martes, 4 de junio de 2024

Pequeñas Semillitas 5653

PEQUEÑAS SEMILLITAS
 
Año 19 - Número 5653 ~ Martes 4 de Junio de 2024
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
¡Alabado sea Jesucristo!
Benditos sean los que llegan a nuestra vida en silencio, con pasos suaves para no despertar nuestros dolores, no despertar nuestros fantasmas, no resucitar nuestros miedos.
Benditos sean los que se dirigen con suavidad y gentileza, hablando el idioma de la paz para no asustar a nuestra alma.
Benditos sean los que tocan nuestro corazón con cariño, nos miran con respeto y nos aceptan enteros con todos nuestros errores e imperfecciones.
Benditos sean los que pudiendo ser cualquier cosa en nuestra vida, escogen ser generosos.
Benditos sean esos iluminados que nos llegan como un ángel, como una flor, una mariposa o un pajarillo, que dan alas a nuestros sueños y que, teniendo la libertad de irse, escogen quedarse a hacer nido en nuestros corazones.
Estas maravillosas personas son nuestros AMIGOS.
(Edna Frigato)
 
La Palabra de Dios
Lecturas del día
Primera Lectura: 2 Pedro 3, 12-15. 17-18
 
Salmo: Sal 89, 2. 3-4. 12-13. 14 y 16
 
Santo Evangelio: Mc 12,13-17
En aquel tiempo, enviaron a Jesús algunos fariseos y herodianos, para cazarle en alguna palabra. Vienen y le dicen: «Maestro, sabemos que eres veraz y que no te importa por nadie, porque no miras la condición de las personas, sino que enseñas con franqueza el camino de Dios: ¿Es lícito pagar tributo al César o no? ¿Pagamos o dejamos de pagar?».
Mas Él, dándose cuenta de su hipocresía, les dijo: «¿Por qué me tentáis? Traedme un denario, que lo vea». Se lo trajeron y les dice: «¿De quién es esta imagen y la inscripción?». Ellos le dijeron: «Del César». Jesús les dijo: «Lo del César, devolvédselo al César, y lo de Dios, a Dios». Y se maravillaban de Él.
 
Comentario:
Hoy, de nuevo nos maravillamos del ingenio y sabiduría de Cristo. Él, con su magistral respuesta, señala directamente la justa autonomía de las realidades terrenas: «Lo del César, devolvédselo al César» (Mc 12,17).
Pero la Palabra de hoy es algo más que saber salir de un apuro; es una cuestión que tiene actualidad en todos los momentos de nuestra vida: ¿qué le estoy dando a Dios? ¿Es realmente lo más importante en mi vida? ¿Dónde he puesto el corazón? Porque... «donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón» (Lc 12,34).
En efecto, según san Jerónimo, «tenéis que dar forzosamente al César la moneda que lleva impresa su imagen; pero vosotros entregad con gusto todo vuestro ser a Dios, porque impresa está en nosotros su imagen y no la del César». A lo largo de su vida, Jesucristo plantea constantemente la cuestión de la elección. Somos nosotros los que estamos llamados a elegir, y las opciones son claras: vivir desde los valores de este mundo, o vivir desde los valores del Evangelio.
Siempre es tiempo de elección, tiempo de conversión, tiempo para volver a “resituar” nuestra vida en la dinámica de Dios. Será la oración, y especialmente la realizada con la Palabra de Dios, la que nos vaya descubriendo lo que Dios quiere de nosotros. El que sabe elegir a Dios se convierte en morada de Dios, pues «si alguno me ama, guardará mi Palabra, y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada en él» (Jn 14,23). Es la oración la que se convierte en la auténtica escuela donde, como afirma Tertuliano, «Cristo nos va enseñando cuál era el designio del Padre que Él realizaba en el mundo, y cual la conducta del hombre para que sea conforme a este mismo designio». ¡Sepamos, por tanto, elegir lo que nos conviene!
* Rev. D. Manuel SÁNCHEZ Sánchez (Sevilla, España) 
 
