PEQUEÑAS
SEMILLITAS Año
19 - Número 5714 ~ Domingo 4 de Agosto de 2024Desde
la ciudad de Córdoba (Argentina) ¡Alabado sea Jesucristo!
El texto del Evangelio de hoy, es parte del discurso del pan de la vida, y
se ubica después de la multiplicación de los panes, sobre el cual reflexionamos
el domingo anterior. Fue tal el entusiasmo que suscitó la acción prodigiosa de
Jesús, que tuvo que esconderse porque querían hacerlo rey. Pero duró poco la
escapada de Jesús. Los que habían sido testigos de la multiplicación de los
panes lo descubrieron en Cafarnaúm.
La Eucaristía es presencia permanente y alimento. Pan vivo que ha bajado
del cielo, que da la vida al hombre, la vida de Dios. Vida sobrenatural que
transforma, que lleva en sí el germen de la vida eterna. Quien tiene esta vida
ya no muere ni tiene sed, porque es como un agua que salta hasta la vida
eterna. La Eucaristía es el centro de la vida cristiana porque en ella se
encuentra Cristo. Quien come su Cuerpo y bebe su Sangre habita en Él, se hace
una sola cosa con Cristo.
Pero es una vida no sólo para ser vivida, sino también para dar vida a
otros. La Eucaristía es comunión con Cristo y comunión con los hermanos. La
Eucaristía nos une a cuantos se unen a Cristo, especialmente en su oración con Jesús
Sacramentado.
La Palabra de Dios Lecturas del día ♡ Primera Lectura: Ex 16, 2-4. 12-15
♡ Salmo: Sal 77, 3 y 4bc. 23-24. 25 y 54
♡ Segunda Lectura: Ef 4, 17. 20-24
♡ Santo Evangelio: Jn 6,24-35
En aquel tiempo, cuando la gente vio que Jesús no estaba allí, ni tampoco
sus discípulos, subieron a las barcas y fueron a Cafarnaúm, en busca de Jesús.
Al encontrarle a la orilla del mar, le dijeron: «Rabbí, ¿cuándo has llegado
aquí?». Jesús les respondió: «En verdad, en verdad os digo: vosotros me
buscáis, no porque habéis visto señales, sino porque habéis comido de los panes
y os habéis saciado. Obrad, no por el alimento perecedero, sino por el alimento
que permanece para la vida eterna, el que os dará el Hijo del hombre, porque a
éste es a quien el Padre, Dios, ha marcado con su sello».
Ellos le dijeron: «¿Qué hemos de hacer para obrar las obras de Dios?».
Jesús les respondió: «La obra de Dios es que creáis en quien Él ha enviado».
Ellos entonces le dijeron: «¿Qué señal haces para que viéndola creamos en ti?
¿Qué obra realizas? Nuestros padres comieron el maná en el desierto, según está
escrito: ‘Pan del cielo les dio a comer’». Jesús les respondió: «En verdad, en
verdad os digo: No fue Moisés quien os dio el pan del cielo; es mi Padre el que
os da el verdadero pan del cielo; porque el pan de Dios es el que baja del
cielo y da la vida al mundo». Entonces le dijeron: «Señor, danos siempre de ese
pan». Les dijo Jesús: «Yo soy el pan de la vida. El que venga a mí, no tendrá
hambre, y el que crea en mí, no tendrá nunca sed».
♡ Comentario:
Hoy vemos diferentes
actitudes en las personas que buscan a Jesús: unos han comido el pan material,
otros piden un signo cuando el Señor acaba de hacer uno muy grande, otros se han
apresurado para encontrarlo y hacen de buena fe -podríamos decir- una comunión
espiritual: «Señor, danos siempre de ese pan» (Jn 6,34).
Jesús debía estar muy contento del esfuerzo en buscarlo y seguirlo.
