domingo, 18 de septiembre de 2022

Pequeñas Semillitas 5098

PEQUEÑAS SEMILLITAS
 
Año 17 - Número 5098 ~ Domingo 18 de Setiembre de 2022
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
¡Alabado sea Jesucristo!
La parábola de hoy se puede prestar a mala interpretación. Cristo “alaba” al administrador infiel, pero como es lógico Cristo no alaba el fraude, lo que alaba es la sagacidad para ser previsor del futuro. Cristo nos recomienda que nos preparemos para la vida eterna.
Muchos viven en este mundo como si aquí se acabara todo, y va a llegar el día en que nos van a pedir cuentas de lo que hicimos aquí. Y de nuestra conducta en la vida de la tierra va a depender nuestra vida eterna.
Finalmente Cristo advierte de los que adoran el dinero: «No podéis servir a dos señores». Los que adoran el dinero no aman a Dios sobre todas las cosas, tal como se nos ha ensañado desde la Ley de Moisés.
 
La Palabra de Dios
Lecturas del día
Primera Lectura: Amos 8, 4-7
 
Salmo: Sal 112, 1-2.4-6.7-8
 
Segunda Lectura: 1Tim 2,1-8
 
Santo Evangelio: Lc 16,1-13
En aquel tiempo, Jesús decía también a sus discípulos: «Había un hombre rico que tenía un administrador a quien acusaron ante él de malbaratar su hacienda; le llamó y le dijo: ‘¿Qué oigo decir de ti? Dame cuenta de tu administración, porque ya no podrás seguir administrando’. Se dijo a sí mismo el administrador: ‘¿Qué haré, pues mi señor me quita la administración? Cavar, no puedo; mendigar, me da vergüenza. Ya sé lo que voy a hacer, para que cuando sea removido de la administración me reciban en sus casas’.
»Y convocando uno por uno a los deudores de su señor, dijo al primero: ‘¿Cuánto debes a mi señor?’. Respondió: ‘Cien medidas de aceite’. El le dijo: ‘Toma tu recibo, siéntate en seguida y escribe cincuenta’. Después dijo a otro: ‘Tú, ¿cuánto debes?’. Contestó: ‘Cien cargas de trigo’. Dícele: ‘Toma tu recibo y escribe ochenta’.
»El señor alabó al administrador injusto porque había obrado astutamente, pues los hijos de este mundo son más astutos con los de su generación que los hijos de la luz. Yo os digo: Haceos amigos con el dinero injusto, para que, cuando llegue a faltar, os reciban en las eternas moradas. El que es fiel en lo mínimo, lo es también en lo mucho; y el que es injusto en lo mínimo, también lo es en lo mucho. Si, pues, no fuisteis fieles en el dinero injusto, ¿quién os confiará lo verdadero? Y si no fuisteis fieles con lo ajeno, ¿quién os dará lo vuestro? Ningún criado puede servir a dos señores, porque aborrecerá a uno y amará al otro; o bien se entregará a uno y despreciará al otro. No podéis servir a Dios y al dinero».
 
Comentario:
Hoy, el Evangelio nos presenta la figura del administrador infiel: un hombre que se aprovechaba del oficio para robar a su amo. Era un simple administrador, y actuaba como el amo. Conviene que tengamos presente:
1) Los bienes materiales son realidades buenas, porque han salido de las manos de Dios. Por tanto, los hemos de amar.
2) Pero no los podemos “adorar” como si fuesen Dios y el fin de nuestra existencia; hemos de estar desprendidos de ellos. Las riquezas son para servir a Dios y a nuestros hermanos los hombres; no han de servir para destronar a Dios de nuestro corazón y de nuestras obras: «No podéis servir a Dios y al dinero» (Lc 16,13).
3) No somos los amos de los bienes materiales, sino simples administradores; por tanto, no solamente los hemos de conservar, sino también hacerlos producir al máximo, dentro de nuestras posibilidades. La parábola de los talentos lo enseña claramente (cf. Mt 25,14-30).
4) No podemos caer en la avaricia; hemos de practicar la liberalidad, que es una virtud cristiana que hemos de vivir todos, los ricos y los pobres, cada uno según sus circunstancias. ¡Hemos de dar a los otros!
¿Y si ya tengo suficientes bienes para cubrir mis gastos? Sí; también te has de esforzar por multiplicarlos y poder dar más (parroquia, diócesis, Cáritas, apostolado). Recuerda las palabras de san Ambrosio: «No es una parte de tus bienes lo que tú das al pobre; lo que le das ya le pertenece. Porque lo que ha sido dado para el uso de todos, tú te lo apropias. La tierra ha sido dada para todo el mundo, y no solamente para los ricos».
¿Eres un egoísta que sólo piensa en acumular bienes materiales para ti, como el administrador del Evangelio, mintiendo, robando, practicando la cicatería y la dureza de corazón, que te impiden conmoverte ante las necesidades de los otros? ¿No piensas frecuentemente en las palabras de san Pablo: «Dios ama al que da con alegría» (2Cor 9,7)? ¡Sé generoso!
* Rev. D. Joan MARQUÉS i Suriñach (Vilamarí, Girona, España)
 
Palabras de Benedicto XVI
“Hoy es especialmente urgente evitar que el matrimonio se confunda con otro tipo de uniones que se fundan en un amor débil. Sólo la roca del amor total e irrevocable entre el hombre y la mujer es capaz de ser fundamento de una sociedad que se convierta en un hogar para todos los hombres”.
 