Santoral Católico:
San Francisco Caracciolo
Nació en Villa Santa María (Abruzzo, Italia) el año 1563. Estudió teología en Nápoles y se ordenó de sacerdote en 1587. De inmediato se dedicó a las obras de misericordia tanto espirituales en el ministerio pastoral como corporales en los hospitales. Se unió al proyecto de fundar una nueva congregación, la de los Clérigos Regulares Menores, de la que es considerado fundador, y participó en la redacción de su regla, en la que por iniciativa suya se incluyó el cuarto voto de no aceptar dignidades eclesiásticas. Estuvo algún tiempo en España tratando de implantar aquí su orden. Murió en Agnone (Abruzzo) en 1608.
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(Directorio Franciscano – ACI Prensa – Catholic.net)
 
Santoral Católico:
San Felipe Smaldone
Presbítero y Fundador
Nació en Nápoles (Italia) el año 1848. Pronto decidió hacerse sacerdote, y en el seminario empezó ya su atención a los sordomudos; su escaso rendimiento académico le impedía llegar al sacerdocio, pero, por su bondad, lo alcanzó en 1871. A partir de entonces se consagró a la catequesis y a los enfermos, si bien su pastoral preponderante era la de los sordomudos, en la que contó con la ayuda de sacerdotes y laicos. En 1885 abrió en Lecce un Instituto para sordomudos. Y allí, con algunas hermanas religiosas que había formado, echó las bases de su Congregación que, sostenida por la autoridad eclesiástica, tuvo una expansión rápida y sólida. Ante las necesidades apremiantes, empezó a hospedar también a niñas ciegas, huérfanas y abandonadas. Fue asiduo confesor y director espiritual de sacerdotes y comunidades religiosas. Murió en Lecce el 4 de junio de 1923. Benedicto XVI lo canonizó en el 2006.
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(Directorio Franciscano – Catholic.net)
 
Pensamiento del día
«Que tema la humanidad, que tiemble el universo entero, y el cielo exulte, cuando en el altar, en las manos del sacerdote, está el Cristo Hijo de Dios vivo... ¡Oh admirable elevación y designación asombrosa! ¡Oh humildad sublime! ¡Oh sublimidad humilde, que el Señor del universo, Dios e Hijo de Dios, tanto se humille como para esconderse bajo poca apariencia de pan!»
(SAN FRANCISCO DE ASÍS)
 
Tema del día:
La Virgen María aterroriza a los demonios
Reportaje al Padre Gabrielle Amorth, exorcista de la diócesis de Roma desde 1985 hasta su muerte en 2016. Él ha realizado más de cincuenta mil exorcismos durante esos treinta años.
 
- Padre Amorth, ¿qué es un exorcismo?
- El exorcismo es una oración pública de la Iglesia que se hace con la autoridad de la Iglesia, porque la hace un sacerdote designado por el obispo; es una oración de liberación del demonio, de su influencia maligna o del mal provocado por él.
 
- En la actualidad hay muy pocos exorcistas, ¿No son necesarios?
- Durante trescientos años la Iglesia ha abandonado los exorcismos. Los motivos son diversos y los explico en el libro “Habla un exorcista”. Sin embargo, en cada diócesis debe haber uno como mínimo. Pero ¿cómo los va a haber, si la gente no cree en el Demonio, incluso gente de Iglesia, como sacerdotes y obispos? Es necesario saber que el obispo que no proporciona la ayuda espiritual necesaria a un fiel con un problema demoníaco está pecando gravemente.
 
- ¿Por qué permite Dios una posesión o un mal demoníaco?
- Hay gente a la que he tratado que va a misa, reza y hace ayuno. Yo les pregunto: “Si no estuvieses poseído, ¿lo harías?”. Y me responden que no. Además, pregunto a los demonios mientras hago este exorcismo: “¿Por qué te empeñas en quedarte? Y me dicen: “No puedo irme porque Dios no me lo permite. Si me fuera de esta persona, se alejaría de los sacramentos, y estando así, acude a Dios y es ferviente su oración”. Luego es posible que para esas personas, esa cruz sea necesaria para su salvación y la de los que comparten esa cruz con ella: su entorno, su familia y sus amigos.
 
