lunes, 30 de abril de 2012

Pequeñas Semillitas 1697


PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 7 - Número 1697 ~ Lunes 30 de Abril de 2012
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
   

”Yo soy el Buen Pastor. El Buen Bastor da su vida por las ovejas”
Así nos decía Jesús en el Evangelio de ayer domingo. En efecto: Jesús nos busca, nos cura, nos cuida, nos salva… y pide que también nosotros seamos “pastores” de cuantos nos rodean. Todos podemos “dar vida” a otros mediante una sonrisa, un consejo, un rato de compañía, una ayuda… Basta dejar obrar al espíritu del Buen Pastor resucitado que habita en nosotros.
Señor Jesús: tú eres mi Buen Pastor. Ayúdame a que yo también lo sea para los hermanos.
De la Hojita del Domingo


La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy


En aquel tiempo, Jesús habló así: «En verdad, en verdad os digo: el que no entra por la puerta en el redil de las ovejas, sino que escala por otro lado, ése es un ladrón y un salteador; pero el que entra por la puerta es pastor de las ovejas. A éste le abre el portero, y las ovejas escuchan su voz; y a sus ovejas las llama una por una y las saca fuera. Cuando ha sacado todas las suyas, va delante de ellas, y las ovejas le siguen, porque conocen su voz. Pero no seguirán a un extraño, sino que huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños». Jesús les dijo esta parábola, pero ellos no comprendieron lo que les hablaba.
Entonces Jesús les dijo de nuevo: «En verdad, en verdad os digo: yo soy la puerta de las ovejas. Todos los que han venido delante de mí son ladrones y salteadores; pero las ovejas no les escucharon. Yo soy la puerta; si uno entra por mí, estará a salvo; entrará y saldrá y encontrará pasto. El ladrón no viene más que a robar, matar y destruir. Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia».
(Jn 10,1-10)

Comentario
Hoy continuamos considerando una de las imágenes más bellas y más conocidas de la predicación de Jesús: el buen Pastor, sus ovejas y el redil. Todos tenemos en el recuerdo las figuras del buen Pastor que desde pequeños hemos contemplado. Una imagen que era muy querida por los primeros fieles y que forma parte ya del arte sacro cristiano del tiempo de las catacumbas. ¡Cuántas cosas nos evoca aquel pastor joven con la oveja herida sobre sus espaldas! Muchas veces nos hemos visto nosotros mismos representados en aquel pobre animal.
No hace mucho hemos celebrado la fiesta de la Pascua y, una vez más, hemos recordado que Jesús no hablaba en un lenguaje figurado cuando nos decía que el buen pastor da su vida por sus ovejas. Realmente lo hizo: su vida fue la prenda de nuestro rescate, con su vida compró la nuestra; gracias a esta entrega, nosotros hemos sido rescatados: «Yo soy la puerta; si uno entra por mí, estará a salvo» (Jn 10,9). Encontramos aquí la manifestación del gran misterio del amor inefable de Dios que llega hasta estos extremos inimaginables para salvar a cada criatura humana. Jesús lleva hasta el extremo su amor, hasta el punto de dar su vida. Resuenan todavía aquellas palabras del Evangelio de san Juan introduciéndonos en los momentos de la Pasión: «La víspera de la fiesta de la Pascua, sabiendo Jesús que había llegado su hora de pasar de este mundo al Padre, como hubiera amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el fin» (Jn 13,1).
De entre las palabras de Jesús quisiera sugerir una profundización en éstas: «Yo soy el buen pastor, conozco a las mías y las mías me conocen a mí» (Jn 10,14); más todavía, «las ovejas escuchan su voz (...) y le siguen, porque conocen su voz» (Jn 10,3-4). Es verdad que Jesús nos conoce, pero, ¿podemos decir nosotros que le conocemos suficientemente bien a Él, que le amamos y que correspondemos como es debido?
Rev. D. Francesc PERARNAU i Cañellas (Girona, España)


Santoral Católico:
San José Benito Cottolengo
Presbítero


Pío IX la llamaba “la Casa del Milagro”. El canónico Cottolengo, cuando las autoridades le ordenaron cerrar la primera fase, ya repleta de enfermos, como medida de precaución al estallar la epidemia de cólera en 1831, cargó sus pocas cosas en un burro, y en compañía de dos Hermanas salió de la ciudad de Turín, hacia un lugar llamado Valdocco. En la puerta de una vieja casona leyó: “Taberna del Brentatore”. La volteó y escribió: “Pequeña Casa de la Divina Providencia”. Pocos días antes le había dicho al canónigo Valletti con sencillez campesina: “Señor Rector, siempre he oído decir que para que los repollos produzcan más y mejor tienen que ser transplantados. La “Divine Providencia” será, pues, transplantada y se convertirá en un gran repollo...”.

José Cottolengo nació en Bra, un pueblo al norte de Italia. Fue el mayor de doce hermanos, y estudió con mucho provecho hasta conseguir el diploma de teología en Turín. Después fue coadjutor en Corneliano de Alba, en donde celebraba la Misa de las tres de la mañana para que los campesinos pudieran asistir antes de ir a trabajar. 

Les decia: “La cosecha será mejor con la bendición de Dios”. Luego fue nombrado canónigo en Turín. Aquí tuvo que asistir, impotente, a la muerte de una mujer, rodeada de sus hijos que lloraban, y a la que se le habían negado los auxilios más urgentes, porque era sumamente pobre. Entonces José Cottolengo vendió todo lo que tenía, hasta su manto, alquiló un por de piezas y comenzó así su obra bienhechora, ofreciendo albergue gratuito a una anciana paralítica.

A la mujer que le confesaba que no tenía ni un centavo para pagar el mercado, le dijo: “No importa, todo lo pagará la Divina Providencia”. Después del traslado a Valdoceo, la Pequeña Casa se amplió enormemente y tomó forma ese prodigio diario de la ciudad del amor y de la caridad que hoy el mundo conoce y admire con el nombre de “Cottolengo”. Dentro de esos muros, construidos por la fe, está la serena laboriosidad de una república modelo, que le habría gustado al mismo Platón.

La palabra “minusválido” aquí no tiene sentido. Todos son “buenos hijos” y para todos hay un trabajo adecuado que ocupa la jornada y hace más sabroso el pan cotidiano.

Les decía a las Hermanas: “Su caridad debe expresarse con tanta gracia que conquiste los corazones. Sean como un buen plato que se sirve a la mesa, ante el cual uno se alegra”. Pero su buena salud no resistió por mucho tiempo al duro trabajo. “El asno no quiere caminar” comentaba bonachonamente. En el lecho de muerte invitó por última vez a sus hijos a dar gracias con él a la Providencia. Sus últimas palabras fueron: “In domum Domini íbimus” (Vamos a la casa del Señor). Era el 30 de abril de 1842.

