jueves, 27 de enero de 2022

Pequeñas Semillitas 4889

PEQUEÑAS SEMILLITAS
 
Año 17 - Número 4889 ~ Jueves 27 de Enero de 2022
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Te damos gracias, Padre, por Jesús, tu Hijo querido, por quien te hemos conocido, por quien sabemos vivir, por quien mantenemos la esperanza, por quien podemos vivir como hermanos.
Te damos gracias porque hace muchos años que le conocemos, le queremos, le seguimos. Te damos gracias porque es para nosotros luz para el camino, alimento para el trabajo, esperanza para el futuro.
Te damos gracias porque la fuerza de tu Espíritu le hizo Pastor, Semilla, Agua, Fuego, Pan. Te damos gracias porque la fuerza de tu Espíritu le hizo pobre, humilde, valeroso, compasivo. Te damos gracias porque gracias a Él nuestra vida de tierra se transforma y nos hacemos Hijos, trabajamos en tu Reino, y sabemos esperar y perdonar.
Te damos gracias, Padre, por Jesucristo, tu Hijo, nuestro Señor. Amén.
(José Enrique Galarreta)
 
La Palabra de Dios
Lecturas del día
Primera Lectura: 2 Sam 7,18-19.24-29
 
Salmo: Sal 131,1-2.3-5.11.12.13-14
 
Santo Evangelio: Mc 4,21-25
En aquel tiempo, Jesús decía a la gente: «¿Acaso se trae la lámpara para ponerla debajo del celemín o debajo del lecho? ¿No es para ponerla sobre el candelero? Pues nada hay oculto si no es para que sea manifestado; nada ha sucedido en secreto, sino para que venga a ser descubierto. Quien tenga oídos para oír, que oiga».
Les decía también: «Atended a lo que escucháis. Con la medida con que midáis, se os medirá y aun con creces. Porque al que tiene se le dará, y al que no tiene, aun lo que tiene se le quitará».
 
Comentario:
Hoy, Jesús nos explica el secreto del Reino. Incluso utiliza una cierta ironía para mostrarnos que la “energía” interna que tiene la Palabra de Dios —la propia de Él— la fuerza expansiva que debe extenderse por todo el mundo, es como una luz, y que esta luz no puede ponerse «debajo del celemín o debajo del lecho» (Mc 4,21).
¿Acaso podemos imaginarnos la estupidez humana que sería colocar la vela encendida debajo de la cama? ¡Cristianos con la luz apagada o con la luz encendida con la prohibición de iluminar! Esto sucede cuando no ponemos al servicio de la fe la plenitud de nuestros conocimientos y de nuestro amor. ¡Cuán antinatural resulta el repliegue egoísta sobre nosotros mismos, reduciendo nuestra vida al marco de nuestros intereses personales! ¡Vivir bajo la cama! Ridícula y trágicamente inmóviles: “ausentes” del espíritu.
El Evangelio —todo lo contrario— es un santo arrebato de Amor apasionado que quiere comunicarse, que necesita “decirse”, que lleva en sí una exigencia de crecimiento personal, de madurez interior, y de servicio a los otros. «Si dices: ¡Basta!, estás muerto», dice san Agustín. Y san Josemaría: «Señor: que tenga peso y medida en todo..., menos en el Amor».
«‘Quien tenga oídos para oír, que oiga’. Les decía también: ‘Atended a lo que escucháis’» (Mc 4,23-24). Pero, ¿qué quiere decir escuchar?; ¿qué hemos de escuchar? Es la gran pregunta que nos hemos de hacer. Es el acto de sinceridad hacia Dios que nos exige saber realmente qué queremos hacer. Y para saberlo hay que escuchar: es necesario estar atento a las insinuaciones de Dios. Hay que introducirse en el diálogo con Él. Y la conversación pone fin a las “matemáticas de la medida”: «Con la medida con que midáis, se os medirá y aun con creces. Porque al que tiene se le dará, y al que no tiene, aun lo que tiene se le quitará» (Mc 4,24-25). Los intereses acumulados de Dios nuestro Señor son imprevisibles y extraordinarios. Ésta es una manera de excitar nuestra generosidad.
* Rev. D. Àngel CALDAS i Bosch (Salt, Girona, España)
 
