jueves, 30 de noviembre de 2023

Pequeñas Semillitas 5500

PEQUEÑAS SEMILLITAS
 
Año 18 - Número 5500 ~ Jueves 30 de Noviembre de 2023
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
¡Alabado sea Jesucristo!
Trata de leer y estudiar siempre que puedas. Actualízate leyendo buenos libros para alimentar también tu mente y espíritu.
Cuida tu intelecto aumentando tu cultura. Estudiando, estarás ejercitando tu cerebro, aprendiendo y vivenciando.
Abandona tus futilidades que sólo sirven para dejarlo inseguro, vacío y cercano a las tentaciones mundanas.
Discute asuntos importantes con las personas, pero cultiva la humildad para no herir susceptibilidades de nadie.
Lee y aprende todo lo que puedas. Las personas se enorgullecerán de tenerte como amigo.
 
La Palabra de Dios
Lecturas del día
Primera Lectura: Rom 10,9-18
 
Salmo: Sal 18, 2-3. 4-5
 
Santo Evangelio: Mt 4,18-22
En aquel tiempo, caminando por la ribera del mar de Galilea vio a dos hermanos, Simón, llamado Pedro, y su hermano Andrés, echando la red en el mar, pues eran pescadores, y les dice: «Venid conmigo, y os haré pescadores de hombres». Y ellos al instante, dejando las redes, Le siguieron. Caminando adelante, vio a otros dos hermanos, Santiago el de Zebedeo y su hermano Juan, que estaban en la barca con su padre Zebedeo arreglando sus redes; y los llamó. Y ellos al instante, dejando la barca y a su padre, le siguieron.
 
Comentario:
Hoy es la fiesta de san Andrés apóstol, una fiesta celebrada de manera solemne entre los cristianos de Oriente. Fue uno de los dos primeros jóvenes que conocieron a Jesús a la orilla del río Jordán y que tuvieron una larga conversación con Él. Enseguida buscó a su hermano Pedro, diciéndole «Hemos encontrado al Mesías» y lo llevó a Jesús (Jn 2,41). Poco tiempo después, Jesús llamó a estos dos hermanos pescadores amigos suyos, tal como leemos en el Evangelio de hoy: «Venid conmigo y os haré pescadores de hombres» (Mt 4,19). En el mismo pueblo había otra pareja de hermanos, Santiago y Juan, compañeros y amigos de los primeros, y pescadores como ellos. Jesús los llamó también a seguirlo. Es maravilloso leer que ellos lo dejaron todo y le siguieron “al instante”, palabras que se repiten en ambos casos. A Jesús no se le ha de decir: “después”, “más adelante”, “ahora tengo demasiado trabajo”...
También a cada uno de nosotros —a todos los cristianos— Jesús nos pide cada día que pongamos a su servicio todo lo que somos y tenemos —esto significa dejarlo todo, no tener nada como propio— para que, viviendo con Él las tareas de nuestro trabajo profesional y de nuestra familia, seamos “pescadores de hombres”. ¿Qué quiere decir “pescadores de hombres”? Una bonita respuesta puede ser un comentario de san Juan Crisóstomo. Este Padre y Doctor de la Iglesia dice que Andrés no sabía explicarle bien a su hermano Pedro quién era Jesús y, por esto, «lo llevó a la misma fuente de la luz», que es Jesucristo. “Pescar hombres” quiere decir ayudar a quienes nos rodean en la familia y en el trabajo a que encuentren a Cristo que es la única luz para nuestro camino.
* Prof. Dr. Mons. Lluís CLAVELL (Roma, Italia) © Textos de Evangeli net – Imagen: Misioneros Digitales Católicos.
 
Santoral Católico:
San Andrés
Nació en Betsaida, junto al lago de Tiberíades, y fue primero discípulo de Juan Bautista. Encontrándose éste en compañía de dos de sus discípulos, Andrés y Juan Evangelista, pasó Jesús, de quien dijo el Bautista: «He aquí el Cordero de Dios». Los dos discípulos le oyeron y siguieron a Jesús; éste, volviéndose, les preguntó: «¿Qué buscáis?». Ellos le respondieron: «¿Dónde vives?», y Jesús les contestó: «Venid y lo veréis». Ellos fueron y se quedaron con Él aquel día. Andrés se encontró después con su hermano Simón Pedro, y le dijo: «Hemos encontrado al Mesías», y lo llevó donde Jesús. Más tarde, caminando Jesús por la ribera del mar de Galilea, vio a los hermanos Simón Pedro y Andrés echando las redes, y les dijo: «Venid conmigo, y os haré pescadores de hombres». Ellos al instante, dejando las redes, le siguieron. Según la tradición, después de Pentecostés, Andrés predicó el Evangelio en Asia Menor y en Grecia, y sufrió el martirio en Patrás de Acaya, crucificado en una cruz en forma de aspa.
Oración: Protégenos, Señor, con la constante intercesión del apóstol san Andrés, a quien escogiste para ser predicador y pastor de tu Iglesia. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Para más información hacer clic acá.
(Directorio Franciscano – ACI Prensa – Catholic.net)
 
