sábado, 17 de septiembre de 2022

Pequeñas Semillitas 5097

PEQUEÑAS SEMILLITAS
 
Año 17 - Número 5097 ~ Sábado 17 de Setiembre de 2022
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
¡Alabado sea Jesucristo!
Amar y ser amado es un grito y un don que las personas llevamos dentro. Lo que nos alegra es el amor hecho detalle, hecho realidad cotidiana. Lo que más duele es el desamor, la falta de amor. Jesús añade un “pequeño” matiz: “como yo os he amado”. Tenemos un modelo y una forma de amar: amar como Jesús ama.
Hay que estar continuamente referidos a Jesús para captar su modo de amar, para entender la profundidad de su amor. Amar como Jesús es novedad. No brota sin más. Lo vamos aprendiendo mirándole y escuchándole a Él.
 
La Palabra de Dios
Lecturas del día
Primera Lectura: 1Cor 15,35-37.42-49
 
Salmo: Sal 55,10.11-12.13-14
 
Santo Evangelio: Lc 8,4-15
En aquel tiempo, habiéndose congregado mucha gente, y viniendo a Él de todas las ciudades, dijo en parábola: «Salió un sembrador a sembrar su simiente; y al sembrar, una parte cayó a lo largo del camino, fue pisada, y las aves del cielo se la comieron; otra cayó sobre piedra, y después de brotar, se secó, por no tener humedad; otra cayó en medio de abrojos, y creciendo con ella los abrojos, la ahogaron. Y otra cayó en tierra buena, y creciendo dio fruto centuplicado». Dicho esto, exclamó: «El que tenga oídos para oír, que oiga».
Le preguntaban sus discípulos qué significaba esta parábola, y Él dijo: «A vosotros se os ha dado el conocer los misterios del Reino de Dios; a los demás sólo en parábolas, para que viendo, no vean y, oyendo, no entiendan.
»La parábola quiere decir esto: La simiente es la Palabra de Dios. Los de a lo largo del camino, son los que han oído; después viene el diablo y se lleva de su corazón la Palabra, no sea que crean y se salven. Los de sobre piedra son los que, al oír la Palabra, la reciben con alegría; pero éstos no tienen raíz; creen por algún tiempo, pero a la hora de la prueba desisten. Lo que cayó entre los abrojos, son los que han oído, pero a lo largo de su caminar son ahogados por las preocupaciones, las riquezas y los placeres de la vida, y no llegan a madurez. Lo que cae en buena tierra, son los que, después de haber oído, conservan la Palabra con corazón bueno y recto, y dan fruto con perseverancia».
 
Comentario:
Hoy, Jesús nos habla de un sembrador que salió «a sembrar su simiente» (Lc 8,5) y aquella simiente era precisamente «la Palabra de Dios». Pero «creciendo con ella los abrojos, la ahogaron» (Lc 8,7).
Hay una gran variedad de abrojos. «Lo que cayó entre los abrojos, son los que han oído, pero a lo largo de su caminar son ahogados por las preocupaciones, las riquezas y los placeres de la vida, y no llegan a madurez» (Lc 8,14).
—Señor, ¿acaso soy yo culpable de tener preocupaciones? Ya quisiera no tenerlas, ¡pero me vienen por todas partes! No entiendo por qué han de privarme de tu Palabra, si no son pecado, ni vicio, ni defecto.
—¡Porque olvidas que Yo soy tu Padre y te dejas esclavizar por un mañana que no sabes si llegará!
«Si viviéramos con más confianza en la Providencia divina, seguros —¡con una firmísima fe!— de esta protección diaria que nunca nos falta, ¡cuántas preocupaciones o inquietudes nos ahorraríamos! Desaparecerían un montón de quimeras que, en boca de Jesús, son propias de paganos, de hombres mundanos (cf. Lc 12,30), de las personas que son carentes de sentido sobrenatural (...). Yo quisiera grabar a fuego en vuestra mente —nos dice san Josemaría— que tenemos todos los motivos para andar con optimismo en esta tierra, con el alma desasida del todo de tantas cosas que parecen imprescindibles, puesto que vuestro Padre sabe muy bien lo que necesitáis! (cf. Lc 12,30), y Él proveerá».
Dijo David: «Pon tu destino en manos del Señor, y él te sostendrá» (Sal 55,23). Así lo hizo san José cuando el Señor lo probó: reflexionó, consultó, oró, tomó una resolución y lo dejó todo en manos de Dios. Cuando vino el Ángel —comenta Mn. Ballarín—, no osó despertarlo y le habló en sueños. En fin, «Yo no debo tener más preocupaciones que tu Gloria..., en una palabra, tu Amor» (San Josemaría).
* Rev. D. Lluís RAVENTÓS i Artés (Tarragona, España)
 