Aleccionaba a todos y los interpelaba de varios modos. A unos les dice: «Obrad,
no por el alimento perecedero, sino por el alimento que permanece para la vida
eterna» (Jn 6,27). Quienes preguntan: «¿Qué hemos de hacer para obrar las obras
de Dios» (Jn 6,28) tendrán un consejo concreto en aquella sinagoga de
Cafarnaúm, donde el Señor promete la Sagrada Comunión: «Creed».
Tú y yo, que intentamos meternos en las páginas de este Evangelio, ¿vemos
reflejada nuestra actitud? A nosotros, que queremos revivir esta escena, ¿qué
expresiones nos punzan más? ¿Somos prontos en el esfuerzo de buscar a Jesús
después de tantas gracias, doctrina, ejemplos y lecciones que hemos recibido?
¿Sabemos hacer una buena comunión espiritual: ‘Señor danos siempre de este pan,
que calma toda nuestra hambre’?
El mejor atajo para hallar a Jesús es ir a María. Ella es la Madre de
Familia que reparte el pan blanco para los hijos en el calor del hogar paterno.
La Madre de la Iglesia que quiere alimentar a sus hijos para que crezcan,
tengan fuerzas, estén contentos, lleven a cabo una labor santa y sean
comunicativos. San Ambrosio, en su tratado sobre los misterios, escribe: «Y el
sacramento que realizamos es el cuerpo nacido de la Virgen María. ¿Acaso puedes
pedir aquí el orden de la naturaleza en el cuerpo de Cristo, si el mismo Jesús
nació de María por encima de las leyes naturales?».
La Iglesia, madre y maestra, nos enseña que la Sagrada Eucaristía es
«sacramento de piedad, señal de unidad, vínculo de caridad, convite Pascual, en
el que se recibe a Cristo, el alma se llena de gracia y se nos da la prenda de
la gloria futura» (Concilio Vaticano II).
* Rev. D. Joaquim FONT i Gassol (Igualada, Barcelona, España) © Textos de
Evangeli.net
Pensamientos del Santo Cura de Ars «Cuando alguien quiere destruir
la religión, siempre empieza por atacar y destruir al sacerdote... porque el
sacerdote es un hombre que ocupa el lugar de Dios, un hombre que está dotado de
todos los poderes de Dios»
🌻«El
corazón de María es tan tierno con nosotros que, en comparación, el de todas
las demás madres juntas no es más que un trozo de hielo. Dirijámonos a la
Virgen con gran confianza y estemos seguros de que, por muy miserables que
seamos, Ella nos obtendrá la gracia de la conversión»
🌻«Vamos, mi alma, ve a
conversar con el buen Dios, a trabajar con Él, a caminar con Él, a combatir y
sufrir con Él. Trabajarás, pero Él bendecirá tu trabajo; caminarás, pero Él
bendecirá tus pasos; sufrirás, pero Él bendecirá tus lágrimas. ¡Cuánto es grande,
cuánto es noble, cuánto es consolador hacer todo en compañía y bajo la mirada
del buen Dios, y pensar que Él ve todo, cuenta todo!»
NOTA:
Habitualmente los días Domingos no se contempla el
Santoral, porque es el día del Señor. Precisamente el vocablo «domingo» deriva
del latín tardío [dies dominĭcus] ('día del Señor'), debido a la celebración cristiana de la resurrección de Jesús.
Pese a ello, hoy queremos destacar que el 4 de
agosto la Iglesia celebra la memoria litúrgica de San Juan María Vianney,
el Cura de Ars, que además ha sido proclamado patrono de los párrocos.
Para más información hacer clic acá.
Predicación del Evangelio: ¿Estómagos agradecidos? Las personas, por lo que sea, nos dejamos seducir rápidamente por los
sucesos extraordinarios. ¿Qué tiene el espectáculo que tanto atrae? Pues eso:
espectacularidad, morbo. Nos deslumbra todo aquello que, aparentemente, está
fuera de lo común.
