jueves, 15 de septiembre de 2022

Pequeñas Semillitas 5095

PEQUEÑAS SEMILLITAS
 
Año 17 - Número 5095 ~ Jueves 15 de Setiembre de 2022
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
¡Alabado sea Jesucristo!
La tristeza es como una telaraña que no permite escapar y ser feliz. Sin embargo, soy yo que elijo ser triste o no.
El mundo es como una obra teatral y yo decido si voy a ser partícipe de la tristeza y del pesimismo o quedaré al lado de la felicidad y optimismo.
Al darme cuenta de este poder que tengo -el de quedar o no triste- paso a dominar mi propia vida y mis emociones.
Hoy, ten la percepción del mundo como una obra teatral. Sé feliz, muy feliz.
 
La Palabra de Dios
Lecturas del día
Primera Lectura: 1Cor 10,14-22
 
Salmo: Sal 30,2-3a.3b-4.5-6.15-16.20
 
Santo Evangelio: Lc 2,33-35 (o bien Jn 19, 25-27)
En aquel tiempo, el padre de Jesús y su madre estaban admirados de lo que se decía de Él. Simeón les bendijo y dijo a María, su madre: «Éste está puesto para caída y elevación de muchos en Israel, y para ser señal de contradicción -¡y a ti misma una espada te atravesará el alma!- a fin de que queden al descubierto las intenciones de muchos corazones».
 
Comentario:
Hoy, en la fiesta de Nuestra Señora, la Virgen de los Dolores, escuchamos unas palabras punzantes en boca del anciano Simeón: «¡Y a ti misma una espada te atravesará el alma!» (Lc 2,35). Afirmación que, en su contexto, no apunta únicamente a la pasión de Jesucristo, sino a su ministerio, que provocará una división en el pueblo de Israel, y por lo tanto un dolor interno en María. A lo largo de la vida pública de Jesús, María experimentó el sufrimiento por el hecho de ver a Jesús rechazado por las autoridades del pueblo y amenazado de muerte.
María, como todo discípulo de Jesús, ha de aprender a situar las relaciones familiares en otro contexto. También Ella, por causa del Evangelio, tiene que dejar al Hijo (cf. Mt 19,29), y ha de aprender a no valorar a Cristo según la carne, aun cuando había nacido de Ella según la carne. También Ella ha de crucificar su carne (cf. Ga 5,24) para poder ir transformándose a imagen de Jesucristo. Pero el momento fuerte del sufrimiento de María, en el que Ella vive más intensamente la cruz es el momento de la crucifixión y la muerte de Jesús.
También en el dolor, María es el modelo de perseverancia en la doctrina evangélica al participar en los sufrimientos de Cristo con paciencia (cf. Regla de san Benito, Prólogo 50). Así ha sido durante toda su vida, y, sobre todo, en el momento del Calvario. De esta manera, María se convierte en figura y modelo para todo cristiano. Por haber estado estrechamente unida a la muerte de Cristo, también está unida a su resurrección (cf. Rm 6,5). La perseverancia de María en el dolor, realizando la voluntad del Padre, le proporciona una nueva irradiación en bien de la Iglesia y de la Humanidad. María nos precede en el camino de la fe y del seguimiento de Cristo. Y el Espíritu Santo nos conduce a nosotros a participar con Ella en esta gran aventura.
* P. Abad Dom Josep Mª SOLER OSB Abad de Montserrat (Barcelona, España)
 
Santoral Católico:
Nuestra Señora de los Dolores
Después de la fiesta de la Exaltación de la Cruz, la Iglesia ha venido celebrando la participación de María en la pasión de su Hijo. En la actualidad, lo que celebramos es sobre todo el dolor de María en sentido global al compartir tan de cerca la suerte de Cristo. Tiempo hubo en que la mirada se centraba principalmente en la compasión de María al pie de la cruz, la Dolorosa, la Piedad. Esta visión se fue ampliando hasta abarcar los siete dolores de la Virgen o las siete espadas clavadas en su corazón: la espada de dolor anunciada por el anciano Simeón, la huida a Egipto, la pérdida y hallazgo del niño Jesús en el templo, el camino del calvario, la crucifixión, el descendimiento de la cruz y la sepultura de Cristo y soledad de su Madre. Refiriéndose a esta celebración, escribía San Pablo VI que es «ocasión propicia para revivir un momento decisivo de la historia de la salvación y para venerar junto con el Hijo exaltado en la Cruz a la Madre que comparte su dolor».
Oración: Señor, tú has querido que la Madre compartiera los dolores de tu Hijo al pie de la cruz; haz que la Iglesia, asociándose con María a la pasión de Cristo, merezca participar de su resurrección. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Para más información hacer clic acá.
© Directorio Franciscano – ACI Prensa – Catholic.net
 
