lunes, 16 de diciembre de 2019

Pequeñas Semillitas 4194

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 14 - Número 4194 ~ Lunes 16 de Diciembre de 2019
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Jesús, Palabra del Padre, tú fuiste anunciado por el mismo Padre desde el cielo, por medio del ángel Gabriel, y viniste a las entrañas de la Virgen María. De ella recibiste nuestra carne, humana y frágil. Siendo rico, quisiste escoger en este mundo lo pobre, lo humilde, lo pequeño junto con María, tu madre. Nuestro mundo, fuerte y orgulloso, necesita de Ti, aunque a veces no lo parezca.
Ven, Señor, a nuestras casas, a nuestros lugares de trabajo, a nuestras comunidades, a nuestras calles y mercados; ven a nuestras fronteras, cada vez más altas… ¡Ven, Señor!

¡Buenos días!
El perro y las pulgas
Hay un defecto corriente: la falta de comprensión y respeto por los que son distintos de nosotros. Esto se llama discriminación. Respetar y comprender son actitudes que están en la base de la convivencia humana. Jesús nos advirtió: “No hagas a otro lo que no te gusta que te hagan a ti”. Sin comprensión y respeto se viene abajo el amor a los hermanos.

Un perro grande y peleador, había conseguido infundir a sus contrarios tal temor, que apenas lo veían, se deshacían en humildes saludos. Lo aborrecían, pero no se atrevían a decirlo; y esto lo hizo al perro más orgulloso. Pero una pulga no le tuvo miedo y se instaló entre su pelo con su prole y sus parientes pobres. Convidó a sus amigas y empezaron fiestas y bailes, sin importarles los mordiscos del perro. Llegó el animal a tal desesperación que todos, menos ellas, le tenían lástima; y comprendió entonces que más vale tener unos cuantos enemigos fuertes que muchos pequeños, inasibles y tenaces. (G. Daireaux)

En tu vida de relación con los demás, cuídate de subestimar a los pequeños y a los débiles. La sabiduría del Creador ha dispuesto tan armónicamente sus obras que todo tiene su razón de ser: lo débil y lo fuerte, lo grande y lo pequeño. Considera pues con atención y verás cómo cada uno aporta sus dones para el bien de la convivencia humana.
* Enviado por el P. Natalio

La Palabra de Dios
Lecturas del día
Primera Lectura: Núm 24, 2-7. 17a

Salmo: Sal 24, 4-5a. 6-7bc. 8-9

Santo Evangelio: Mt 21,23-27
En aquel tiempo, Jesús entró en el templo. Mientras enseñaba se le acercaron los sumos sacerdotes y los ancianos del pueblo diciendo: «¿Con qué autoridad haces esto? ¿Y quién te ha dado tal autoridad?». Jesús les respondió: «También yo os voy a preguntar una cosa; si me contestáis a ella, yo os diré a mi vez con qué autoridad hago esto. El bautismo de Juan, ¿de dónde era?, ¿del cielo o de los hombres?». Ellos discurrían entre sí: «Si decimos: ‘Del cielo’, nos dirá: ‘Entonces, ¿por qué no le creísteis?’. Y si decimos: ‘De los hombres’, tenemos miedo a la gente, pues todos tienen a Juan por profeta». Respondieron, pues, a Jesús: «No sabemos». Y Él les replicó asimismo: «Tampoco yo os digo con qué autoridad hago esto».

Comentario:
Hoy, el Evangelio nos invita a contemplar dos aspectos de la personalidad de Jesús: la astucia y la autoridad. Fijémonos, primero, en la astucia: Él conoce profundamente el corazón del hombre, conoce el interior de cada persona que se le acerca. Y, cuando los sumos sacerdotes y los notables del pueblo se dirigen a Él para preguntarle, con malicia: «Con qué autoridad haces esto?» (Mt 21,23), Jesús, que conoce su falsedad, les responde con otra pregunta: «El bautismo de Juan, ¿de dónde era?, ¿del cielo o de los hombres?» (Mt 21,25). Ellos no saben qué contestarle, ya que si dicen que venía de Dios, entrarían en contradicción con ellos mismos por no haberle creído, y si dicen que venía de los hombres se pondrían en contra del pueblo, que lo tenía por profeta. Se encuentran en un callejón sin salida. Astutamente, Jesús con una simple pregunta ha denunciado su hipocresía; les ha dado la verdad. Y la verdad siempre es incómoda, te hace tambalear.
También nosotros estamos llamados a tener la astucia de Jesús, para hacer tambalear a la mentira. Tantas veces los hijos de las tinieblas usan toda su astucia para conseguir más dinero, más poder y más prestigio; mientras que los hijos de la luz parece que tengamos la astucia y la imaginación un poco adormecidas. Del mismo modo que un hombre del mundo utiliza la imaginación al servicio de sus intereses, los cristianos hemos de emplear nuestros talentos al servicio de Dios y del Evangelio. Por ejemplo: cuando uno se encuentra ante una persona que habla mal de la Iglesia (cosa que pasa con frecuencia), ¿con qué astucia sabemos responder a la crítica negativa? O bien, en un ambiente de trabajo, con un compañero que sólo vive para él mismo y “pasa de todos”, ¿con qué astucia sabremos devolver bien por mal? Si le amamos, como Jesús, nuestra presencia le será muy “incómoda”.
Jesús ejercía su autoridad gracias al profundo conocimiento que tenía de las personas y de las situaciones. También nosotros estamos llamados a tener esta autoridad. Es un don que nos viene de lo alto. Cuanto más nos ejerzamos en poner las cosas en su sitio —las pequeñas cosas de cada día—, mejor sabremos orientar a las personas y las situaciones, gracias a las inspiraciones del Espíritu Santo.
Rev. D. Melcior QUEROL i Solà (Ribes de Freser, Girona, España)

