jueves, 27 de junio de 2024

Pequeñas Semillitas 5676

PEQUEÑAS SEMILLITAS
 
Año 19 - Número 5676 ~ Jueves 27 de Junio de 2024
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
¡Alabado sea Jesucristo!
El mundo no quiere oír hablar de esta verdad de fe: Cristo volverá. ¡Y ay de quienes no se encuentren preparados para su venida! Precipitarán en el abismo de fuego, de donde no se sale.
Tenemos tiempo aún de encontrar propicio el rostro de Dios para pedirle perdón y comenzar una nueva vida, levantándonos del pecado y buscando la santidad. Pues llegará el día y la hora que sólo Dios Padre conoce, en que se cumplirá la promesa del Señor, y Cristo vendrá a tomar su cetro, haciendo morir a todos sus enemigos. Ojalá nosotros no nos encontremos en el número de estos últimos.
Consideremos que estas reflexiones no están llamadas a producir miedo, sino a que encaminemos nuestras vidas conforme a la ley de Dios y a sus Mandamientos, que son el verdadero camino para la salvación.
 
La Palabra de Dios
Lecturas del día
Primera Lectura: 2 Reyes 24, 8-17
 
Salmo: Sal 78, 1-2. 3-5. 8. 9
 
Santo Evangelio: Mt 7,21-29
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «No todo el que me diga: ‘Señor, Señor’, entrará en el Reino de los Cielos, sino el que haga la voluntad de mi Padre celestial. Muchos me dirán aquel día: ‘Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre expulsamos demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros?’. Y entonces les declararé: ‘¡Jamás os conocí; apartaos de mí, agentes de iniquidad!’.
»Así pues, todo el que oiga estas palabras mías y las ponga en práctica, será como el hombre prudente que edificó su casa sobre roca: cayó la lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vientos, y embistieron contra aquella casa; pero ella no cayó, porque estaba cimentada sobre roca. Y todo el que oiga estas palabras mías y no las ponga en práctica, será como el hombre insensato que edificó su casa sobre arena: cayó la lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vientos, irrumpieron contra aquella casa y cayó, y fue grande su ruina».
Y sucedió que, cuando acabó Jesús estos discursos, la gente quedaba asombrada de su doctrina; porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como sus escribas.
 
Comentario:
Hoy, nos impresiona la afirmación rotunda de Jesús: «No todo el que me diga: ‘Señor, Señor’, entrará en el Reino de los Cielos, sino el que haga la voluntad de mi Padre celestial» (Mt 7,21). Por lo menos, esta afirmación nos pide responsabilidad en nuestra condición de cristianos, al mismo tiempo que sentimos la urgencia de dar buen testimonio de la fe.
Edificar la casa sobre roca es una imagen clara que nos invita a valorar nuestro compromiso de fe, que no puede limitarse solamente a bellas palabras, sino que debe fundamentarse en la autoridad de las obras, impregnadas de caridad. Uno de estos días de junio, la Iglesia recuerda la vida de san Pelayo, mártir de la castidad, en el umbral de la juventud. San Bernardo, al recordar la vida de Pelayo, nos dice en su tratado sobre las costumbres y ministerio de los obispos: «La castidad, por muy bella que sea, no tiene valor, ni mérito, sin la caridad. Pureza sin amor es como lámpara sin aceite; pero dice la sabiduría: ¡Qué hermosa es la sabiduría con amor! Con aquel amor del que nos habla el Apóstol: el que procede de un corazón limpio, de una conciencia recta y de una fe sincera».
La palabra clara, con la fuerza de la caridad, manifiesta la autoridad de Jesús, que despertaba asombro en sus conciudadanos: «La gente quedaba asombrada de su doctrina; porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como sus escribas» (Mt 7,28-29). Nuestra plegaria y contemplación de hoy, debe ir acompañada por una reflexión seria: ¿Cómo hablo y actúo en mi vida de cristiano? ¿Cómo concreto mi testimonio? ¿Cómo concreto el mandamiento del amor en mi vida personal, familiar, laboral, etc.? No son las palabras ni las oraciones sin compromiso las que cuentan, sino el trabajo por vivir según el Proyecto de Dios. Nuestra oración debería expresar siempre nuestro deseo de obrar el bien y una petición de ayuda, puesto que reconocemos nuestra debilidad.
-Señor, que nuestra oración esté siempre acompañada por la fuerza de la caridad.
* Rev. D. Joan Pere PULIDO i Gutiérrez Secretario del obispo de Sant Feliu (Sant Feliu de Llobregat, España)
 