Fuente: Catholic.net


La frase de hoy

"La alegría está en todas partes, está en la verde cubierta de nuestro planeta, en la azul serenidad del cielo, en la temeraria exuberancia de la primavera, en la severa abstinencia del gris invierno, en la carne viva que anima nuestro cuerpo, en el perfecto equilibrio de la figura humana, noble y bien parada, en el vivir, en el ejercitar nuestros poderes, en el aprender, en el luchar el mal. . . La alegría está en todas partes."
Rabindranath Tagore


Tema del día:
El miedo al silencio


Hay un hecho que suscita interés en nuestros tiempos, esto es, sencillamente el silencio y el miedo a este período. Mucha gente tiene pavor a la ausencia de murmullo. En una ocasión por eficiencia de medios de transportes acudí a un servicio de taxi. ¡Vaya sorpresa! Ocurrió algo inusual. El taxista estaba trabajando en sintonía con una música instrumental. Mi curiosidad fue preguntar la razón. La respuesta fue sencillamente porque le tranquilizaba. Pero eso no fue todo. Añadió a continuación -el taxista- que yo no era el primero que reparaba en el detalle de la música, sino que todos los que viajaban con aquel taxista presentaron sus mismos reparos. Algunos incluso se ponían furiosos y violentos, que les llevaba abandonar el coche.

Pero ¿porqué no nos gusta ordinariamente el silencio? Es sencillamente porque estamos vacíos interiormente. Los grandes hombres de la historia amaron el silencio. Porque tenían que decidir muchas cosas importantes de modo más reposado, íntimo y personal.

La fe cristiana tiene una práctica de vida sumamente interesante: el retiro. De este modo se pretende imitar a Jesús. Pues el mismo Señor pasaba días, horas en oración. Los evangelios nos presentan detalles como: se levantaba muy de madrugada, se retiraba a solas, acudió al desierto, estaba en un lugar aparte. Son datos que presentan la vida de Cristo en un diálogo continuo con Dios Padre. Para esto es útil el silencio. Es un encuentro interior con nosotros mismos y a la vez con Dios mismo. Como consecuencia tenemos necesidad de hacer oración.

El silencio es un tiempo provechoso. Nos encontramos realmente en nuestro santuario de la conciencia, ante lo cual nadie puede entrar sino sólo Dios y cuando nosotros la abrimos a quienes tienen competencias de ayudarnos. Pero no a cualquiera ventilamos nuestra interioridad. Hacerlo supondría falta de pudor e incluso de respeto a uno mismo y a la otra persona. Cuánto desagrado causa cuando los problemas personales se ventilan en público. No se arregla nada de ese modo.

El silencio nos ayuda a conocernos a nosotros mismos. El retiro nos ayuda a revisar nuestro itinerario de vida. Es una revisión imprescindible. Hacemos balance de cómo estamos. Supone sencillez y humildad. También fortaleza y sinceridad para con nosotros mismos.

El silencio causa temor porque tenemos miedo de encontrarnos a nosotros mismos. Nos damos cuenta que la vida interior es débil y en el peor de los casos vacía, sin grandes ideales. Podemos comparar como el encender una luz en una habitación sin ventanas. Es muy probable que tengamos que exigirnos luego y cambiar muchas cosas que dejan que desear, pero como esto no nos gusta entonces simplemente buscamos el bullicio, la actividad, llenar el silencio con golpeteos de latas y cosas que acallen el grito de la conciencia.

P. Arnaldo Alvarado S.


Pensamientos sanadores


Hoy entrega tus sueños al Señor

Todos los sueños de nuestras vidas sólo pueden concretarse si están alineados con lo que agrada al Señor y desde la fe en sus promesas; venciendo la vergüenza, los miedos, las vacilaciones y creciendo gradualmente en la confianza, en el poder de la oración y en el amor de un Dios que no quiere dejar de bendecirnos de mil maneras diferentes.
Que todos tus sueños estén orientados para la mayor gloria del Señor, lo cual redundará por añadidura en tu propia felicidad y para bien de otras personas a quienes Dios quiere ayudar por tu intermedio.
Ten presente que Dios ha querido que todos los dones del Espíritu Santo fueran también tuyos, para que los recibas y los utilices al máximo.
Ahora, en el último día de este mes, abre tu corazón y comienza a cantar a Dios un canto nuevo de alabanza, por lo que ha hecho en ti y a través de ti.

Sí, mi casa está firme junto a Dios, porque él estableció por mí una alianza eterna, bien estipulada y garantida. ¿Acaso él no hace germinar lo que me da la victoria y lo que cumple mis deseos? 2 Samuel 23, 5


Pedidos de oración

Pedimos oración por la Paz del Mundo; por la Santa Iglesia Católica; por el Papa, los sacerdotes y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones, por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el hambre y la pobreza; por la unión de las familias y la fidelidad de los matrimonios; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas, y por las Benditas Almas del Purgatorio.

Pedimos oración por la niña cubana Glenda B. P. que tiene 8 años y hace dos semanas le diagnosticaron un tumor de Wilms en el riñón izquierdo con dos metástasis hepáticas, en estos momentos se encuentra ingresada con tratamiento citostático en espera de que posteriormente se pueda operar.

Pedimos oración por Graciela R. que vive en Santa Fe, Argentina, y padece fuertes dolores lumbares y ciáticos originados en problemas de su columna lumbosacra. Que el Señor, Buen Pastor y médico amoroso, le conceda a esta amiga la gracia de recuperarse pronto.

Pedimos oración por Lilly P. que vive en Florida, USA, que ha sido operada de cáncer de tiroides hace un par de semanas y ahora tiene severos problemas para deglutir sólidos y una excesiva secreción de saliva que le altera todas sus horas incluso el sueño. Que Jesús Misericordioso la toque con su mano sanadora y le conceda la gracia de recuperar su mejor estado de salud.

Seguimos rezando por Blanca Estela B., de Guatemala, que iba a ser operada el sábado de afección ginecológica, pero se debió suspender la cirugía por descompensación de la diabetes de la paciente. Que María le conceda fortaleza para superar esta postergación y sostenga su ánimo y su fe, con la certeza de que todo será bendecido por Jesús.

Pedimos oración por el niño Máximo Lionel M., de 2 meses de vida, de Tandil, Argentina, operado del corazón hace dos semanas y que se está recuperando aunque con algunas complicaciones y riesgos. Que los ángeles del cielo lo protejan y el Niño Jesús lo acompañe en el proceso de su total curación.

Pedimos oración por Camila V. que vive en la provincia de Río Negro, Argentina, y debe ser trasladada urgente a Buenos Aires para ser operada de un tumor cerebeloso. Invocamos a la Santísima Virgen para que la proteja y que interceda ante Jesús por su buena evolución.