Pensamiento del día
«Que el apóstol Andrés nos enseñe a seguir a Jesús con prontitud, a hablar con entusiasmo de Él, y sobre todo a cultivar con Él una relación de auténtica familiaridad, conscientes de que sólo en Él podemos encontrar el sentido último de nuestra vida y de nuestra muerte»
(BENEDICTO XVI)
 
Historias:
Lourdes me ofreció un regalo tras otro
Cuando cumplí 51 años, comenzó mi vida de enferma. La palabra "enfermedad" se convirtió en parte de mi identidad, cuando me diagnosticaron linfoma folicular después de un chequeo de rutina. El cáncer no era el regalo de cumpleaños que esperaba, pero el viaje espiritual que estaba a punto de emprender, realmente cambiaría mi vida.
 
Lourdes siempre ha tenido un lugar especial en mi corazón. Mi madre me dijo que yo era descendiente de Jeanne Abadía, la joven que acompañó a santa Bernadette Soubirous a recoger leña en la Gruta de Massabielle, donde se apareció nuestra Santísima Madre. Visitar el cementerio de Lourdes donde descansa mi tía tatarabuela representó una gran gracia. Y por milagro, allí me encontré el pasado mes de mayo, en el cementerio local, con el monumento de la familia Abadía a un lado y el de la familia Soubirous al otro. Fue un momento especial. Mi hija Michelle, de 16 años —apenas mayor que Bernadette y de la edad de Jeanne en el momento de la aparición de la Santísima Madre— y yo, oramos por ambas familias.
 
El año pasado fui invitada por la Asociación Occidental de la Orden de Malta a su peregrinación anual a Lourdes. Además, Michelle ahora podía acompañarme, lo que no era posible en 2020, cuando tenía 13 años. Los miembros de la Orden me ayudaron durante toda la peregrinación y, gracias a su ayuda, logré ser plenamente receptiva a las gracias de la peregrinación.
 
Es difícil contar todas las bendiciones que recibí durante la semana que pasé en Lourdes. Mi objetivo principal era visitar la gruta, que es más hermosa de lo que había imaginado. Al tocar la roca mojada, quedé impresionada por el maravilloso evento que allí sucedió. Esta experiencia me conmovió tanto que regresé varias veces durante la peregrinación. Mi hija y yo también bebimos agua del manantial. Nos lavamos las manos y la cara. Sentí una sensación de purificación y renovación de mi fe, así como un profundo amor y unión con mi única hija.
 
El último día completo llovió, pero fue una oportunidad para reflexionar. Consideré el dolor y la confusión que sentí cuando me diagnosticaron por primera vez, y cuán claramente contrastaba con la paz y el amor que había experimentado en los años transcurridos desde ese día. En Lourdes, hice una confesión con el sacerdote de mi grupo, en la que reflexioné sobre mi vida. Confesé todo lo que sentía que necesitaba sanación y perdón.
 
Después de mi confesión, visité la Capilla de la Adoración, encendí una vela por mis intenciones y oré mientras recorría el Vía crucis esculpido bellamente en mármol. Posteriormente fui a ver el Vía crucis del exterior, hecho en bronce y en tamaño natural. Fue un viaje de pasión y reflexión.
 
La Santísima Virgen dijo a santa Bernardita: "No prometo hacerte feliz en este mundo, sino en el otro. ¿Me harías el favor de venir aquí durante quince días?". Millones de peregrinos pronto seguirían los pasos de Bernardita. Aunque saben que no encontrarán la felicidad eterna en esta vida, los momentos de alegría que sienten al estar cerca de nuestra Santísima Madre son una experiencia que nunca olvidarán. Por mi parte, siempre recordaré esos momentos. Son para mí fuente de renovación y de paz, y estaré eternamente agradecida a María.
 
Janet Russell, 30 de agosto de 2023.
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(Texto e imagen de osvnews.com)
 
Meditaciones de “Pequeñas Semillitas”
Cierta vez, un hombre pidió a Dios una flor y una mariposa. Pero Dios le dio un cactus y una oruga. El hombre quedó triste, pues no entendió por qué su pedido llegó errado. Luego pensó: ‘Con tanta gente que atender’... y resolvió no cuestionar.
Pasado algún tiempo, el hombre fue a verificar el pedido que dejó olvidado. Para su sorpresa, del espinoso y feo cactus había nacido la más bella de las flores. Y la horrible oruga se había transformado en una bellísima mariposa.
Dios siempre hace lo correcto. Su camino es el mejor, aunque a nuestros ojos parezca que todo está errado. Si has pedido a Dios una cosa y has recibido otra, confía. Ten la seguridad de que Él siempre te proporcionará lo que necesitas en el momento adecuado. No siempre lo que deseas es lo que necesitas. Como Él nunca falla en la entrega de sus pedidos, sigue adelante sin dudar ni murmurar...
Así como fue necesario un viernes santo para que haya un domingo de resurrección, la espina de hoy... será la flor de mañana.
 
