viernes, 21 de junio de 2024

Pequeñas Semillitas 5670

PEQUEÑAS SEMILLITAS
 
Año 19 - Número 5670 ~ Viernes 21 de Junio de 2024
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
¡Alabado sea Jesucristo!
Cuando creemos que algo es imposible, que no se va a lograr, que no podemos... automáticamente estamos generando un pensamiento negativo y la consecuencia más probable es que lo que creemos, sucederá, o sea, no vamos a poder.
Sin embargo, si creemos que todo es posible, que se puede lograr, que sí podemos hacerlo... automáticamente generamos un pensamiento positivo y la consecuencia es que lo lograremos.
Vivamos entonces esta jornada con pensamientos positivos, optimismo y mucha fe.
 
La Palabra de Dios
Lecturas del día
Primera Lectura: 2 Reyes 11, 1-4. 9-18. 20
 
Salmo: Sal 131, 11. 12. 13-14. 17-18
 
Santo Evangelio: Mt 6,19-23
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «No os amontonéis tesoros en la tierra, donde hay polilla y herrumbre que corroen, y ladrones que socavan y roban. Amontonaos más bien tesoros en el cielo, donde no hay polilla ni herrumbre que corroan, ni ladrones que socaven y roben. Porque donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón.
»La lámpara del cuerpo es el ojo. Si tu ojo está sano, todo tu cuerpo estará luminoso; pero si tu ojo está malo, todo tu cuerpo estará a oscuras. Y, si la luz que hay en ti es oscuridad, ¡qué oscuridad habrá!».
 
Comentario:
Hoy, el Señor nos dice que «la lámpara del cuerpo es el ojo» (Mt 6,22). Santo Tomás de Aquino entiende que con esto —al hablar del ojo— Jesús se refiere a la intención del hombre. Cuando la intención es recta, lúcida, encaminada a Dios, todas nuestras acciones son brillantes, resplandecientes; pero cuando la intención no es recta, ¡qué grande es la oscuridad! (cf. Mt 6, 23).
Nuestra intención puede ser poco recta por malicia, por maldad, pero más frecuentemente lo es por falta de sensatez. Vivimos como si hubiésemos venido al mundo para amontonar riquezas y no tenemos en la cabeza ningún otro pensamiento. Ganar dinero, comprar, disponer, tener. Queremos despertar la admiración de los otros o tal vez la envidia. Nos engañamos, sufrimos, nos cargamos de preocupaciones y de disgustos y no encontramos la felicidad que deseamos. Jesús nos hace otra propuesta: «Amontonaos más bien tesoros en el cielo, donde no hay polilla ni herrumbre que corroan, ni ladrones que socaven y roben» (Mt 6,20). El cielo es el granero de las buenas acciones, esto sí que es un tesoro para siempre.
Seamos sinceros con nosotros mismos, ¿en qué empleamos nuestros esfuerzos, cuáles son nuestros afanes? Ciertamente, es propio del buen cristiano estudiar y trabajar honradamente para abrirse paso en el mundo, para sacar adelante la familia, asegurar el futuro de los suyos y la tranquilidad de la vejez, trabajar también por el deseo de ayudar a los otros... Sí, todo esto es propio de un buen cristiano. Pero si aquello que tú buscas es tener más y más, poniendo el corazón en estas riquezas, olvidándote de las buenas acciones, olvidándote de que en este mundo estamos de paso, que nuestra vida es una sombra que pasa, ¿no es cierto que —entonces— tenemos el ojo oscurecido? Y si el sentido común se enturbia, «¡qué oscuridad habrá!» (Mt 6,23).
* Rev. D. Lluís RAVENTÓS i Artés (Tarragona, España) 
 
