martes, 11 de diciembre de 2018

Pequeñas Semillitas 3849

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 13 - Número 3849 ~ Martes 11 de Diciembre de 2018
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
 
Alabado sea Jesucristo…
«Un día, dos señoras conversaban con Francisco, el niño vidente de Nuestra Señora de Fátima (1917), y le preguntaron sobre la carrera que a él le gustaría hacer cuando fuera mayor:
— ¿Te gustaría ser carpintero? — No, señora. — ¿Quisieras ser militar? — No, señora— ¿Tampoco quisieras ser médico? — No. — Yo sé bien lo que te gustaría ser… ¡Sacerdote! Celebrar la misa, confesar, predicar… ¿No es cierto? — No señora, no quiero ser sacerdote. —Entonces, ¿qué quieres ser?
— ¡Yo no quiero nada! ¡Yo quiero morir, e ir al Cielo!»
La última noche, antes de expirar, Francisco le dirá a su madre: «Mira mamá, esa hermosa luz, cerca de la puerta (…)» El niño no tenía todavía los 11 años. La Madre de Jesús le había prometido que Ella vendría a buscarlo, si él rezaba muchos Rosarios. «Él rezaba diariamente nueve y había hecho sacrificios heroicos», para evitar caer en pecado. Cuando no tuvo más fuerzas para rezar, su mamá le consolaba diciéndole: «si no puedes rezar el Rosario de viva voz, rézalo con el corazón»

¡Buenos días!

El misterio de la vida
Hay una oración muy buena para recordar cuando nos sucedan esas cosas desagradables que no tienen más solución: “Señor, concédeme fortaleza para solucionar lo que tiene solución; pero, valor para aceptar lo que ya no tiene solución; y sabiduría para reconocer la diferencia”. Es una sabia lección que se resume así: “Aceptar, olvidar, y seguir adelante”.

Padre mío, dueño de la vida y de la muerte. Dame la gracia de aceptar con paz el misterio doloroso de la vida, las enfermedades, la decadencia y la muerte; aceptarlas sin lamentos, sin lágrimas, en silencio y paz. Me acuerdo de que tu Hijo transformó lo más negativo e inútil del mundo, como es el dolor y la muerte, en fuente de redención y vida eterna. Yo también quiero que desde hoy mi dolor y mi muerte sean fuente fecunda de redención. A partir de este momento quiero sufrir con Jesús y como Jesús. En tus manos, Padre mío, me abandono con mi vida y mi muerte, mi salud y mi enfermedad. Amén. (Padre Ignacio Larrañaga).

Quien vive abandonado en el Señor crece en una relación verdaderamente filial con Dios, su Padre; está disponible a todo lo que se presente, su corazón se vuelve simple y libre, tiene facilidad para vivir con humildad de corazón los misterios de la vida, se libera de toda ansiedad por el porvenir incierto: “Será lo que el Padre quiera”, dice con total sumisión.
* Enviado por el P. Natalio

La Palabra de Dios
Lecturas de hoy
 
Primera Lectura: Is 40, 1-11

Salmo: Sal 95, 1-3. 10ac. 11-13

SANTO EVANGELIO: Mt 18, 12-14
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «¿Qué os parece? Si un hombre tiene cien ovejas y se le descarría una de ellas, ¿no dejará en los montes las noventa y nueve, para ir en busca de la descarriada? Y si llega a encontrarla, os digo de verdad que tiene más alegría por ella que por las noventa y nueve no descarriadas. De la misma manera, no es voluntad de vuestro Padre celestial que se pierda uno solo de estos pequeños».

Comentario:
Hoy, Jesús nos lanza un reto: «¿Qué os parece?» (Mt 18,12); ¿qué clase de misericordia practicas? Quizás nosotros, “católicos practicantes”, habiendo gustado muchas veces de la misericordia de Dios en sus sacramentos, estemos tentados a pensar que ya estamos justificados ante los ojos de Dios. Corremos el peligro de convertirnos inconscientemente en el fariseo que menosprecia al publicano (cf. Lc 18,9-14). Aunque no lo digamos en voz alta, quizás pensemos que estamos libres de culpa ante Dios. Algunos síntomas de que este orgullo farisaico echa raíces en nosotros pueden ser la impaciencia ante los defectos de los demás, o pensar que las advertencias nunca van para nosotros.
El “desobediente” profeta Jonás, un judío, se mantuvo inflexible cuando Dios mostró pena por los habitantes de Nínive. Yahvé reprochó la intolerancia de Jonás (cf. Jon 4,10-11). Aquella mirada humana ponía límites a la divina misericordia. ¿Acaso también nosotros ponemos límites a la misericordia de Dios? Hemos de prestar atención a la lección de Jesús: «Sed misericordiosos como vuestro Padre es misericordioso» (Lc 6,36). Con toda probabilidad, ¡todavía nos queda un largo camino por recorrer para imitar la misericordia de Dios!
¿Cómo debiéramos entender la misericordia de nuestro Padre celestial? El Papa Francisco dijo que «Dios no perdona mediante un decreto, sino con un abrazo». El abrazo de Dios para con cada uno de nosotros se llama “Jesucristo”. Cristo manifiesta la misericordia paternal de Dios. En el capítulo cuarto del Evangelio de san Juan, Cristo no airea los pecados de la mujer samaritana. En lugar de ello, la divina misericordia cura a la Samaritana ayudándola a afrontar plenamente la realidad de su pecado. La misericordia de Dios es totalmente coherente con la verdad. La misericordia no es una excusa para tomarse rebajas morales. Sin embargo, Jesús debió haber provocado su arrepentimiento con mucha más ternura que la que sintió la mujer adúltera “herida por el amor” (cf. Jn 8,3-11). Nosotros también debemos aprender cómo ayudar a los demás a encararse con sus errores sin avergonzarles, con gran respeto hacia ellos como hermanos en Cristo, y con ternura. En nuestro caso, también con humildad, sabiendo que nosotros mismos somos “vasijas de barro”.
Fr. Damien LIN Yuanheng (Singapore, Singapur)