Predicación del Evangelio:
Comprometerse y ser diligentes
En los evangelios de los últimos tres domingos Jesús nos ha presentado una espiritualidad del discipulado cristiano. Nos ha enseñado cómo vivir nuestra fe en él llevados por el Espíritu Santo. Hace tres semanas nos dijo que no tomemos los asientos primeros, sino que actuemos humildemente. Luego, hace dos semanas, nos exigió que amaráramos a él más que a nuestros seres queridos y aún más que a nosotros mismos. Y el domingo pasado, con tres parábolas exquisitas nos advirtió que no seamos mezquinos con nuestro amor, sino que alegrémonos cuando se encuentre un alma perdida. Las enseñanzas sobre el discipulado siguen hoy. Jesús comparte la sabiduría para evitar una tendencia que causa a muchos caerse y para practicar el discipulado todos los días.
 
En el año 1896 se descubrió el oro en el Yukón, parte de Canadá norte que colinda con Alaska. En pocos meses cien mil personas estaban llegando allá para hacerse ricas. La gran mayoría de estas personas no encontraron oro y muchos murieron en el esfuerzo. La riqueza tiene un afecto desequilibrante sobre los hombres y mujeres. En la parábola del administrador injusto Jesús nos aconseja que no permitamos al dinero controlar a nosotros. Más bien, deberíamos aprovecharnos del dinero para alcanzar el Reino de Dios por ayudar a los pobres con ello. Un sabio una vez expresó esta enseñanza elocuentemente: “Lo único que nos llevamos cuando morimos es lo que hemos regalado”.
 
Jesús también aconseja hoy que sus discípulos sean diligentes en cosas pequeñas. Como la santa Madre Teresa solía decir: “No todos podemos hacer grandes cosas. Pero podemos hacer cosas pequeñas con gran amor”. Probablemente no vamos a acoger al papa Francisco hoy, pero podemos acoger a una persona que parece sola e incómoda. Probablemente no vamos a visitar a Casa Blanca hoy, pero podemos visitar a un asilo de ancianos. Probablemente no vamos a llevar provisiones a los refugiados de Ucrania este fin de semana, pero podemos servir en la dispensa de la parroquia. Probablemente no vamos a enseñar en las aulas de la universidad, pero podemos revisar las tareas de nuestros hijos.
 
Jesús no dice que el discipulado sea cosa ligera y divertida. Más bien ha advertido a los interesados que para seguirlo, uno tiene que negarse a sí mismo y cargar su cruz diariamente. Por eso, quizás queremos preguntar por qué lo hacemos. Cada persona tiene sus propias respuestas. Para algunos es no más que sus padres lo hicieron. Pero podemos mencionar algunos motivos que mueven a la mayoría de sus seguidores fieles.
 
En primer lugar, las enseñanzas de Jesús nos muestran el camino recto para navegarnos por los escollos de la vida. Siguiendo a Jesús nos librará la conciencia de la culpa. Segundo, siguiendo a Jesús nos pone en la compañía de gente buena y confiable. No es que no haya sinvergüenzas en la Iglesia, pero la mayoría de los fieles lucha al lado de nosotros para vivir justos.
 
Finalmente y más importante, siguiendo a Jesús nos da la esperanza de la felicidad plena y perpetua. Pasando por la cruz a la muerte, Jesús resucitó de entre los muertos. Cargando nuestra cruz y muriendo a nosotros mismos, esperamos obtener el mismo fin.
(P. Carmelo Mele O.P.)
 
Poesía
El Dios de la fe
 
En medio de la sombra y de la herida
me preguntan si creo en Ti. Y digo
que tengo todo cuando estoy contigo:
el sol, la luz, la paz, el bien, la vida.
 
Sin Ti, el sol es luz descolorida.
Sin Ti, la paz es un cruel castigo.
Sin Ti, no hay bien ni corazón amigo.
Sin Ti, la vida es muerte repetida.
 
Contigo el sol es luz enamorada
y contigo la paz es paz florida.
Contigo el bien es casa reposada
y contigo la vida es sangre ardida.
 