Santoral Católico:
San Cirilo de Alejandría
Nació el año 370 en Alejandría de Egipto de familia distinguida. Era sobrino del patriarca Teófilo de Alejandría. Abrazó primero la vida monástica, pero, ordenado de sacerdote, acompañó a su tío obispo en sus viajes, y el año 412 le sucedió en el patriarcado, en una de las épocas más difíciles de la Iglesia de Oriente. Era una persona de carácter entero, emprendedor e imperativo, firme en sus convicciones. Combatió con energía las herejías de su tiempo y en especial la de Nestorio, que enseñaba la existencia de dos personas en Cristo, separando en Él la naturaleza divina de la humana, y negando la divina maternidad de María, que sería madre únicamente del hombre Jesús. Cirilo fue figura principal en el Concilio de Éfeso del año 431, en el que se definió que Jesús, Dios y hombre, es uno y el mismo, una sola persona, la divina, y que María es la madre de Dios. Escribió importantes tratados teológicos y numerosas homilías. Murió el año 444.
Oración: Señor, tú que hiciste de tu obispo san Cirilo de Alejandría un defensor invicto de la maternidad divina de la Virgen María, concédenos a cuantos la proclamamos verdadera Madre de Dios llegar, por la encarnación de tu Hijo, a la salvación eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Para más información hacer clic acá.
(Directorio Franciscano – ACI Prensa – Catholic.net)
 
Pensamiento del día
 
para desarrollar la civilización material
y nos hemos olvidado trabajar
para aumentar las riquezas espirituales»
 
Tema del día:
Las caricias de Dios
Es difícil resumir esas alegrías rápidas que tenemos durante la vida.  Las alegrías fugaces a las cuales muchas veces no les damos la debida importancia... Yo llamo a estos momentos “las caricias de Dios”.  No son fruto del azar, son caricias que Dios nos regala, aun sabiendo que casi siempre las atribuimos a la suerte y a las coincidencias.     
 
Estas son las más frecuentes de las caricias de Dios:
 
• La visita sorpresiva de un hijo.
• El dinero olvidado en la ropa.
• El olor a comida antes de abrir la puerta de casa.
• El sueño que llega cuando lo necesitas.
• Una solución que llega de repente.
• Alguien que te hace un cumplido, sin saber que estás escuchando.
• Alguien que elogia a tu hijo.
• Una fiebre que baja.
• Un lugar para estacionarse junto a la entrada.
• Un vuelo tranquilo.
• Cuando nace lo que sembramos.
• La brisa del mar.
• Cuando pasa el dolor.
• Cuando resuena un beso.
• Cuando el abrazo aprieta.
• Ver un amanecer.
• Cuando el amor florece en el otoño/invierno de la vida.
• Cuando un amigo se cura.
• Cuando la mesa está puesta para la comida familiar del domingo.
• Cuando llama alguien especial.
• Cuando te sientes feliz con tu trabajo
• Cuando tus hijos te abrazan.
• Cuando tus nietos corren hacia vos abriendo los brazos para abrazarte más fuerte.
• Cuando sobra dinero.
• Cuando el bebé se ríe.
• Cuando dicen tu nombre con cariño.
• Cuando la vista desde tu sillón da a un jardín.
• Cuando el médico dice: "Sólo ha sido un susto".
• Cuando hay música suave.
• Cuando pensabas que era demasiado tarde, pero descubres que aún estás a tiempo.
 
¡Cuando te ocurren estas pequeñas cositas piensa que cada una es una alegría que nos hace sentir bien!  ¡Busquemos las pequeñas alegrías que existen todos los días...!
 
Mensaje de María Reina de la Paz
 
Mensaje de María Reina de la Paz del 25 de Junio de 2024
 
“Queridos hijos, me regocijo con vosotros y doy gracias a Dios por permitirme estar con vosotros, para guiaros y amaros. Hijos míos, la paz está en peligro y la familia bajo ataque. Os invito, hijos míos: regresad a la oración en familia. Poned la Sagrada Escritura en un lugar visible y leedla cada día. Amad a Dios sobre todas las cosas para que viváis bien en la tierra. Gracias por haber respondido a mi llamada”.
 