Santoral Católico:
Santa Adelaida
Emperatriz de Italia
Nació el año 931 en el castillo de Orb, hija de Rodolfo II, rey de Borgoña. Contrajo matrimonio el 947 con Lotario, rey de Italia, del que quedó viuda tres años después. Más tarde contrajo nuevo matrimonio con Otón I, y fueron coronados por el papa Juan XII el año 962. Tuvo tres hijos, entre ellos Otón II. Cuando murió éste, tuvo que convertirse en la regente del imperio en nombre de su nieto Otón III. Prestó particular atención a los últimos y a los indigentes, estuvo en estrecha relación con el movimiento de reforma de Cluny, construyó iglesias y monasterios. El año 995 pudo retirarse de los asuntos públicos y pasó los últimos años de su vida en el monasterio benedictino de Selz, cerca de Estrasburgo (en la actual Francia), que ella había edificado, y allí murió el 16 de noviembre del año 999. En el conjunto de su vida se distinguió por sus virtudes, su serenidad de ánimo y su profunda vida interior, y también por mostrar una sobria alegría hacia los familiares, una infatigable piedad hacia los pobres y una abundante largueza en honrar las iglesias.
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© Directorio Franciscano – Aciprensa – Catholic.net

Pensamiento del día
“A la Virgen María, que acogió al Hijo de Dios hecho hombre con su fe, con su seno materno, con atenta solicitud, con el acompañamiento solidario y vibrante de amor, encomendamos en este Adviento la oración y el empeño en favor de la vida naciente”

Tema del día:
Reflexión Navideña
Hoy propongo hacer una reflexión serena, una pequeña, pero profunda, meditación de este tiempo próximo a la Navidad.

Ponte en silencio, recógete. Aíslate del mundo exterior que te rodea. La vivencia teológica de la Navidad no está en las fiestas, en el árbol, en los regalos, en el nacimiento o belenes, ni en los alegres brindis hogareños de unas copas. Todo eso es Navidad, pero lo es puramente periférico de la Navidad. La vivencia espiritual profunda de este misterio sólo puede vivirse en el silencio del corazón.

Por favor, acéptate a ti mismo como eres. No te evadas, no huyas acusándote de tus infidelidades con Dios, ni sobrevalorándote por tus virtudes. La infravaloración o la soberbia son solo un intento de evasión. Toma con paz, sin amargura, tu pasado, con realismo tu presente, y tu futuro condicionado por ese pasado y presentes tuyos. Acéptate tal cual eres, pobre, limitado, imperfecto. Acéptate a ti mismo como eres en realidad ante Dios. Sentirás dentro de ti un vacío grande. Te lo producen tu pasado y tu presente, condicionando ambos tu futuro. Ese vacío de tu corazón, el único que lo puede llenar es ese Niño, que es Dios. Deja que el silencio de tu retiro te hable de Dios. Que hable sólo Él. Tú escucha en silencio.

La dicha de la Navidad no es para oírla de un hombre, sino para vivirla personalmente. La dicha y el gozo de la Navidad no se pueden decir desde un púlpito. Las palabras son incapaces de darte a vivir la Navidad. Deja que te hable la luz navideña que viene a visitar las tinieblas de este mundo, tú también estás en oscuridad y no hay más luz que la que viene a traer este Niño. Él vino al mundo cuando todo el mundo estaba en paz y en el alto silencio de la medianoche. Tú también tienes que esperar esa paz y en esa oscuridad de medianoche para que venga a ti.

Tu silencio y el mensaje sin palabras que trae el Verbo es lo único que puede darte la realidad navideña. Dios viene a tu corazón. Quiere acunarse en él. En ese corazón tuyo distinto de todos los demás e irrepetible. Él, que hizo tu corazón personal e irrepetible, quiere venir a él como lo hizo en el pesebre.

