesta.
* Mons. F. Xavier CIURANETA i Aymí Obispo Emérito de Lleida (Lleida, España)
 
Santoral Católico:
Fiesta de Todos los Santos
La Iglesia celebra esta solemnidad en honor de todos los santos, o sea, de todos los fieles que murieron en Cristo y con Él han sido ya glorificados en el cielo. Esta fiesta tan especial nos recuerda, pues, los méritos de todos los cristianos, de cualquier lengua, raza, condición y nación, que están ya en la casa del Padre, aunque no hayan sido canonizados ni beatificados; nos invita a pedirles su ayuda e intercesión ante el Señor; y nos estimula a seguir su ejemplo, múltiple y variado, en nuestra vida cristiana.
Oración: Dios todopoderoso y eterno, que nos has otorgado celebrar en una misma fiesta los méritos de todos los santos, concédenos, por esta multitud de intercesores, la deseada abundancia de tu misericordia y tu perdón. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Para más información hacer clic acá.
(Textos e imágenes: Directorio Franciscano – Píldoras de Fe – Catholic.net)
 
Pensamiento del día
 
«En el centro de la asamblea de los santos resplandece la Virgen María, la más humilde y excelsa de las criaturas. Al darle la mano, nos sentimos animados a caminar con mayor impulso por el camino de la santidad. A Ella le encomendamos hoy nuestro compromiso diario y le pedimos también por nuestros queridos difuntos, con la profunda esperanza de volvernos a encontrar un día todos juntos en la comunión gloriosa de los santos»
(BENEDICTO XVI)
 
Tema del día:
Todos los santos
Hoy celebra la Iglesia la fiesta de todos los santos. Esta palabra “santo” en la Biblia se aplicaba sólo a Dios, pues significa: sagrado o separado. Pero luego se fue diciendo de todo lo que se acercaba más a Dios. Así ya san Pablo llama santos a los cristianos por el hecho de estar unidos a Dios por el bautismo. Después ya sólo se aplicó a aquellas personas que por su comportamiento están más cerca de Dios. Especialmente los mártires que, por su muerte gloriosa, se unen para siempre con Dios.
 
La Iglesia desde el principio comenzó a honrar a los mártires en su día propio del martirio; pero ya por el siglo III eran tantos los mártires que tuvieron que celebrar su fiesta en un día todos juntos, aunque no tenían un día fijo. El 13 de Mayo del año 609 el papa consagró el panteón romano, que había sido templo pagano de todos los dioses, para que fuese templo de la Virgen María y de todos los santos. Unos cien años después la fiesta de todos los santos quedó fijada para el día 1 de Noviembre.
 
Hay muchos santos, cuyos nombres conocemos, porque han sido “canonizados”, es decir declarados santos solemnemente por el papa, después de haber examinado minuciosamente su vida y sus escritos y normalmente después de que Dios ha ratificado esa santidad por uno o más milagros. Pero santos hay muchos más que no conocemos, quizá porque han vivido una vida muy oculta, pero que gozan con Dios con una gloria semejante. Entre estos santos habrá familiares y conocidos nuestros. Hoy es el día para festejar a todos y también para alzar nuestra mirada al cielo para pedir su protección y sobre todo para desear imitarles y un día poder estar con ellos en el cielo.
 
Todos estamos llamados a la santidad. Nos lo ha dicho muchas veces la Iglesia. De una manera especial lo recalcó el concilio Vaticano II. No es que haya que tener una vida externa diferente a los demás, aunque la verdad es que hay situaciones que ayudan y hay situaciones que pueden estorbar. Tenemos que esforzarnos por conseguir siempre ser mejores y tender a un ideal grande. No es fácil, pero tampoco es imposible. Para ello Jesucristo nos enseñó el camino. El principal es la caridad. Sin amor no puede haber verdadera vida cristiana: Amor dirigido hacia Dios, que es nuestro Padre y nos acompaña, amor que se expresa especialmente en la oración, y amor hacia los demás, porque todos somos hermanos.
 
Hoy en el evangelio se nos propone este ideal por medio de las bienaventuranzas. Son actitudes o maneras de ser. Son las condiciones para el seguimiento en el camino del Reino de Dios trazado por Jesús. Con ellas podemos imitar su misma vida.
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(P. Silverio Velasco - Imagen de Asociación Litúrgica Magníficat)
 