Recordando al Padre Natalio
Rara flor en el precipicio
Confiar en Dios es depositar toda nuestra fe en él. Dejarle el cuidado de tus cosas. Permitirle disponer de tu futuro, porque sabes que te ama más que tú mismo. Reposar en él “como un niño en brazos de su madre” (salmo 131). Y confiar sobre todo en las pruebas, cuando las cosas resultan incomprensibles.
 
Unos  científicos exploraban un rincón desconocido de los Alpes, en busca de nuevas especies de flores. Un día notaron con sus binoculares una flor muy rara y bella, de gran valor para la ciencia. Pero la flor se hallaba en un profundo precipicio. Sólo sostenido de una cuerda se podía bajar por el despeñadero. Un muchacho curioso observaba la escena. Los científicos le propusieron pagarle bien si se dejaba bajar por el despeñadero, para cortar la flor que había en el fondo. El muchacho miró el peligroso precipicio, y luego dijo: “Regreso en un minuto”. Al poco rato volvió seguido de un hombre de pelo canoso, se acercó al botánico y le dijo: "Bajaré por el despeñadero, y les traeré la flor, si este hombre sostiene la cuerda. Es mi papá". Si alguna otra persona sostiene la cuerda, no me atreveré.
 
“No temas, yo estoy contigo”, es un maravilloso tema bíblico que puedes profundizar en el libro de Josué, capítulo 1, 1-10. Allí Dios una y otra vez repite al héroe, antes de su gesta guerrera en la tierra que mana leche y miel: “Sé valiente, no temas, porque yo estaré siempre contigo, adonde quiera que vayas”. Que estas palabras fortalezcan tu confianza.
(P. Natalio)
 
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)
 
 
 
BLOG ”PEQUEÑAS SEMILLITAS”
”JUAN PABLO II INOLVIDABLE”
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miércoles, 29 de noviembre de 2023

Pequeñas Semillitas 5499

PEQUEÑAS SEMILLITAS
 
Año 18 - Número 5499 ~ Miércoles 29 de Noviembre de 2023
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
¡Alabado sea Jesucristo!
Hoy quiero concentrarme en los pétalos y no en las espinas. Hoy quiero admirar el azul del cielo sin quejarme de las nubes. Hoy hago un gozoso balance de mis dones y bendigo al Señor los pocos talentos que me dio y por su amor sin límites. Hoy tengo tiempo para valorar a mis seres queridos y dar gracias por mi trabajo, mi vida y mi salud. Destierro el pesimismo y entierro al desaliento porque me abro jubiloso a la experiencia de alabar y agradecer. En lugar de envidiar me dedico a elogiar, en lugar de destruir me dedico a construir, en lugar de llorar me dedico a reír. Hoy tengo ojos y corazón para asombrarme con las flores, los árboles, las aves y los peces. Hoy contemplo el universo con ojos nuevos y aprecio tantas maravillas. Hoy cambio mis lamentos por bendiciones. Hoy veo mis problemas como oportunidades y me animo a seguir adelante con la ayuda de Dios y de quienes me aman. Hoy elijo vivir en lugar de morir.
 
La Palabra de Dios
Lecturas del día
Primera Lectura: Dan 5,1-6.13-14.16-17.23-28
 
Salmo: Dan 3, 62. 63. 64. 65. 66. 67
 
Santo Evangelio: Lc 21,12-19
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Os echarán mano y os perseguirán, entregándoos a las sinagogas y cárceles y llevándoos ante reyes y gobernadores por mi nombre; esto os sucederá para que deis testimonio. Proponed, pues, en vuestro corazón no preparar la defensa, porque yo os daré una elocuencia y una sabiduría a la que no podrán resistir ni contradecir todos vuestros adversarios. Seréis entregados por padres, hermanos, parientes y amigos, y matarán a algunos de vosotros, y seréis odiados de todos por causa de mi nombre. Pero no perecerá ni un cabello de vuestra cabeza. Con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas».
 