El Niño que nace es la Palabra, el Verbo de Dios, y sin embargo no habla. Los recién nacidos no hablan. Pero el silencio de este recién nacido vale tanto como el sermón de la Montaña. Dios se ha hecho hombre. No es que se ha revestido de hombre, ni es un hombre endiosado. Es tan hombre como tú y tan Dios como el Padre. Es el Niño-Dios. Ése va a venir a tu corazón. No importa que tu corazón sea pobre. Él también era pobre y vino buscando especialmente a los pobres. Tu corazón es tan pobre como el pesebre, y las pajas tienen tan poco valor como tu pasado, presente y futuro previsible.

El Niño calla, pero ¡dice tanto!... También cuando todos los días nace en el Altar, guarda silencio de recién nacido. Si quieres conocerte, fíjate en el Niño. La antropología nace del conocimiento de Dios, más que del conocimiento directo del mismo hombre. Conociendo al Niño empezarás a conocerte a ti mismo y a los demás hombres. Tú eres una copia inspirada en Él.

Si es así, lo más cerca de Dios es la carne, la naturaleza humana, el hombre, tú. Él y tú deben formar un "nosotros" de amor. También puede haber equidistancias, si en tu silencio, en tu corazón vives profundamente la teología de la Navidad. Lo más cercano a ti puede ser Dios. Si entiendes a ese Niño, Dios puede hacerse más cercano, más próximo.

El mundo sería otro sin la Navidad que viene. ¿Qué sería de ti sin este nacer de Jesús? ¿Qué sería el mundo sin la Navidad? Otro mundo, otra cosa mucho más fría y sin sentido. ¡Cómo andaríamos los hombres! Por el contrario, si vivimos ahora la experiencia íntima de esta época navideña, nos será más fácil encontrar a Cristo en la iglesia, en la Eucaristía y en nuestros hermanos, pero sobre todo en el  pobre pesebre de nuestro corazón.
(Tomado de "Catolicidad")

Meditaciones de “Pequeñas Semillitas”
Señor, Dios nuestro, Rey. Pastor del pueblo escogido, pastor de los pobres y pequeños, pastor de las ovejas despreciadas. Pastor, buen pastor, escucha.
Hay todo un clamor que nadie atiende: el clamor de los que pierden en la guerra, el de los pueblos hambrientos, el de los extranjeros y refugiados, el de los campesinos y todos los marginados.
Tú, que no te sientas sobre nadie. Tú, que nos sientas a todos sobre tus rodillas fuertes y seguras. Tú, que caminas siempre, acompañando, protegiendo, conduciendo. Resplandece.
Resplandezca tu rostro de hermosura; manifiesta tu rostro iluminado por el brillo de la misericordia. Despierta el poder maravilloso de tu corazón invencible. Y ven a salvarnos. No tienes que hacer un largo viaje, porque tienes aquí tu cielo, entre nosotros, tus hijos más queridos.
Ven a visitar esta familia, enteramente tuya. Ven y quédate con nosotros, como uno más de la familia.
Ven, Señor, y danos vida, enséñanos los caminos de la dicha.
Ven a hacernos libres y enséñanos a amar. Ven, Amor.

Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas, monjas, religiosas, novicias, catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María;  por la conversión de todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por los cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por los niños con cáncer y otras patologías graves; por el drama de los refugiados del Mediterráneo; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo; por las víctimas de catástrofes naturales; por la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio.

Pedimos oración para las siguientes personas de Córdoba, Argentina: Cayetano G., que hoy será operado de cataratas; Pedro Juan D., con cáncer gástrico y metástasis y Ethel, con diagnóstico de cáncer de mama y muy deprimida. Por todas estas personas... ¡Te pedimos Señor!

Pedimos oración para Leandro M., niño de Bolivia de 8 años de edad, con tumor cerebral y metástasis. Que el Niño Jesús le conceda en esta Navidad la infinita gracia de la sanación que todos anhelamos para él.

Pedimos oración para Luis, de Sevilla, España, afectado de una enfermedad oncológica diseminada y bajo tratamiento de radioterapia e inmunoterapia. Que la Virgen Santísima lo fortalezca en su salud física, anímica y espiritual para poder hacer frente a este difícil momento.

Continuamos unidos en oración por medio del rezo del Santo Rosario poniendo en Manos de Nuestra Madre Bendita todas nuestras preocupaciones, alegrías y necesidades, poniendo al mundo entero en Manos de nuestra Madre y pidiéndole a Ella paz para el mundo. Al rezar por la paz, rezamos por todo, por la paz en el mundo, en los corazones, porque la violencia sea desterrada, por la paz para los niños que están en peligro de ser abortados. Paz para los jóvenes que no encuentran el camino, paz para los deprimidos. Paz para los que no han tenido la dicha de conocer al Amor. En fin rezamos por la paz, y sigamos haciéndolo.

Cinco minutos con Jesús
Diciembre 16
La vida de Jesús fue vida de humildad. Fue Dios en la aldea. En la aldea hay humildes y pudientes; él nació entre los humildes. Él nos dijo que nos daba ejemplo, para que nosotros los imitáramos.
(Padre Alfonso Milagro)
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)

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