Santoral Católico:
Santa María Maravillas de Jesús
Religiosa Carmelita
 
(María de las Maravillas Pidal y Chico de Guzmán). La Madre Maravillas nació en Madrid en 1891 de familia aristocrática. En 1919 ingresó en las carmelitas descalzas de El Escorial (Madrid), donde hizo su primera profesión en 1921. Fueron años de intensa oración ante el sagrario, en los que se forjó la fundación del Cerro de los Ángeles (Getafe, Madrid), centro geográfico de España, donde se había levantado un monumento al Sagrado Corazón de Jesús. El nuevo Carmelo, del que la madre Maravillas fue nombrada priora, se inauguró en 1926, y pronto se pobló de vocaciones. En 1936, al estallar la guerra civil, las monjas tuvieron que salir del convento, al que volvieron en 1939. Desde su clausura la Santa fundó en España y en India numerosos Carmelos de estricta observancia y también obras sociales en favor de los pobres. Fueron continuas sus enfermedades y penitencias, que sobrellevó con paz y serenidad. Murió en La Aldehuela (Madrid) el 11 de diciembre de 1974. Fue canonizada el año 2003.
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© Directorio Franciscano – Aciprensa – Catholic.net

San Dámaso I
Papa
Era de origen español y nació probablemente en Roma hacia el año 305. Siendo diácono incardinado en Roma, sirvió al papa Liberio y lo acompañó en el destierro. Le sucedió en la sede de Pedro el año 366, cuando la Iglesia pasaba por momentos muy delicados. Sufrió persecuciones, destierro y calumnias, hubo de reunir frecuentes sínodos contra los cismáticos y herejes, defendió la fe proclamada en el Concilio de Nicea, fue gran promotor del culto a los mártires, cuyos sepulcros decoró con sus versos. Encomendó a su amigo san Jerónimo que tradujera al latín la Biblia (la Vulgata), sustituyó el uso del griego por el latín en la liturgia, consolidó y adecentó las catacumbas, hizo de su propia casa una basílica dedicada a san Lorenzo. Murió el 11 de diciembre del año 384.- Oración: Concédenos la gracia, Señor, de glorificarte siempre por el triunfo de tus mártires, a quienes profesó devoción entrañable el papa san Dámaso. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
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Palabras del Papa Francisco 
“En este Adviento, hazte pequeño,
hazte humilde, hazte servidor de los demás
y el Señor te dará la capacidad
de comprender cómo se hace la paz”.

Una historia de Adviento 
Hace tiempo que un viajero en una de sus vueltas por el mundo, llegó a una tierra, le llamó la atención la belleza de sus arroyos que cruzaban los campos, los sembrados. Habiendo caminado ya un rato, se encontró con la casas del pueblo, sencillas coloridas y con puertas abiertas de par en par. No podía creerlo... él venía de un lugar muy distinto...

Se fue acercando pero su sorpresa fue mayor cuando tres niños, hermanitos, salieron a recibirlo y lo invitaron a pasar. Los padres de los niños invitaron al viajero a quedarse con ellos unos días.

El viajero aprendió muchas cosas, por ejemplo a hornear el pan, trabajar la tierra, ordeñar las vacas. Pero había una de la cual no podía descubrir el significado. Cada día, y algunos días en varias ocasiones, el papá la mamá y los hermanos se acercaban a una mesita donde habían colocado las figuras de María y José, un burrito marrón y una vaca.

Despacito dejaban una pajita entre María y José.

Con el correr de los días el colchoncito de pajitas iba aumentando y se hacía más mullido.

Cuando le llegó al viajero el momento de partir, la familia le entregó un pan calentito y frutas para el camino, lo abrazaron y lo despidieron.  Ya se iba cuando dándose vuelta les dijo:

-Una cosa quisiera llevarme de este hermoso momento.