En el Evangelio de hoy, en la memoria de muchos, sigue viva la
multiplicación de los panes. Sus bocas todavía permanecían abiertas ante el
milagro: ¡hubo pan para todos! Pero, Jesús, era consciente de que aquella
amistad que le brindaban, no era del todo sincera. Era un tanto interesada.
Siempre recuerdo aquel viejo refrán: “el amigo bueno es como la sangre,
acude a la herida”. Jesús, como buen amigo, había acudido en socorro de los que
tenían hambre material. Pero no quería que se quedasen en el aquel milagro.
Para Jesús, el milagro, seguía siendo palabra. Una buena catequesis, una
dinámica para despertar la fe en aquellos corazones cerrados a Dios. ¿Lo
entendieron así aquellos estómagos agradecidos? ¿Buscaban a Jesús por la fuente
de sus palabras o porque les colmaba de pan? ¿Amaban a Jesús por el Reino que
traía entre sus manos o porque les había llenado de alimento sus manos
abiertas?
También a nosotros, queridos amigos, el Señor nos interpela en este
domingo. ¿Por qué le buscamos? ¿Porque en algunos momentos nos ha confortado en
nuestra soledad? ¿Porque, tal vez, ha sido bálsamo en horas amargas o en
momentos de pruebas? ¿Por qué buscamos al Señor? ¿Por qué y para qué venimos a
la Eucaristía de cada domingo? Sería bueno, amigos, un buen examen de
conciencia: ¿qué es Cristo para mí?
La Iglesia, en estos momentos, también tiene el mismo problema que sufrió
Jesús en propias carnes. Hay muchos que, lejos de verla como un signo de la
presencia de Dios en el mundo, la toleran porque hace el bien. Porque soluciona
problemas. Porque llega a los lugares más recónditos del mundo levantando
hospitales, construyendo orfanatos o cuidando a los enfermos de Sida. Pero, la
Iglesia, no desea que sea apreciada por su labor social o humana. Su fuerza, su
orgullo y su poder no está en esas obras apostólicas (que están bien y son
necesarias para calmar tantas situaciones de miseria o injusticias). El alma de
nuestra Iglesia, de nuestro ser cristiano es Jesús. Un Jesús que tan sólo nos
pide creer en Él como fuente de vida eterna. Como salvación de los hombres y de
todo el mundo.
Hay un viejo canto que dice “todos queremos más y más y más; el que tiene
un euro quiere tener dos; el que tiene cuatro quiere tener seis…” Y a Jesús,
primero, le pedían pan. Luego le exigían más y, al final, solicitaban de
Cristo, todo, menos lo esencial: su Palabra, su Reino, la razón de su llegada
al mundo.
Que sigamos viviendo nuestra fe con la seguridad de que, Jesús, sigue
siendo el pan de la vida. Y, sobre todo, que amemos al Señor no por aquello que
nos da, sino por lo que es: Hijo de Dios.
.
(Texto: P. Javier Leoz - Imagen de Misioneros Digitales Católicos)
Nuevo vídeo y artículo Hay un nuevo vídeo
subido al blogde "Pequeñas Semillitas" en internetreferido al Evangelio de
este Domingo.Para verlo tienes que ir
al final de esta página: Hay nmaterial
publicado en el blog"Juan Pablo II inolvidable"Puedes acceder en la
dirección: AgradecimientosImaginemos que en el cielo hay dos oficinas diferentes para
tratar lo relativo a las oraciones de las personas en la tierra:
Una es para receptar pedidos de diversas gracias, y allí
los muchos ángeles que atienden trabajan intensamente y sin descanso por la
cantidad de peticiones que llegan en todo momento.
La otra oficina es para recibir los agradecimientos por las
gracias concedidas y en ella hay un par de ángeles aburridos porque
prácticamente no les llega ningún mensaje de los hombres desde la tierra para
dar gracias...