Meditaciones de “Pequeñas Semillitas”
El valor de una sola Misa es infinito, porque es el mismo Sacrificio del Calvario. Por eso es tan grave faltar un domingo a Misa, porque es como que le decimos a Jesús que no nos interesa estar junto a Él en el momento de su Pasión.
Porque efectivamente en la Misa estamos asistiendo REALMENTE a la Pasión de Jesús, si bien no lo vemos con los ojos materiales (aunque hubo Santos que sí lo veían), es necesario que lo veamos con los ojos de la fe, y que no dejemos de asistir a la Misa dominical, siempre que podamos.
En la Misa se reciben toda clase de gracias, incluso materiales, y hasta beneficios para nuestras empresas temporales y negocios. La verdad es que asistir a Misa el domingo es el mejor negocio que podemos hacer, no sólo espiritual, sino también material.
Recordemos que a la hora de la muerte el mayor consuelo será las Misas oídas en vida, y el mayor lamento será las Misas en que no participamos por pereza u otros motivos vanos.
Si hemos dejado de ir a Misa el domingo, es tiempo de que comencemos nuevamente a asistir a ella, y si queremos recibir la Eucaristía, hagamos una sincera confesión con el sacerdote, y volvamos a participar, comulgando también. Jamás nos arrepentiremos de esta decisión.
🌸
Considera que habiéndonos dado el eterno Padre a su mismo Hijo por mediador, por abogado cerca de él mismo, y por víctima en satisfacción de nuestros pecados, nosotros no podemos ya desconfiar de alcanzar de Dios cualquiera gracia que le pidamos, valiéndonos del medio de un tal intercesor: ¿Cómo no nos donó con este Redentor todas las cosas? añade san Pablo. ¿Qué cosa nos negará ya Dios, no habiéndonos negado a su Hijo? Ninguna de nuestras súplicas merece ser oída ni atendida del Señor; porque no somos dignos de gracias, sí de castigo por nuestros pecados; pero ciertamente merece ser oído Jesucristo que intercede por nosotros, y ofrece todos los padecimientos de su vida, su sangre y su muerte.
No puede negar cosa alguna el Padre a un Hijo tan amado, que le ofreció un precio de infinito valor. Él es inocente, y aunque paga a la divina justicia es para satisfacer nuestras deudas; y su satisfacción es infinitamente mayor que todos los pecados de los hombres. No sería justo que pereciese un pecador, el cual se arrepiente de sus culpas, y ofrece a Dios los méritos de Jesucristo, quien las ha satisfecho por él sobreabundantemente. Démosle, pues, gracias a Dios, y esperémoslo todo en los méritos de Jesucristo.
 
Extractos de cartas del Padre Pío
(Recopilación: P. Gianluigi Pasquale en “365 días con el Padre Pío”)
27 de junio
¡Qué feliz es el reino interno cuando ahí reina este santo amor! ¡Qué felices son las potencias de nuestra alma cuando obedecen a un rey tan sabio! No, mi queridísimo
padre, bajo su obediencia y en su Reino, Él no permite que haya en nosotros ni pecados graves ni afecto desordenado alguno, ni siquiera leve.
Es verdad que Él les deja acercarse hasta la frontera, con la finalidad de ejercitar las virtudes internas en el combate para hacerlas más fuertes; es también verdad que Él permite que los espías, que son los pecados veniales y las imperfecciones, corran de acá para allá en su Reino; pero Él permite esto para darnos a conocer que, sin su ayuda, seríamos presa de nuestros enemigos.
Humillémonos mucho, mi buen padre, y confesemos también que, si Dios no fuera nuestra coraza y nuestro escudo, seríamos heridos enseguida por toda clase de pecados. Y es por esto por lo que debemos apoyarnos siempre en Dios, perseverando en nuestros ejercicios y aprendiendo a servir a Dios con nuestras propias fuerzas.
(23 de julio de 1917, al P. Benedetto da San Marco in Lamis, Ep. I, 914)
 
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)
 
 
PÁGINAS DE FELIPE DE URCA:
 
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