domingo, 5 de diciembre de 2021

Pequeñas Semillitas 4871

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 16 - Número 4871 ~ Domingo 5 de Diciembre de 2021.
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
En el Evangelio de hoy, leemos que decía el Bautista: «Soy una voz que clama en el desierto».
Esto tiene hoy gran aplicación, pues en el mundo hay un creciente desinterés por lo religioso. La gente se preocupa mucho por vivir bien: confort, diversiones, nivel económico, etc. Pero poco interés por practicar la religión.
Santo Tomás Moro, aquél gran santo inglés, dejó escrita una frase impactante: “Si vas a ir a vivir lejos de tu actual domicilio para el resto de tu vida, no gastas dinero y tiempo en acomodar tu actual vivienda. Todo tu esfuerzo es acomodar la vivienda a donde irás a vivir para el resto de tu vida.”
Todos nosotros, vamos a dejar esta vida terrenal para pasar a la eterna. ¿Por qué no nos preocupamos de acomodar nuestra vivienda eterna? La única ornamentación para ella son las buenas obras. Hacemos buenas obras, no por narcisismo (vernos bonitos); ni por pelagianismo (creernos que vamos a merecernos el cielo sólo por nuestra buenas obras). Sabemos que el cielo nos lo ha ganado Jesucristo, pero Él quiere que colaboremos con nuestras buenas obras.
Hagamos hoy lo que nos alegraremos de haber hecho en la hora de la muerte, y no lo que entonces nos pesará.
(P. Jorge Loring S.J.)
 
¡Buenos días María!
María tiene un deseo vehemente de salvar a los hombres, porque sabe que cada hombre fue comprado con la Sangre de su Divino Hijo, y por eso Ella no quisiera que se pierda ninguno de ellos, sino que todos alcancen el Cielo para el que Dios los ha creado. Por eso María en estas últimas apariciones en muchas partes del mundo, llora lágrimas incluso de sangre, para darnos a entender el inmenso dolor que hay en su Corazón Inmaculado porque son tantos los hombres que se pierden para siempre en el Infierno. Entonces consolemos al Corazón de la Virgen dejándonos salvar por Ella. Dejemos que Ella nos colme con sus gracias y que desahogue en nosotros todo el amor que quisiera dar a otros hombres, pero que no puede porque no lo aceptan. Debemos estar felices porque en el Cielo tenemos un Padre tan bueno; pero también debemos estar muy contentos de tener semejante Madre, que nos ama tanto y que está dispuesta a reconciliarnos con Dios aunque nuestro pecado sea muy grande y terrible. Consolemos al Corazón de María dejándonos socorrer por Ella.
 
La Palabra de Dios
Lecturas del día
Primera Lectura: Baruc 5,1-9
 
Salmo: Sal 126 (125),1-2ab.2cd-3.4-5.6
 
Segunda Lectura: Filipenses 1,4-6.8-11
 
SANTO EVANGELIO: Lucas 3,1-6
En el año quince del imperio de Tiberio César, siendo Poncio Pilato procurador de Judea, y Herodes tetrarca de Galilea; Filipo, su hermano, tetrarca de Iturea y de Traconítida, y Lisanias tetrarca de Abilene; en el pontificado de Anás y Caifás, fue dirigida la palabra de Dios a Juan, hijo de Zacarías, en el desierto. Y se fue por toda la región del Jordán proclamando un bautismo de conversión para perdón de los pecados, como está escrito en el libro de los oráculos del profeta Isaías: «Voz del que clama en el desierto: Preparad el camino del Señor, enderezad sus sendas; todo barranco será rellenado, todo monte y colina será rebajado, lo tortuoso se hará recto y las asperezas serán caminos llanos. Y todos verán la salvación de Dios».
 
Comentario:
Hoy, casi la mitad del pasaje evangélico consiste en datos histórico-biográficos. Ni siquiera en la liturgia de la Misa se cambió este texto histórico por el frecuente «en aquel tiempo». Ha prevalecido esta introducción tan “insignificante” para el hombre contemporáneo: «En el año quince del imperio de Tiberio César, siendo Poncio Pilato procurador de Judea, y Herodes tetrarca de Galilea (…)» (Lc 3,1). ¿Por qué? ¡Para desmitificar! Dios entró en la historia de la humanidad de un modo muy “concreto”, como también en la historia de cada hombre. Por ejemplo, en la vida de Juan —hijo de Zacarías— que estaba en el desierto. Lo llamó para que clamara en la orilla del Jordán… (cf. Lc 3,6).
Hoy, Dios dirige su palabra también a mí. Lo hace personalmente —como en Juan Bautista—, o por sus emisarios. Mi río Jordán puede ser la Eucaristía dominical, puede ser el tweet del papa Francisco, que nos recuerda que «el cristiano no es un testigo de alguna teoría, sino de una persona: de Cristo Resucitado, vivo, único Salvador de todos». Dios ha entrado en la historia de mi vida porque Cristo no es una teoría. Él es la práctica salvadora, la Caridad, la Misericordia.
Pero a la vez, este mismo Dios necesita nuestro pobre esfuerzo: que rellenemos los valles de nuestra desconfianza hacia su Amor; que nivelemos los cerros y colinas de nuestra soberbia, que impide verlo y recibir su ayuda; que enderecemos y allanemos los caminos torcidos que hacen de la senda hacia nuestro corazón un laberinto…
Hoy es el segundo Domingo de Adviento, que tiene como objetivo principal que yo pueda encontrar a Dios en el camino de mi vida. Ya no sólo a un Recién Nacido, sino sobre todo al Misericordiosísimo Salvador, para ver la sonrisa de Dios, cuando todo el mundo verá la salvación que Dios envía (cf. Lc 3,6). ¡Así es! Lo enseñaba san Gregorio Nacianceno, «Nada alegra tanto a Dios como la conversión y salvación del hombre».
* P. Maciej SLYZ Misionero de Fidei Donum (Bialystok, Polonia)
 