Santoral Católico:
San Luis Gonzaga
Nació en 1568 cerca de Mantua (Italia), siendo el heredero del primer marqués de Castiglione. Aunque dio unos primeros pasos de iniciación en la vida militar y aristocrática, muy pronto se sintió inclinado a la vida religiosa. De 1581 a 1584 estuvo en Madrid como paje del príncipe don Diego, y allí se sintió inspirado a hacerse jesuita. Después de superar la oposición de su padre, renunció a sus derechos en favor de su hermano, ingresó en la Compañía de Jesús en 1585 e inició sus estudios de teología en Roma. Había recibido la primera comunión de manos de san Carlos Borromeo, y en la Compañía tuvo por padre espiritual a san Roberto Belarmino. Su vida fue ejemplo de austeridad y dominio de sí mismo y, sobre todo, de entrega el servicio de los demás. En 1591 estalló la peste de tabardillo, y Luis se ofreció a asistir a los enfermos. Mientras transportaba a un apestado al hospital, se contagió él mismo. Murió en la enfermería del Colegio Romano el 21 de junio de 1591, a los 23 años de edad.
Oración: Señor Dios, dispensador de los dones celestiales, que has querido juntar en san Luis Gonzaga una admirable inocencia de vida y un austero espíritu de penitencia, concédenos, por su intercesión, que, si no hemos sabido imitarle en su vida inocente, sigamos fielmente sus ejemplos en la penitencia. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Para más información hacer clic acá.
(Directorio Franciscano – ACI Prensa – Catholic.net)
 
Pensamiento del día
«Madre, aquí tienes a tu pobre y débil hijo. Por sí mismo no puede nada. Tómame por entero en tus brazos de Madre y pídele por mí perdón al Señor... y después tómame de la mano. Contigo quiero vivir, morir, luchar y trabajar. Tú mi madre y yo tu hijo»
(Padre José Kentenich)
 
Tema del día:
El Corazón de Jesús
Transitando los últimos días del mes del Sagrado Corazón de Jesús, meditemos sobre Él en cuatro momentos de la existencia del Señor en la tierra:
 
Vida de Jesús:
En el comienzo de la vida de un ser humano lo primero que se forma es el corazón. Así también Nuestro Señor, en el seno de María Santísima, comenzó siendo apenas un Corazoncito que latía. Y latía de amor por los hombres, por todos los hombres, a los cuales había venido a salvar de las garras de Satanás.
Toda la vida de Jesús fue una revelación de su Sagrado Corazón, es decir, de su amor, porque en el corazón está la sede del amor, y el Corazón de Jesús es el centro del amor de Dios.
¡Dichosos quienes en vida de Jesús pudieron, como San Juan Evangelista, reclinar su cabeza sobre el pecho del Señor, y escuchar los melodiosos latidos de amor de ese Corazón amantísimo!
Pero también dichosos nosotros, que vivimos en este tiempo, porque tenemos a nuestra disposición el Corazón Eucarístico de Jesús, presente en las hostias consagradas, en los Sagrarios de las iglesias, y que recibimos en la Comunión.
Dios nos da su Corazón en comunión. ¿Qué más podía hacer el Señor por nosotros? ¿Aprovechamos este Don, yendo a comulgar lo más frecuentemente que podemos, y visitando a Jesús en los sagrarios de las iglesias?
 
Pasión de Jesús:
Si todos los miembros de Jesús sufrieron en su pasión, podemos decir, sin temor a equivocarnos, que fue su Sacratísimo Corazón el órgano que más sufrió, no sólo por el esfuerzo descomunal, sino por el peso moral, la tristeza, la traición, el desamor.
¡Pobre Corazón de Jesús! ¿Pensamos un poco en lo que ha padecido ese Corazón amorosísimo, que quería que todos los hombres nos salvemos, pero que también sabía que para muchos, muchísimos hombres, ese Sacrificio sería inútil?
Tremendo es ir al encuentro del dolor y la muerte más atroces, sabiendo que será inútil para gran parte de la humanidad.
Consolemos este Corazón y adentrémonos en el misterio del dolor y del amor de Dios por los hombres.
 