Comentario:
Hoy ponemos atención en esta sentencia breve e incisiva de nuestro Señor, que se clava en el alma, y al herirla nos hace pensar: ¿por qué es tan importante la perseverancia?; ¿por qué Jesús hace depender la salvación del ejercicio de esta virtud?
Porque no es el discípulo más que el Maestro —«seréis odiados de todos por causa de mi nombre» (Lc 21,17)—, y si el Señor fue signo de contradicción, necesariamente lo seremos sus discípulos. El Reino de Dios lo arrebatarán los que se hacen violencia, los que luchan contra los enemigos del alma, los que pelean con bravura esa “bellísima guerra de paz y de amor”, como le gustaba decir a san Josemaría Escrivá, en que consiste la vida cristiana. No hay rosas sin espinas, y no es el camino hacia el Cielo un sendero sin dificultades. De ahí que sin la virtud cardinal de la fortaleza nuestras buenas intenciones terminarían siendo estériles. Y la perseverancia forma parte de la fortaleza. Nos empuja, en concreto, a tener las fuerzas suficientes para sobrellevar con alegría las contradicciones.
La perseverancia en grado sumo se da en la cruz. Por eso la perseverancia confiere libertad al otorgar la posesión de sí mismo mediante el amor. La promesa de Cristo es indefectible: «Con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas» (Lc 21,19), y esto es así porque lo que nos salva es la Cruz. Es la fuerza del amor lo que nos da a cada uno la paciente y gozosa aceptación de la Voluntad de Dios, cuando ésta —como sucede en la Cruz— contraría en un primer momento a nuestra pobre voluntad humana.
Sólo en un primer momento, porque después se libera la desbordante energía de la perseverancia que nos lleva a comprender la difícil ciencia de la cruz. Por eso, la perseverancia engendra paciencia, que va mucho más allá de la simple resignación. Más aún, nada tiene que ver con actitudes estoicas. La paciencia contribuye decisivamente a entender que la Cruz, mucho antes que dolor, es esencialmente amor.
Quien entendió mejor que nadie esta verdad salvadora, nuestra Madre del Cielo, nos ayudará también a nosotros a comprenderla.
* Rev. D. Antoni CAROL i Hostench (Sant Cugat del Vallès, Barcelona, España) © Textos de Evangeli net – Imagen: Misioneros Digitales Católicos.
 
Santoral Católico:
San Saturnino
Llegó a Toulouse (Francia) a mediados del siglo III. Nombrado obispo de la ciudad, se dedicó a predicar y evangelizar, pues en aquel tiempo había allí pocas comunidades cristianas y estaban mal organizadas. Los paganos querían obligarlo a ofrecer un toro a los ídolos, a lo que él se negó rotundamente. Entonces la multitud pagana lo ató al cuello del toro y lo precipitó desde lo alto del capitolio. Murió con la cabeza destrozada y el cuerpo lleno de magulladuras. Esto sucedió hacia el año 257, en tiempo del emperador Decio.
Para más información hacer clic acá.
(Directorio Franciscano – ACI Prensa – Catholic.net)
 
Pensamiento del día
 
«La filantropía es una dama orgullosa para quien las buenas acciones son una especie de adorno y que gusta de mirarse en el espejo. La caridad, en cambio, es la madre tierna que tiene los ojos fijos en la criatura prendida en su seno, que ya no piensa más en sí misma y que olvida su belleza ante su amor»
(BEATO FEDERICO OZANAM)
 
Historias:
Cuánto vales
Alfredo, con el rostro abatido de pesar, se reúne con su amiga Marisa en un restaurante para tomar un café. Deprimido, descargó en ella sus angustias... que si el trabajo, la crisis actual, la escasez de dinero, la relación con su pareja, su vocación... todo parecía ir mal en su vida.
 
Marisa introdujo la mano en su cartera, sacó un billete de 100 euros y le dijo: -"Alfredo, ¿quieres este billete?"
 
Alfredo, un poco confundido al principio, le dijo: -"Claro Marisa... son 100 euros, ¿quién no los querría?" Entonces Marisa tomó el billete en uno de sus puños y lo arrugó hasta hacerlo un pequeño bollo.
 
Mostrando la estrujada pelotita verde a Alfredo, volvió a preguntarle: -"¿Y ahora lo quieres igual?"
 
-"Marisa, no sé qué pretendes con esto, pero siguen siendo 100 euros. Claro que los tomaré si me lo entregas."
 
Entonces Marisa desdobló el arrugado billete, lo tiró al piso y lo restregó con su pie en el suelo, levantándolo luego sucio y marcado. -"¿Lo sigues queriendo?"
 
-"Mira Marisa, sigo sin entender qué pretendes, pero ese es un billete de 100 euros y mientras no lo rompas, conserva su valor..."
 
-"Entonces Alfredo, debes saber que aunque a veces algo no salga como quieres, aunque la vida te arrugue o pisotee, sigues siendo tan valioso como siempre lo hayas sido... Lo que debes preguntarte es cuánto vales en realidad y no lo golpeado que puedas estar en un momento determinado".
 
Alfredo se quedó mirando a Marisa sin atinar con palabra alguna mientras el impacto del mensaje penetraba profundamente en su cerebro. Marisa puso el arrugado billete de su lado en la mesa y con una sonrisa cómplice agregó: -"Toma, guárdalo para que te acuerdes de esto cuando te sientas mal... Pero me debes un billete nuevo de 100 euros para poder usarlo con el próximo amigo que lo necesite!" Le dio un beso en la mejilla a Alfredo -quien aún no había pronunciado palabra- y levantándose de su silla se alejó rumbo a la puerta.
 