Pedimos oración por Virgilio C., cubano residente en Miami, al que le detectaron cáncer de pulmón; que Nuestra Santa Madre la Virgen María y Juan Pablo II intercedan ante Dios Nuestro Señor para que pueda salir con bien de esta situación.

Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia;
escucha ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén

Nota de Redacción:
Para dar curso a los Pedidos de Oración es imprescindible dar los siguientes datos: nombres completos de la persona (habitualmente no publicamos apellidos), ciudad y país donde vive, y explicar el motivo de la solicitud de oración. Enviar los pedidos de oración a pequesemillitas@gmail.com


"Intimidad Divina"

María guía y modelo (1)

El Concilio Vaticano II “amonesta a todos los hijos de la Iglesia a que cultiven generosamente el culto… hacia la Bienaventurada Virgen, como también estimen mucho las prácticas y ejercicios de piedad hacia ella recomendados en el curso de los siglos por el Magisterio” (LG 67). Entre estos ejercicios devotos ocupa un lugar especial el mes de mayo, consagrado a María por antigua tradición. Al abrirse mayo, todo corazón cristiano se vuelve espontáneamente a la Madre del cielo con ansias de vivir más íntimamente en unión con ella y de fortaleceré los lazos que lo atan a ella. ¡Que dulce y confortador es encontrar en nuestro camino espiritual –duro a veces de fatigas y dificultades– la figura delicada de una Madre! Junto a ella todo se hace fácil: el corazón abatido y cansado, el corazón azotado por las tempestades encuentra la fuerza y la esperanza que perdió y reanuda con nueva energía el camino.

Antes que nosotros recorrió María Santísima el camino estrecho y difícil de la santidad, antes que nosotros llevó la cruz y antes que nosotros escaló las alturas del espíritu a través del sufrimiento. Quizás a veces no nos atrevemos a fijar nuestra mirada en Jesús, el Hombre-Dios, porque su divinidad está muy lejos de nuestra pequeñez; pero pensemos que junto a él está María, su Madre y nuestra Madre, una criatura excelentísima, pero criatura como nosotros; y por lo tanto el modelo más accesible a nuestra debilidad. La Bienaventurada Virgen “invocada en la Iglesia con los títulos de Abogada, Auxiliadora, Socorro, Mediadora” (LG 62), sale a nuestro encuentro para tomarnos de la mano y llevarnos a su Hijo, para facilitarnos el camino de la santidad, para introducirnos en el secreto de su vida interior y ser de esta manera, después de Jesús y subordinada a él, el modelo y la norma de la nuestra.

Desde el primer instante de su vida María fue toda de Dios y vivió únicamente para Dios; recuérdense los años pasados a la sombra del templo en el silencio y en la oración; los meses transcurridos en Nazaret, íntimamente recogida en adoración continua al Verbo eterno encarnado en su seno; los treinta años vividos en dulce intimidad con Jesús, su Hijo y su Dios; más tarde la vida apostólica de Jesús, su Pasión, donde María participó plenamente; y, finalmente, los años pasados junto a Juan, cuando María, con su oración escondida, era el sostén de la Iglesia que nacía. Si nuestro corazón, como el de María, está fuertemente anclado a Dios, nada podrá arrancarlo de su actividad interior, que es buscar, amar al Señor y vivir en su intimidad.

Sé que en Nazaret, ¡oh Virgen llena de gracia!, viviste pobremente sin ambición de más. Ni éxtasis, ni raptos, ni milagros hermosearon tu vida, Reina de los elegidos. Grande es en la tierra el número de los pequeños. Ellos pueden elevar sin miedo sus ojos hacia ti. Por el camino de todos vas, ¡oh incomparable Madre! guiándonos al cielo. Día a día contigo quiero vivir, Madre amada, durante el triste destierro. Contemplándote, ¡oh Virgen! Me hundo en éxtasis al descubrir en tu corazón abismos de amor. Tu maternal mirada desvanece mis miedos, y me enseña a llorar y me enseña a reír. (Santa Teresa del Niño Jesús)

P. Gabriel de Sta. M. Magdalena O.C.D.
Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-
.

domingo, 29 de abril de 2012

Pequeñas Semillitas 1696


PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 7 - Número 1696 ~ Domingo 29 de Abril de 2012
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
   

Hola…
El "pastor bueno" se preocupa de sus ovejas. Es su primer rasgo. No las abandona nunca. No las olvida. Vive pendiente de ellas. Está siempre atento a las más débiles o enfermas. No es como el pastor mercenario que, cuando ve algún peligro, huye para salvar su vida abandonando al rebaño. No le importan las ovejas.
Los relatos evangélicos lo describen preocupado por los enfermos, los marginados, los pequeños, los más indefensos y olvidados, los más perdidos. No parece preocuparse de sí mismo. Siempre se le ve pensando en los demás. Le importan sobre todo los más desvalidos.
Pero hay algo más. "El pastor bueno da la vida por sus ovejas". Es el segundo rasgo. Hasta cinco veces repite el evangelio de Juan este lenguaje. El amor de Jesús a la gente no tiene límites. Ama a los demás más que a sí mismo. Ama a todos con amor de buen pastor que no huye ante el peligro sino que da su vida por salvar al rebaño.
Por eso, la imagen de Jesús, "pastor bueno", se convirtió muy pronto en un mensaje de consuelo y confianza para sus seguidores. Los cristianos aprendieron a dirigirse a Jesús con palabras tomadas del salmo 22: "El Señor es mi pastor, nada me falta... aunque camine por cañadas oscuras, nada temo, porque tú vas conmigo... Tu bondad y tu misericordia me acompañan todos los días de mi vida".
Los cristianos vivimos con frecuencia una relación bastante pobre con Jesús. Necesitamos conocer una experiencia más viva y entrañable. No creemos que él cuida de nosotros. Se nos olvida que podemos acudir a él cuando nos sentimos cansados y sin fuerzas o perdidos y desorientados.
José Antonio Pagola


La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy


En aquel tiempo, Jesús habló así: «Yo soy el buen pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas. Pero el asalariado, que no es pastor, a quien no pertenecen las ovejas, ve venir al lobo, abandona las ovejas y huye, y el lobo hace presa en ellas y las dispersa, porque es asalariado y no le importan nada las ovejas. Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas y las mías me conocen a mí, como me conoce el Padre y yo conozco a mi Padre y doy mi vida por las ovejas.
»También tengo otras ovejas, que no son de este redil; también a ésas las tengo que conducir y escucharán mi voz; y habrá un solo rebaño, un solo pastor. Por eso me ama el Padre, porque doy mi vida, para recobrarla de nuevo. Nadie me la quita; yo la doy voluntariamente. Tengo poder para darla y poder para recobrarla de nuevo; esa es la orden que he recibido de mi Padre».
(Jn 10,11-18)