Muerte de Jesús:
Dios hizo todo. Jesús entregó hasta la última gota de sangre en la cruz. Porque al morir el Señor, un soldado le atravesó el costado, abriendo una llaga en el Corazón de Jesús, de donde brotó la última sangre, dando a entender con ello que Dios no se ha guardado nada para Él, sino que en su Hijo ha dado todo a los hombres.
Esa llaga del Corazón de Jesús, ha sido abierta para nuestro bien, porque a través de ella, ahora los hombres tenemos acceso al amor de Dios. La llaga del Corazón de Cristo es la puerta del Cielo, es la entrada a la divinidad, porque desde que ese Sagrado Corazón fue abierto por la lanza, ahora el hombre, si quiere, puede hacerse Dios, no ciertamente por naturaleza, pero sí por participación.
Y pensemos en María, el dolor causado a su Inmaculado Corazón, al ver el Corazón de su Hijo abierto por la lanza.
 
Resurrección de Jesús:
Cuando Jesús resucitó, quiso conservar sus sagradas llagas, para que los hombres vayamos a ellas a buscar todas las gracias que necesitamos para pasar bien la prueba de la vida sobre la tierra. Pero pocos son los que reparan en que también el Señor ha querido conservar la llaga de su costado, es decir, que ha dejado su Sagrado Corazón abierto, ahora lleno de luz y de dones, para que nosotros nos refugiemos en Él.
Si queremos vivir ya desde ahora el Paraíso en la tierra, no tenemos más que refugiarnos en el Corazón glorioso y resucitado de Jesús, cuya puerta de entrada la abrió la lanza de Longinos.
Ese Corazón resucitado lo recibimos cada vez que comulgamos, porque en la Comunión es el mismo Corazón de Jesús que se nos da como alimento.
Y aquí volvemos al principio, porque en nosotros debe formarse Cristo, y Cristo comienza a formarse por el Corazón, como lo hizo en el seno de María. Así que comulguemos frecuentemente para que Cristo se engendre en nosotros y lleguemos a ser otros Cristos.
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(Sitio Santísima Virgen  - Imagen de Suyaoamedios)
 
Meditaciones de “Pequeñas Semillitas”
Había un príncipe que era muy feliz en su palacio, pero un amigo lo convenció para darse una vuelta por el mundo y así disfrutar de los placeres de la vida. Un día, él solo, se escapó de su castillo y empezó a divertirse sin freno para experimentar todo aquello que le estaba prohibido en su palacio. Pero, poco a poco, se fue quedando sin dinero y tuvo que pedir limosna.
Al fin, cayó gravemente enfermo de una enfermedad contagiosa y nadie lo quería atender y lo tiraron sin piedad en un estercolero para que muriera. Allí estaba, esperando la muerte y sin ganas de vivir, cuando una viejecita lo vio y se compadeció de él y lo llevó a su casa sin miedo a contagiarse. Lo atendió como a un hijo y ella misma, que era muy pobre, pedía limosna para darle de comer.
Después de intensos cuidados y mucho amor, se fue recuperando y, arrepentido de su mala vida, regresó a su palacio. Su padre lo seguía esperando y celebró una gran fiesta en su honor, a la cual invitaron a la viejecita, a quien llevaron a vivir con ellos para siempre. El príncipe estaba feliz, había renacido de nuevo. La experiencia del mal y el haberse visto al borde del abismo, le había hecho madurar y tomar en serio su vida.
Si esta historia te recuerda la parábola del hijo pródigo (o del padre misericordioso) no es una casualidad. Es un reflejo de la inmensa Misericordia de Dios, que siempre está dispuesto a perdonar y a abrazar a sus hijos que han caído en el error o han tomado un camino incorrecto en la vida.
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En este mundo siempre se ha de orar, porque siempre tenemos necesidad del socorro divino para ser consolados en nuestras aflicciones y para ser asistidos en nuestras necesidades temporales y espirituales frente a nuestros enemigos visibles e invisibles. Dices tú que no puedes rezar continuamente: reza lo más a menudo que puedas, al comenzar tus principales acciones y, sobre todo, en las tentaciones que contra ti suscite el enemigo de la salvación.
Reza con respeto y modestia que edifiquen al prójimo. Dios reclama de ti, mientras rezas, la atención del espíritu y la modestia del cuerpo. Ese recogimiento y esa modestia mucho te ayudarán para la modestia interior. ¿Te atreverías a hablar a un personaje importante en la forma con que a menudo lo haces con Dios? ¡Con qué precipitación recitas tus oraciones vocales! Piensa, al comenzarlas, en la majestad de Dios ante quien tiemblan los querubines, y le hablarás con más respeto, humildad y modestia. La oración misma, si es mal hecha, puede convertirse en pecado (San Agustín).
 
