PEQUEÑAS SEMILLITAS
Número 0008 ~ Jueves 8 de Marzo de 2007
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Hola !!!
Quiero iniciar este boletín confesando que por naturaleza me resisto a aceptar los "día de...".
Así pues, me parece que, desde el "día de la madre", pasando por el "día del padre", "del niño", "del abuelo", "del médico", y llegando al "día del bombero" o el "día de la mujer" -que dicen que hoy se celebra-, son meros artilugios comerciales en los que generalmente caemos tontamente casi todos nosotros empujados por la corriente de la sociedad en que vivimos.
Nadie me va a poner un día para honrar a mi padre y a mi madre, siendo que Dios mismo lo indicó en las tablas de la Ley que le entregó a Moisés en el monte Sinaí hace miles de años (Cuarto Mandamiento).
Nadie me va a imponer un día para querer a los niños, o para respetar al arquitecto, al zapatero, al fotógrafo, al poeta, al destrancador de cloacas, o menos aún a la mujer... a la que admiro y amo todos los días de mi vida.
Por eso, mi saludo y mis respetos para las mujeres serán hoy los mismos que les prodigo en cada uno de los días del año.
Y mi única mención al tema será un artículo que transcribo algo más abajo con el título de "Las mujeres de mi generación son las mejores" y un pensamiento de Juan Pablo II que me hizo llegar mi amiga Melissa.
Evangelio de hoy
En aquel tiempo, Jesús dijo a los fariseos: «Era un hombre rico que vestía de púrpura y lino, y celebraba todos los días espléndidas fiestas. Y un pobre, llamado Lázaro, que, echado junto a su portal, cubierto de llagas, deseaba hartarse de lo que caía de la mesa del rico pero hasta los perros venían y le lamían las llagas.
»Sucedió, pues, que murió el pobre y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham. Murió también el rico y fue sepultado. Estando en el Hades entre tormentos, levantó los ojos y vio a lo lejos a Abraham, y a Lázaro en su seno. Y, gritando, dijo: ‘Padre Abraham, ten compasión de mí y envía a Lázaro a que moje en agua la punta de su dedo y refresque mi lengua, porque estoy atormentado en esta llama’. Pero Abraham le dijo: ‘Hijo, recuerda que recibiste tus bienes durante tu vida y Lázaro, al contrario, sus males; ahora, pues, él es aquí consolado y tú atormentado. Y además, entre nosotros y vosotros se interpone un gran abismo, de modo que los que quieran pasar de aquí a vosotros, no puedan; ni de ahí puedan pasar donde nosotros’.
»Replicó: ‘Con todo, te ruego, padre, que le envíes a la casa de mi padre, porque tengo cinco hermanos, para que les dé testimonio, y no vengan también ellos a este lugar de tormento’. Díjole Abraham: ‘Tienen a Moisés y a los profetas; que les oigan’. Él dijo: ‘No, padre Abraham; sino que si alguno de entre los muertos va donde ellos, se convertirán’. Le contestó: ‘Si no oyen a Moisés y a los profetas, tampoco se convencerán, aunque un muerto resucite’».
(Lucas 16, 19-31)
Comentario
Hoy, el Evangelio es una parábola que nos descubre las realidades del hombre después de la muerte. Jesús nos habla del premio o del castigo que tendremos según cómo nos hayamos comportado.
El contraste entre el rico y el pobre es muy fuerte. El lujo y la indiferencia del rico; la situación patética de Lázaro, con los perros que le lamen las úlceras (cf. Lc 16,19-21). Todo tiene un gran realismo que hace que entremos en escena.
Podemos pensar, ¿dónde estaría yo si fuera uno de los dos protagonistas de la parábola? Nuestra sociedad, constantemente, nos recuerda que hemos de vivir bien, con confort y bienestar, gozando y sin preocupaciones. Vivir para uno mismo, sin ocuparse de los demás, o preocupándonos justo lo necesario para que la conciencia quede tranquila, pero no por un sentido de justicia, amor o solidaridad.
Hoy se nos presenta la necesidad de escuchar a Dios en esta vida, de convertirnos en ella y aprovechar el tiempo que Él nos concede. Dios pide cuentas. En esta vida nos jugamos la vida.
Jesús deja clara la existencia del infierno y describe algunas de sus características: la pena que sufren los sentidos —«que moje en agua la punta de su dedo y refresque mi lengua, porque estoy atormentado en esta llama» (Lc 16,24)— y su eternidad —«entre nosotros y vosotros se interpone un gran abismo» (Lc 16,26).
San Gregorio Magno nos dice que «todas estas cosas se dicen para que nadie pueda excusarse a causa de su ignorancia». Hay que despojarse del hombre viejo y ser libre para poder amar al prójimo. Hay que responder al sufrimiento de los pobres, de los enfermos, o de los abandonados. Sería bueno que recordáramos esta parábola con frecuencia para que nos haga más responsables de nuestra vida. A todos nos llega el momento de la muerte. Y hay que estar siempre preparados, porque un día seremos juzgados.