Santoral Católico:
Santa Ángela de Mérici
Fundadora de las Ursulinas
Nació de familia modesta alrededor del año 1470 en Desenzano del Garda (Brescia). Su idea de abrir escuelas para niñas era revolucionaria en un tiempo en que la educación académica se reservaba a los muchachos. A la edad de quince años quedó huérfana de padre y madre. Fue en peregrinación a Tierra Santa y, al regreso, comprendió que su misión era atender a las niñas desamparadas. Tomó el hábito de la Tercera Orden Franciscana, y reunió un grupo de jóvenes, que vestían como las demás jóvenes del medio rural, a las que enseñó a buscar la santidad de vida en el mundo y a las que instruyó en la práctica de las obras de caridad. El año 1535 fundó en Brescia un instituto femenino, la Compañía de Santa Úrsula (las comúnmente llamadas Ursulinas), dedicado a la formación cristiana de las niñas pobres, y a la promoción cultural y educación en la fe de las futuras madres de familia. Murió en Brescia el 27 de enero de 1540.
Oración: Señor, que no deje de encomendarnos a tu misericordia la santa virgen Ángela de Mérici, para que, siguiendo sus ejemplos de caridad y prudencia, sepamos guardar tu doctrina y llevarla a la práctica en la vida. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Para más información hacer clic acá.
© Directorio Franciscano – Aciprensa – Corazones.org
 
Pensamiento del día
 
"Sólo una vez pasaré por este mundo.
Cualquier cosa buena que pueda hacer
o cualquier bondad que pueda mostrar, lo haré ahora,
ya que no pasaré por este camino otra vez".
(William Morris)
 
Historias:
La viejita sola
“Una niña se quitó su ropa de acólito después de Misa, se puso su ropa normal y le dijo al padre:
‘OK, padrecito, ¡Ya estoy lista!’
 
El sacerdote le dijo: ‘¿Lista para qué?’
‘Padre, es hora de salir a repartir nuestros volantes.’
El sacerdote le respondió: ‘Hija, hace mucho frío y además está lloviznando.’
 
La niña miró sorprendida al sacerdote y le dijo: ‘Pero Padrecito la gente necesitan saber de Dios aún en los días lluviosos.’
El sacerdote contestó: ‘Hija yo no voy a salir con este tiempo.’
 
Con cierta ansiedad, la niña dijo: ‘Padre, ¿puedo ir yo sola? ¿Por favor?’
El sacerdote dudó un momento y luego le dijo: ‘Está bien, puedes ir. Aquí tienes los volantes; pero ten cuidado.’
‘¡Gracias padrecito!’
 
Acto seguido, la niña acólito salió a la lluvia. La pequeña, de 11 años, recorrió todas las calles del pueblo, repartiendo los volantes a las personas que veía. Después de 2 horas de caminar con frío bajo la lluvia y con su último volante, se detuvo en una esquina esperando ver a alguien a quien darle el último volante, pero las calles estaban totalmente desiertas. Entonces se dirigió a la primera casa que vio, caminó hasta la puerta del frente, tocó el timbre varias veces y esperó, pero nadie salió.
 
Finalmente, la niña giró para irse, pero algo le detuvo. La niña volteó nuevamente hacia la puerta y empezó a tocar el timbre y a golpear la puerta fuertemente con los nudillos. Ella seguía esperando; algo la mantenía ahí frente a la puerta. Tocó nuevamente el timbre y esta vez la puerta se abrió suavemente.
 
Una señora con una mirada muy triste asomó en el umbral y suavemente le preguntó:
‘¿Qué puedo hacer por ti, niña?’
 
Con unos ojos radiantes y una sonrisa que le cortaba las palabras, la niña dijo:
‘Señora, lo siento si la molesté, pero sólo quiero decirle que “DIOS REALMENTE LA AMA” y vine para darle mi último volante que habla sobre DIOS y SU GRAN AMOR.
 
La niña le dio el volante y se marchó.
Ella sólo le dijo:
‘¡Gracias, hija, y que DIOS te bendiga!’
 
El siguiente domingo por la mañana, el sacerdote estaba en el púlpito y antes de comenzar la misa preguntó:
‘¿Alguien tiene un testimonio o una anécdota que quiera compartir con nosotros?’
 
Suavemente, en la fila de atrás de la iglesia, una señora mayor se puso de pie. Cuando empezó a hablar, una mirada radiante y gloriosa brotaba de sus ojos:
 