El Señor del Milagro
Salta (Argentina)
La Fiesta del Señor del Milagro atrae a una multitud de fieles a la ciudad de Salta, Argentina. Es considerada la celebración más importante del año.
El origen de las imágenes (El Señor y la Virgen) se remonta al año 1592, época en que el obispo del Tucumán Francisco de Victoria concretara la donación al pueblo de Salta de la imagen de un cristo crucificado de tamaño natural cuyo destino sería la iglesia matriz de Salta y de una inmaculada concepción (Virgen del Rosario) para la ciudad de Córdoba. La llegada a tierras americanas de ambas imágenes y los hechos posteriores sucedidos luego de los terremotos de 1692 fueron, según los relatos, auténticamente milagrosos.
Más información haciendo clic acá.

Pensamiento del día
 
“Si pudiera cambiar…
El odio por un abrazo.
La maldad por el amor.
La envidia por compasión.
La debilidad por nuevas fuerzas.
La indiferencia por el compromiso…
Podríamos vivir en un mundo mejor”.
 
Tema del día:
Los Siete Dolores de María
Practicamos esta devoción rezando, todos los días, siete veces el Avemaría mientras meditamos los siete dolores de María (un Avemaría en cada dolor).
 
María quiere que meditemos en sus dolores. Por eso al rezar cada Avemaría es muy importante que cerrando nuestros ojos y poniéndonos a su lado, tratemos de vivir con nuestro corazón lo que experimentó su Corazón de Madre tierna y pura en cada uno de esos momentos tan dolorosos de su vida. Si lo hacemos vamos a ir descubriendo los frutos buenos de esta devoción: empezaremos a vivir nuestros dolores de una manera distinta y le iremos respondiendo al Señor como Ella lo hizo.
 
Comprenderemos que el dolor tiene un sentido, pues ni a la misma Virgen María, la Madre “tres veces admirable”, por ser Hija de Dios Padre, Madre de Dios Hijo y Esposa de Dios Espíritu Santo, Dios la libró del mismo.
 
Si María, que no tenía culpa alguna, experimentó el dolor, ¿por qué no nosotros?
 
Promesas de la Virgen a los devotos de sus dolores
Siete gracias que la Santísima Virgen concede a las almas que la honran diariamente (considerando sus lágrimas y dolores) con siete Avemarías. Santa Brígida.
 
1º. Pondré paz en sus familias.
2º. Serán iluminados en los Divinos Misterios.
3º. Los consolaré en sus penas y acompañaré en sus trabajos.
4º. Les daré cuanto me pidan con tal que no se oponga a la voluntad de mi Divino Hijo y a la santificación de sus almas.
5º. Los defenderé en los combates espirituales con el enemigo infernal, y los protegeré en todos los instantes de sus vidas.
6º. Los asistiré visiblemente en el momento de su muerte: verán el rostro de su Madre.
7º. He conseguido de mi Divino Hijo que los que propaguen esta devoción (a mis lágrimas y dolores) sean trasladados de esta vida terrenal a la felicidad eterna directamente, pues serán borrados todos sus pecados, y mi Hijo y Yo seremos “su eterna consolación y alegría”.
 
Los siete dolores de la Virgen
 
1º. La profecía de Simeón (Lc. 2, 22-35): ¡Dulce Madre mía! Al presentar a Jesús en el templo, la profecía del anciano Simeón te sumergió en profundo dolor al oírle decir: “Este Niño está puesto para ruina y resurrección de muchos de Israel, y una espada traspasará tu alma”. De este modo quiso el Señor mezclar tu gozo con tan triste recuerdo. Rezar Avemaría.
 