Alfredo volvió a mirar el billete, sonrió, lo guardó en su billetera y dotado de una renovada energía llamó al camarero para pagar la cuenta.
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(Tomado del Web Católico de Javier)
 
Meditaciones de “Pequeñas Semillitas”
Un prestigioso cardenal español dijo una vez algo que toca nuestra fe: “Mi madre no sabía leer ni escribir, pero me enseñó más que todos los libros: me enseñó a creer, amar y esperar en Dios”. ¡Cuántos cristianos “analfabetos” han enseñado y pueden seguir enseñando a creer, amar y esperar en Dios!
Con este enfoque, san Carlos de Foucauld realizó su vida de apóstol en el Sahara.
“Mi apostolado –afirmaba Carlos de Foucauld– debe ser el testimonio de la bondad. Los que me ven deben decirse: ya que este hombre es tan bueno, su religión debe ser buena. Y si me preguntan por qué soy manso y bueno, debo decir: porque soy el servidor de Alguien que es mucho más bueno que yo. ¡Si supieran qué bueno es mi Maestro Jesús! Quisiera ser bastante bueno para que digan: si el servidor es así… ¡Cómo será pues el Maestro!... Tratemos de ser una sola cosa con Jesús, reproduciendo su vida en la nuestra, a través de nuestros pensamientos, palabras y acciones”.
 
Pedidos de oración
🙏 Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas, monjas, religiosas, novicias, catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María;  por la conversión de todos los pueblos; por la PAZ en el mundo; por el fin de los ataques a la Iglesia Católica en Nicaragua, por los cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África (Nigeria), y en otros lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por los niños con cáncer y otras patologías graves; por los jóvenes, especialmente los que han caído en las drogas o cualquier tipo de adicción, por las víctimas de trata, por el drama de los refugiados del Mediterráneo; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo; por todos nuestros hermanos de diversos países sometidos a dictaduras que se ven forzados a emigrar en busca de mejores horizontes en otras tierras;  por las víctimas de catástrofes naturales; por la unión de las familias, por lo no nacidos, por la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio. Para lectores argentinos, pedimos especial oración por la salvación de la República Argentina en el marco de la democracia, la justicia y la honestidad de los gobernantes.
 
🙏 Pedimos oración por la salud de Mercedes, mujer de la ciudad de Alta Gracia, Córdoba, Argentina, que hace años sufrió un accidente del cual le quedaron secuelas en la columna vertebral que le producen intensos dolores y mucha dificultad para moverse, debiendo hacerlo mayormente en silla de ruedas. Ella ofrece su sufrimiento a Dios por las intenciones de todo el mundo, y nosotros vamos a rezar pidiendo al Señor y a la Virgen de Lourdes por alivio para sus dolores.
 
🙏 Pedimos oración para Patricia, mujer que vive en Escobar, Buenos Aires, Argentina, lectora y amiga de esta página desde hace años, y que ha tenido y tiene diversas afecciones en su salud que le hacen complicada la existencia. También ella asume con entereza esas dolencias y nuestra plegaria se dirige a Dios para pedirle que le conceda fortaleza física y espiritual y alivio en sus molestias.
 
🙏 Pedimos oración para Carina C., de Córdoba, Argentina, que se encuentra internada en grave estado en terapia intensiva. La encomendamos a los maternales cuidados de la Santísima Virgen rogando que interceda ante Jesús por su salud.
 
🙏 Continuamos unidos en oración por medio del rezo del Santo Rosario poniendo en Manos de Nuestra Madre Bendita todas nuestras preocupaciones, alegrías y necesidades y pidiéndole a Ella paz para el mundo. Al rezar por la paz, rezamos por todo, por la paz en el mundo, en los corazones, porque la violencia sea desterrada, por la paz para los niños que están en peligro de ser abortados. Paz para los jóvenes que no encuentran el camino, paz para los deprimidos. Paz para los que no han tenido la dicha de conocer al Amor. En fin, rezamos por la paz, y sigamos haciéndolo.
Tú quisiste, Señor, que tu hijo unigénito soportara nuestras debilidades, para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia. Escucha las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos y conceda a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad, la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo ha llamado dichosos, y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo. Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor. Amén.
 
Recordando al Padre Natalio
La cáscara de banana
En los grupos suele haber siempre un burlón que se siente importante cuando le festejan la broma que hace a la víctima elegida. Con tiempo la venía estudiando, conoce lo que no le gusta y cuáles son sus temores. Aprovecha cada debilidad y error. Pierde tiempo para disfrutar la derrota de su imaginario rival al que a veces llama compañero y amigo.
 
Aquel día en el zoológico había algunos visitantes que en grupos se detenían a observar las  jaulas: leopardos, leones, jirafas, monos y monitos de toda clase. Los monos con sus monadas atraían al público y algunos les tiraban maníes o frutas. Pero llegó un momento en que los monos quedaron tranquilos comiendo los regalos. Un monito al terminar su banana, vio acercarse un señor grande y obeso, arrojó la cáscara al camino y quedó a la expectativa. Al pasar el gordo pisó la cáscara con tan mala suerte que se dio una sentada terrible quedando con los pies al aire. Todos los monos corrieron a las rejas gozando del espectáculo, riendo y aplaudiendo como nunca en su vida de zoológico.
 