Palabras de San Juan Pablo II
“El Adviento mantiene viva la espera de Cristo, que vendrá para visitarnos con su salvación, realizando plenamente su Reino de justicia y de paz. La evocación anual del nacimiento del Mesías en Belén renueva en el corazón de los creyentes la certeza de que Dios es fiel a sus promesas. El Adviento es, por tanto, un poderoso anuncio de esperanza que afecta en profundidad a nuestra experiencia personal y comunitaria”.
 
Predicación del Evangelio:
¿Desolación o Esperanza?
Necesitamos, y de una vez por todas, que el paraíso que se nos oferta o vende, lo podamos alcanzar sin más engaños ni dilación. Pero, cuando miramos a nuestro alrededor: cuánto profeta –de cuarta y de quinta– que nos hacen soñar con un olimpo tan inmenso que, cada día que pasa, sentimos que está más y más lejos.
 
Bienvenido sea Juan Bautista. Aquel, en cuyos labios, sonaron con fuerza las Palabras del Señor: “preparad el camino”. Aquel que, no teniendo nada, poseía lo más importante para seguir adelante: ilusión, esperanza e ideales. Sabía que, aquello que anunciaba, estaba a punto de cumplirse. Su persuasión, intuición, radicalidad, capacidad, sobriedad y penitencia habían merecido la pena. Disfrutaba avanzando por los caminos del Señor y, además, gozaba siendo guía de los hombres y mujeres que querían encontrarse con el Salvador. ¿Qué era un tanto extraño? ¡Qué hombre de Dios no es un poco o un tanto original!
 
Bienvenido sea Juan Bautista. El que no se andaba con componendas. Aquel que, sabiendo lo que predicaba, sabía muy bien que se la jugaba. Dio testimonio de palabra y de obra. No se conformó con frases más o menos sueltas, más o menos sonantes. Su vida fue un clamor en medio del desierto. Quería corazones bien dispuestos para Dios. Pretendía ojos que vieran la salvación del Señor. Y, si alguno quería verlo y escucharlo, en el desierto es donde se mejor se le encontraba. Juan huía del ruido de la ciudad. De todo aquel montaje que los hombres se habían construido. Lo que ofrecía era puerto seguro: ¡Dios era la salvación!
 
En el Adviento, la voz de Juan, da sonido y sentido a la Palabra. ¡Ya sabemos que él no era la Palabra! Pero, con Juan, esa Palabra se acoge mejor. Sabemos cómo y dónde sembrarla. Con él, con Juan, todos estamos llamados a ser testigos de la misión del Señor. A preparar sendas y cañadas para que, el mundo, pueda abrirse a Dios.
 
Ante la Navidad podemos escoger dos caminos. El de la esperanza o el de la desolación.
 
El de la esperanza es aquel que cultiva a Dios en el fondo de cada persona. El horizonte que necesitamos para mirar con más luz y hasta para trabajar con más ilusión. La esperanza, a un cristiano, es lo que el aceite a un motor: precisamos de ella para que todo nuestro engranaje cristiano, lejos de chirriar, siga estando vivo y operativo hasta el día en el que el Señor se presente ante nosotros.
 
Por el contrario, el camino de la desolación, es la sombra solitaria de cada persona. La Navidad que llama a nuestra puerta, quiere de nosotros asignaturas resueltas o frutos que son consecuencia de la verdad de nuestra fe. ¡Cuánta desolación fruto del hombre que se empeña en progresar y pensar al margen de Dios! ¡Cuántas  soledades consecuencias del cerrazón del ser humano cerrado a un Dios que viene humanado!
 
Que el Señor, en domingo de adviento, nos ayude a rectificar aquellos senderos que están un tanto retorcidos en nuestra forma de pensar, vivir o existir. Que el Señor, en este tiempo de adviento, nos ayude a reformar aquellos puntos que sean necesarios para que, cuando Él venga, podamos presentarle un edificio espiritual irrefutable, limpio, convertido y volcado totalmente a su voluntad.
(P. Javier Leoz)
 
De los envíos del P. Natalio
Para confiar más en Dios
Al fin de una jornada agitada de lucha y de trabajo, nada ayuda tanto a restaurar la paz en el alma como una oración llena de confianza en el Señor. En efecto, en él encontramos un refugio seguro, un guardián siempre vigilante, un pastor que nos acompaña con solícito cuidado.
 