2º. La persecución de Herodes y la huida a Egipto (Mt. 2, 13-15): ¡Oh Virgen querida!, quiero acompañarte en las fatigas, trabajos y sobresaltos que sufriste al huir a Egipto en compañía de San José para poner a salvo la vida del Niño Dios. Rezar Avemaría.
 
3º. Jesús perdido en el Templo, por tres días (Lc. 2, 41-50): ¡Virgen Inmaculada! ¿Quién podrá pesar y calcular el tormento que ocasionó la pérdida de Jesús y las lágrimas derramadas en aquellos tres largos días? Déjame, Virgen mía, que yo las recoja, las guarde en mi corazón y me sirva de holocausto y agradecimiento para contigo. Rezar Avemaría.
 
4º. María encuentra a Jesús, cargado con la Cruz (Vía Crucis, 4ª estación): Verdaderamente, calle de la amargura fue aquella en que encontraste a Jesús tan sucio, afeado y desgarrado, cargado con la cruz que se hizo responsable de todos los pecados de los hombres, cometidos y por cometer. ¡Pobre Madre! Quiero consolarte enjugando tus lágrimas con mi amor. Rezar Avemaría.
 
5º. La Crucifixión y Muerte de Nuestro Señor (Jn. 19, 17-30): María, Reina de los mártires, el dolor y el amor son la fuerza que los lleva tras Jesús, ¡qué horrible tormento al contemplar la crueldad de aquellos esbirros del infierno traspasando con duros clavos los pies y manos del Salvador! Todo lo sufriste por mi amor. Gracias, Madre mía, gracias. Rezar Avemaría.
 
6º. María recibe a Jesús bajado de la Cruz (Mc. 15, 42-46): Jesús muerto en brazos de María. ¿Qué sentías Madre? ¿Recordabas cuando Él era pequeño y lo acurrucabas en tus brazos? Por este dolor te pido, Madre mía, morir entre tus brazos. Rezar Avemaría.
 
7º. La sepultura de Jesús (Jn. 19, 38-42): Acompañas a tu Hijo al sepulcro y debes dejarlo allí, solo. Ahora tu dolor aumenta, tienes que volver entre los hombres, los que te hemos matado al Hijo, porque Él murió por todos nuestros pecados. Y Tú nos perdonas y nos amas. Madre mía perdón, misericordia. Rezar Avemaría.
 
Meditaciones de “Pequeñas Semillitas”
Antiguamente había ciudades donde quien había cometido un delito, podía refugiarse para que no le mataran. Y estas ciudades eran figuras de María Santísima, que es la Ciudad Santa donde pueden refugiarse los que cometieron pecados y son perseguidos, no por la justicia humana, sino por la Justicia divina.
María ampara a los pecadores y la Iglesia la llama “Refugio de los pecadores”, pues es María que al tener un trono tan elevado junto a Dios, puede interceder ante la majestad divina como Abogada de los más miserables pecadores.
No desconfiemos de nuestra salvación, aunque hayamos cometido grandes y numerosos pecados, pues está la Virgen, y si tenemos devoción a Ella, entonces ya estamos salvados, porque nadie que haya confiado en María, ha terminado perdiéndose en el Infierno.
La Virgen está puesta por Dios para ayudar a los hombres a alcanzar la salvación, que de otro modo no alcanzarían por méritos, sino por pura misericordia del Señor, se salvan gracias a la misericordia de María, que es la Madre de Dios, pero también es la madre del pecador, y trata por todos los medios de reconciliar a ambos hermanos: Dios y el pecador, para que haya paz entre ellos, y pueden habitar juntos para siempre en el Cielo.
 
Un minuto para volar
Setiembre 15
Si te cuesta dar afecto y comprensión a una persona, primero tienes que aprender eso en tu interior. Para poder tener gestos buenos a lo largo de cada día, es necesario hacerlos primero en el silencio y en la soledad. Se trata de imaginar a esas personas que encontrarás a lo largo del día y de mirarlas con compasión en la oración. Después, cuando las encuentres, estarás preparado. Si te cuesta mucho hacerlo, pídele a Jesús que te preste su mirada, porque él miraba  con compasión a esos que lo flagelaban y lo crucificaban.
(Mons. Víctor M. Fernández)

FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)
 
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