Comentario
Hoy, nos dice Jesús: «Yo soy el buen pastor» (Jn 10,11). Comentando santo Tomás de Aquino esta afirmación, escribe que «es evidente que el título de “pastor” conviene a Cristo, ya que de la misma manera que un pastor conduce el rebaño al pasto, así también Cristo restaura a los fieles con un alimento espiritual: su propio cuerpo y su propia sangre». Todo comenzó con la Encarnación, y Jesús lo cumplió a lo largo de su vida, llevándolo a término con su muerte redentora y su resurrección. Después de resucitado, confió este pastoreo a Pedro, a los Apóstoles y a la Iglesia hasta el fin del tiempo.
A través de los pastores, Cristo da su Palabra, reparte su gracia en los sacramentos y conduce al rebaño hacia el Reino: Él mismo se entrega como alimento en el sacramento de la Eucaristía, imparte la Palabra de Dios y su Magisterio, y guía con solicitud a su Pueblo. Jesús ha procurado para su Iglesia pastores según su corazón, es decir, hombres que, impersonándolo por el sacramento del Orden, donen su vida por sus ovejas, con caridad pastoral, con humilde espíritu de servicio, con clemencia, paciencia y fortaleza. San Agustín hablaba frecuentemente de esta exigente responsabilidad del pastor: «Este honor de pastor me tiene preocupado (...), pero allá donde me aterra el hecho de que soy para vosotros, me consuela el hecho de que estoy entre vosotros (...). Soy obispo para vosotros, soy cristiano con vosotros».
Y cada uno de nosotros, cristianos, trabajamos apoyando a los pastores, rezamos por ellos, les amamos y les obedecemos. También somos pastores para los hermanos, enriqueciéndolos con la gracia y la doctrina que hemos recibido, compartiendo preocupaciones y alegrías, ayudando a todo el mundo con todo el corazón. Nos desvivimos por todos aquellos que nos rodean en el mundo familiar, social y profesional hasta dar la vida por todos con el mismo espíritu de Cristo, que vino al mundo «no a ser servido, sino a servir» (Mt 20,28).
Rev. D. Josep VALL i Mundó (Barcelona, España)


Santoral Católico:
Santa Catalina de Siena
Virgen y Doctora de la Iglesia
Patrona de Italia y de Europa


Lo que más maravilla en la vida de Santa Catalina de Siena no es tanto el papel insólito que desempeñó en la historia de su tiempo, sino el modo exquisitamente femenino con que lo desempeñó. Al Papa, a quien ella llamaba con el nombre de “dulce Cristo en la tierra”, le reprochaba la poca valentía y lo invitaba a dejar Aviñón y regresar a Roma, con palabras humanísimas como éstas: “¡Animo, virilmente, Padre! Que yo le digo que no hay que temblar”. A un joven condenado a muerte y a quien ella había acompañado hasta el patíbulo, le dijo en el último instante: “¡a las bodas, dulce hermano mío! que pronto estarás en la vida duradera”.

Pero la voz sumisa de la mujer cambiaba de tono y se traducía frecuentemente en ese “yo quiero” que no admitía tergiversaciones cuando entraba en juego el bien de la Iglesia y la concordia de los ciudadanos.

Catalina nació en Siena (Italia) el 25 de marzo de 1347 y era la vigésimo cuarta hija de Santiago y Lapa Benincasa. A los siete años celebró su místico matrimonio con Cristo. Esto no se debió a fantasías infantiles, sino que era el comienzo de una extraordinaria experiencia mística, como se pudo comprobar después. A los quince años entró a la Tercera Orden de Santo Domingo, comenzando una vida de penitencia muy rigurosa. Para vencer la repugnancia hacia un leproso maloliente, se inclinó y le besó las llagas.

Como no sabía leer ni escribir, comenzó a decir a varios amanuenses sus cartas, afligidas y sabias, dirigidas a Papas, reyes, jefes y a humilde gente del pueblo. Su valiente compromiso social y político suscitó no pocas perplejidades entre sus mismos superiores y tuvo que presentarse ante el capítulo general de los dominicos, que se celebró en Florencia en mayo de 1377, para explicar su conducta.

En Siena, en el recogimiento de su celda, dictó el “Diálogo sobre la Divina Providencia” para tributar a Dios su último canto de amor. En los comienzos del gran cisma aceptó el llamamiento de Urbano VI para que fuera a Roma. Aquí se enfermó y murió rodeada de sus muchos discípulos a quienes recomendó que se amaran unos a otros. Era el 29 de abril de 1380: hacía un mes que había cumplido 33 años.

Fue canonizada el 29 de abril de 1461. En 1939 fue declarada patrona de Italia junto con San Francisco de Asís, y el 4 de octubre de 1970 Pablo VI la proclamó doctora de la Iglesia, y el 1 de Octubre de 1999 S.S. Juan Pablo II la declaró Patrona de Europa.

Fuente: Catholic.net


Palabras del Beato Juan Pablo II

“El Buen Pastor, según las palabras de Cristo, es precisamente el que "viendo venir al lobo", no huye, sino que está dispuesto a exponer la propia vida, luchando con el ladrón, para que ninguna de las ovejas se pierda. Si no estuviese dispuesto a esto, no sería digno del nombre de Buen Pastor. Sería mercenario, pero no pastor”

Beato Juan Pablo II


Tema del día:
Pidamos por muchos 
"buenos pastores"


Todos los años en este domingo, 4º de Pascua, la Iglesia nos presenta a nuestra consideración la alegoría del Buen Pastor. Es una especie de parábola donde cada palabra y frase tiene una correspondencia espiritual. En este año, ciclo B, nos trae la parte central. Para el tiempo de Jesucristo esta palabra de “pastor”, en el sentido espiritual, tenía mucho vigor. Se llamaba pastor al mismo Dios, como hoy lo vemos en el salmo responsorial. Dios no es un ser abstracto, sino alguien vivo que quiere guiarnos hacia el bien. Jesús nos dirá que Dios es nuestro Padre, que nos creó, que nos envió a su Hijo para redimirnos, que nos guía en nuestro caminar de la vida.

Pastores también se llamaba a veces a los reyes y a todos los que en la vida tienen una responsabilidad de ser conductores o guías de otros. De aquí que las palabras de Jesús proceden de una polémica porque habiendo puesto Dios como guías del pueblo a algunos entendidos en la Ley, en vez de buenos pastores, eran como mercenarios que sólo se preocupaban de su propio bien, descuidando a las “ovejas” o pueblo sencillo. Para ellos la religión no era cuestión de vida y espíritu, sino de leyes externas.

Jesucristo es el “buen pastor”, porque está dispuesto a dar su vida por aquellos a quienes ha venido a salvar. Él nos da el alimento espiritual que necesitamos, renueva las energías, cuando estamos cansados, nos guía por el camino recto, cuando encontramos situaciones peligrosas, está a nuestro lado para reparar las heridas del alma. Siempre actúa por amor. Nadie como Jesús puede decir que “las ovejas le pertenecen”. Las conoce de verdad y nos ama a cada uno de nosotros.