Sentirse objeto de burla es molesto e irritante. Si alguno siente satisfacción en divertirse a costa de los demás, recuerde que siempre encontrará a otro que lo hará con él... y eso no le gustará. Antes de emprender un largo viaje, Tobías recibió de su padre, entre otros consejos, éste que es una norma de oro: “No hagas a otro lo que no te agrada a ti”, (4, 15).
(P. Natalio)
 
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)
 
 
 
BLOG ”PEQUEÑAS SEMILLITAS”
”JUAN PABLO II INOLVIDABLE”
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martes, 28 de noviembre de 2023

Pequeñas Semillitas 5498

PEQUEÑAS SEMILLITAS
 
Año 18 - Número 5498 ~ Martes 28 de Noviembre de 2023
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
¡Alabado sea Jesucristo!
La Santa Madre Teresa de Calcuta decía muchas veces: «En lo que atañe a los bienes materiales, nosotras dependemos por completo de la providencia de Dios. Jamás nos hemos visto obligadas a rechazar a alguien por falta de medios. Siempre ha habido una cama más, un plato más. Porque Dios se ocupa de sus hijos pobres… En Calcuta damos de comer cada día a 10.000 enfermos. Un día vino la hermana encargada de la comida y me dijo: “Madre, no tenemos nada para dar de comer a tanta gente”. Yo me sentí muy sorprendida, porque era la primera vez que ocurría algo así. Pero, a las nueve de la mañana, llegó un camión abarrotado de pan. Todos los días el gobierno daba a los niños de las escuelas pobres un trozo de pan y un vaso de leche. No sé por qué razón, las escuelas de la ciudad, aquel día, permanecieron cerradas y todo el pan nos lo enviaron. Como ven, Dios había cerrado las escuelas, porque no podía permitir que nuestra gente se quedase sin comida. Y fue la primera vez que pudieron comer pan de buena calidad hasta saciarse por completo.»
 
La Palabra de Dios
Lecturas del día
Primera Lectura: Dan 2,31-45
 
Salmo: Dan 3, 57. 58. 59. 60. 61
 
Santo Evangelio: Lc 21,5-11
En aquel tiempo, como dijeran algunos acerca del Templo que estaba adornado de bellas piedras y ofrendas votivas, Jesús dijo: «Esto que veis, llegarán días en que no quedará piedra sobre piedra que no sea derruida».
Le preguntaron: «Maestro, ¿cuándo sucederá eso? Y ¿cuál será la señal de que todas estas cosas están para ocurrir?». Él dijo: «Estad alerta, no os dejéis engañar. Porque vendrán muchos usurpando mi nombre y diciendo: ‘Yo soy’ y ‘el tiempo está cerca’. No les sigáis. Cuando oigáis hablar de guerras y revoluciones, no os aterréis; porque es necesario que sucedan primero estas cosas, pero el fin no es inmediato». Entonces les dijo: «Se levantará nación contra nación y reino contra reino. Habrá grandes terremotos, peste y hambre en diversos lugares, habrá cosas espantosas, y grandes señales del cielo».
 
Comentario:
Hoy, escuchamos asombrados la severa advertencia del Señor: «Esto que veis, llegarán días en que no quedará piedra sobre piedra que no sea derruida» (Lc 21,6). Estas palabras de Jesús se sitúan en las antípodas de una así denominada “cultura del progreso indefinido de la humanidad” o, si se prefiere, de unos cuantos cabecillas tecnocientíficos y político militares de la especie humana, en imparable evolución.
¿Desde dónde? ¿Hasta dónde? Esto nadie lo sabe ni lo puede saber, a excepción, en último término, de una supuesta materia eterna que niega a Dios usurpándole los atributos. ¡Cómo intentan hacernos comulgar con ruedas de molino los que rechazan comulgar con la finitud y precariedad que son propias de la condición humana!
Nosotros, discípulos del Hijo de Dios hecho hombre, de Jesús, escuchamos sus palabras y, haciéndolas muy nuestras, las meditamos. He aquí que nos dice: «Estad alerta, no os dejéis engañar» (Lc 21,8). Nos lo dice Aquel que ha venido a dar testimonio de la verdad, afirmando que aquellos que son de la verdad escuchan su voz.
Y he aquí también que nos asevera: «El fin no es inmediato» (Lc 21,9). Lo cual quiere decir, por un lado, que disponemos de un tiempo de salvación y que nos conviene aprovecharlo; y, por otro, que, en cualquier caso, vendrá el fin. Sí, Jesús, vendrá «a juzgar a los vivos y a los muertos», tal como profesamos en el Credo.
Lectores de Contemplar el Evangelio de hoy, queridos hermanos y amigos: unos versículos más adelante del fragmento que ahora comento, Jesús nos estimula y consuela con estas otras palabras que, en su nombre, os repito: «Con vuestra perseverancia salvaréis vuestra vida» (Lc 21,19).
Nosotros, dándole cordial resonancia, nos exhortamos los unos a los otros: «¡Perseveremos, que con la mano ya tocamos la cima!».
*  Rev. D. Antoni ORIOL i Tataret (Vic, Barcelona, España)  © Textos de Evangeli net – Imagen: ebookscatolicos.
 
