sábado, 29 de marzo de 2025

Pequeñas Semillitas 5942

PEQUEÑAS SEMILLITAS
 
Año 20 - Número 5942 ~ Sábado 29 de Marzo de 2025
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
¡Alabado sea Jesucristo!
Testimonio de una jovencita de 19 años de edad, estudiante de hotelería. Muy valioso para todos:
«Una hermosa mañana, del año pasado, tomé la decisión de rezar el Rosario todos los días. Previamente, había descubierto que hacerlo me ayudaba en los momentos difíciles. Lo rezaba en el coche, en mi habitación, después de la misa y, a veces, incluso cuando entraba de noche. Encomendando a personas e intenciones... A veces lo rezo solo por los misterios. El Rosario se dice por amor a María, y eso nos lleva a amarla más».
¿Qué tal si la imitamos?
 
La Palabra de Dios
Lecturas del día
(Sábado III de Cuaresma, ciclo C)
Primera Lectura: Oseas 6, 1-6
 
Salmo: Sal 50, 3-4. 18-19. 20-21ab
 
Santo Evangelio: Lc 18,9-14
En aquel tiempo, Jesús dijo también a algunos que se tenían por justos y despreciaban a los demás, esta parábola: «Dos hombres subieron al templo a orar; uno fariseo, otro publicano. El fariseo, de pie, oraba en su interior de esta manera: ‘¡Oh Dios! Te doy gracias porque no soy como los demás hombres, rapaces, injustos, adúlteros, ni tampoco como este publicano. Ayuno dos veces por semana, doy el diezmo de todas mis ganancias’. En cambio el publicano, manteniéndose a distancia, no se atrevía ni a alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: ‘¡Oh Dios! ¡Ten compasión de mí, que soy pecador!’. Os digo que éste bajó a su casa justificado y aquél no. Porque todo el que se ensalce será humillado; y el que se humille será ensalzado».
 
Comentario:
Hoy, Cristo se nos presenta con dos hombres que, ante un observador "casual", podrían aparecer casi como idénticos, ya que ellos se encuentran en el mismo lugar realizando la misma actividad: ambos «subieron al templo a orar» (Lc 18,10). Pero más allá de las apariencias, en lo más profundo de sus conciencias personales, los dos hombres difieren radicalmente: uno, el fariseo, tiene la conciencia tranquila, mientras que el otro, el publicano —cobrador de impuestos— se encuentra inquieto por los sentimientos de culpa.
Hoy día tendemos a considerar los sentimientos de culpa —el remordimiento— como algo cercano a una aberración psicológica. Sin embargo, el sentimiento de culpa le permite al publicano salir reconfortado del Templo, puesto que «éste bajó a su casa justificado y aquél no» (Lc 18,14). «El sentimiento de culpa», escribió Benedicto XVI cuando él todavía era Cardenal Ratzinger ("Conciencia y verdad"), «remueve la falsa tranquilidad de conciencia y puede ser llamado "protesta de la conciencia" contra mi existencia auto satisfecha. Es tan necesario para el hombre como el dolor físico, que significa una alteración corporal del funcionamiento normal».
Jesús no nos induce a pensar que el fariseo no esté diciendo la verdad cuando él afirma que no es rapaz, injusto, ni adúltero y que ayuna y entrega dinero al Templo (cf. Lc 18,11); ni tampoco que el recaudador de impuestos esté delirando al considerarse a sí mismo como un pecador. Ésta no es la cuestión. Más bien ocurre que «el fariseo no sabe que él también tiene culpa. Él tiene una conciencia completamente clara. Pero el "silencio de la conciencia" lo hace impenetrable ante Dios y ante los hombres, mientras que el "grito de conciencia" que inquieta al publicano lo hace capaz de la verdad y del amor. ¡Jesús puede remover a los pecadores!» (Benedicto XVI).
*  Fr. Gavan JENNINGS (Dublín, Irlanda) © Textos de Evangeli.net 
 
Santoral Católico:
Santos Jonás y Baraquicio
Sapor, rey de Persia, emprendió una recia persecución contra los cristianos. Jonás y Baraquicio, dos monjes de Beth-Iasa, sabiendo que varios cristianos estaban sentenciados a muerte fueron a alentarlos y servirlos. Después de la ejecución, los dos santos fueron aprehendidos por haber exhortado los mártires a perseverar hasta morir.
El rey empezó instando a los dos hermanos y urgiéndoles a que obedecieran al monarca persa y que adoraran al sol. Ellos se mantuvieron fieles en su fe a Cristo, por lo que Baraquicio fue arrojado a un estrecho calabazo, mientras que Jonás se le ordenó a adorar a los dioses, pero ante su negativa fue azotado y arrojado a un estanque de agua helada. Posteriormente, Jonás fue atormentado con muchas torturas, para después ser prensado en un molino de madera hasta provocarle la muerte. Los jueces le aconsejaron a Baraquicio que salvara su propio cuerpo, pero el santo jamás renegó su fe; fue entonces sujeto de nuevo a tormentos y finalmente se le dio muerte, vertiéndoles pez y azufre ardientes en la boca.
Para más información hacer clic acá.
(ACI Prensa)
 
Pensamiento del día
«El corazón es lo que hay que quebrantar. Y no temas perder el corazón al quebrantarlo, pues dice también el salmo: 'Oh Dios, crea en mí un corazón puro'. Para que sea creado este corazón puro, hay que quebrantar antes el impuro»
(SAN AGUSTÍN)
 
Tema del día:
En el trajín cotidiano
Con el paso de los días y el trajinar de las actividades diarias, nos podemos olvidar de la oración, siendo que la oración debería ser como el centro de nuestra jornada.
 