En cierto sentido todos somos un poco pastores, ya que encontramos gentes a quienes podemos y debemos guiar hacia el bien. Pueden ser hijos, padres ancianos, amigos, vecinos, compañeros y muchos débiles y necesitados. Pero para el camino de la salvación, el del espíritu, que es el principal camino, Jesús quiso dejar, para representarle, a san Pedro y sus sucesores. Cuando Jesús le daba la responsabilidad a san Pedro le decía: “pastorea a mis ovejas”. Ayudando al sucesor de san Pedro están sobre todo los obispos y sacerdotes. Ciertamente ha habido algunos o bastantes que no han cumplido con el deber de ser buenos pastores; pero la mayoría sí cumplen bien. Por eso no hay derecho a que por unos pocos todos sean perseguidos injustamente. En este día del “Buen Pastor” debemos pedir para que haya muchos buenos pastores, que sigan el ejemplo de Jesucristo, hasta dar la vida. Y cuando se dice dar la vida, se entiende que es la fortuna material, la fama, posición social, seguridad, etc.

En esta vida todos necesitamos guías y buscamos ejemplos a seguir. Muchos jóvenes sólo encuentran ejemplos en artistas famosos o deportistas. Ciertamente que éstos tienen una responsabilidad al ser tenidos como ejemplos por muchas personas; pero también debemos pensar que las cualidades externas son transitorias y que lo que queda es el valor espiritual, que a veces en muchos de ellos falta.

Hoy Jesús nos dice que tiene “otras ovejas que están fuera del redil”. Es una llamada universal. Nos indica su deseo de felicidad para todos, para que también nosotros lo compartamos y podamos ser comunicadores de vida, especialmente comunicando amor. El amor no tiene límites y quiere que todos tengan nuestra alegría de pertenecer al grupo de Jesucristo. Para ello debemos conocer más internamente a Jesús. Él nos dice que “sus ovejas le conocen”. Conocer para los antiguos no era algo sólo del intelecto, sino que toda la persona estaba involucrada. El verdadero conocimiento llega al amor. No es sólo saber que Dios es nuestro Padre, sino experimentarlo y sentirle a nuestro lado como puede estar el padre o madre de carne y hueso. Hoy con este ejemplo nos quiere enseñar que el Padre, el Hijo y el Espíritu están a nuestro lado, que Dios nos acompaña y nos da la confianza de vivir bajo su misericordia para poder estar un día juntos en su eterna gloria.

P. Silverio Velasco (España)


Nuevos videos

Hay un nuevo video subido a este blog.
Para verlo tienes que ir al final de la página.
Hay nuevo video en el blog
"Juan Pablo II inolvidable"
Puedes acceder en la dirección:
Hay un video muy interesante en el blog de la
Parroquia Ntra. Señora del Valle, Córdoba, Argentina
con el desarrollo completo del Retiro Abierto predicado
por el Obispo de Córdoba, Monseñor Carlos Ñáñez 
hace una semana.
Para verlo debes acceder a esta dirección:


Pensamientos sanadores


Hoy pídele a Dios ser liberado de todo peligro

El Señor seguramente te ha protegido y te ha librado de muchos males, de muchos peligros, de muchos pesares, algunos de ellos aun antes de sufrirlos.
Dale gracias no sólo por aquello que ves, sino también por aquello que sin ver, intuyes que Él ha hecho en tu vida y de lo cual te ha resguardado y rescatado.
Él es como un padre que, de manera invisible, va caminando delante de ti.
Él va sacando las piedras del camino, con las cuales podrías tropezar, caer y lastimarte. Él ahuyenta a quienes quieren hacerte daño, y quizá tú no llegas siquiera a enterarte.
Lo hace porque sabe de tu fragilidad y especialmente por el gran amor que por ti siente. Por lo cual vuelve a entregarle tu vida y encomienda a Él todas tus sendas a fin de que sea tu protector y el protector de tu familia, a lo largo de toda la jornada.

Tú me liberas de mis enemigos, me haces triunfar de mis agresores, y me libras del hombre violento. Por eso te alabaré entre las naciones y cantaré Señor en honor de tu nombre.  2 Samuel 22, 49-50


Oración a San Miguel Arcángel


San Miguel Arcángel
defiéndenos en la batalla.
Sé nuestro amparo contra la perversidad
y acechanzas del demonio.
Reprímale Dios, pedimos suplicantes,
y tú, Príncipe de la Milicia Celestial
arroja en el infierno con tu divino poder
a satanás y demás espíritus malignos
que andan dispersos por el mundo
para perdición de las almas.
Amén

La Festividad de San Miguel Arcángel se celebra el 29 de Setiembre.
Pero igualmente es una práctica muy recomendada el rezar esta oración
todos los días a la finalización de la Santa Misa.
Y también en estos tiempos para pedir por el Santo Padre
y por la santidad de todos los sacerdotes del mundo.
En "Pequeñas Semillitas" la publicaremos los días 29 de cada mes.


Nunca nos olvidemos de agradecer


Alguna vez leí que en el cielo hay dos oficinas diferentes para tratar lo relativo a las oraciones de las personas en la tierra:
Una es para receptar pedidos de diversas gracias, y allí los muchos ángeles que atienden trabajan intensamente y sin descanso por la cantidad de peticiones que llegan en todo momento.
La otra oficina es para recibir los agradecimientos por las gracias concedidas y en ella hay un par de ángeles aburridos porque prácticamente no les llega ningún mensaje de los hombres desde la tierra para dar gracias...
Desde esta sección de "Pequeñas Semillitas" pretendemos juntar una vez por semana los mensajes para la segunda oficina: agradecimientos por favores y gracias concedidas como respuesta a nuestros pedidos de oración.

La mamá de Fati, pequeña niña de Córdoba, Argentina, que terminó el tratamiento por leucemia y que este viernes tuvo punción medular de control, quiere agradecer a Dios y a todas las personas que rezaron por su hijita, ya que los primeros resultados del estudio han salido muy satisfactorios. Nos sumamos al agradecimiento y pedimos a Jesús, Buen Pastor, que cuide con especial amor a esta ovejita suya.

Desde Rio Gallegos, Argentina, Patricia Adriana quiere agradecer al Señor que la bendijo con la gracia del trabajo, y nos cuenta que el desafío es grande porque ha comenzado a trabajar en una escuelita pública en zona marginal, donde los niños tienen muchas necesidades… Ante todo necesidad de Dios, y luego necesidades múltiples en lo material y en lo afectivo ya que muchos son hijos de padres no comprometidos, presos, prostitutas, adictos, etc. Recemos por estos chicos y también por sus padres, hermanos nuestros, que mucho necesitan la protección de Jesús y de María, la Madre.