- En el Evangelio, Jesús dice que algunos demonios sólo se van con ayuno y oración, pero existen casos en los que el exorcismo dura muchos años, o que incluso no llega a producir nunca esa liberación, aunque se recurra al ayuno y la oración. ¿Por qué?
- Hay ocasiones en que el Señor permite un caso de posesión en el que la persona no llegue a liberarse nunca. Yo los he tratado. El Señor invita a acudir al ayuno y a la oración para expulsar cierto tipo de demonios, porque hay varios. Igual que hay ángeles con diferentes funciones y misiones, con los caídos pasa lo mismo, pues también son ángeles. Pero como digo, en ocasiones nada funciona, ya que Dios lo permite para la salvación de muchas almas, no sólo de la persona poseída, aunque no es normal.
 
- Otra cosa incomprensible es cómo puede comulgar un poseído y que no se dé su liberación, siendo como es la Sagrada Forma el cuerpo vivo de Cristo. ¿Acaso no nos ha dicho la Iglesia que el demonio huye de Cristo como de la peste?
- Es cierto. No se aleja el demonio cuando la persona comulga. Se queda ahí quieto, aunque supongo que tremendamente incómodo. A veces, durante un exorcismo, coloco sobre la cabeza del poseído una forma consagrada y pregunto: “¿Sabes lo que tienes ahí?”. Y contesta: “Sí, está Él”, y ni se inmuta. Sin embargo, he descubierto algo curiosísimo: el demonio se descontrola en rabia desesperada cuando coloco algo que refleja la presencia de la Virgen, como un escapulario, o si rezo oraciones de la Virgen. ¡A María le tiene un odio impresionante! Entonces sí se revuelve, no lo puede soportar. ¡Huye como de la peste!
 
- ¿Por qué?
- Porque se siente profundamente humillado. El saberse obligado a hincar la rodilla ante una mujer, la Madre de Cristo… ¡Ah! No puede con eso. Las oraciones a la Virgen durante un exorcismo son extraordinariamente poderosas a mi favor…
También ocurre con las reliquias que han pertenecido a algunos santos. Yo suelo utilizarlas con mucha frecuencia, porque no las puede soportar. Suele ‘salir’ despavorido por la misma razón: la humillación de la obediencia a la que le obliga Nuestro Señor, que le induce a doblegarse ante un hombre, no ante un ángel o ante Dios mismo: ante un hombre que ha sido santo.
Me ocurre mucho con las reliquias que utilizo del padre Pío de Pietrelcina, a quien tengo especial devoción. Sale huyendo ante las oraciones y las invocaciones que hago sobre él. ¿Sabe que lo conocí siendo yo muy jovencito? ¡Le tiraba de la barba y él se partía de risa! Yo le adoraba, era una persona de una bondad hiperbólica, un hombre de Dios de pies a cabeza. Un gran santo de nuestro tiempo.
 
- Usted cuenta que durante los exorcismos un poseído puede expulsar por la boca objetos de metal, cristal y cosas así.
- Es curioso, ocurre a veces. Esos objetos no están dentro de la persona físicamente, se materializan en la boca, al ser expulsados. Los he agarrado con mi mano, incluso cuchillas de afeitar. Tengo una caja enorme llena de estos objetos. La guardo para demostrar físicamente lo que ocurre durante la expulsión de un demonio. Es muy difícil de creer, pero están ahí.
Una vez, una persona sobre la que oraba me escupía todo el tiempo y yo esquivaba sus salivazos como podía. Una de esas veces, le vi que me iba a escupir y puse mi mano ante su boca. Fue todo muy rápido, pero tomé al vuelo un clavo enorme y estaba seco. No tenía saliva ni nada. Se había materializado en el momento de salir de su boca.
 
- Usted cuenta que una sola sesión de exorcismo puede ser durísima.
- Se necesita una enorme fuerza psicológica para asistir a un exorcismo y no distraerse de la oración con nada, diga lo que diga o haga lo que haga el demonio. La fatiga puede ser muy grande.
 
- ¿Cómo nos protegemos para que nunca nos suceda algo así?
- El mejor remedio contra el demonio es la oración y la confianza en la Misericordia. Con oración y siendo fieles a los regalos infinitos de la Iglesia: los Sacramentos. Dios jamás abandona a un hijo fiel. Lo protege, lo ama con locura, lo mima con sus regalos. ¡No debéis tener miedo jamás!
 