Meditaciones de “Pequeñas Semillitas”
Toda nuestra vida debe estar orientada a la santidad, a vivir con Jesús y María en el cielo para siempre, junto a la multitud de los santos de Dios.
Pero tengamos cuidado: el demonio sabe que cuando probamos un bocado de la santidad, estamos irremediablemente perdidos para él. Es por eso que nos distrae con multitud de pretextos y nos muestra la religión católica como algo aburrido o molesto. Tenemos que saber que aquí sucede como cuando los primeros discípulos encontraron a Jesús y le preguntaron dónde vivía, y Él les respondió “Vengan y lo verán”. Y esto mismo nos dice a cada uno de nosotros, ya que en el mismo caminar es que iremos descubriendo las maravillas de este camino, a cuyo término está el Cielo con su felicidad eterna.
No hay nada más importante que nuestra santificación, porque si trabajamos para ser santos, estamos trabajando por la gloria de Dios, por la salvación de las almas, por nuestra patria y por el mundo, porque un alma que se santifica atrae el bien sobre todo y sobre todos, así como un alma que peca daña a todos, porque todos formamos un cuerpo.
Lancémonos entonces a la conquista del monte de la santidad. Tenemos solo esta vida para hacerlo. No pasemos el tiempo en balde, sino aprovechémoslo para ser cada día un poco mejores que el día que pasó. Vivamos bien y confiados solo el momento presente, sin preocuparnos por el futuro ni por los pecados del pasado.
El demonio solo teme esta decisión nuestra de ser santos, porque sabe que nos escaparemos de sus manos y arrastraremos junto a nosotros a muchas almas en la ascensión hacia lo alto. A pesar del mundo, del demonio y de la carne... ¡Seamos santos!
 
Pedidos de oración
🙏 Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas, monjas, religiosas, novicias, catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María;  por la conversión de todos los pueblos; por la Paz en el mundo: no a la criminal agresión de Rusia a Ucrania; por el fin de los ataques a la Iglesia Católica en Nicaragua, por los cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África (Nigeria), y en otros lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por los niños con cáncer y otras patologías graves; por los jóvenes, especialmente los que han caído en las drogas o cualquier tipo de adicción, por las víctimas de trata, por el drama de los refugiados del Mediterráneo; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo; por las víctimas de catástrofes naturales; por la unión de las familias, por lo no nacidos, por la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio. Para lectores argentinos, pedimos especial oración por la salvación de la República Argentina en el marco de la democracia, la justicia y la honestidad de los gobernantes.
 
🙏 Pedimos oración para la señora Edurne S., de Bogotá, Colombia, pues sufre de algunas enfermedades y pide al Señor calmar sus dolencias. Nos unimos en oración con ella para que Jesucristo le ayude a llevar una vida normal, gracias a su fe y fortaleza, siempre confiados en la intercesión de la Virgen María.
 
🙏 Continuamos unidos en oración por medio del rezo del Santo Rosario poniendo en Manos de Nuestra Madre Bendita todas nuestras preocupaciones, alegrías y necesidades y pidiéndole a Ella paz para el mundo. Al rezar por la paz, rezamos por todo, por la paz en el mundo, en los corazones, porque la violencia sea desterrada, por la paz para los niños que están en peligro de ser abortados. Paz para los jóvenes que no encuentran el camino, paz para los deprimidos. Paz para los que no han tenido la dicha de conocer al Amor. En fin, rezamos por la paz, y sigamos haciéndolo.
Tú quisiste, Señor, que tu hijo unigénito soportara nuestras debilidades, para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia. Escucha las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos y conceda a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad, la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo ha llamado dichosos, y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo. Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor. Amén.
 
Recordando al Padre Natalio
Vidas ejemplares
Hoy celebramos en un solo día a todos los santos del Cielo. Te hago una propuesta que puede significar mucho para ti: ¿por qué no te propones leer al menos la vida de un santo por semana? Con esta variante: si no eres aficionado a la lectura, proponte ver al menos en DVD la película de un santo/a: ellos han imitado a Jesús siguiendo con amor sus ejemplos de vida.
 
Son entretenidas, interesantes y, con frecuencia, impresionantes, porque son historias verdaderas de vidas humanas extraordinarias. Mueven a la admiración por el testimonio de una vida santa. Animan a imitar sus ejemplos, presentándolos accesibles también al lector. Nos revelan la presencia de Dios, de su amor y de su poder en la vida de hermanos nuestros. Leer la vida de un santo suele ser tanto o más eficaz que unos buenos ejercicios espirituales. Además, crean una comunión de sentimientos entre el santo y su admirador, que fortalecen las buenas decisiones. Te interpelan y te ves urgido a preguntarte como San Agustín: “Si éste y aquél lo pudieron, ¿por qué yo no lo podré también?”
 
Entre los santos hay personas de todas las profesiones, tareas y situaciones humanas. Hay sabios doctores y mendigos analfabetos, hay débiles mujeres y valientes soldados, hay reyes y labriegos, hay personas siempre fieles a Dios y pecadores que, desde sus vicios, se elevaron a gran santidad. Es enriquecedor  y alentador conocer a Cristo en sus santos.
(P. Natalio)
 
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)
 
 
 
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”JUAN PABLO II INOLVIDABLE”
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2 comentarios:

  1. No todos los nombres tienen santo.....

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  2. Es verdad que pueden haber nombres que no los encontremos en el Santoral de la Iglesia Católica. Tal vez tu nombre no aparece en ningún santo...
    Puedes en ese caso rezarle a algún santo cuya vida y virtudes lleguen a tu corazón y "adoptarlo" como tu intercesor ante Dios.
    También debes tener en cuenta que el alma de toda persona muerta en gracia de Dios ahora está en el cielo y es santa. Y que son millones y millones estos santos "anónimos" que están en el Reino de los Cielos y no figuran en los registros oficiales de la Iglesia Católica porque nunca fueron canonizados.
    Entre estos santos seguramente están todos los nombres...
    Dios te bendiga.
    Felipe de Urca

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