Nuestra lectora y amiga Ana María, de Capital Federal, Argentina, expresa su agradecimiento a Dios que la está ayudando a recuperarse de un accidente con un grave traumatismo de cráneo. Te animamos Ana María para que sigas adelante con tu recuperación, y recuerda que el Señor es tu Pastor, y nada te ha de faltar pues Él te conducirá por praderas cubiertas de verdor y te llevará a fuentes de aguas cristalinas…

Desde México nos llega un agradecimiento a Dios y a los que rezaron por Marcela L. V. que sufrió un aneurisma y ahora se está recuperando satisfactoriamente.


"Intimidad Divina"

IV Domingo de Pascua

El misterio pascual se nos presenta hoy bajo la figura de Jesús buen Pastor y piedra angular de la Iglesia. El buen Pastor no abandona el rebaño en la hora del peligro, como hace el mercenario, sino que para ponerlo a salvo se entrega a sí mismo a los enemigos y a la muerte. “El buen pastor da su vida por las ovejas” (Jn 10, 11). Es el gesto espontáneo del amor de Cristo por los hombres. “Nadie me quita la vida, soy yo quien la doy de mí mismo” (ib. 18). En este misterio de misericordia infinita el amor de Jesús se entrelaza y se confunde con el amor del Padre. El Padre es quien lo ha enviado para que los hombres tengan en él al Pastor que los guarde y les asegure la verdadera vida. Este amor el Padre nos lo ha dado en el Hijo, que por medio de su sacrificio ha librado a los hombres del pecado y los ha hecho participantes no sólo de un nombre, sino de un nuevo modo de ser, de una nueva vida: el ser y la vida de hijos de Dios.

En virtud de la obra redentora de Cristo todo hombre está llamado a formar parte de una única familia que tiene a Dios por padre, de un único rebaño que tiene a Cristo por pastor. Esta familia y este rebaño se identifican con la Iglesia, de la cual, como dice San Pedro en la primera lectura, Jesús es la piedra fundamental. “Él es la piedra rechazada por vosotros los constructores, que ha venido a ser piedra angular” (Hc 4, 11). Cristo, buen Pastor, Cristo piedra angular son dos figuras diversas pero que expresan una misma realidad: él es la única esperanza de salvación para todo el género humano. De aquí la urgencia para todos los hombres de pertenecer a la única Iglesia regida por Cristo, al único rebaño gobernado por él.

El Evangelio del día nos sugiera aún una última reflexión: “Conozco a mis ovejas –dice Jesús– y las mías me conocen a mí, como el Padre me conoce y yo conozco a mi Padre”. No se trata de un simple conocimiento teórico, sino de un conocimiento vital que lleva consigo relaciones de amor y de amistad entre el buen Pastor y sus ovejas, relaciones que Jesús no duda en parangonar a las que existen entre él y el Padre. De la humilde comparación campestre del pastor y de las ovejas, Jesús se levanta a proponer la de la vida de comunión que lo une al Padre insertando en tal perspectiva sus relaciones con los hombres. Esta es la verdadera vida de los hijos de Dios que comienza en la tierra con la fe y el amor y culminará en el cielo, donde “seremos semejantes a Dios porque le veremos tal cual es” (1 Jn 3, 2).

¡Oh Señor!, tú dices: “Como el Padre me conoce a mí yo conozco al Padre y doy mi vida por las ovejas” (Jn 10, 15). Es como si dijeras: en esto se manifiesta qu yo conozco al Padre y soy conocido por él, en que doy mi vida por las ovejas… La caridad que te hace morir por tus ovejas, demuestra tu amor al Padre… Y dices también: “Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y ellas me siguen, y yo les doy la vida eterna” (ib. 27-28). Y poco antes habías dicho: “El que por mí entrare se salvará, y entrará y saldrá y hallará pasto” (ib. 9). Entrará con la fe, pero saldrá pasando de la fe a la visión, de la facilidad de creer a la contemplación y hallará los pastos del eterno festín. Tus ovejas hallarán pastos, porque quien te sigue con corazón sencillo es apacentado con pastos eternamente abundosos. ¿Y cuáles son estos pastos sino las alegrías íntimas de un paraíso siempre fresco y ameno? Pues el pasto de tus elegidos es la faz de Dios siempre presente. Contemplándolo indefectiblemente, el alma se sacia de un manjar eterno de vida. Haz, Señor, que yo busque estos pastos para gozar con todos los ciudadanos del cielo… Se llene de ardor mi deseo por las cosas celestiales: amar así es ya ponerse en camino. (San Gregorio Magno)

P. Gabriel de Sta. M. Magdalena O.C.D.
Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-
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sábado, 28 de abril de 2012

Pequeñas Semillitas 1695


PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 7 - Número 1695 ~ Sábado 28 de Abril de 2012
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
   

Hola…
Manten siempre el buen humor, en cualquier circunstancia. Y trata de mantener vivo el buen humor de todas las personas que te encuentran en la vida. La alegría es medicina divina. La tristeza, en cambio, nos hunde en un mar de barro, que salpica y ensucia a los que se nos acercan. En los sufrimientos y penas también trata de ser alegre, porque la alegría es la mejor medicina para conseguir la felicidad. Convéncete de que la alegría de la vida no te puede llegar de afuera. Podrás hallar la felicidad cuando puedas hacerla brotar de tu corazón, cuando aprendas a ayudar a todos, sin preferencias, con tus obras, palabras y pensamientos.


La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy


En aquel tiempo, muchos de sus discípulos, al oírle, dijeron: «Es duro este lenguaje. ¿Quién puede escucharlo?». Pero sabiendo Jesús en su interior que sus discípulos murmuraban por esto, les dijo: «¿Esto os escandaliza? ¿Y cuando veáis al Hijo del hombre subir adonde estaba antes? El espíritu es el que da vida; la carne no sirve para nada. Las palabras que os he dicho son espíritu y son vida. Pero hay entre vosotros algunos que no creen». Porque Jesús sabía desde el principio quiénes eran los que no creían y quién era el que lo iba a entregar. Y decía: «Por esto os he dicho que nadie puede venir a mí si no se lo concede el Padre».
Desde entonces muchos de sus discípulos se volvieron atrás y ya no andaban con Él. Jesús dijo entonces a los Doce: «¿También vosotros queréis marcharos?». Le respondió Simón Pedro: «Señor, ¿a quién vamos a ir? Tú tienes palabras de vida eterna, y nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo de Dios».
(Jn 6,60-69)