- ¿Usted no ha tenido miedo nunca?
- El mismo día que me nombraron exorcista me encomendé a la Santísima Virgen. Le pedí que me arropase y me protegiese cada día con su manto materno. Además, tengo una profunda devoción a mi ángel de la guarda, al que me encomiendo cada día y antes de cada exorcismo. Por lo tanto, creo que es el demonio, por la gracia de Dios, el que se echa a temblar cuando me ve aparecer y empiezo a rezar.
 
- ¿Es cierto que usted exorcizó junto a Juan Pablo II?
- Le cuento una anécdota de ese impresionante santo. Estaba yo exorcizando a una pobre muchacha joven, a la que llevaba muchos años intentando liberar. El exorcismo esa mañana había sido durísimo y tanto ella como yo estábamos agotados. Entonces nos fuimos los dos a una misa que celebraba el Papa en San Pedro.
Ella estaba tranquila, con unas ganas tremendas de estar en la Misa y de ver al Papa. Todo iba bien hasta que el Papa entró en la basílica, con todos los ropajes, preparado para celebrar. En cuanto esta muchacha le vio, se puso fatal: alaridos, convulsiones, etc. Estaba claro que el demonio no soportaba la presencia de ese hombre tan de Cristo. El Papa la miró lleno de compasión y dio la orden de que la alejaran un poco, pues los gritos que profería y las palabrotas iban a ser un incordio para la celebración.
Cuando finalizó la Misa, el Papa se acercó a ella, que seguía con una inquietud horrorosa. Le impuso las manos, comenzó a orar y la muchacha se puso fatal. Así estuvo el Santo Padre un buen rato, hasta que se calmó un poco. Quizá logró expulsar un par de demonios. El caso es que, agotado, le dijo a su secretario: “Avise al padre Amorth. Que siga él”. Y ahí tuve que seguir yo, que había estado antes no sé cuántas horas con la pobre desdichada sin ningún fruto. Me reí: el Papa no lo sabía.
 
- ¿Le obedeció?
- ¡Por supuesto! Yo quise muchísimo a Juan Pablo II.
 
- Hay un elemento muy fuerte en el mundo actual en la lucha contra el demonio, un fenómeno que el Papa Juan Pablo II amaba mucho, que es el fenómeno de Medjugorje. ¿Qué opinión le merece?
– Medjugorje es un lugar de gran fortaleza contra Satanás. Nuestra Señora dijo en Medjugorje el 14 de abril de 1982: “Dios ha permitido que Satanás ponga a prueba a la Iglesia durante un siglo”, pero añadió que no la destruiría: “Este siglo en el que vivís está bajo el poder de Satanás, pero cuando sean realizados los secretos que os he confiado, su poder se quebrará”.
Estas palabras nos dicen que Satanás está hoy trabajando, pero a la vez que él, también está la Virgen. Ahí están los frutos de Medjugorje. Son ya más de 30 años de buenos frutos y el Evangelio es claro sobre cómo discernir los acontecimientos que suceden. Al árbol se le conoce por sus frutos, y los de Medjugorje son tan claros que a mí me da pena que se ignoren. Incluso creyentes, laicos y consagrados, que sin haber estado si quiera allí, ya tomaron su decisión de rechazarlo. Pero bueno, de lo poco que sabemos de los secretos confiados a los videntes de Medjugorje es que cuando se realicen, el dragón será derrotado y el reino de la luz triunfará.
 
- ¿Qué recomienda a una persona que quiera ir al cielo sin pisar el purgatorio y sin saber nada de Satanás?
- Hijo mío, yo también quiero ir al cielo. Agárrate a los sacramentos y sobre todo a la Virgen María. Ella jamás te abandonará.
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Fuentes: Religión en Libertad, Signos de estos Tiempos
 