Santoral Católico:
Santa Catalina Labouré
Catalina nació en 1806, en Fain-les-Moutiers, Borgoña ( Francia ) de una familia campesina. Al quedar huérfana de madre a los 9 años le encomendó a la Santísima Virgen que le sirviera de madre, y la Madre de Dios le aceptó su petición. "A Ti he elegido por mi Madre", dijo Catalina a María. Ingresó en las Hijas de la Caridad que fundó San Vicente de Paul. De manera singular honró a la Inmaculada y brilló por su sencillez, caridad y paciencia, fue la santa que tuvo el honor de que la Santísima Virgen se le apareciera para recomendarle que hiciera la Medalla Milagrosa. Desde 1830, fecha de las apariciones, hasta 1876, fecha de su muerte, Catalina estuvo en el convento sin que nadie se le ocurriera que ella era a la que se le había aparecido la Virgen María para recomendarle la Medalla Milagrosa. En los últimos años obtuvo que se pusiera una imagen de la Virgen Milagrosa en el sitio donde se le había aparecido. Al fin, ocho meses antes de su muerte, fallecido ya su antiguo confesor, Catalina le contó a su nueva superiora todas las apariciones con todo detalle y se supo quién era la afortunada que había visto y oído a la Virgen. Por eso cuando ella murió, todo el pueblo se volcó a sus funerales. En 1947 el santo Padre Pío XII declaró santa a Catalina Labouré.
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(ACI Prensa – Corazones.org)
 
Pensamiento del día
 
«Mirando a la Santísima Virgen me pongo de un salto a su lado, arrodillada sobre las gradas del altar, con las manos apoyadas en sus rodillas»
(SANTA CATALINA LABOURÉ)
 
Tema del día:
Guía para una buena confesión
La Penitencia, que se llama también Confesión, es el sacramento instituido por Jesucristo para perdonar los pecados cometidos después del Bautismo. Se trata de un hábito piadoso muy recomendado por el santo Padre Pío, que fue un extraordinario confesor. Y en estos días previos al inicio del Adviento, sería muy oportuno que todos accedamos a este sacramento.
 
Se da el nombre de Penitencia a este sacramento porque para alcanzar el perdón de los pecados es necesario detestarlos con arrepentimiento, y porque quien ha cometido la culpa debe sujetarse a la pena que le impone el sacerdote. Jesucristo instituyó el sacramento de la Penitencia el día de su Resurrección, cuando en el Cenáculo dio solemnemente a sus Apóstoles la facultad de perdonar los pecados.
 
Oraciones para un buen examen de conciencia:
- Santísima Virgen María, Madre mía, dígnate de obtenerme la gracia de sentir un sincero dolor por haber ofendido a Dios, y el firme propósito di corregirme, y la gracia de hacer una buena confesión.
- San José, dígnate interceder por mi ante Jesús y María.
- Mi buen Ángel Custodio, dígnate de recordarme mis pecados y ayudarme a decirlos todos sin falsedad ni vergüenza.
 
¿Cómo confesarse?
Para una buena confesión es útil recordar los pecados en orden cronológico, empezando por los que cometimos primero, desde la última confesión que hemos hecho, y para los que no se han confesado por mucho tiempo, los pecados graves que recuerden en el orden que ocurrieron, dentro de lo que les permita su memoria.
 
No es siempre fácil confesarse: tantas veces no se sabe que decir, se cree que no es necesario dirigirse al sacerdote… Tampoco es fácil confesarse bien: la dificultad más grande es la exigencia de orientar de nuevo nuestros pensamientos, palabras y acciones que, por nuestra culpa, nos distancian de Dios.
 
Es necesario un camino de auténtica conversión, que lleva consigo una liberación del pecado, y una elección del bien enseñado por el Evangelio de Jesús. Es rechazar al demonio y sus insidias y hacerse discípulo e imitador de Cristo.
 
Este es el contexto para la digna celebración del sacramento de la Penitencia. El camino a recorrer, comienza por la escucha de la voz de Dios y prosigue con el examen de conciencia, el arrepentimiento y el propósito de la enmienda, la invocación de la misericordia divina que se nos concede como una gracia, mediante la confesión de los pecados al sacerdote, la absolución de este en los casos que corresponda, la satisfacción o cumplimiento de la penitencia impuesta, y finalmente, con la alabanza a Dios por medio de una vida renovada.
 