Comentario
Hoy acabamos de leer en el Evangelio el discurso de Jesús sobre el Pan de Vida, que es Él mismo que se dará a nosotros como alimento para nuestras almas y para nuestra vida cristiana. Y, como suele pasar, hemos contemplado dos reacciones bien distintas, si no opuestas, por parte de quienes le escuchan.
Para algunos, su lenguaje es demasiado duro, incomprensible para su mentalidad cerrada a la Palabra salvadora del Señor, y san Juan dice —con una cierta tristeza— que «desde entonces muchos de sus discípulos se volvieron atrás y ya no andaban con Él» (Jn 6,66). Y el mismo evangelista nos da una pista para entender la actitud de estas personas: no creían, no estaban dispuestas a aceptar las enseñanzas de Jesús, frecuentemente incomprensibles para ellos.
Por otro lado, vemos la reacción de los Apóstoles, representada por san Pedro: «Señor, ¿a quién vamos a ir? Tú tienes palabras de vida eterna, y nosotros creemos» (Jn 6,68-69). No es que los doce sean más listos que los otros, ni tampoco más buenos, ni quizá más expertos en la Biblia; lo que sí son es más sencillos, más confiados, más abiertos al Espíritu, más dóciles. Les sorprendemos de cuando en cuando en las páginas de los evangelios equivocándose, no entendiendo a Jesús, discutiéndose sobre cuál de ellos es el más importante, incluso corrigiendo al Maestro cuando les anuncia su pasión; pero siempre los encontramos a su lado, fieles. Su secreto: le amaban de verdad.
San Agustín lo expresa así: «No dejan huella en el alma las buenas costumbres, sino los buenos amores (...). Esto es en verdad el amor: obedecer y creer a quien se ama». A la luz de este Evangelio nos podemos preguntar: ¿dónde tengo puesto mi amor?, ¿qué fe y qué obediencia tengo en el Señor y en lo que la Iglesia enseña?, ¿qué docilidad, sencillez y confianza vivo con las cosas de Dios?
Rev. D. Jordi PASCUAL i Bancells (Salt, Girona, España)


Santoral Católico:
San Pedro Chanel
Sacerdote y Mártir


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San Luis María Grignion de Montfort
El santo de la verdadera devoción Mariana


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Fuente: Catholic.net


La frase de hoy

“El amor llega cuando menos lo esperamos, cuando no vamos en busca de él. Si andas a la caza del amor, jamás encontrarás la pareja adecuada. Así sólo se crea ansiedad y desdicha. El amor no está nunca afuera; lo llevamos dentro. No insistas en que el amor venga inmediatamente. Quizás no estés preparado para el, o tal vez no estés lo bastante evolucionado como para atraer el amor que anhelas”
Louise Hay


Cuentos de Mamerto Menapace:
Compartir lo provisorio


Allá en las chacras se vivía prácticamente a la intemperie. No nos defendíamos demasiado de las realidades ni del clima. Más bien compartíamos el ritmo de las cosas; y por supuesto de las personas.

La noche nos encerraba a todos en los pequeños charcos de luz que creaban nuestras lámparas. Los mismo que las aves acuáticas se reúnen en sus charcos cuando las atropella la sequía. La lluvia también era compartida por todos; para todos era un tiempo de recogimiento bajo techo dejando suceder lo que era imposible conjurar. También se vivía compartiendo los mismos gestos de la primavera, y las mismas humillaciones del verano o del invierno.

Porque cuando se vive a la intemperie uno no puede hacer provisión de clima. Se vive el clima del momento con intensidad y compartiéndolo, sin reservarse de él nada para el día siguiente. Tal vez lo único que se guardaba de un acontecimiento, bueno o malo, era el recuerdo de haberlo compartido y la capacidad de evocarlo en futuros reencuentros.

Y lo que sucedía con los acontecimientos, sucedía también con los alimentos. Sobre todo con aquellos más primitivos, que provenían de la caza y de la pesca. Porque en las chacras abundaban las palomas, sobre todo cuando el lino era chiquito, o luego de la desgranada del maíz, o para cuando el girasol empezaba a madurar. Casi siempre cuando se escopeteaba la bandada, solían caer más palomas de las que nosotros podíamos aprovechar. Y como no teníamos la posibilidad de conservarlas, y además era un orgullo el haber tenido buen puntería el resto se mandaba a los vecinos. Y allá íbamos los chicos, hacia distintos rumbos, llevando cada uno un par de palomas gordas, con la esperanza de recibir propina. Y volvíamos luego a nuestro territorio con el orgullo de todo embajador.

Los lunes la embajada venía del arroyo. Sábado y domingo, Don Pablo los pasaba en la isla o en el monte. Su razón de compartir era mucho más urgente, porque el pescado de los arroyos del norte hay que comerlo fresco. A veces, en lugar del par de pescados chicos sacados a línea y anzuelo, solía venir con n trozo de pescado de los grandes, de esos que traen acollarado el relato de la hazaña. Y si la embajada no venía, todos compartíamos en silencio el fracaso vivido ese fin de semana por Don Pablo.

Lo mismo sucedía cuando para el invierno se carneaba el chancho. En eso del dar y el recibir, todos los vecinos comíamos presas frescas de las sucesivas carneadas. Y todos participábamos del esfuerzo o de la habilidad de todos. Sentíamos como una especie de alegría de familia grande que nos hacía compartir penas, alegrías, trabajos y fracasos.

Ahora todo aquello ha cambiado. Casi todos han comprado una heladera. En cada chacra se dispone de una pequeña geografía polar que permite conservar los alimentos perecederos. Lo que antes se compartía, ahora se conserva. Y así Don Pablo se condenó en los últimos años de vida a comer siempre pescado: fresco los lunes, semifresco los martes, y partir del miércoles, pescado conservado. (Lo que no dejaba de encerrar un peligro.) Y ya nadie supo nada de sus éxitos y de sus fracasos. Lo que hizo que para él mismo la pesca perdiera mucho de su encanto. Y también para nosotros en eso de cazar palomas.

Desde que hemos optado por la heladera, nuestra alimentación y nuestra vida en las chacras ha perdido mucho de su variedad, de su capacidad de sorpresa, de ese sentimiento de totalidad que creaba el compartir. Nos defendemos mejor contra el clima y la intemperie, sí.

Pero nos estamos volviendo menos hombres.


Pensamientos sanadores


Hoy confía en que Dios te lleva entre sus manos

Cuando oramos, pidiendo con confianza la bendición de Dios, reconocemos que no estamos abandonados a nosotros mismos o a las fuerzas desconocidas del destino, sino que estamos siempre en las manos del Señor, según su proyecto de salvación.
Su luz y su verdad están siempre allí, frente a nosotros, aun cuando por momentos no la podamos ver.
Las nubes que ocultan el sol, antes o después se irán, del mismo modo que se correrá el velo que algunas veces te impide gustar de la alegría de la vida.
Piensa en las siguientes palabras: “Yo soy la luz del mundo” (Jn 8, 32) y poniéndote delante de Jesús, repítelas, imaginando que él irradia una potente luz que tú vas absorbiendo gradualmente.
Luego descansa y goza de esa sensación de que Dios, con toda su luz, habita en ti.
Prepárate para llevar, en este día, esa luz a todos los ambientes en los cuales tú estarás.