Señor, quiero creer en tus promesas, quisiera confiar más en tu poder y en tu amor para que toda mi vida esté realmente en tus manos. Regálame, Señor, el don de la confianza. Así todo lo que me suceda será para mi bien y para el bien de los demás. Tómame en tus brazos y no permitas que me llene de temores inútiles. Quiero conocer la alegría de la libertad espiritual, el gozo de darte a ti el control de mi existencia. Pero también quiero elevar mis ojos hacia ti y dejar en tus brazos todos mis seres queridos. Protégelos, Señor, te los confío, te los entrego para que todo lo que les suceda tenga un buen fin. Dales también la fuerza de tu amor para que conozcan la verdadera alegría. Amén. (Víctor M. Fernández).
 
“Descarguen en el Señor todas sus inquietudes, ya que él se ocupa de ustedes”. Si lees y meditas la Biblia, encontrarás esta exhortación y otras semejantes. Te ayudarán a fortalecer tu confianza en Dios que te ofrece refugio “a la sombra de sus alas mientras vienen calamidades” de cualquier clase y magnitud. “No temas, contigo estoy. Yo te amo”, te asegura Dios.
* Padre Natalio
 
Poesía
No te retoques la cara,
no rellenes tus arrugas,
no borres los recuerdos
de todas tus sonrisas.
 
No intentes ser más joven,
intenta ser más feliz
que el mejor maquillaje
siempre sea tu risa.
 
No te avergüences por ser mayor,
la juventud no tiene edad
y la felicidad no entiende de años.
 
No dejes de aprender,
no pierdas tu entusiasmo,
ama con pasión
y vive como si no supieras
la edad que tienes.
(Fernando García)
 
Nuevo vídeo
 
Hay un nuevo vídeo subido al blog
de "Pequeñas Semillitas" en internet.
Para verlo tienes que ir al final de esta página:
 
Meditaciones de “Pequeñas Semillitas”
Hay algo acerca de un simple abrazo que siempre reconforta; nos da la bienvenida a casa, y nos facilita el partir. Un abrazo es una forma de compartir la alegría, y los momentos tristes por los que pasamos. Puede ser solo el modo en que los amigos te dicen que les agradas por el simple hecho de ser tú.
Los abrazos tienen sentido para todos, para quienes de verdad nos interesan, desde la abuela hasta el vecino, o un posible osito de peluche. Un abrazo es una cosa asombrosa, es la forma perfecta para demostrar el amor que sentimos, cuando no encontramos las palabras adecuadas.
Es gracioso como un pequeño abrazo hace a todos sentirse bien. Es un lenguaje universal. Abrazar no requiere equipo nuevo, baterías especiales o herramientas. Solo abre tus brazos y abre tu corazón.
Ahora pasa este abrazo a tus amigos.
 
Agradecimientos
Imaginemos que en el cielo hay dos oficinas diferentes para tratar lo relativo a las oraciones de las personas en la tierra:
Una es para receptar pedidos de diversas gracias, y allí los muchos ángeles que atienden trabajan intensamente y sin descanso por la cantidad de peticiones que llegan en todo momento.
La otra oficina es para recibir los agradecimientos por las gracias concedidas y en ella hay un par de ángeles aburridos porque prácticamente no les llega ningún mensaje de los hombres desde la tierra para dar gracias...
Desde esta sección de "Pequeñas Semillitas" pretendemos juntar una vez por semana (los domingos) todos los mensajes para la segunda oficina: agradecimientos por favores y gracias concedidas como respuesta a nuestros pedidos de oración.
 
 Desde Santiago de Chile, Sylvia S. agradece en primer lugar a Dios,  y luego a todos los que rezan por su salud. Esta semana pasada ha tenido buenas noticias por parte de su oncólogo: el tratamiento de inmunoterapia por su melanoma está dando buenos resultados. Nos sumamos a la plegaria de acción de gracias.
 
  Desde Buenos Aires, Argentina, llega un agradecimiento por las oraciones hechas en favor de Graciela R., de 70 años, que fue operada para reemplazo de una rodilla por prótesis, con excelente resultado. Demos gracias a Dios.
 
  Desde USA, Sonia M. Q. agradece a Dios y a las personas que rezan por ella, a la vez que dice que en estos días ha tenido algunos indicios de mejoría en la situación familiar que le toca vivir. Seguimos unidos en oración para que el Señor le conceda la salud y la paz anímica y espiritual que necesita.
 
Año de San José
San José, hombre justo y modelo de virtudes,
es el Patrono Universal de la santa Iglesia,
y por lo tanto de todos nosotros.
Es el santo que tuvo en la tierra
la misión más grande y noble:
proteger al Niño Dios y su Santísima Madre.
 
Diciembre 5
San José haz que nuestros criterios sean los de Jesús, y que comprendamos que el amor de Dios actúa siempre en nuestro favor, solo basta dejarlo actuar. Amén.
(P. Florentín Brusa, cmf)
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)
 
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AMDG

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