Pedidos de oración
🙏 Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas, monjas, religiosas, novicias, catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María;  por la conversión de todos los pueblos; por la PAZ en el mundo; por el fin de los ataques a la Iglesia Católica en Nicaragua, por los cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África (Nigeria), y en otros lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por los niños con cáncer y otras patologías graves; por los jóvenes, especialmente los que han caído en las drogas o cualquier tipo de adicción, por las víctimas de trata, por el drama de los refugiados del Mediterráneo; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo; por todos nuestros hermanos de diversos países sometidos a dictaduras que se ven forzados a emigrar en busca de mejores horizontes en otras tierras;  por las víctimas de catástrofes naturales; por la unión de las familias, por lo no nacidos, por la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio. Para lectores argentinos, pedimos especial oración por la recuperación de la República Argentina en el marco de la democracia, la justicia y la honestidad de los gobernantes.
 
🙏 Continuamos unidos en oración por medio del rezo del Santo Rosario poniendo en Manos de Nuestra Madre Bendita todas nuestras preocupaciones, alegrías y necesidades y pidiéndole a Ella paz para el mundo. Al rezar por la paz, rezamos por todo, por la paz en el mundo, en los corazones, porque la violencia sea desterrada, por la paz para los niños que están en peligro de ser abortados. Paz para los jóvenes que no encuentran el camino, paz para los deprimidos. Paz para los que no han tenido la dicha de conocer al Amor. En fin, rezamos por la paz, y sigamos haciéndolo.
Requisitos para ‘Pedidos de oración’ 
1) Nombres completos y apellido de la persona por la que se pide (no publicaremos apellido o solamente pondremos la primera letra).
2) Ciudad y país donde vive la persona por la que se pide.
3) Descripción del problema que tiene.
4) Los Pedidos de Oración se deben enviar a feluzul@gmail.com y deben redactarse de manera breve y resumida.
5) Enviar con tiempo la solicitud de oración (un día antes de su publicación). Se publican sólo los días lunes, miércoles y viernes.
6) Los pedidos que no traigan toda la información detallada en los puntos 1, 2 y 3, lamentablemente no serán publicados.
 
Extractos de cartas del Padre Pío
(Recopilación: P. Gianluigi Pasquale en “365 días con el Padre Pío”)
21 de junio
¡Ay!, padre mío, usted que sabe de Él, dígame, se lo suplico, no me eche en cara mi dispersión, mi ansia, mi errar en busca de Él; no me eche en cara la falta de abandono de este espíritu, que también desea con vehemencia su descanso más ciego y humilde en el divino beneplácito; dígame, por caridad, ¿dónde está mi Dios? ¿Dónde podré encontrarlo? ¿Qué puedo hacer para dedicarme a buscarlo? Dígame, ¿lo encontraré? Dígame, ¿dónde debo posar este corazón mío, que se va enfermando de muerte y que instintivamente lo siento en una afanosa y penosa búsqueda?
Oh Dios, oh Dios, no puedo decir otra cosa: ¿por qué me has abandonado? Este espíritu, justamente golpeado por tu justicia divina, yace en una vehemente contradicción, sin ningún recurso ni conocimiento, fuera de los fugaces relámpagos, puestos para agudizar el sufrimiento y el martirio. Me siento morir, me abraso de ardor, desfallezco de hambre, oh padre; pero me parece que ahora el hambre se va reduciendo al solo deseo de uniformarme a la voluntad divina y del modo que Él quiera.
(19 de junio de 1918, al P. Benedetto da San Marco in Lamis, Ep. I, 1033)
 
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)
 
 
PÁGINAS DE FELIPE DE URCA:
 
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