Desde esta sección de "Pequeñas Semillitas"
pretendemos juntar una vez por semana (los domingos) todos los mensajes para la
segunda oficina: agradecimientos por favores y gracias concedidas como
respuesta a nuestros pedidos de oración.
💕 Desde Córdoba, Argentina, Graciela
H. agradece a Dios y a las personas que rezaron por su cirugía de
extirpación de tiroides, que salió muy bien. Seguiremos orando por ella para
que la anatomía patológica (biopsia) de lo extirpado sea benigna.
💕 Desde Córdoba, Argentina, agradecen al Señor y a los orantes,
pues la joven Antonella G., ha superado la profunda tristeza en que
estaba, comenzó a trabajar y cada día que pasa se encuentra más recuperada.
Gracias a Jesús y la Virgen por protegerla y bendecirla.
💕 Desde Córdoba, Argentina, llega un agradecimiento a Dios y a
las personas que rezaron por la cirugía de tumor de próstata de Cayetano
Guillermo G., realizada hace un mes con todo éxito. Ahora se ha hecho el control de laboratorio (antígeno prostático) con un resultado excelentemente
bueno. Damos gracias a Dios.
💕 Desde el interior de la provincia de Córdoba, Argentina, llega el
agradecimiento al Todopoderoso por el centenario que ha cumplido la pequeña
población de Villa Fontana. ¡Gracias Madre Santa por este regalo!
💕 Desde Córdoba, Argentina, Felipe (autor de esta página)
agradece a Dios, a la Virgen de Lourdes, a Fray Mamerto Esquiú y a todos los
que rezaron por la mejoría de su vista. Se ha logrado recuperar un 70 por
ciento de la visión del ojo afectado y recién tendrá nuevo control en Octubre.
Bendito seas, Dios mío, porque a
pesar de ser yo indigno de toda ayuda, tu generosidad e infinita bondad nunca
dejan de otorgar el bien aún a los ingratos y a los que se han apartado de ti.
Conviértenos a ti, para que seamos agradecidos, humildes y piadosos, pues Tú
eres nuestra salud, nuestra fortaleza y nuestra salvación.
Meditaciones de “Pequeñas Semillitas” Si la semana pasada el Evangelio nos invitaba a plantearnos los motivos
por los que nos acercábamos a Cristo, esta nueva “palabra de vida” nos invita a
seguir profundizando en la misma dirección, añadiendo una enseñanza más, la de
que no debemos seguirle por cuestiones materiales sino que deben entrar en
nuestras motivaciones también las espirituales, la santidad. Es Jesús mismo el
que muestra su decepción en este Evangelio dominical, al ver que sólo el
interés material mueve a sus múltiples admiradores a ir tras Él. Y les pregunta
“¿Por qué me buscáis?”.
Esa misma pregunta nos la hace Jesús a nosotros. Ya vimos que debíamos
estar dispuestos a seguirle no sólo por interés, sino por gratitud, por amor,
para devolverle algo de lo mucho que hemos recibido de Él. Por lo tanto, a la
pregunta de Cristo deberíamos contestar: “Señor, te buscamos porque queremos
disfrutar de tu compañía, porque queremos oír tu mensaje, porque sin ti no
podemos ni queremos vivir. Te buscamos porque te amamos. Te buscamos también
porque queremos de ti el mayor de los dones: que nos ayudes a ser santos. Te
buscamos, también pero no en primer lugar, porque necesitamos tu ayuda para
resolver los problemas que nos hacen sufrir y necesitamos tu fuerza para llevar
nuestra cruz de cada día”. Pidamos, pues, la santidad. Busquemos con tesón la
santidad. Con el mismo empeño, por lo menos, con que buscamos la salud perdida
o un buen puesto de trabajo. Además, acudamos a Él también a ofrecer, a
ofrecernos, a decirle que puede contar con nosotros.