¿Qué confesar?
El que quiere obtener la reconciliación con Dios y con la Iglesia debe confesar al sacerdote todos los pecados graves que no ha confesado aún y de los que se acuerde, tras examinar cuidadosamente su conciencia. La confesión de las faltas veniales, está recomendada vivamente por la Iglesia.
 
Examen de conciencia
Consiste en interrogarse sobre el mal cometido y el bien omitido: hacia Dios, el prójimo y nosotros mismos.
 
1- En relación a Dios
¿Solo me dirijo a Dios en caso de necesidad? ¿Participo regularmente en la Misa los domingos y días de fiesta? ¿Comienzo y termino mi jornada con la oración? ¿Blasfemo en vano el nombre de Dios, de la Virgen, de los santos? ¿Me he avergonzado de manifestarme como católico? ¿Qué hago para crecer espiritualmente, cómo lo hago, cuándo lo hago? ¿Me revelo contra los designios de Dios? ¿Pretendo que Él haga mi voluntad?
 
2- En relación al prójimo
¿Sé perdonar, tengo comprensión, ayudo a mi prójimo? ¿Juzgo sin piedad tanto de pensamiento como con palabras? ¿He calumniado, robado, despreciado a los humildes y a los indefensos? ¿Soy envidioso, colérico, o parcial? ¿Me avergüenzo de mis hermanos, me preocupo de los pobres y de los enfermos y los que necesitan de mi tiempo? ¿Soy honesto y justo con todos o me aprovecho de las debilidades de mis prójimos? ¿Incito a otros a hacer el mal? ¿Observo la moral conyugal y familiar enseñada por el Evangelio? ¿Cómo cumplo mi responsabilidad de la educación de mis hijos? ¿Honro a mis padres? ¿He rechazado la vida recién concebida? ¿He colaborado a hacerlo?
 
3- En relación a mí mismo
¿Soy un poco mundano y un poco creyente? ¿Cómo, bebo, fumo o me divierto en exceso? ¿Me preocupo demasiado de mi salud física, de mis bienes? ¿Cómo utilizo mi tiempo? ¿Soy perezoso? ¿Me gusta ser servido? ¿Amo y cultivo la pureza de corazón, de pensamientos, de acciones? ¿Nutro venganzas, alimento rencores? ¿Soy misericordioso, humilde, y constructor de paz?
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Fuente: Sitio Santa Virgen María
 
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Meditaciones de “Pequeñas Semillitas”
A la pregunta: “Maestro... ¿Qué debo hacer de bueno para alcanzar a vida eterna?” (Mt.19:16), un sabio dio la siguiente respuesta:
Imagina que te encuentras en una sala de conciertos escuchando los compases de la más melodiosa de las músicas y que, de pronto, recuerdas que se te ha olvidado dejar cerrado tu automóvil. Comienzas a preocuparte, y ni puedes salir de la sala, ni disfrutar de la música. He ahí una perfecta imagen de la forma que tienen de vivir la vida la mayoría de los seres humanos.
Porque la vida, para quienes tienen oídos para oír, es una sinfonía; pero es rarísimo el ser humano que escucha la música. ¿Por qué? Porque la gente está demasiado ocupada en escuchar los ruidos que sus circunstancias y su “programación” han introducido en su cerebro. Por eso... y por sus apegos.
El apego es uno de los principales asesinos de la vida. Si eres capaz de ver esto claramente, sentirás el deseo de liberarte de tus apegos, y amarás únicamente a la vida y te apasionarás únicamente por ella, y te sentirás ligero de equipaje, y habrás descubierto en tu corazón, la respuesta a tu pregunta.
(Anthony de Mello)
 
Recordando al Padre Natalio
Aceptar a los padres
Una actitud muy necesaria en la vida es la capacidad de aceptación que nace del realismo. Gracias a ella dejamos de estrellarnos contra los hechos y buscamos lo mejor con lo que somos y lo que tenemos. A veces puede suceder que rechacemos a nuestros padres por algún rasgo negativo: falta de cultura, o su aspecto, o su carácter. Una oración para curar estas heridas:
 
Dios mío, si alguna vez sentí vergüenza o aversión por mis padres, en este día yo los abrazo con cariño y amor. Pido perdón por mi ingratitud; y de tus manos yo los acepto con gratitud y emoción. Si acaso ellos ya fallecieron, igualmente yo los abrazo, los amo, los acepto profunda y totalmente en el misterio de tu Santa Voluntad. Gracias por el regalo de mis padres, y bendita sea su memoria para siempre.
 
Un signo de madurez es aceptar la realidad y poseer suficiente solidez y equilibrio para vivirla. La persona madura es objetiva: sabe valorarse a sí mismo sin dejar de valorar a los demás. Es capaz de tomar una decisión y sostenerla. Madurez es el arte de vivir en paz con lo que no se puede cambiar. Ejercítate, pues cada día, en esta sabiduría de sano realismo.
(P. Natalio)
 
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)
 
 
 
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