Rev. D. Xavier Sobrevía i Vidal (Sant Boi de Llobregat-Barcelona, España)
Santoral y Efemérides
Un cordial saludo para los amigos que llevan ese hermoso nombre.
Algunos de los hechos más importantes ocurridos en un día como hoy en la Historia fueron:
1669 - Erupción del volcán Etna, que arrasó parte de la ciudad de Catania.
1781 - Nace Juana Azurduy, heroína de la independencia boliviana.
1839 - Se inaugura en Madrid la Escuela Normal Central de Maestros.
1908 - Mueren 129 mujeres en el incendio de una fábrica textil de Nueva York en la que se habían encerrado para reclamar iguales derechos laborales que los hombres.
1917 - Fallece Fernando de Zeppelin, piloto alemán, inventor del dirigible que lleva su nombre.
1923 - Albert Einstein es investido doctor "honoris causa" por la Universidad Central de Madrid.
1930 - El Mahatma Gandhi ordena el inicio de la desobediencia civil en la India.
1933 - Estreno en el teatro Beatriz, de Madrid, del drama "Bodas de Sangre", de Federico García Lorca.
1942 - Muere José Raúl Capablanca, ajedrecista cubano.
1983 - Visita del Papa Juan Pablo II a Honduras.
1983 - Fallece Chabuca Granda, compositora peruana.
1999 - Fallece Adolfo Bioy Casares, escritor argentino.
Para pensar...
"Te doy gracias, mujer, ¡por el hecho mismo de ser mujer! Con la intuición propia de tu feminidad enriqueces la comprensión del mundo y contribuyes a la plena verdad de las relaciones humanas.".
Juan Pablo II.
Las mujeres de mi generación son las mejores
Hoy tienen cuarenta y pico, incluso cincuenta, o un poquito más y son bellas, muy bellas, pero también serenas, comprensivas, sensatas, y sobre todo, endiabladamente seductoras. Ésto a pesar de sus incipientes patas de gallo o de esa afectuosa celulitis que capitonea sus muslos, pero que las hace tan humanas, tan reales.
Tan hermosamente reales...
Casi todas, hoy, están casadas o divorciadas, o divorciadas y vueltas a casar, con la idea de no equivocarse en el segundo intento, que a veces es un modo de acercarse al tercero, y al cuarto intento... Pero ¿qué importa éso?
Otras, unas pocas, mantienen una pertinaz soltería y la protegen como una ciudad sitiada que, de cualquier modo, cada tanto abre sus puertas a algún visitante.
¡Qué bellas son, por Dios, las mujeres de mi generación!
Nacidas bajo la era de Acuario, con el influjo de la música de los Beatles, de Bob Dylan, o los Rollings, el mejor cine de Kubrick y el inicio del "boom" latinoamericano, son seres excepcionales.
Herederas de la "revolución sexual" de la década del 60 y de las corrientes feministas que, sin embargo, recibieron pasadas por varios filtros.
Ellas supieron combinar libertad con coquetería, emancipación con pasión, reivindicación con seducción.
Jamás vieron en el hombre a un enemigo a pesar de que le cantaron unas cuántas verdades, pues comprendieron que emanciparse era algo más que poner al hombre a trapear el baño o a cambiar el rollo de papel higiénico cuando éste, trágicamente se acaba.
Y decidieron pactar para vivir en pareja, esa forma de convivencia que tanto se critica pero que, con el tiempo, resulta ser la única posible, o la mejor, al menos en este mundo y en esta vida.
Son maravillosas y tienen estilo, aun cuando nos hacen sufrir, cuando nos engañan o nos dejan.
Usaron faldas hindúes a los 18 años, se adornaron con collares precolombinos, se cubrieron con suéteres de lana y perdieron su parecido con María, la Virgen, en una noche loca de viernes o de sábado después de bailar, con algún amigo que les habló de Kafka, de Gurdjieff y del cine de Bergman.
Al fondo de sus mochilas arrugadas había paquetes de Marlboro, libros de Simone de Beauvoir y casetes de Roberto Carlos o Víctor Jara. Y al dejarnos, cuando no les quedaba más remedio que dejarnos, nos dedicaban alguna melosa canción de Julio Iglesias...
Se vistieron de luto por la muerte de Julio Cortázar o del Ché, hablaron con pasión de política y quisieron cambiar el mundo, bebieron ron cubano y aprendieron de memoria las canciones de protesta sesentista y el repertorio completo del Nano Serrat.
Conocieron y apoyaron los movimientos populares revolucionarios de su tiempo tan cargados de flores como de románticas balas...
Fueron con sus novios a las playas o a las sierras, durmiendo en carpa y dejándose picar por los mosquitos, porque adoraban la libertad y creían en el amor; algo que hoy le inculcan a sus hijos, lo que nos hace prever tiempos mejores, y, sobre todo, juraron amarnos para toda la vida, algo que sin duda hicieron y que hoy siguen haciendo en su hermosa y seductora madurez.
Supieron ser, a pesar de su belleza, reinas bien educadas, poco caprichosas o egoístas. Diosas con sangre humana.
El tipo de mujer que, cuando le abren la puerta del auto para que suba, se inclina sobre la butaca y, a su vez, abre la de su pareja desde adentro.