El que me escucha vivirá seguro y estará tranquilo, sin temer ningún mal. Proverbios 1, 33


Pedidos de oración

Pedimos oración por la Paz del Mundo; por la Santa Iglesia Católica; por el Papa, los sacerdotes y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones, por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el hambre y la pobreza; por la unión de las familias y la fidelidad de los matrimonios; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas, y por las Benditas Almas del Purgatorio.

Pedimos oración por la salud física, psíquica y espiritual del señor Marcelino V. que vive en Chiapas, México, está próximo a cumplir 70 años y está teniendo problemas psíquicos y emocionales, rogando a Dios que lo ayude, que se deje tratar y que lo acerque a Él.

También de la misma ciudad pedimos por Virginia M., madre de un adolescente, divorciada y que recientemente sufrió el fallecimiento de su mamá, situación que no ha logrado superar y que sumado a otros problemas (laborales) determina que esté anímicamente mal y con repercusión en lo físico. Que la Santísima Virgen la acompañe y la fortalezca para luchar salir adelante y superar todos sus problemas.

Pedimos oración por la señora Elvira P., de Querétaro, México, que está en fase terminal de su enfermedad irreversible, para que el Señor tenga piedad de su sufrimiento y decida el momento adecuado para liberarla y llevarla a su lado. 

También pedimos por el señor Eduardo M., de Durango, México, que fue secuestrado por desconocidos y está desaparecido hace un mes sin que nada se sepa de él, rogando a Dios que se encuentre con vida y regrese sano y salvo al seno familiar.

Rezamos por Blanca Estela B. que hoy en Guatemala será operada de ovario y matriz, para que el Buen Jesús esté presente en esa cirugía, guíe a los médicos y permita que todo salga bien.

Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia;
escucha ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén

Nota de Redacción:
Para dar curso a los Pedidos de Oración es imprescindible dar los siguientes datos: nombres completos de la persona (habitualmente no publicamos apellidos), ciudad y país donde vive, y explicar el motivo de la solicitud de oración. Enviar los pedidos de oración a pequesemillitas@gmail.com


"Pequeñas Semillitas" por e-mail


Si lo deseas puedes recibir todos los días "Pequeñas Semillitas" por correo, más el agregado de un powerpoint. Las suscripciones son gratuitas y se realizan únicamente por invitación. Hay que solicitarlas a Melissa, la moderadora del Grupo a: picaflor05@gmail.com  o a: picaflor.cl@gmail.com  
Las inscripciones son moderadas y pueden demorar un par de días, siendo importante que no te suscribas desde una computadora de tu oficina o lugar laboral, y que sólo te inscribas si de verdad estás dispuesto/a a leer todos los días nuestros mensajes e incluso compartirlos con tus amigos y conocidos reenviándoselos por correo electrónico.
Felipe de Urca


"Intimidad Divina"

Atención amorosa a Dios

“La palabra de Dios es viva y eficaz” (Hb 4, 12), dice San Pablo, y lo mismo puede decirse de la noticia general de Dios infundida en el alma por el Espíritu Santo. Es tan eficaz que influye no sólo en la inteligencia, sino también en la voluntad, inclinándola a unirse a Dios en fe y en amor. El alma entonces pasa su oración con el entendimiento y la voluntad abiertos a Dios, dirigidos a él en una advertencia amorosa que la tiene ocupada de manera casi imperceptible pero muy eficaz. San Juan de la Cruz observa que a los principios esta noticia es tan “sutil y delicada y casi insensible”, que el hombre, acostumbrado a proceder por consideraciones y sentimientos bien definidos, casi no la advierte y, aun cuando comienza a tener una cierta conciencia de ella, tiene la impresión de no hacer nada y de perder el tiempo; por lo cual frecuentemente se siente tentado a tornar a la meditación y a los coloquios afectivos de antes.

Pero si resiste y persevera manteniéndose en la presencia de Dios en una sencilla actitud de fe, contentándose con estar cerca del Señor, haciéndole compañía y mirándole en silencio, poco a poco se hace capaz de atender a Dios sin el apoyo de ideas, afectos o ejercicios particulares, en una delicada relación de espíritu a espíritu. Se trata de una atención amorosa a Alguien que está presente, cuya presencia no se advierte de una manera sensible, pero que se intuye como la única Presencia, frente a la cual todas las demás presencias desaparecen. La divina presencia le resulta tan preciosa, que no renunciaría a ella por todas las cosas del mundo. Poco a poco se realiza lo que dice San Juan de la Cruz: El alma “gusta de estarse a solas con atención amorosa a Dios, sin particular consideración, en paz interior y quietud y descanso”.

Según San Juan de la Cruz la “atención general y amorosa a Dios” resulta de un particular ejercicio de las virtudes teologales ayudadas por un escondido y delicado influjo del Espíritu Santo. El alma que se ha ejercitado en la fe y en el amor, ha adquirido ya el hábito de ellos, de manera que, sin recurrir a la repetición continua de actos particulares, puede permanecer en la presencia de Dios en un delicado y prolongado acto de fe y de amor. Mediante su esfuerzo llega así a tratar con Dios en advertencia amorosa, como quien abre los ojos con amor sobre el objeto amado y deseado. Y no está sola en su labor: el Espíritu Santo le sale al encuentro y mediante una secreta actuación de sus dones, la orienta y atrae hacia Dios, infundiéndole un conocimiento amoroso de él. A medida que el ejercicio de las virtudes teologales se hace más profundo e intenso, la criatura se une más a Dios, se abre más a su acción, y Dios irrumpe en ella, traspasando todos los modos humanos.

Tu tesoro, Dios mío, es como un océano infinito, y nosotros nos contentamos con una breve ola de devoción que puede durar un momento; ciegos como somos, te atamos las manos e impedimos la abundancia de tus gracias. Pero cuando tú hallas un alma penetrada de la fe viva, la llenas de gracias, como un torrente, que, constreñido en su cauce, cuando encuentra una salida se lanza con ímpetu inundándolo todo. ¡Oh Señor!, que yo me ocupe de mantenerme siempre en tu santa presencia mediante una sencilla advertencia y una mirada amorosa…, en un coloquio mudo y secreto de mi alma contigo. ¡Oh Señor!, yo te contemplo como a mi Padre presente en mi corazón, y allí te adoro… conservando mi espíritu en tu divina presencia y volviéndolo a traer allí cuando lo sorprendo distraído. (Lorenzo de la Resurrección, La práctica de la presencia de Dios)

P. Gabriel de Sta. M. Magdalena O.C.D.
Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-
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