‘Nadie en esta iglesia me conoce. Nunca había estado aquí; incluso el domingo pasado aún no creía en Dios.’
‘Mi esposo murió hace poco tiempo y me dejó totalmente sola en este mundo. El domingo pasado fue un día particularmente frío y lluvioso, y también lo fue en mi corazón. Ese día llegué al final del camino; ya que no tenía esperanza alguna ni ganas de vivir.’
‘Entonces, tomé una silla y una soga y subí hasta el ático de mi casa. Subida en la silla, amarré y aseguré bien un extremo de la soga a una de las vigas del techo y luego y puse el otro extremo alrededor de mi cuello.’
‘Parada en la silla, tan sola y con el corazón destrozado, estaba a punto de tirarme cuando de repente escuché el timbre de la puerta sonar con insistencia.’
‘Entonces me dije: “Esperaré un minuto y quien quiera que sea se irá”. Esperé y esperé, pero el timbre de la puerta sonaba cada vez con más insistente, y luego la persona empezó a golpear la puerta con fuerza.’
‘Entonces me pregunté, “¿QUIÉN PODRÁ SER?” ¡Jamás alguien toca mi puerta o viene a verme!’
‘Me quité la soga del cuello y bajé hasta la puerta, mientras el timbre seguía sonando cada vez con mayor insistencia.’
‘Cuando abrí la puerta no podía creer lo que veían mis ojos: frente a mi puerta estaba la niña más radiante y angelical que jamás hubiera visto.’
‘Su sonrisa, ohhh, ¡nunca podré describirla! Las palabras que salieron de su boca hicieron que mi corazón, muerto hace tanto tiempo, volviera a la vida, cuando me dijo con voz de querubín: “Señora, sólo quiero decirle que DIOS realmente la ama”.’
‘Cuando aquel angelito desapareció en el frío y la lluvia, cerré mi puerta y leí cada palabra del volante.’
‘Entonces subí al ático para bajar la silla y la soga. Ya no las necesitaría más. Como ven, ahora soy una hija feliz del Señor.’
‘Como la dirección de la iglesia venía anotada en la parte de atrás del volante, hoy vine personalmente a decirle GRACIAS a ese pequeño ÁNGEL DE DIOS que llegó justo a tiempo y, de hecho, a rescatar mi vida de una eternidad en el infierno.’
 
En la iglesia, todos los asistentes lloraban. El sacerdote bajó del púlpito hasta la primera banca del frente donde estaba sentada su acólito, le tomó en sus brazos y lloró. Probablemente la iglesia no volvió a tener un momento más glorioso.
 
Lucas 18,27:
Él les dijo: “Lo que es imposible para los hombres, es posible para Dios.”
 
Meditaciones de “Pequeñas Semillitas”
Un hombre cayó en un pozo, pero por más esfuerzos que hacía, no lograba salir de él. Comenzó a pedir auxilio. Los que pasaban por allí, al escuchar sus gritos se asomaban para ver qué sucedía, y desde arriba cada uno aconsejaba al hombre de manera diferente: Unos le decían que confiara en Dios y que tuviera paciencia, que Él lo sacaría. Otros se lamentaban e incluso algunos lloraban por lo que había ocurrido y se marchaban diciendo que lo tendrían presente en sus oraciones. Había quienes le reprochaban su irresponsabilidad y su falta de atención al caminar, sin fijarse por dónde iba, y le daban largos sermones de moralidad. Algunos intentaban ayudarle diciéndole desde arriba lo que tenía que hacer para salir, pero como no conseguía hacerlo solo, se enfadaban y se marchaban diciendo que si no salía era porque él no quería. Había otros que tenían tanta prisa, que no tenían tiempo para ayudarlo...
Así, unos tras otros, iban asomándose a la boca del pozo. El hombre estaba desesperado. Todo eran palabras y más palabras... pero él seguía en el hoyo. Se le quitaron las ganas de pedir auxilio porque la ayuda que recibía de los hombres le hundía más en el agujero. Pasó días de profunda depresión... Hasta que se asomó una persona, que en lugar de hablar desde allí arriba, puso una escalera, bajó hasta dónde estaba él, le preguntó cómo se encontraba y le ayudó a salir de ahí. No supo cómo darle las gracias. Sólo pudo decirle: "Si Dios existe, no creo que sea muy diferente de usted".
 
Un minuto para volar
Enero 27
Si en las próximas horas no se te presenta la ocasión de hacer algo grande, no te preocupes. En cualquier cosa que hagas estarás haciendo tu aporte, solo si te entregas con todas tus fuerzas a eso que tengas que hacer. Si lo único que haces es contemplar un paisaje, vívelo plenamente, procura entrar con todo tu ser en ese paisaje, admíralo, siéntete parte de él, no lo mires superficialmente. Entonces no estarás viviendo en vano.
(Mons. Víctor M. Fernández)
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)
 
BLOG ”PEQUEÑAS SEMILLITAS
FACEBOOK de “FELIPE DE URCA”
FACEBOOK de “PEQUEÑAS SEMILLITAS”
TWITTER de “PEQUEÑAS SEMILLITAS”
INSTAGRAM: FELIPE DE URCA
AMDG

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¡Gracias por participar comentando! Por favor, no te olvides de incluir tu nombre y ciudad de residencia al finalizar tu comentario dentro del cuadro donde escribes.