La que recibe a un amigo que sufre a las cuatro de la mañana, aunque sea su ex novio, porque son maravillosas y tienen estilo, aun cuando nos hacen sufrir, cuando nos engañan o nos dejan, pues su sangre no es tan helada como para no escucharnos en esa necesaria y salvadora última noche en la que están dispuestas a servirnos el octavo whisky y a poner, por sexta vez, aquella reiterada melodía de Santana.
Por eso, para los que nacimos entre las décadas del 50 y 60, el día de la mujer es, en realidad, todos los días del año, cada uno de los días con sus noches y sus amaneceres, que son más bellos, como dice el bolero, cuando estás tú.
¡Qué bellas son, por Dios, las mujeres de mi generación!
Y cuánto las amo !!!!!
Tomado de la web
Consignas
Es mejor gastarse, que enmohecerse. Si encomiendas a un hombre más de lo que puede hacer, lo hará; si solamente le encomiendas lo que puede hacer, ho hará nada. Si quieres que una cosa se haga, encárgasela a quien no tiene tiempo; si quieres que algo no se haga encárgaselo al que tiene tiempo. Es que el primero no tiene tiempo porque hace todo lo que le encomiendan y el segundo tiene tiempo porque no hace nada de lo que le dicen.
Historias : Te lo dará en forma de semilla
Dicen que una vez un hombre, era perseguido por varios malhechores que querian matarlo. El hombre ingresó a una cueva. Los malhechores empezaron a buscarlo por las cuevas anteriores a la que él se encontraba. Con tal desesperación elevó una plegaria a Dios, de la siguiente manera:
"Dios todopoderoso, haz que dos ángeles bajen y tapen la entrada, para que no entren a matarme".
En ese momento escuchó a los hombres acercándose a la cueva en la que estaba escondido , y vio que apareció una arañita.
La arañita empezó a tejer una telaraña en la entrada.
El hombre volvió a elevar otra plegaria, esta vez más angustiado:
"Señor te pedi ángeles, no una araña."
Y continuó:
-"Señor por favor, con tu mano poderosa coloca un muro fuerte en la entrada para que los hombres no puedan entrar a matarme".
Abrió los ojos esperando ver el muro tapando la entrada, y observó a la arañita tejiendo la telaraña.
Estaban ya los malhechores ingresando en la cueva anterior y éste quedó esperando su muerte.
Cuando los malhechores estuvieron frente a la cueva que se encontraba el hombre, ya la arañita habia tapado toda la entrada, entonces se escuchó esta conversación:
- Vamos, Entremos a esta cueva
- No. No ves que hasta hay telarañas, nadie ha entrado en esta cueva. Sigamos buscando en las demás .
Hay una frase muy bella que dice:
"Si le pides a Dios un árbol te lo dará, en forma de semilla".
Enviado por Silvana
Meditación breve
F.W.Robertson nos dice: “Así como el árbol se fertiliza con sus propias ramas y hojas caídas, y brota de sus viejos troncos; los hombres y las naciones mejoran y se perfeccionan con la desgracia, y se purifican con los deseos rotos y las esperanzas marchitas”
¡Qué bella lección nos da la naturaleza, que es obra de Dios!v ¿Cómo no creer en sus designios?
“Los hombres (y las mujeres también) se perfeccionan con las propias desgracias y se purifican con los deseos rotos y las esperanzas marchitas”…
Este es un mensaje muy sabio que el Señor nos envía a través la pródiga naturaleza que Él creó con sus propias manos y sólo nos resta decirle con amor y gratitud:
Gracias Señor, por el maravilloso don de entender tus mensajes, y por la sabiduría de tu divina creación.
Señor: toma mis desgracias, mis deseos rotos y mis esperanzas marchitas; purifícalas con las aguas del más puro manantial y la sal de mil lágrimas derramadas en solitario, y condúceme por el camino recto que lleva hacia la perfección humana…
Ninfa Duarte
Los cinco minutos de Dios - por Alfonso Milagro
Ser cobarde no es ninguna hazaña; cualquiera puede serlo; ser valiente es propio de los grandes espíritus; y tú no querrías ciertamente quedarte en dimensión de pigmeo; tú pretendes llegar a la altura de tu madurez.
Por éso necesitas valentía; de los valientes es el éxito; de los valientes es el triunfo; los valientes consiguen la tierra y alcanzan el cielo; los valientes se dominan a sí mismos y merecen el respeto de los demás. Se imponen, no por razón de la fuerza, sino por la fuerza de la razón; o si quieres, mejor: se imponen por la fuerza de la razón y del amor.
Por mucho que hagas en tu vida, siempre te quedarán cosas que puedas hacer.
Felipe de Urca
-Jardinero de Dios-
A las personas que dejan un comentario en este blog
les pido por favor que indiquen su dirección de correo electrónico,
para poder escribirles y agradecerles su visita.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¡Gracias por participar comentando! Por favor, no te olvides de incluir tu nombre y ciudad de residencia al finalizar tu comentario dentro del cuadro donde escribes.