sábado, 19 de abril de 2025

Pequeñas Semillitas 5959

PEQUEÑAS SEMILLITAS
 
Año 20 - Número 5959 ~ Sábado 19 de Abril de 2025
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
¡Alabado sea Jesucristo!
Sábado Santo. Jesús ha muerto. Todo el día de hoy, su Cuerpo reposa en el sepulcro, frío y sin vida. Ahora nos damos cuenta de lo que pesan nuestros pecados. Jesús ha muerto para redimirnos.
Estamos tristes. La Virgen María también está triste, pero contenta porque sabe que resucitará. Los Apóstoles van llegando a su lado, y Ella les consuela.
Pasa el día unido a la Virgen, y con Ella acompáñale a Jesús en el sepulcro. Haz el propósito de correr al regazo de la Virgen cuando te hayas separado de Él.
 
La Palabra de Dios
Lecturas del día
(SÁBADO SANTO)
NOTA: Este día no se celebra Misa, por lo tanto no hay lecturas.
 
Comentario:
Hoy no meditamos un evangelio en particular, puesto que es un día que carece de liturgia. Pero, con María, la única que ha permanecido firme en la fe y en la esperanza después de la trágica muerte de su Hijo, nos preparamos, en el silencio y en la oración, para celebrar la fiesta de nuestra liberación en Cristo, que es el cumplimiento del Evangelio.
La coincidencia temporal de los acontecimientos entre la muerte y la resurrección del Señor y la fiesta judía anual de la Pascua, memorial de la liberación de la esclavitud de Egipto, permite comprender el sentido liberador de la cruz de Jesús, nuevo cordero pascual cuya sangre nos preserva de la muerte.
Otra coincidencia en el tiempo, menos señalada pero sin embargo muy rica en significado, es la que hay con la fiesta judía semanal del “Sabbat”. Ésta empieza el viernes por la tarde, cuando la madre de familia enciende las luces en cada casa judía, terminando el sábado por la tarde. Esto recuerda que después del trabajo de la creación, después de haber hecho el mundo de la nada, Dios descansó el séptimo día. Él ha querido que también el hombre descanse el séptimo día, en acción de gracias por la belleza de la obra del Creador, y como señal de la alianza de amor entre Dios e Israel, siendo Dios invocado en la liturgia judía del Sabbat como el esposo de Israel. El Sabbat es el día en que se invita a cada uno a acoger la paz de Dios, su “Shalom”.
De este modo, después del doloroso trabajo de la cruz, «retoque en que el hombre es forjado de nuevo» según la expresión de Catalina de Siena, Jesús entra en su descanso en el mismo momento en que se encienden las primeras luces del Sabbat: “Todo se ha cumplido” (Jn 19,3). Ahora se ha terminado la obra de la nueva creación: el hombre prisionero antaño de la nada del pecado se convierte en una nueva criatura en Cristo. Una nueva alianza entre Dios y la humanidad, que nada podrá jamás romper, acaba de ser sellada, ya que en adelante toda infidelidad puede ser lavada en la sangre y en el agua que brotan de la cruz.
La carta a los Hebreos dice: «Un descanso, el del séptimo día, queda para el pueblo de Dios» (Heb 4,9). La fe en Cristo nos da acceso a ello. Que nuestro verdadero descanso, nuestra paz profunda, no la de un solo día, sino para toda la vida, sea una total esperanza en la infinita misericordia de Dios, según la invitación del Salmo 16: «Mi carne descansará en la esperanza, pues tu no entregarás mi alma al abismo». Que con un corazón nuevo nos preparemos para celebrar en la alegría las bodas del Cordero y nos dejemos desposar plenamente por el amor de Dios manifestado en Cristo.
* P. Jacques PHILIPPE (Cordes sur Ciel, Francia) – Imagen: Depor.com
 
Pensamiento del día 
dará cien granos por uno la espiga de primavera.
Mirad que es dulce la espera cuando los signos son ciertos;
tened los ojos abiertos y el corazón consolado:
si Cristo ha resucitado, ¡Resucitarán los muertos! Amén».
(Liturgia de las horas)
 
Tema del día:
Significado del Sábado Santo
Al anochecer del viernes comienza el descanso sabático. Llegan al cenáculo los que han estado en la sepultura. María está allí. Están las mujeres que en su amor encendido quieren volver al sepulcro cuando acabe el sábado para embalsamar bien al difunto, con todo el amor y la piedad de que son capaces. Están allí los apóstoles que callan y no saben qué decir porque no supieron defender a Jesús, y, menos aún, acompañarle en su gran lucha. Están otros discípulos muy allegados. María se retira.
 
Es el día de la soledad de María. Para ella sigue la pasión en su alma. Sufre y no hay dolor como su dolor. Cada uno de los gestos de su Hijo se le hace presente, sus quejidos, sus palabras. El gran grito de triunfo y dolor le llena su interior. Sabe que ha triunfado. Pero ella está sola. Él no está con ella. Y piensa en sus palabras: "al tercer día resucitaré" Y se aferra a ellas. Es difícil creer. Ha visto el cuerpo muerto, agujereado por los clavos, ha puesto su mano en el costado abierto llegando al mismo corazón. Hace falta mucha fe para creer que va a resucitar, y se hace la oscuridad en el alma de María.
 
Experimenta el abandono como lo experimentó Jesús en su cuarta palabra. El Padre calla y la Madre se convierte en la única creyente. Su fe es la de una nueva Eva que cree contra todas las evidencias de los sentidos y de la experiencia. Y las horas del sábado trascurren lentas con oración como la de Getsemaní. Pasa la noche del sábado minuto a minuto, y la oración no cesa en la que nunca cesó de creer.
(Imagen: ACI Prensa)
 
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Meditaciones de “Pequeñas Semillitas”
Cuando María aceptó convertirse en la madre de Dios, ¡se embarcó en una aventura increíble! Una aventura es tan emocionante como aterradora... El miedo, la incertidumbre, e incluso el dolor son sentimientos que luego aprenderá a lidiar. María siguió a su hijo durante toda su vida, en los buenos como en los malos momentos, y permaneció a su lado cuando fue crucificado.
Nuestra rutina de vida suele ser cómoda, pero a veces un poco de aventura, con todo lo que ello implica de positivo y negativo, puede realmente hacernos bien. ¡No tengamos miedo abandonar la zona de seguridad!
Participar en el crecimiento espiritual requiere coraje y decir sí a los nuevos objetivos puede ser desalentador al principio. María arriesgó toda su vida cuando se invirtió en su maternidad excepcional. Ella nunca volvió a ser la misma. Y hablamos de ello todavía hoy, ya que su valor hace toda la diferencia, tanto para ella como para el mundo. Ella cambió el curso de la historia por su compromiso, por sus convicciones personales y espirituales.
Cuando tenemos el valor de decir que sí, es realmente sorprendente ver cómo cada uno de nosotros puede tener una influencia positiva en el mundo que le rodea.
(Padre Michael Rennier)
 
Un año con María
Abril 19: El espacio de felicidad
María no absorbió la misión de Jesús sino que compartieron este misterio de Salvación. María no dejó de ser feliz aún en los tres años que Jesús la dejó para dedicarse a predicar y cumplir la voluntad del Padre. Sabía que no debía ser un obstáculo en el espacio de su Hijo.
Hoy aprende que la persona que amas tiene que tener su espacio de felicidad, que no requiere de vos pero que junto a vos se fortalece porque comparten sus felicidades.
(PADRE LUIS ZAZANO)
 
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)
 
 
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