(Padre Santiago Martín)
Extractos de cartas del Padre Pío (Recopilación: P. Gianluigi Pasquale en “365
días con el Padre Pío”) 4 de agosto
No cesaré de gritar pidiendo ayuda; pero, oh Dios,
¿esa mano paterna no ha sido inútil una vez más para este ciego de sempiterna
muerte y ceguera? Guarde la ayuda, estoy por decirle, para quien sabe aprovecharla;
siento muy fuerte el peso de la responsabilidad ante el valor de la misma. ¿Y
la ayuda no es quizá inútil porque mi caso es realmente desesperado? Me
confunde demasiado constatar que hay cada vez más contradicción entre la luz
hostil que proyecta mi espíritu y aquella suave que me ofrece usted, mi guía.
Yo constato en mí esta verdad: que casi ya no tengo
fuerza para mantener la lucha; me muero de hambre ante una mesa ricamente
abastecida; me abraso de sed bajo la fuente de la que fluye el agua pura… ¿Qué
más? La luz me ciega antes de aclararme. ¿Cómo es posible? Estoy cansado de
cansar al guía; y las ayudas y la sola obediencia me sirven de apoyo para no
abandonarme a un abandono completo. En virtud de esta obediencia me decido a
manifestarle lo que me aconteció desde el día cinco por la tarde y durante todo
el seis del corriente mes.
(21 de agosto de 1918, al P. Benedetto da San
Marco in Lamis, Ep. I, 1061)
FELIPE -Jardinero de Dios-(el más pequeñito de todos) PÁGINAS DE FELIPE DE URCA: ”PEQUEÑAS SEMILLITAS”♡”JUAN PABLO II INOLVIDABLE”♡FACEBOOK de “FELIPE DE URCA”♡FACEBOOK de “PEQUEÑAS SEMILLITAS”♡Canal de WHATSAPP de “PEQUEÑAS SEMILLITAS”♡”X” (ex TWITTER) de “PEQUEÑAS SEMILLITAS”♡INSTAGRAM: FELIPE DE URCA
La Palabra de Dios
Pensamientos del Santo Cura de Ars
Predicación del Evangelio:
Nuevo vídeo y artículo
Meditaciones de “Pequeñas Semillitas”
Extractos de cartas del Padre Pío
FELIPE
Nuestros Sacerdotes
ResponderEliminarSiempre he tenido un cariño muy particular por los sacerdotes, sin importar su carácter, su raza o su idioma. Me han dado los mejores consejos. Han estado presentes en los momentos más importantes de mi vida. Y he tenido la gracia de conocer y cultivar la amistad de algunos.
Pienso también en su gran lucha espiritual. Son los más atacados y golpeados. Por los que no les comprenden. Por los que hablan mal de ellos.
¿Te has dado cuenta? Cargan con sus problemas y con los nuestros. Es justo que también lleven, en sus almas, nuestras oraciones y nuestro afecto.
Qué bueno saber que aún hay almas que se atreven a vivir el Evangelio, a escuchar el llamado de Jesús. Hay que ser valientes, decididos, y tener una confianza grande en la voluntad del Padre. Abandonarse en sus brazos.
Esto es un sacerdote: un Cristo en la tierra.
Pidamos por ellos, especialmente hoy, en qué nuestra Iglesia dedica el día a San Juan María Vianney, El Cura de Ars, para que Dios, en su bondad infinita, les preserve de todo mal y los haga crecer en santidad.
¿Eres sacerdote? Gracias. Gracias, por tu entrega. Gracias por tu amor a Jesús Sacramentado. Por tu fidelidad. Por enseñarnos el camino. Dios te bendiga.
Muchas gracias por tu comentario. Respondiendo tu pregunta del final te digo que no soy sacerdote, soy laico, médico, casado y padre de dos hijos. Llevo muy profunda la vocación de difundir la Palabra de Dios, y eso es lo que hago en "Pequeñas Semillitas" desde el año 2006.
ResponderEliminar