Santoral Católico:
San Roberto Belarmino
Obispo y Doctor de la Iglesia
Nació el año 1542 en Montepulciano (Toscana, Italia), de familia noble. Ingresó en la Compañía de Jesús en 1560, estudió en el Colegio Romano y luego en Padua y Lovaina, donde también fue profesor. Recibió la ordenación sacerdotal en Gante el año 1570. Vuelto al Colegio Romano, enseñó teología, mantuvo brillantes disputas en defensa de la fe católica y publicó obras importantes. Fue provincial de los jesuitas, teólogo del Papa y colaborador de varias Congregaciones romanas. Estuvo relacionado con los grandes personajes y santos de su tiempo, y entre sus amigos y dirigidos espirituales están Luis Gonzaga y Juan Berchmans. Elegido cardenal y nombrado obispo de Capua, permaneció tres años en su diócesis como solícito pastor, hasta que regresó a sus tareas en Roma, donde murió el 17 de septiembre de 1621, día de las llagas de San Francisco, cuya memoria había conseguido que se celebrara en toda la Iglesia.
Oración: Señor, tú que dotaste a san Roberto Belarmino de santidad y sabiduría admirable para defender la fe de tu Iglesia, concede a tu pueblo, por su intercesión, la gracia de vivir con la alegría de profesar plenamente la fe verdadera. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Para más información hacer clic acá.
© Directorio Franciscano – ACI Prensa – Catholic.net
 
Pensamiento del día
«Cuando se introduce la palabra divina
en una inteligencia limpia de los cuidados mundanos,
echa raíces profundas,
produce espigas y crece oportunamente»
(San Cirilo de Alejandría)
 
Tema del día:
El mate
El mate no es una bebida… Bueno, sí.  Es un líquido y entra por la boca. Pero no es una bebida. 
 
En este país nadie toma mate porque tenga sed. Es más bien una costumbre, como rascarse.
 
El mate es exactamente lo contrario que la televisión:  te hace conversar si estás con alguien, y te hace pensar cuando estás solo.
 
Cuando llega alguien a tu casa la primera frase es "hola" y la segunda "¿unos mates?". Esto pasa en todas las casas.  En la de los ricos y en la de los pobres.
 
Pasa entre mujeres charlatanas y chismosas, y pasa entre hombres serios o inmaduros. Pasa entre los viejos de un geriátrico y entre los adolescentes mientras estudian. Es lo único que comparten los padres y los hijos sin discutir ni echarse en cara.
 
Peronistas y radicales ceban mate sin preguntar. En verano y en invierno. Es lo único en lo que nos parecemos las víctimas y los verdugos; los buenos y los malos.
 
Cuando tenés un hijo, le empezás a dar mate cuando te pide. Se lo das tibiecito, con mucha azúcar, y se sienten grandes. Sentís un orgullo enorme cuando un esquenuncito de tu sangre empieza a chupar mate. Se te sale el corazón del cuerpo. Después ellos, con los años, elegirán si tomarlo amargo, dulce, muy caliente, tereré, con cáscara de naranja, con yuyos, con un chorrito de limón.
 
Cuando conoces a alguien por primera vez, te tomas unos mates. La gente pregunta, cuando no hay confianza: "¿Dulce o amargo?". El otro responde: "Como tomes vos".
 