Por supuesto le contestaron:

-¿Qué más podemos darte para el camino?

Y el viajero entonces preguntó:

- ¿Por qué iban dejando esas pajitas a los pies de María y José?

Ellos sonrieron y el niño más pequeño respondió:

Cada vez que hacemos algo con amor, buscamos una pajita y la llevamos al pesebre.  Y así vamos preparando para que cuando llegue el niño Jesús, María tenga un lugar para recostarlo.  Si amamos poco, el colchón va a ser un colchón delgado y por lo mismo frío.  Pero si amamos mucho, Jesús va a estar más cómodo y calentito.   

El viajero parecía comprenderlo todo.  Sintió ganas de quedarse con esa familia hasta la Nochebuena, pero una voz adentro suyo lo invitó a llevar por otros pueblos lo que había conocido, tanto de nuevas labores como de los corazones sencillos, tan llenos de amor, como los de esa familia…

Meditaciones de “Pequeñas Semillitas” 
Durante el periodo anterior al nacimiento de Jesús, María y José tuvieron que pasar por una experiencia muy dolorosa. Esta será la primera de las grandes pruebas compartidas de los recién casados.
Entre el momento de la Anunciación y la Encarnación de la Palabra de Dios en el vientre de María, por la acción del Espíritu Santo que "la cubrió con su sombra", y el momento del nacimiento de Jesús, María comprometida con José, le fue dada como esposa. Cuando ella vino a vivir a su casa, al final del período de compromiso, ya estaba embarazada. José percibió el estado de la Virgen sin explicarse cómo era eso posible. En cuanto a María, ella misma no podía revelar la extraordinaria maravilla realizada en ella por el Señor. Sin embargo, José, como María, se mantiene fiel a la voluntad divina y la recibe en su casa.
Esta primera gran prueba entre María y José, en los primeros días de su vida en común, incluso antes del nacimiento de Jesús, fue una prueba importante para su amor mutuo, pero también para su fe, tal como lo había sido para Abraham cuando fue llamado a sacrificar a su hijo Isaac: locura ante los ojos de los hombres, sabiduría ante los ojos de Dios; lo que pudo destruir a la familia desde el principio, por el contrario, la unió para siempre, por la fe. Además, es al precio de esta prueba para los santos esposos, narrada en las Escrituras, que el nacimiento virginal de Jesús es puesto de relieve sin ambigüedad. 

Pedidos de oración
 
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas, monjas, religiosas, novicias, catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María;  por la conversión de todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por los cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por los pacientes internados en la Casa de la Bondad en  Córdoba (Argentina); por los niños con cáncer y otras enfermedades graves; por el drama de los refugiados del Mediterráneo; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo; por las víctimas de catástrofes naturales; por la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio.

Pedimos oración para Sebastián O. de R., de Chile, que se encuentra internado en Terapia Intensiva en estado muy delicado por fractura de cráneo. Es padre de tres hijos chicos y la familia está muy angustiada por esta situación. Que la Santísima Virgen interceda ante Jesús para que se recupere pronto.

Pedimos oración para Ivanna C., de Córdoba, Argentina, joven mujer madre de dos hijas, afectada de un proceso oncológico diseminado. La encomendamos al santo Cura Brochero, santo cordobés, para que él interceda ante Dios por su recuperación.

Continuamos unidos en oración por medio del rezo del Santo Rosario poniendo en Manos de Nuestra Madre Bendita todas nuestras preocupaciones, alegrías y necesidades, poniendo al mundo entero en Manos de nuestra Madre y pidiéndole a Ella paz para el mundo. Al rezar por la paz, rezamos por todo, por la paz en el mundo, en los corazones, porque la violencia sea desterrada, por la paz para los niños que están en peligro de ser abortados. Paz para los jóvenes que no encuentran el camino, paz para los deprimidos. Paz para los que no han tenido la dicha de conocer al Amor. En fin rezamos por la paz, y sigamos haciéndolo.

Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia;
escucha las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén

Cinco minutos del Espíritu Santo
Diciembre 11
"Espíritu Santo, que trabajas secretamente en nuestros corazones y nos impulsas con delicadeza al amor, ayúdame a descubrir las cosas bellas que haces en los demás. Ayúdame a estar más atento a las cosas positivas que realizas en los hermanos, para que no me detenga tanto a lamentar los defectos ajenos, para que no crea que todo es demasiado negro. Abre mis ojos e ilumíname con tu presencia, para mirar a los demás con bondad y alabarte por todo lo que haces en ellos.
Te adoro, Espíritu, porque siempre descubro algo de ti en la hermosura de tu obra, en lo que realizas en el mundo, en los sacramentos, en las virtudes, en los dones, en los carismas y en las inspiraciones que vienen de ti.
Te adoro por los momentos de amor sincero que me hiciste vivir, tocándome por dentro.
Alabado seas, Espíritu sublime. Te adoro con todo el corazón. Amén."
* Mons. Víctor Manuel Fernández 
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)

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