Pues, si me faltas Tú, no tengo nada:
ni sol, ni luz, ni paz, ni bien, ni vida.
(José Luis Martín Descalzo)
 
Nuevo vídeo
 
Hay un nuevo vídeo subido al blog
de "Pequeñas Semillitas" en internet.
Para verlo tienes que ir al final de esta página
 
Agradecimientos
Imaginemos que en el cielo hay dos oficinas diferentes para tratar lo relativo a las oraciones de las personas en la tierra:
Una es para receptar pedidos de diversas gracias, y allí los muchos ángeles que atienden trabajan intensamente y sin descanso por la cantidad de peticiones que llegan en todo momento.
La otra oficina es para recibir los agradecimientos por las gracias concedidas y en ella hay un par de ángeles aburridos porque prácticamente no les llega ningún mensaje de los hombres desde la tierra para dar gracias...
Desde esta sección de "Pequeñas Semillitas" pretendemos juntar una vez por semana (los domingos) todos los mensajes para la segunda oficina: agradecimientos por favores y gracias concedidas como respuesta a nuestros pedidos de oración.
 
💕 Desde Canadá, nuestra lectora Elena escribe para hacer los siguientes agradecimientos: por los resultados normales de las colonoscopías realizadas tanto a ella como a su esposo Boris, cuyos estudios abdominales han salido limpios; por su hija Katia Elena, que ha conseguido cita con el médico de ORL por su sinusitis severa; por los estudios favorables que han realizado a Mike por enfermedad oncológica; por Boris hijo, aliviado en cuerpo y espíritu; y Kristi, que también está mejor. Gracias infinitas a todos los que rezaron y sobre todo… ¡Gracias a Dios!
 
💕 Desde San Salvador, El Salvador, América Central, llega la oración dando gracias al Padre eterno y a todo los que rezaron por la cirugía de párpados de nuestro lector Amado C., que ha resultado exitosa y está en recuperación. ¡Alabado seas, Señor!
 
💕 Desde Montevideo, Uruguay, agradecen a Dios por el cumpleaños número 62 de Gustavo A., que se celebrará el día 20. Nos sumamos a la oración de acción de gracias.
 
Bendito seas, Dios mío, porque a pesar de ser yo indigno de toda ayuda, tu generosidad e infinita bondad nunca dejan de otorgar el bien aún a los ingratos y a los que se han apartado de ti. Conviértenos a ti, para que seamos agradecidos, humildes y piadosos, pues Tú eres nuestra salud, nuestra fortaleza y nuestra salvación.
 
Meditaciones de “Pequeñas Semillitas”
Las tormentas son un buen símbolo para nuestras crisis, angustias y fracasos. En fin para todo lo que se presenta como algo doloroso e indeseable en nuestra vida. Pero son inevitables. Lo bueno es encontrar en todas ellas el lado positivo, porque muy expresivamente escribió Luis Veuillot: “hay bendiciones de Dios que entran en casa rompiendo los cristales”.
Un campesino pidió a Dios le permitiera ordenar el clima para que —según él— le rindiera mejor su cosecha. ¡Dios se lo concedió! Entonces, si el campesino quería lluvia ligera, así sucedía; si pedía sol, éste brillaba; si necesitaba más agua, llovía más; etc. Sin embargo, al llegar la cosecha, se sorprendió mucho porque resultó un fracaso. Desconcertado preguntó a Dios por qué salió así la cosa, si él había puesto los climas más adecuados. Pero Dios le contestó: "tú pediste lo que quisiste, pero no lo que de verdad convenía. Nunca pediste tormentas, y éstas son muy necesarias para limpiar la siembra, ahuyentar aves y animales que la consumen y purificarla de plagas que la destruyen".
Sepamos encontrar el lado positivo aun en las tormentas por las que tengamos que pasar en la vida…
 
Un minuto para volar
Setiembre 18
En Brasil me admiraba ver unos árboles muy grandes, con ramas inmensas, que estaban llenos de vida. En sus ramas habitaban muchas otras plantas: orquídeas, algas, enredaderas, líquenes. Nada de eso parecía ser un peso o una molestia. Cuando me detenía a contemplar a uno, me daba la sensación de que el árbol era feliz de poder contener tanta vida. Además, entre sus hojas cientos de pájaros encontraban cobijo al atardecer. Algunas personas me provocan la misma impresión. Son como un árbol que contiene a los demás, cobija, descansa, sostiene. Y son felices de esa manera. ¿Por qué no convertirse en  un árbol generoso? Dice el Evangelio que el Reino de Dios es como un árbol que echa ramas grandes, tanto que las aves del cielo anidan bajo su sombra (Mc 4,32).
(Mons. Víctor M. Fernández)

FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)
 
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1 comentario:

  1. Hoy Jesús nos ha recordado tantas cosas que están casi desaparecidas en nuestra Patria Argentina. Espero que el Espíritu Santo nos ayude a recordarlas y NO olvidarlas NUNCA MÁS!!. Coincido con el P. Descalzo: SIN DIOS NO TENEMOS NADA, SOLO OSCURIDAD! Mi admirado Mons. Fernandez me hace feliz sugiriéndonos que todos podemos formar un maravilloso bosque de árboles en los que hombres y animalitos puedan encontrar refugio y sostén!! Gracias amigo Jardinero por estas Semillitas...

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