Los teclados de computadoras de Argentina tienen las letras llenas de yerba. La yerba es lo único que hay siempre, en todas las casas. Siempre. Con inflación, con hambre, con militares, con democracia, con cualquiera de nuestras pestes y maldiciones eternas. Y si un día no hay yerba, un vecino tiene y te da. La yerba no se le niega a nadie.
 
Este es el único país del mundo en donde la decisión de dejar de ser un chico y empezar a ser un hombre ocurre un día en particular. Nada de pantalones largos, circuncisión, universidad o vivir lejos de los padres. Acá empezamos a ser grandes el día que tenemos la necesidad de tomar por primera vez unos mates, solos.
 
No es casualidad. No es porque sí. El día que un chico pone la pava al fuego y toma su primer mate sin que haya nadie en casa, en ese minuto, es que ha descubierto que tiene alma. O está muerto de miedo, o está muerto de amor, o algo: pero seguro no es un día cualquiera.
 
Ninguno de nosotros nos acordamos del día en que tomamos por primera vez un mate solo. Pero debe haber sido un día importante para cada uno. Por adentro hay revoluciones. El sencillo mate es nada más y nada menos que una demostración de valores...
 
Es la solidaridad de bancar esos mates lavados porque la charla es buena. La charla, no el mate. Es el respeto por los tiempos para hablar y escuchar, vos hablás mientras el otro toma y es la sinceridad para decir: ¡Basta, cambiá la yerba!".
 
Es el compañerismo hecho momento. Es la sensibilidad al agua hirviendo. Es el cariño para preguntar, estúpidamente, "¿está caliente, no?". Es la modestia de quien ceba el mejor mate. Es la generosidad de dar hasta el final. Es la hospitalidad de la invitación. Es la justicia de uno por uno. Es la obligación de decir "gracias", al menos una vez al día.
 
Es la actitud ética, franca y leal de encontrarse sin mayores pretensiones que compartir.
(Lalo Mir)
 
Biblioteca de archivos
Recuerda que tenemos una Biblioteca de archivos. Ingresando en ella encontrarás una selección de más de 200 artículos publicados en “Pequeñas Semillitas” que podrás leer o descargar a tu computadora.
Para acceder a la Biblioteca hacer clic acá.
 
Humor
En el hospital
Un paciente estaba agonizando y le pregunta a su médico de cabecera:
- Doctor, dígame la verdad. ¿Cuánto me queda de vida?
- Aproximadamente una hora - le responde el médico-
- Gracias por su sinceridad. Entonces, hágame el favor de llamar a mi abogado y le dice que venga urgentemente para acá.
- ¿Piensa hacer su testamento?
- NO, lo que pasa es que yo siempre quise morir como Jesucristo…  ¡Entre 2 ladrones...!
 
Un minuto para volar
Setiembre 17
Señor, libérame de pensar que ya te conozco. Libérame de sentir que ya conozco tu Evangelio y que ya he aprendido todo de la fe. Libérame de creer que ya no tengo nada que entregarte, nada que ofrendarte, nada que inmolarte. Enséñame a postrarme cada día ante tu Misterio infinito, dame la gracia de reconocer que ante tu inmensa gloria lo que creo saber de ti es pura oscuridad.
(Mons. Víctor M. Fernández)

FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)
 
BLOG ”PEQUEÑAS SEMILLITAS
FACEBOOK de “FELIPE DE URCA”
FACEBOOK de “PEQUEÑAS SEMILLITAS”
TWITTER de “PEQUEÑAS SEMILLITAS”
INSTAGRAM: FELIPE DE URCA
AMDG
.

2 comentarios:

  1. Bueno por aquí en Miami no estamos acostumbrados al Mate mas bien un café Cubano. Bendiciones

    ResponderEliminar
  2. Es cierto. El mate es una bebida muy típica de Argentina, Uruguay y Paraguay.

    ResponderEliminar

¡Gracias por participar comentando! Por favor, no te olvides de incluir tu nombre y ciudad de residencia al finalizar tu comentario dentro del cuadro donde escribes.