Meditaciones de “Pequeñas Semillitas”
Si un cuerpo cae hacia abajo, no hay fuerza natural que lo detenga, sino que sólo una fuerza de orden superior podría invertir el movimiento de caída y convertirlo en movimiento de elevación.
Así también nos sucede a nosotros cuando decaemos en el ánimo y estamos abatidos. Necesitamos una Fuerza superior que nos eleve. Y esa Fuerza es Dios. Por eso para quien está desalentado o desanimado, es necesario que rece, pues por medio de la oración se obtiene la ayuda de Dios, que es esa Fuerza que lo puede elevar.
Ya lo dice el Apóstol que sin la ayuda de Dios no podemos decir ni siquiera que Jesucristo es el Señor. Por eso más cuando estamos abatidos, tenemos que buscar a Dios, invocar su ayuda, para que sea Él quien nos levante, que nos resucite como lo hizo con Lázaro.
No dejemos de rezar nunca. Y si no podemos rezar con oraciones ya hechas, hablemos con Dios. Y si tampoco podemos hablar con Dios porque todo nos causa tristeza, al menos recostemos nuestra cabeza sobre el Corazón de Jesús, y estémonos así, para tomar fuerzas. Y por supuesto vayamos al Sagrario, porque el Señor ha prometido -y es promesa de Dios-, que consolará y aliviará a los que van a Él fatigados y agobiados.
Si hemos caído, seamos astutos y aprovechemos esa caída para crecer en humildad y en amor a Dios, para aferrarnos mucho más al Señor, despreciando las cosas del mundo, recordando que sólo Dios nos puede hacer felices ya desde la tierra.
🌸
Se ha dicho que no hay dos copos de nieve iguales; si se me ocurriera tomar muestras al azar, notaría realmente sus variaciones en tamaño y forma, cada una única y llena de intrincada belleza.
Como hijo de Dios, yo también soy único.  A veces quizás desee que los demás se parezcan algo más a mí y, de algún modo, adopten mi manera de pensar, pero el mundo sería bastante aburrido si todos tuvieran el mismo aspecto y la misma forma de pensar y actuar.
Parte de la belleza y la maravilla de la vida es la diversidad que alimenta el carácter irrepetible del individuo, de modo que, en vez de rechazar esas diferencias que se dan en otras personas, las comprendo y valoro que cada uno sea un individuo único creado por Dios.
Gracias, Dios, por crear tal diversidad en el mundo.
Gracias por cada creación única, ya sea un copo de nieve o una persona.
 
Extractos de cartas del Padre Pío
(Recopilación: P. Gianluigi Pasquale en “365 días con el Padre Pío”)
4 de junio
Mi Dios, estoy confundido y te he perdido; pero ¿te encontraré?, ¿o te habré perdido para siempre? ¿Me has condenado a vivir eternamente lejos de tu rostro?...
Padre mío, me voy adentrando como puedo en esta oscura prisión; es arduo avanzar en la sombría oscuridad de estas densas tinieblas, entre la tempestad y la agitación de la vejación enemiga, que aprovecha la tempestad para hacerme prevaricar y vencerme.
Yo busco a Dios, pero, ¿dónde encontrarlo? Se ha desvanecido hasta la misma idea de un Dios Señor, Dueño, Creador, Amor y Vida. Todo esto ha huido; y yo, ¡ay de mí!, me he perdido en la espesa oscuridad de las más tupidas tinieblas, yendo y viniendo en vano entre indefinidos recuerdos, un amor perdido y la imposibilidad de amar. Oh, mi Bien... ¿Dónde encontrarte? Yo te perdí; estoy abatido por la búsqueda de tus huellas, porque con gusto aceptaste la oferta plena que te hice; y tú te has tomado todo y te mantienes en tu soberana autoridad. Yo me abandono en ti, y espero de ti protección para todo lo mío, para el pleno abandono a la más dolorosa entrega de amor.
(4 de junio de 1918, al P. Benedetto da San Marco in Lamis, Ep. I, 1026)
 
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)
 
 
PÁGINAS DE FELIPE DE URCA:
 
”PEQUEÑAS SEMILLITAS”
”JUAN PABLO II INOLVIDABLE”
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INSTAGRAM: FELIPE DE URCA

2 comentarios:

  1. Hace mucho que lo sigo soy de Villa Allende Pcia. de Cordoba.Me llamo Maria Irene

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    1. Muchas gracias María Irene por tu comentario. Si es posible te pido que me escribas por email a feluzul@gmail.com para que ayudes a difundir "Pequeñas Semillitas" en tu zona. ¡Bendiciones! Felipe

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