No nos quejemos si las cosas no nos salen bien y todo va de mal en peor, porque en gran parte esto sucede porque ya no rezamos, ya no hablamos con Dios amigablemente, sino que queremos arreglar las cosas nosotros solos y a nuestra manera, sin dejarle participación a Dios.
 
Es tiempo de que despertemos del letargo en que hemos caído con respecto a la oración, porque si miramos un poco nuestra vida, veremos que el demonio nos ha ganado terreno, y ahora es necesario volver a empuñar el arma de la oración para hacerlo huir de nuestras vidas, de nuestras familias y expulsarlo lejos de aquellos que amamos.
 
No hay vuelta de hoja, ya lo ha dicho San Alfonso María de Ligorio: “El que reza se salva, y el que no reza se condena”, y es la pura verdad.
 
Y no podemos decir que no tenemos tiempo para rezar, porque quizás pensamos en que no encontramos el tiempo para rezar un rosario. Pero hay que recordar que la oración es un diálogo con Dios, y no hace falta rezar el rosario para ponernos en comunicación con Él, sino que simplemente elevando la mente y el pensamiento a Dios, ya estamos rezando, y muy bien.
 
A veces nos suele pasar que, aunque rezamos, y quizás mucho, Dios es para nosotros casi un extraño, porque no hablamos con Él como con nuestro mejor amigo. Y lo que nos sucede con Dios, también nos pasa con nuestro ángel custodio, al que tenemos completamente olvidado o casi, siendo que él puede actuar tanto más, cuanto más nosotros le invocamos.
 
Recordemos que se trata de la salvación de nuestra alma, y la salvación también de aquellos que amamos. Por eso volvamos a empuñar las armas de la oración, en especial el Rosario, puesto que las batallas espirituales se ganan con la oración, y también por ella nos vienen toda clase de bienes, incluso materiales; y se alejan toda clase de males, también materiales.
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(Imagen de Píldoras de Fe)
 
Biblioteca de “Pequeñas Semillitas”
 
Contiene más de 350 artículos que han sido publicados
y que podrás leer o bajar a tu dispositivo.
ATENCIÓN:
Ha cambiado la dirección para entrar en la Biblioteca. Ahora es:
 
Mes de San José
Día 29º- Modelo de vida doméstica.
Oh san José, en la Familia de Nazaret asumiste plenamente tu responsabilidad, con espíritu de colaboración y de humildad.
Haz, oh san José, que los padres sepan unir todas las potencialidades del amor humano con una buena vida cristiana.
(Web Católico de Javier)
 
Meditaciones de “Pequeñas Semillitas”
Una pequeña Catedral en las afueras de Belén marca el lugar del nacimiento de Jesús.
Detrás de un elevado altar en la entrada de la iglesia, hay una cueva; una pequeña caverna iluminada por lámparas de plata.
Se puede entrar al edificio principal y admirar la antigua iglesia.
Se puede penetrar también en la tranquila cueva donde una estrella empotrada en el piso señala el lugar del nacimiento del Rey.
Sin embargo, hay un requisito.
Hay que inclinarse o arrodillarse; la puerta es tan baja que no deja entrar erguido a nadie.
Puedes ver el mundo estando de pie, pero para ser testigo del Salvador, tienes que permanecer de rodillas.
🌸
¿Cómo conservar la gracia santificante? Ciertamente evitando el pecado mortal.  Y los medios principales para evitarlo son:
- El recuerdo de las postrimerías (muerte, juicio, infierno y gloria).
- La huida de las ocasiones próximas de pecado.
- La mortificación de los sentidos del cuerpo (vista, gusto, tacto) y las potencias del alma (mente y corazón)
- La huida de la ociosidad.
- La lucha contra las tentaciones. 
- La frecuencia de los sacramentos.
- La oración
- La devoción a María.
Todos estos medios son de gran valor para evitar el pecado. Pero creemos que los dos últimos (la oración y la devoción a María) son insustituibles.
🌸
Cuando alguien te dé una rama con espinas, en vez de tomarla con indignación y correr el riesgo de pincharte las manos, recíbela con serenidad y plántala en el jardín de tu vida. Mas, cuando recojas las rosas, no te olvides de mandar por lo menos una para ese alguien. A fin de cuentas, fue ese alguien quien te dio la rama.
Cuando alguien te dé un puntapié, en vez de devolvérselo, recuerda que diste un paso al frente, en tanto que él quedó un paso atrás.
Cuando alguien te grite, no respondas con otro grito, para no correr el riesgo de quedarte también ronco.
Cuando alguien te escupa, recuerda que un poco de agua y saliva harán que quedes aún más limpio que antes, mientras que el escupidor perdió un poco de saliva que actuaría benéficamente en su digestión.
Cuando al fin, alguien se ría de ti, sonríe a ese alguien. Al final, él precisa mucho más una sonrisa.
Cuando alguien querido no llame, ni escriba, hazlo tú, pues es importante para ti y él necesita que estés pendiente (todo el mundo se cansa de ser siempre el que busca... ¿verdad?)
 
Un año con María
Marzo 29: Dios te da licencias
Los seguros son acuerdos que brindan un respaldo a quien comete un error; la Iglesia es ese seguro (como de autos) que acoge al cristiano que choca constantemente. Somos esa “Iglesia de campaña” que tanto menciona el Papa Francisco, que recibe al herido y le da una oportunidad, lo invita a vivir distinto y lo acompaña en su proceso.
Aquí vemos también a María, que junto al pie de la Cruz vive y dimensiona la obra de Dios y va en búsqueda del pecador. Como le decimos cada vez que rezamos el Ave Marí: “ruega por nosotros pecadores. Ahora y en la hora de nuestra muerte”.
(PADRE LUIS ZAZANO)
 
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)
 
 
PÁGINAS DE FELIPE DE URCA:
 
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